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He decidido enfrentar a mis náufragos,
al eterno itinerante en que me he convertido
y no he podido.

Cualquier diminuto triangulo de misterio es capaz de absorberme
en un eterno ir y venir sin bermudas o con ellas; y cualquier diminuto triangulo
tiene la inmensa facultad de esquivar saltando
cualquier chispa de destino
que haya podido quedar percudida en mi existencia.

El naufragio no es una desdicha sino un don,
una muestra de que el horizonte ha decidido jugar con la vida de uno
apuñalándola con sus olas
y abatiéndolo con el viento de su aliento
siempre tan dulce y salado a la vez,
siempre tan suyo y tan ajeno.

El mar es un Dios incomprensible, un Dios tenue
pero que aun se ve al ponerse el sol
cuando se regenera de nuevo la piel
cuando se componen de nuevo las entrañas.
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De vuelta el mar.

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Me he parado en una plática
como la de los difíciles días juntos,
una en que hablemos de la absurda y abrumadora niebla,
de la composición del tiempo;
¿O era acaso del mar? ¿Hablábamos del mar?

Solo devolvíamos pensamientos desfigurados a lo eterno;
no éramos nada,
nunca fuimos nada y así estaba bien…

El mar hacia el resto,
volvía a sí mismo a cada instante
y nos veía como solo se ve a dos tontos que provocan risa.

Pero el agua, la plática, el tiempo,
las palabras… las de siempre;
y de vuelta el mar.
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Dime Mar

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Dime mar
con qué escribo
si no es con la bravura de los mismos ríos
que me llevan a ti;
dime tú
qué escribo
si no es del poniente
besando tu cuello
casi en la nuca,
casi sin besos.

Dime qué escribo
si no es de tu espuma
de donde salen mis versos
si esta tarde ningún sol se oculta.
Dime mar, dime
en tu oscura profundidad
qué poemas nacen
lejos de ti, sin ti.

Qué se supone que escriba
sin la tinta de tus gemidos,
qué se supone que escriba
cuando mi alma
se cuela por las rendijas
de mi propia ventana
y se diluye de a pocos
en esta tormenta tan ajena a ti.

Dime mar
cuántas gotas tuyas
me van a calar los sesos
mientras tu ausencia me apuñale
con cuchillas de sal.

Dime mar qué escribo
si hoy no hay más mar,
si hoy no hay más ruido.
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