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Por David Pereda (Punto Edu n° 186, 123-29 de agosto 2010)
El arqueólogo alemán Peter Kaulicke, profesor del Departamento de Humanidades, ha ganado una beca de investigación en Estados Unidos. A su regreso, el próximo año, espera presentar un nuevo libro sobre su especialidad: el Formativo en el Perú prehispánico. De hecho, recientemente el Fondo Editorial de la PUCP publicó su texto Las cronologías del Formativo: 50 años de investigaciones japonesas en perspectiva. Asimismo, sacó a la luz su compendio Max Uhle (1856-194):evaluaciones de sus investigaciones y obras, que recoge los aportes de los expertos, presentados en un simposio realizado en el 2006, al cumplirse 150 años del nacimiento del sabio alemán.
¿Cómo llegó al Perú?
Estudié en Bonn, Alemania, un programa que incluye arqueologías americanas. En 1969, esa universidad tenía un centro de estudios y su tema principal era los Andes centrales, más que nada Perú y Ecuador. Tuve una beca del servicio alemán para hacer mi tesis acá. Llegué al seminario de arqueología de Riva-Agüero, pero después pasé a San Marcos. Trabajé mi tesis en las alturas de Junín. Regrese a Alemania, y me llamaron para abrir acá la Especialidad de
Arqueología en la Católica.
¿Por qué le interesó América?
Creo que fue por las ideas exóticas sobre los indios y la conquista: el choque con Europa y el afán de conocer lo que había antes. Pensé que la arqueología era una buena forma de llegar a esto. Comencé a interesarme en los periodos tempranos. Sobre eso fue mi tesis y luego trabaje mucho sobre el Formativo.
¿No es el área menos popular de la arqueología?
Es un problema que trato en mi último libro. Hay una exageración al ver en Chavín algo muy complejo, como ahora ocurre con Caral. Pero aquí el desarrollo de la cultura es algo muy antiguo, que tiene miles de años, y no tenemos que verlo solo en las evidencias más espectaculares. Hay otras cosas que son muy importantes, como la domesticación de plantas y la sedentarización.
¿Cómo reconocemos una sociedad compleja?
La complejidad implica entender antecedentes. No se puede decir “esto es complejo”, como Chavín o Caral. Hay que ver qué lleva a estas cosas; no caen del cielo. En los cincuenta se trabajó al respecto, pero se olvidó un poco porque no era lo más espectacular. Ahora está mucho más claro lo que se ha llamado neolitización: el cambio de cazadores recolectores a gente que produce plantas y animales domésticos y se concentra en un lugar. Son las bases que en otras partes del mundo han llevado a la civilización. Es un proceso muy largo. Aquí podría haber empezado casi tan temprano como en otras partes del mundo. Pero en realidad, todavía no sabemos bien dónde y cuándo comienza la sociedad compleja
En su libro, trata los 50 años de investigaciones japonesas del Formativo.
Ellos han trabajado en forma constante, sobre todo en relación al Formativo y porque han excavado en Kotosh y han publicado cosas muy importantes. En mi libro, presento una especie de síntesis de lo que han hecho, lo que significa y si existen trabajo relacionados con lo que ellos hicieron.
¿Cuáles fueron sus principales conclusiones?
Que hay diversidad. Hay cambios en la arquitectura, cerámica, etc. que se dejan fijar en el tiempo. Algo característico para la Sierra norte es diferente en la Costa central al mismo tiempo, aunque podría haber algo parecido. Los japoneses no interpretan mucho; primero presentan el material. Eso está muy bien, debería hacerse más en el Perú. Antes que interpretar hay que conocer, lo otro es especulación. La idea del libro es rescatar los logros más importantes y vigentes de las investigaciones japonesas. Yo también trabajo hace mucho tiempo sobre ese problema; en ese sentido, hay una coincidencia.
¿Y su libro sobre Max Uhle?
Es un trabajo diferente. Max Uhle es considerado como quien introdujo acá la arqueología científica. El mismo Tello lo dijo. En el 2006 hicimos un simposio porque se cumplían 150 años de su nacimiento. Aunque se habla mucho de Uhle, no está tan bien conocido, hay mucho de su material que no se ha publicado todavía. Además, excavó en sitios arqueológicos de América del Sur como nadie antes ni después de él. Y ha trabajado en sitios claves aquí, como Pachacámac, la Huaca de la Luna, la Huaca del Sol, Nazca. Pensamos que sería bueno contrastar la documentación, incluso inédita, de Uhle, con lo que ahora se está investigando en esos sitios. Por otro lado, Uhle era lingüista. Tenemos un artículo del profesor Cerrón-Palomino sobre el chipaya, una lengua que Uhle encontró. También ha trabajado sobre material etnográfico, canciones, cuentos, quipus e historia. Tratarlo solo como arqueólogo no sería muy justo.
Finalmente, se está yendo a una beca.
Dumbarton OAKS es un instituto de investigación de la Universidad de Harvard ubicado en Washington. Harvard da una especie premios, en mi caso es un fellowship, como una membresía. Estaré allá un año académico; es decir, ocho meses. Tendré la libertad para trabajar un tema que me interese y en lo posible publicar un libro. Me voy el 11 de septiembre.
Me dan muchas facilidades y me parece que es una buena oportunidad. ■