Ahora parece que se ha iniciado una guerra de medios de comunicación por el tema Luciana León y los petromails. Los diarios como Perú 21 y El Comercio; y los canales de televisión Canal 4 y Canal 5, tienen un conflicto aparte sobre el particular. Por un lado, Perú 21 trata por todos los ángulos tener la primicia, es decir, conseguir más pruebas para su mesa de redacción y publicarlo en su próxima edición. Al parecer, este diario no hace una investigación exhaustiva para corroborar la veracidad de lo obtenido, prueba de ello, es cuando publicó el e-mail, donde, supuestamente, Luciana León le contesta a su padre diciéndole que todo está arreglado para favorecerlo y que el Partido le daría (a Luciana) un ministerio.

Para corroborar lo dicho por Luciana, el Congreso de la República ha emitido un comunicado a los medios de comunicación desmintiendo al diario Perú 21. Los especialistas informáticos de dicha entidad, aseguraron que nunca salió el e-mail de respuesta –de Luciana a su padre, Rómulo León– del servidor del Congreso.

El diario El Comercio, por su lado y a su manera, no apoya ni desmiente lo dicho por sus colegas del diario Perú 21. Sin embargo, hace notar que lo dicho por el diario de la competencia es mentira.

Del mismo pasa con la prensa audiovisual, mientras que el Canal 4 trata de explicar siguiendo la línea del diario Perú 21, pareciera que su fuente es este diario. Ya que en todos sus programas periodísticos corroboran o copian la información que emite este diario. Sin embargo, el Canal 5 hace notar la “patinada” de sus vecinos siendo cautos y esperando que otros lo digan primero. En realidad, la pregunta es ¿quién copia a quién?…

Todos los medios de comunicación quieren sacar partido del problema de Petro-Perú. Unos quieren vender más ediciones de su periódico siendo sensacionalistas en su información omitiendo en muchas veces la verdad. Mientras que otros quieren ganar más rating emulando la suerte del otro.

Las informaciones emitidas por cualquier medio de comunicación también deben ser reguladas y sancionadas, no es posible que algunos medios comunicativos, valiéndose de que vivimos en democracia y con la libertad de expresión que tiene la prensa en nuestro país, traten de desinformar a la gente con información sensacionalista o fraudulenta, sólo para vender más o tener más audiencia.

Los que queremos informarnos con la verdad, no queremos prensa, de cualquier índole, que solo nos quiera vender o mostrar lo que ellos quieren. Esperemos que esta mala información o información tergiversada no sea premeditadamente y que quieran, con ello, confundir a la opinión pública y favorecer a alguien o a varias personas.

Con estas comparaciones no quiero dar a comprender que apoyo a determinado medio de comunicación, sino mas bien, lo único que trato, con estos casos, es decir que la prensa haga su trabajo: la de informar con la verdad.

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