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El Presupuesto por Resultados (PxR) ¿es una herramienta para la planificación estratégica y el establecimiento de políticas públicas?

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Recientemente inicié un diplomado sobre aspectos diversos de la gestión pública en una prestigiosa universidad y el primer curso que se programó fue el de “Políticas Públicas y Planificación Estratégica” donde fundamentalmente me enseñaron la metodología del Presupuesto por Resultados (PxR) pues el profesor sostenía que con dicha herramienta se podían establecer políticas públicas y realizar planificación estratégica.
Yo discrepo con algunas de las enseñanzas y quiero compartir mi parecer en espera de sus opiniones, pues siempre hay algo que aprender.

Desfaciendo entuertos ¿Qué es política pública?:
Juan Carlos Cortázar Velarde define a las políticas públicas como “un flujo de interacciones y decisiones que implican el empleo de la autoridad pública con la finalidad de responder a situaciones consideradas problemas públicos, es decir, situaciones problemáticas que exigen la acción del Estado” .

La definición anterior no es de mi gusto, pues la encuentro muy restrictiva, autoritaria y estatalista, ya que subliminalmente otorga un rol primordial al Estado y a sus autoridades oficiales al momento de definir que situaciones son consideradas “problemas públicos”, y por tanto al decidir según su parecer que situaciones merecen especial atención estatal, y cuáles no. Y si me dicen que no hay estatalismo, entonces encuentro en esta definición excesiva confianza –por no decir soberbia- en la labor que realizan los tecnócratas, como si ellos tuvieran el diagnostico certero y la solución absoluta a los problemas existentes. Pero esta definición tampoco es de mi gusto por otra razón: porque excluye formalmente a las organizaciones y personas que contribuyen, en diverso grado, en la configuración de los problemas colectivos y sociales, así como en su tratamiento. Y cuando existe un problema social, tu y yo, somos parte del problema y tenemos derecho a ser parte de la solución.
Esta definición de Cortázar que no me gusta, empalma perfectamente con una afirmación dicha por el profesor del curso de la prestigiosa universidad: “El contexto en el que se implementan las políticas públicas: administración burocrática y post burocrática” Nuevamente, aquí subliminalmente se nos da un mensaje estatalista, pues nos dicen que solo en la administración pública se implementan y actúan las políticas públicas. ¿y nosotros los ciudadanos, que?

Por todo lo expuesto, yo gusto más de una definición de Políticas Públicas que algunos pueden calificar de “clásica”, por el tiempo transcurrido desde que la postulara Eugenio Lahera Parada la cual señala: “una política pública corresponde a cursos de acción y flujos de información relacionados con un objetivo público definido en forma democrática; los que son desarrollados por el sector público y, frecuentemente, con la participación de la comunidad y el sector público. Una política pública de calidad incluirá orientaciones o contenidos, instrumentos o mecanismos, definiciones o modificaciones institucionales, y la previsión de sus resultados” .

Me gusta lo de “objetivo público definido en forma democrática” pues es afín a una consciencia y cultura política marcadamente más democrática y participativa , ya que la misma Constitución de 1993 reconoce una nueva generación de derechos humanos: los derechos sociales , y con ello el derecho de cada persona o sector social de participar en la toma de decisiones que determinan las condiciones y escenarios futuros en que se desarrollaran sus vidas. Otro ejemplo de ello es la Ley N° 26300 o Ley de los derechos de participación y control ciudadano, o la Ley N º 27783, Ley de Bases de la Descentralización .

También me gusta que la definición de Lahera precise que esos objetivos públicos “son desarrollados por el sector público y, frecuentemente, con la participación de la comunidad y el sector público” pues deja en evidencia que el Estado ya no es el organismo planificador por excelencia, como se creía antes de la globalización, cuando el Estado era el actor social relevante y tenía los recursos económicos y financieros para intentar solitariamente hacer lo que decía. Hoy en día hay otros actores sociales con más recursos, información y trascendencia que el propio Estado y estos pueden ser organismos supranacionales, empresas transnacionales, bloques económicos, etc, y por ello se requiere su concurso para enfrentar problemas sociales, que cada vez son más complejos.

Finalmente me gusta que se precise que una política pública que sea valorada como “de calidad” debe necesariamente incluir “orientaciones o contenidos, instrumentos o mecanismos, definiciones o modificaciones institucionales, y la previsión de sus resultados” porque ello nos vincula a aspectos operativos y funcionales vinculados a las herramientas de gestión, donde encontramos conceptos como planificación, estrategia, etc.

Por ello justamente se afirma con gran frecuencia que “siempre ha existido una estrecha relación entre políticas públicas y la planeación, fundamentalmente en dos sentidos: El primero: basado en el hecho que la planeación suministra a las políticas públicas el método racional de formulación que, en últimas, corresponde a las técnicas adecuadas para la toma de decisiones. El segundo, fundamentado en que –de alguna manera- el plan de desarrollo es el conjunto y a la vez la síntesis de las políticas públicas establecidas en un momento determinado, lo que equivale a decir que es el marco de referencia de las mismas” .
Por esta estrecha relación entre políticas públicas y las herramientas de la gestión pública que las operativizan, hay autores que se han visto a precisar: “la confusión entre política y gestión pública es uno de nuestros más severos problemas. Aceptando de antemano que la frontera entre ambos términos es difusa, política pública se refiere a “qué hacer” y gestión pública a “cómo hacerlo”.

Reiterando:
Primero: Política Pública ¿Qué hacer?
Segundo: Gestión Pública ¿Cómo hacerlo?

Así, nos queda claro que existe una secuencia de causalidad lógica donde la Política Pública responde primero a ¿Qué hacer?, y a partir de ello y posteriormente la Gestión Pública responde el ¿Cómo hacerlo?

Intentar revertir la secuencia de causalidad carecería de lógica y funcionalidad pues ¿cómo hacer algo? si no se ni responder: ¿que es ese algo que debo hacer?

En consecuencia, si la Programación Presupuestaria Estratégica, y el Presupuesto por Resultados son herramientas de la Gestión Pública y sirven para responder el ¿cómo hacerlo?, no creo que posteriormente sirvan para determinar y responder claramente el ¿Qué hacer?

Independientemente de la explicación causal expuesta líneas arriba, creo que algunas afirmaciones o bases conceptuales estatalistas o tecnocráticas que sustentan las clases de mi estimado profesor sobre el marco donde operan las políticas públicas, y cómo se origina ellas, merecen mayor discusión.

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