Ollanta Humala vs. Anonymous

http://www.youtube.com/watch?v=ADPsiajhcvM

El video con las amenazas del grupo de hackers Anonymous

Con este título, Marco Sifuentes, el destacado periodista y bloguero, publicó en Perú 21 esta entrega que enfoca un tema de plena actualidad relacionada con las amenazas en el ciberespacio.

Ollanta Humala es un militar del siglo XX. Seguramente se sabe de memoria el Libro Blanco de la Defensa Nacional y tiene una idea ya formada de cuándo y a dónde deberían desplazarse las tropas o cuántos helicópteros y tanques hay que comprar. Y todo eso está muy bien. Pero, ¿está listo para una ciberguerrra? ¿Cómo reaccionaría ante una invasión, no de tropas extranjeras, sino de un virus diseñado por un Estado hostil? ¿Nuestra policía tendrá que volver a pedirle ayuda al FBI, como ocurrió esta semana? ¿Está pensando Humala en la Defensa del siglo XXI?

Las preguntas vienen a cuento ante los ataques al Estado Peruano por Anonymous, la célebre no-organización virtual. Durante la semana, se difundió un video en el que la sección “Anonymous Iberoamerica” convocaba a la “Operación Andes Libres”. Mediante el ya conocido método del DDoS, que puede colapsar cualquier web si es que suficientes personas se unen al ataque, Anonymous anunció que sus objetivos serían las webs de los gobiernos de Perú y Chile.

El anuncio desató las especulaciones. El motivo de la iras chilenas es un reciente contrato entre el gobierno de Piñera y la empresa BrandMetric para monitorear los comentarios en las redes sociales chilenas, incluyendo la ubicación geográfica. Por cierto, esto es algo que en teoría hacen todos los gobiernos. Sin ir más lejos, en Perú, los servicios de inteligencia monitorean algunos blogs como “fuentes abiertas” desde 2008 y, desde el año siguiente, algunas cuentas en redes sociales.

En realidad, pareciera que Anonymous Iberoamerica simplemente estaba buscando un pretexto para no perderse la fiesta. Esta semana se ha desatado un gigantesco operativo nunca antes visto llamado “Operation Anti-Security”. Anonymous España anunció un bombardeo masivo contra Telefónica para hoy y LulzSec (un grupo paralelo a Anonymous cuya única agenda parece ser divertirse) ha atacado varias empresas y agencias gubernamentales de Brasil, China, Inglaterra y Estados Unidos. El objetivo parece ser decirles a las corporaciones y los gobiernos: “no nos gusta que nos miren”. De hecho, la idea, más que colapsar webs, es filtrar información de sus víctimas. Digamos, Wikileaks pero con esteroides.

Por eso es que, esta semana, un grupo de hackers autodenominados “Piratas de la Red”, que no son Anonymous pero los apoyan, filtraron información de al menos ocho páginas del gobierno peruano, incluida una lista de policías miembros de los “Águilas Negras”. Días antes, el presidente de la Oficina Nacional de Gobierno Electrónico, Jaime Honores, que –entre otros méritos– es amiguísimo del ex ministro Chang, había declarado que el gobierno peruano “estaba preparado” para los ataques. Resultó tan acertado como Reynaldo Dos Santos. Después del ataque, la Policía peruana admitió que no podía sola y solicitó ayuda del FBI.

¿Cuáles fueron las excusas para atacar en Perú? Las comunicaciones de Anonymous difieren. En una parece ser la cuestionada Ley de Protección de Datos personales, promovida por la bancada aprista y aprobada por el pleno durante el reciente festín legislativo de última hora. En otra, es la firma del TPPA, un tratado comecial draconiano que firmarán Perú, Chile, Estados Unidos y otros países y que, de aprobarse, impondría en nuestros países una legislación durísima en materia de copyright (que es un caballo de Troya, como ya hemos expuesto antes, para la censura en Internet).

A diferencia del caso chileno, los motivos del disgusto de Anonymous Perú son, por lo menos, dignos de ser sometidos a debate público durante el próximo gobierno. ¿Habrá quién se preocupe por ello en el régimen humalista?

Pero también está el otro problema: la ciberdefensa nacional. Las ciberguerras no son cosa del futuro. Casos como el masivo DDoS de Rusia a Estonia del 2007 y el virus Stuxnet que algún Estado (¿Israel?) soltó contra Irán, es evidente que la Seguridad Nacional depende también de levantar defensas digitales. ¿Se creará una Estrategia Nacional de Seguridad Informática o se volverá a pedir ayuda al FBI? Eso sí: no se debe olvidar nunca que proteger al Estado Peruano de los ataques informáticos no significa vulnerar los derechos de los ciudadanos que hemos encontrado un espacio de libertad en Internet. Deberá encontrarse un equilibrio entre la defensa y la libertad. De lo contrario, Anonymous tendrá muchas más razones (y muchos más adeptos).

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