Otra perspectiva. Peruanos completos

[Visto: 398 veces]Los partidos políticos son soporte de la democracia solo si son representativos. El Congreso tiene votos, pero no el respaldo de la ciudadanía. Los ciudadanos debemos estar vigilantes y actuar con responsabilidad. Al actual Congreso, lamentablemente, lo elegimos todos nosotros y fue porque Vizcarra disolvió el anterior, también nefasto. Ya habían amenazado con … Leer másOtra perspectiva. Peruanos completos

Si callo, no otorgo; si hablo, no ataco

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Regreso, después de muchos meses en los que he preferido otros espacios para comunicarme. Un tiempo en el que estuve entre el duelo, la vida casera y el trabajo incansable por la educación para el perfeccionamiento humano. Aún sigo, yo misma, en esa batalla de mejorarme.

Durante este tiempo, ya me he pronunciado en las redes sociales dando mi opinión sobre la gestión actual del Ministerio de Educación. Tengo muchos amigos y ex compañeros de trabajo allí; y, quienes bien me conocen, saben que mis críticas siempre son acompañadas de propuestas, aunque a veces me descontrole y sea irónica o dura. Claro, también puedo equivocarme y siempre sé reconocerlo.

Esta vez, quiero referirme a la demanda que hago de una acción más sostenida, consistente, creativa y crítica (sobre todo autocrítica). Y, ¿por qué de nuevo? Porque es la primera vez que una gestión educativa tiene tan valioso presupuesto y las mejores oportunidades y condiciones para ejecutarlo y, aún, no lo hace como corresponde (fue la causa principal de la salida de Salas). Es cierto que hay esperanzas con el Ministro Saavedra, pero hay poco tiempo y, él desconoce la integralidad de la problemática  educativa y la complejidad del sector público.

Como ya se está haciendo mucho por dar a conocer las acciones que esta gestión considera como mejoras en todos los casos, me referiré a lo que no se dice o se dice a medias.  Me parece extraño que no se sientan (aunque tal vez las haya y aún no las conocí) las críticas del SUTEP, los análisis, reflexiones demandantes y acciones concretas de MCS, Consejos, Foros, ONG en general, Consorcios, Asociaciones, etc. ante situaciones como las siguientes:

1- Sobreexposición, en los medios de comunicación, de personas, cargos, actuaciones, actividades, sin asesgurarse de la calidad pedagógica y pertinencia didáctica de los contenidos.

2- Desorganización en la secuencia, conducción de las estrategias formativas y planteamiento didáctico de la reforma curricular.

3- Sobre valoración y manejo poco objetivo de ciertos proyectos y programas refiriéndolos como innovadores cuando se trata de temáticas, planteamientos y aportes que datan del siglo pasado (inteligencias múltiples, inteligencia emocional, investigación acción, aprendizaje significativo, aprendizaje por proyectos, ABP, neurociencia, etc.). Lamentablemente, esto da cabida a que arribistas y oportunistas, sobre todo, en provincias, aprovechen esta situación generando un  nuevo “mercado”.

4- Poca atención a los temas importantes de este siglo y que podrían ir de la mano con las actuales reformas para hacerlas potentes. Me refiero a la gestión del talento humano, el pensamiento innovador en la era digital, la revolución de la ciencia, tecnología y vigencia de la prospectiva como referentes para la educación, la importancia del cerebro emocional y la desmitificación de  los trastornos de atención, hiperactividad y otros relacionados, la educación espiritualista, la nueva infraestructura educativa que prioriza el desarrollo integral del niño y el respeto ecológico, la nueva gestión administrativa que simplifica y da coherencia a la propuesta pedagógica, que alienta a los involucrados y los empodera no solo en imagen, sino en co-participación.

5- Falta de mayor atención a las instituciones educativas privadas, tanto para demandarles, como para darles la formación y orientaciones que permitan coherencia con la política educativa nacional.

No me quedo en la crítica, trabajo (y mucho, por mi vocación); brindo mis aportes y proyectos, con honorarios profesionales y sin ellos, como les consta a muchas Direcciones y personas en el Ministerio. Cuento con la confianza y apoyo moral de amigos, compañeros, alumnos y ex alumnos  fieles a la vocación, a la pasión por servir, por crecer y ayudar a crecer a los seres humanos de este país. No se necesita ser el contrario para opinar en contrario y decirlo, siempre con respeto.

Mi auténtico anhelo es que quienes decimos amar y defender la educación, superemos los propios intereses, miedos, comodidad, acostumbramientos o apegos, para transformar la realidad de resultados negativos de aprendizajes o limitaciones, los estudiantes brillarán si nosotros (autoridades, padres, madres, educadores, ciudadanos) brillamos.

Nunca es tarde, aunque parezca, siempre es posible marcar la diferencia cuando se sabe que hubo preparación, planificación, buena voluntad, empeño, profesionalismo, amor. Aún se puede hacer la revolución más allá de las pantallas y de las aprobaciones, desde la enmienda o mejora, desde el corazón.

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Amar lo que hacemos, amar nuestro trabajo

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Muchas veces se les dice a los niños y adolescentes: “Tengo que trabajar”, “Hoy es lunes, otra vez a trabajar”, “¡Al fin es viernes!”…”Si no tuviera trabajo, no comerías”, “Si no trabajara, podría estar más tiempo jugando contigo”…

¿Qué les estamos enseñando?

Les estamos diciendo que trabajar es pesado, es desagradable, es causa de la poca presencia en casa, es una obligación, etc. Me recuerda lo que siempre comento respecto a los castigos con la lectura (inspirada en las palabras que mi amigo Jorge Eslava compartiera en una charla): “¡Estás castigado, anda lee un libro! …!Haz algo por la vida y ve a leer!” (nunca nos castigan mandándonos a ver una película ni a un concierto o algo semejante). Entonces nos están diciendo que leer es un castigo, es pesado, es un deber u obligación.

Lo más saludable y positivo es trabajar haciendo lo que uno ama, haciendo aquello que le apasiona y con lo que está comprometido por propia decisión.

Yo les digo a mis hijos que trabajo porque me apasiona lo que hago, me encanta y lo disfruto. Porque, además de gozarlo, me pagan por eso. Cuando llevo cosas para compartir o llego rápido a casa a pesar de que dije que tardaría, les comento que gracias a mi trabajo puedo usar el dinero en cubrir necesidades y ciertas comodidades y, eso, añade satisfacción a lo que hago. De todos modos, me disculpo cuando me toca etapas “trabajólicas”, que casi siempre son  cuando estoy en un proyecto de envergadura. Recuerdo que cuando fui funcionaria con cargo de responsabilidad en el Ministerio de Educación les decía que me disculpaba y los compensaría, que estaba haciendo algo por ayudar a otros niños y adolescentes.

No siempre hice bien todo mi trabajo como madre ni como profesional, pero de lo que estoy segura y me lo repiten mis hijos es que saben que el trabajo es bueno cuando estás feliz. Claro, a veces, me meten en aprietos y se produce más o menos el siguiente diálogo (¿manipuladora, yo?):

– “Mamá, pero no me gusta lo que hago…”

– Hijo, entonces será bueno que intentes que te guste lo que haces y no sólo hagas lo que te gusta, ¿qué tal?

Hagamos siempre lo mejor que podamos, eso da mucha satisfacción y paz.

A puertas de celebrar el Día del trabajo, me despido con las hermosas frases de Facundo Cabral:

  • Quien no ama su trabajo, aunque trabaje todo el día es un desocupado.
  • El que hace lo que ama, está benditamente condenado al éxito…

Seguimos aprendiendo…

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