Diez Verdades que su Jefe no le Dirá

En el portal de periodistadigital.com se publicó este interesante artículo:

¿No comprende a su jefe? ¿Ha sido despedido sin razón aparente? ¿Han rechazado su currículum y no sabe por qué? Quizá The Wall Street Journal le aclare algunas de sus dudas. El periódico norteamericano ofrece un decálogo (10 Things Your Boss Won’t Tell You) a sus lectores para no dejarse engañar por sus superiores ni por las empresas que los tienen en planilla.

1. “Sí, estamos leyendo sus correos electrónicos y sus mensajes instantáneos”.

Sin privacidad. Al menos de puertas para dentro. Gran cantidad de empresas monitorean a diario los correos electrónicos y la actividad en las redes sociales de sus empleados. Un software revisa todos los mensajes e identifica ciertas palabras clave dentro de ellos.

No es una práctica extendida en algunos países pero en EE UU al menos un tercio de las grandes empresas cuenta con personas dedicadas a leer o analizar correos de empleados. Un uso inadecuado del email puede llevar al despido.

2. “Eres demasiado viejo para esto”.

¿Tiene más de 50 años? Si es así, lo tiene crudo. Según una encuesta aproximadamente el 25% de los empresarios se muestra reticente a contratar a trabajadores mayores. Según los expertos, con la crisis, es una tendencia que se ha intensificado.

Para evitar que la edad sea una desventaja, se recomienda a las personas mayores de 50 años que redacten un currículum que destaque su experiencia, logros y habilidades, camuflando en cierta medida su edad.

3. “Sé cuando finges estar enfermo”.

Como gerente de producción de un laboratorio fotográfico, Stuart Horvath, de 32 años, empezó a sospechar de la cantidad de licencias por enfermedad que se tomaba uno de sus asistentes. Confirmó sus sospechas cuando lo encontró en un bar una noche cuando había llamado para decir que no podía ir porque estaba enfermo. “Mira”, le dijo, “soy jefe, pero también he sido un empleado”. Cada vez más compañías están contratando a investigadores privados para vigilar a empleados que dicen estar enfermos. Quizás sea una señal de tiempos difíciles.

4. “Su hijo es problema suyo”.

Hoy ya no es un secreto que las mujeres ganan menos que los hombres: en EE.UU., alrededor de 81 centavos por cada dólar que cobran los hombres. Pero tener un hijo las castiga aún más allá del salario. Una madre puede ser pasada por alto para un ascenso porque su jefe cree que está más preocupada por su familia que por su carrera. Las mujeres con una maestría en administración de empresas que abandonaron la fuerza laboral por un año y medio para cuidar de sus niños, ganan 41% menos que los hombres con la misma calificación.

5. “Soy su mejor amigo…”

Para seis de cada 10 trabajadores que dicen haber considerado a su jefe como un amigo, esto no será una sorpresa. Ser amigo del jefe viene con beneficios. Algunos jefes muestran su favoritismo de maneras obvias, como darle a un subordinado en particular las tareas fáciles o presionar a la cúpula ejecutiva para que lo asciendan.

Pero es importante evitar hablar sobre asuntos personales. No importa cuán cercano se pueda sentir, al final siempre existe la posibilidad de que su jefe use esa información de una manera que le beneficie a él, no a usted.

6. “… y su peor enemigo”.

A veces, el jefe es su peor enemigo. De la misma manera en que una buena relación con su jefe puede impulsar su carrera, una mala la puede estancar, o incluso hundir. Casi la mitad de los empleados que sufrieron el trato abusivo de un jefe reportó problemas de salud relacionados al estrés. En el peor de los casos, una mala relación con su jefe puede tener consecuencias muy negativas.

7. “Yo no asciendo en función del desempeño”.

Normalmente, los empleados tienen que hacer un buen trabajo para ser ascendidos. Pero en muchos casos, eso no es suficiente. Quien asciende (y quién no) depende de una mezcla de factores, sobre la mayoría de los cuales los trabajadores no tienen un control real, como las preferencias de los supervisores, las reglas organizacionales y la cultura de la compañía.

8. “Soy poco atractivo”.

Como si ser delgado y atractivo no fuese ya un premio de por sí, ser ambas cosas ayuda a los trabajadores a avanzar también en lo profesional. Lo contrario también es cierto. Las personas que no son atractivas o tienen sobrepeso pueden verse castigados por eso en la oficina. Pese a que en la mayoría de profesiones el atractivo no tiene un efecto directo sobre su desempeño, muchos jefes concuerdan con la noción de que “lo bello es bueno”, afirma algunos investigadores. Como resultado, los guapos ganan entre 3% y 8% más que la gente “normal”, que a su vez gana de 5% a 10% más que los considerados “del montón”, según estudios.

9. “No tengo tiempo”.

Los jefes siempre han estado ocupados, pero desde los recortes de la crisis en EE.UU., muchos gerentes tienen ahora todavía menos tiempo para hablar con sus empleados, supervisarlos y formarlos. Dos tercios de los empleados dicen que tienen muy poca interacción con sus jefes, por encima de poco más de la mitad en 2008. “Cuando las cosas se ponen difíciles, los gerentes pueden volverse esquivos”, dice un experto en la materia.

10. “Soy el centro del universo”.

Ha trabajado como un esclavo en un proyecto por semanas, sólo para oír cómo el jefe hace la presentación sin mencionar su nombre. Casi la mitad de los trabajadores dice que su jefe se ha atribuido como propio el reconocimiento a su trabajo y más de un tercio asegura que no dudó en dejarlo en evidencia para salvarse a sí mismos.

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