LA CONTRATACION DE LOS JUGADORES

Durante sus décadas de actividad periodística, el autor vivió numerosos episodios que constituyen una especie de anecdotario muy personal. A continuación uno de ellos.

Cuando Panamericana volvió a sus propietarios, tuvo que superar el desastre económico que había ocasionado la intervención militar. Se acercaba el mundial de fútbol del 82 en España. Para asegurarse la transmisión exclusiva de los partidos de clasificación y preparación, compró los contratos por más de 2 millones de dólares de tres figuras claves en el equipo, Cueto, Velásquez y La Rosa, poniéndolos a disposición del seleccionado. Consiguió su objetivo inicial, pero quedó latente otro.

Se pensó hacer un gran negocio después del mundial, con la reventa de los contratos por el doble o el triple de su valor de compra, basándose en la hipótesis -considerada casi segura- de una gran actuación de los jugadores en España. Los resultados fueron malos, para sorpresa de muchos aficionados. El Perú no se clasificó para la segunda ronda y los tres jugadores no se lucieron lo suficiente como para aumentar su cotización. Ningún equipo extranjero mostró interés en ellos. Para colmo, ciertas cláusulas de los contratos obligaron a Panamericana a pagar un sueldo de más de 10 mil dólares mensuales a cada uno de ellos, así no jugaran.

Las pérdidas que dejó esta incursión de Panamericana en el negocio no muy santo del fútbol, causó una brecha financiera que la persiguió en adelante. Los que trabajamos en la empresa pagamos las consecuencias con el frecuente incumplimiento en el pago de los sueldos y con la restricción de gastos en adquisiciones indispensables.

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