El tema de los mal llamados “caminantes” que quieren regresar a sus regiones y lugares de origen se ha convertido en un serio problema para el Gobierno, la sociedad y para los que caminan sin cesar, y que tienen como única meta ir a sus lugares de origen donde puedan sobrellevar la crisis actual.

Cada vez y cada caso es peor que el anterior. Asimismo, cada vez los excluidos y mal llamados “caminantes” siguen en aumento y, con ello, se agrava aún más la delicada situación social y sanitaria.

¿Pero qué hacer ante este problema y ante la dejadez de muchos gobiernos regionales?

Antes de comenzar con la propuesta, quiero precisar que para que la propuesta tenga éxito es muy importante poder contar con el compromiso de la empresa hostelera y de alojamiento tanto en Lima como en provincias, y de las empresas de transporte interprovincial. Como todos sabemos, los hostales y alojamientos están vacíos o casi vacíos y estos pueden ayudar como refugios temporales. Lo mismo pasa con las empresas de transportes. Si estas dos empresas estarían dispuestas a colaborar, el Gobierno podría negociar los términos económicos y de salubridad para garantizar el refugio transitorio y traslado seguro de las personas y familias más necesitadas a sus regiones.

Ante el fracaso de muchas regiones para trasladar a su gente, lo único que quedaría es que el Gobierno Central tome la iniciativa interviniendo en aquellos gobiernos regionales que aún no han desarrollado planes efectivos para regresar a sus conciudadanos.

Este plan puede ser estructurado en fases y de la siguiente manera:

La primera fase sería empadronar a la velocidad de la luz a las personas que están en la vía pública de Lima y que tienen la necesidad de desplazarse, de tal manera conocer a qué región van y los motivos de su desplazamiento. En esta misma fase, se tendría que realizar las pruebas contra el COVID-19 de manera individual para garantizar que las personas que irán a los refugios temporales estén sin la infección. Las personas detectadas con COVID-19 pasarían a la Villa Hospitalaria de Villa el Salvador para curarse en cuarentena.

En paralelo, se realizaría la segunda fase que será empadronar y contratar hostales y hospedajes en Lima para que los refugiados puedan a ser trasladadas a su región. Lo mismo se haría en las regiones para que las personas esperen en un lugar saludable para pasar la cuarentena.

En la tercera fase los establecimientos seleccionados tendrían que pasar por una desinfección rápida para prevenir cualquier contagio a los visitantes.

La cuarta fase también debe ir en paralelo a las tres anteriores. Esta fase constituiría a negociar con empresas proveedoras de alimentos para que brinden alimentación a las familias alojadas. De esta manera se estaría atendiendo las necesidades básicas que son alimentación y un techo digno.

La quinta fase igualmente iría en paralelo para negociar con las empresas de transportes para que trasladen a las personas a su lugar de origen. El transporte se realizaría de acuerdo a las necesidades urgentes de cada persona o familia.

La sexta fase sería comenzar el traslado de las personas empadronadas que están viviendo en la vía pública de Lima para ubicarlas en los hostales y alojamientos empadronados hasta que les toque su turno re regresar a su región. Esta reubicación debe darse por familias y por las necesidades especiales que presenta de cada persona o familia.

La séptima fase constituiría el transporte de las personas a sus lugares de origen de forma ordenada y limpia.

La octava y última fase sería fumigar y desinfectar, una vez desocupados, los hostales y alojamientos para evitar cualquier tipo de contagio por COVID-19 u otra enfermedad contagiosa a los clientes eventuales de estos establecimientos.

En las provincias estas fases se repetirían con las personas que llegan y que obligatoriamente tienen que hacer cuarentena por 15 días. Luego de ello, los y las que no presentaron síntomas de COVID-19 podrán regresar a sus hogares. Los contagiados pasaría a los establecimientos de salud.

Esta propuesta no solo ayudaría de manera efectiva a las personas y familias que desean regresar por problemas humanitarios a sus regiones, sino que también reactivaría el empleo en los hostales y alojamientos que están casi vacíos. Así, el término de “caminantes” se cambiaría por “refugiados”. Algo positivos para todos.

Esta propuesta es totalmente viable. Solo faltaría compromisos de la parte política y de la parte privada para llevarlo a cabo.

Recuerda:

Quédate en casa, usa mascarilla, lávate las manos frecuentemente con agua y jabón, y mantén tu distancia social.

 

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