Apuntes sobre la conferencia magistral de Jaime Saavedra para el CIES – 2024 (los comentarios a cargo de María Balarin de GRADE, Ricardo Cuenca del IEP y Patricia Ames de la PUCP)
Hoy asisten más niños a la escuela que en décadas pasadas.
El 52% de niños no podía leer y comprender un texto sencillo a los 10 años antes de la pandemia (el valor estimado para el 2022 fue de 79%). Estamos enfrentando la peor crisis educativa en la historia.
Alcanzar una educación de calidad el 2030 no será posible.
Desigualdad…educativa
En la OECD el decil superior de ingresos gana 4 veces más que el decil inferior. En América Latina el decil superior gana 12 veces más que el decil inferior.
Las desigualdades se manifiestan a temprana edad. A los 3 años la diferencia en el dominio del vocabulario es mayor en los niños del decil de altos ingresos que el de los del decil más bajo (Chile, Ecuador, Colombia y Perú). Esta brecha se amplía con el tiempo.
El porcentaje de estudiantes con alto rendimiento en lectura en 3er grado es muy superior en el quintil más alto de ingresos que en el más bajo (en Perú esta diferencia en el rendimiento es más de 5 veces).
Las diferencias de aprendizaje entre escuelas públicas y privadas en Matemáticas según la prueba PISA es a favor de la escuela pública en toda la OECD, Estonia, México y Colombia, y a favor de las escuelas privadas (por un margen no muy alto) en República Dominicana, Argentina, Perú y Brasil cuando se toma en cuenta el nivel socioeconómico del hogar. Es decir no hay diferencias sustantivas en cuanto a los niveles de aprendizaje entre estos dos tipos de instituciones.
Trayectoria educativa
En varios países de América Latina (incluido Perú) muchos estudiantes principalmente de los quintiles de ingreso más bajos interrumpen sus estudios secundarios y superior. En el quintil 5 (el más alto de ingresos) el 95% de estudiantes empiezan el nivel primaria, de ellos el 85% continua el nivel secundaria y solo el 47% llega al nivel superior. En cambio, en el quintil 1 (el más bajo de ingresos), el 94% empiezan el nivel primaria, de estos el 67% llega al nivel secundaria y de ellos solo el 13% asiste a educación superior.
Cuando se analiza por ámbito de residencia, es decir ámbito urbano y rural, la situación es bastante parecida. El 94% de los estudiantes del área rural empiezan el nivel primaria, de estos el 66% asiste al nivel secundaria y solo el 13% llega al nivel superior. En el área urbana, el 95% de estudiantes empiezan el nivel primaria, el 79% de estos empieza el nivel secundaria y el 32% llega al nivel superior.
Resultados en el aprendizaje de los estudiantes
El puntaje de la prueba PISA en matemáticas del año 2022 por ámbito urbano y rural muestra una gran brecha entre América Latina y la OECD.
El puntaje de los estudiantes del área rural en la OECD supera en más de un año de escolaridad al país con mejor puntaje de América Latina (Chile). Si bien Perú muestra un puntaje destacado en el grupo de países seleccionados (solo superado por Chile en el área urbana), el rezago respecto a la OECD es de más de dos años de escolaridad.
Acceso a educación superior
Es más probable que aquellos estudiantes con padres donde alguno de ellos cuenta con educación superior completen este nivel de educación. En Perú esta probabilidad es de 40 puntos porcentuales, en Colombia 60 puntos porcentuales y en Brasil 70 puntos porcentuales. En Corea del Sur esta probabilidad es 30 puntos porcentuales.
Asimismo, dentro de los jóvenes que están en edad para cursar estudios superiores en nuestro país, solo el 20% asiste a educación superior en el área rural y 34% en el área urbana. El promedio en España es 73%, que representa el promedio de la OECD.
Por otro lado, el hecho que alguno de los padres de los estudiantes cuente con educación superior está relacionado con puntajes más altos en la prueba PISA. Dentro de los países seleccionados Perú muestra una brecha alta en este aspecto.
Entonces, ¿por qué todavía no hemos podido cerrar estas brechas?
Hay una gran heterogeneidad en la calidad de las escuelas públicas y privadas. Además, gran parte de los estratos altos de ingresos matriculan a sus hijos en escuelas privadas donde la calidad no necesariamente es mejor que en las públicas (como se explicó anteriormente). Con esto evaden la responsabilidad de exigir que todas las escuelas ofrezcan un servicio educativo de calidad. Es decir evaden el problema.
Nuestra burocracia tampoco es consciente de esto. Y en general falta internalizar en la sociedad que el servicio debe ser de calidad porque al final tanto los sectores de altos y bajos ingresos son perjudicados.
¿Hay soluciones planteadas para enfrentar estos graves problemas de aprendizaje?
La respuesta es sí. Una respuesta rápida pasa por garantizar que los estudiantes tengan la oportunidad de contar con mejores maestros (o con maestros simplemente), que haya suficientes materiales educativos y que cuenten con algún tipo de tecnología, que se pueda medir de forma permanente los aprendizajes y que lo que se implemente esté basado en evidencia. Sin embargo, el reto pasa porque esto funcione en todas las escuelas y no solo en algunas.
Hay 4 elementos a tener en cuenta para que esto pueda hacerse realidad y en general para toda política social
Estos son: el diseño técnico, la capacidad de implementación, los recursos financieros y el alineamiento político.
Dentro del diseño técnico es clave que este sea razonable y adecuado. Además es importante que se fundamente en base a la evidencia. Requiere un rediseño constante y aprendizaje permanente. Asimismo, la tecnología debe ser un aliado para focalizar el servicio a los más necesitados garantizando calidad y eficiencia.
Respecto a la capacidad de implementación. La eficacia recae más en este componente y en gran medida en el factor humano (multidisciplinariedad y burocracia meritocrática a nivel central y local). Son servicios generalmente complejos. Además, la organización institucional y la calidad de su burocracia son factores claves para que la implementación sea de calidad.
Los recursos financieros son necesarios y a veces insuficientes, pero a veces es mejor invertir bien lo que tenemos.
Finalmente, es necesario reconocer que el problema no es solo técnico sino también político. Para esto se requiere que todos los actores involucrados internalicen el problema y se alineen en un propósito común. Al mismo tiempo, se debe garantizar que la política este fuera de las decisiones técnicas.
¿Qué nos falta…?
Existe el diseño técnico, tenemos los recursos financieros generalmente escasos pero a veces se requiere gastar mejor simplemente; sin embargo el problema pasa más por los equipos de implementación y el alineamiento político donde se presentan enormes brechas.
Entonces el reto pasa por internalizar el problema y construir hoy un contrato social. No hay tiempo que perder.
Dejó el enlace del video de la conferencia completa.
https://www.youtube.com/live/7_VPB3FtCdM?si=AfFE3F6tbjh6SGRB
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