Patricia Osorio Dominguez

Saludando el reinicio de las clases escolares, que tienen como centro del proceso a los estudiantes, quiero empezar recordando una crítica que hace unos años se hiciera de manera enfática a los docentes: “Los maestros no conocen a sus estudiantes”.

¿Cómo es posible brindar una educación de calidad a los estudiantes sin conocerlos lo mejor que podemos?
No, no es posible. Desde la teoría, en todos los temas de planificación educativa y pedagógica es vital el conocimiento de los estudiantes; por tanto, es fundamental enmendar este error por omisión.

Si conocemos a nuestros estudiantes, recogiendo información previa sobre ellos, indagando, pues, podremos planificar experiencias de aprendizaje significativas, lograr que construyan por sí mismos los nuevos conocimientos.

Si educo, sea a niños, adolescentes, jóvenes o adultos, debo conocer sus gustos en distintos aspectos, sus intereses y sus formas de ver el mundo en general, así como, la manera en que ven su propio entorno, su familia y a sí mismos.

Otro elemento importante, es brindar la confianza y afecto necesarios para establecer una comunicación que asegure el éxito de la intervención didáctica. Ya he escrito y seguiré haciéndolo, sobre la importancia de tener presente el objetivo de la educación: brindar herramientas para que los estudiantes logren la felicidad en sus vidas, los valores universales y educativos que anhelamos para construir una sociedad feliz.

Seguimos aprendiendo!

Educar significa transferir sus propias cualidades espirituales y personalidad a los demás. Desde este punto de vista consideramos que, tanto padres de familia, como docentes, deben tomar real conciencia de lo trascendencia de esta misión en la vida de niños, adolescentes y jóvenes.

Si padres y docentes desean que sus hijos y estudiantes cambien para mejorar, es necesario que sean los primeros en mejorar sus actitudes y sentimientos. Para esto, hace falta revisar la propia autoestima, el autoconocimiento y las características que les permitan ejercer tal misión.

Es fundamental que revisen cuál es la imagen mental que tienen de sí mismos:
– Defectos
– Virtudes
– Capacidades
– Puntos críticos

Y, cuál es la percepción que tienen de sí:

– Percepción de uno mismo y conciencia de: necesidades, motivaciones, logros y limitaciones, frustraciones y experiencias.
– Percepción de otros
– Percepción social

Luego de considerar lo anterior, pensamos que es importante ejercitar las siguientes acciones:

– Fomentar la sensibilidad interpersonal dormida.
– Ayudar a mejorar la capacidad para descifrar lo que sienten las otras personas.
– Promover la expresión libre de sus sentimientos respetando los de los demás.
– Ayudarlos a que ganen seguridad mediante ejemplos positivos y prácticas sencillas.
– Reaprender la comunicación entre generaciones distinas y respetar la identidad de los niños y adolescentes como “nativos digitales”.

Se trata de mostrar y enseñar desde nuestros logros en torno al aprendizaje del amor hacia nosotros mismos y hacia los demás, para arribar a los valores educativos y universales que nos llevarán a una cultura auténticamente humana, espiritualista. No es nada fácil, pero llegaremos a la meta si empezamos, desde ya, a dar los primeros pasos.

Como educadores es importante percibirnos como personas merecedoras, es algo esencial para nuestra felicidad y magnetismo. Si no nos creemos merecedores, nuestros deseos se regirán por el temor y la carencia; y, nuestra capacidad para recibir será condicional en el mejor de los casos.
Pero, nuestro merecimiento no se deriva de cosas comoo un título especial, un automóvil último modelo, ni de nada externo a tu alma. Nuestro merecimiento se deriva de un legado divino, de nuestra identidad eterna…nuestro valor nunca varía.

Si nos sentimos indignos, tenemos que saber que esta sensación puede derivarse del drama de otras personas, pero que no es ni nunca fue nuestra verdad. Así pues, si pensamos que debemos hacer algo o ser alguien diferente con el fin de merecer, tenemos que desechar vigorosamente ese pensamiento.

Abandonemos el rechazo de nosotros mismosy tomemos conciencia de que somos merecedores tal como somos.

Afirmemos nuestro futuro y nuestra sensación de merecimiento todo el tiempo. Así, al estar en contacto con nuestros estudiantes, seremos modelo de merecimiento, los ayudaremos a sentirse siempre merecedores de todo lo hermoso y feliz.

Desechemos, junto a los papeles viejos, los recuerdos dolorosos del pasado, aquello que no nos sirve para crecer y, empecemos este 2012, con lo mejor para nuestro bienestar y el de los demás.

Luz y amor, a educar en el amor incondicional!

Hace poco pude compartir con docentes de Lima y gracias a la Editorial San Marcos y la UTP, la conferencia que titulé Mejores actitudes, mejores resultados educativos. En el fondo, el mensaje siempre presente en mis presentaciones, cómo educamos para ayudar a los estudiantes a conquistar su felicidad. Y es que un primer paso es lograr esa conquista nosotros como docentes, adultos que hemos atravesado un trecho más largo y lleno de experiencias aleccionadoras.

Entonces, vienen a la mente preguntas como ¿Qué es la felicidad? ¿Cuál es el aprendizaje de la vida? ¿Para qué estamos en este mundo?, etc. Yo estoy convencida de que hemos venido a aprender el amor, aprender a amar y tomar el amor. Considero que es una tarea difícil pero hermosa desde todo punto de vista, sobre todo, si considerando la historia de nuestra propia evolución recordamos que “la mente se forma en conexión con otras mentes”, que nuestra naturaleza es socio emocional y requerimos estar y sentir con los otros para desarrollarnos más y mejor. Si puedo entender a los otros, puedo liderar, puedo protegerme si es necesario, y siempre podré funcionar mejor.

El punto de partida es, pues, trabajar en el amor y aceptación a mí mismo(a) de manera permanente, lograr amarnos incondicionalmente, una tarea de toda la vida pero muy gratificante si valoramos el proceso.

Siendo docentes, tenemos una doble recompensa, pues no sólo podremos ser felices amándonos, sino amando y ayudando a aprender el amor a nuestros estudiantes, sea que los padres cumplan o no con esa que es su función básica de proveerles amor y seguridad.

Espero pronto, poder compartir el enlace con la presentación de la citada conferencia.

Seguimos compartiendo!

Patricia

Ha muerto Ernesto Sábato, uno de los mas importantes escritores universales. Nos ha dejado no sólo su literatura maravillosa, sino el legado de su aprendizaje de vida.

En sus obras podemos apreciar la búsqueda del amor auténtico y pleno; en sus ideas, la constante afirmación de que la educación es el camino para lograrlo, para ser más humanos.

Definitivamente, son muchos los que coincidimos con Sábato en las ideas antes mencionadas; coincidimos al pensar, pero aún hace falta mayores esfuerzos para superarlo y, superar a otros, en el actuar a favor de una educación mejor. Una educación para lograr mejores personas, íntegras e integrales.

Desde siglos pasados estamos tras la búsqueda de la educación integral que, lamentablemente. no podemos ver como realidad, salvo que se trate de algo no planeado, un milagro en el horizonte. Pues siempre que empezamos el camino hacia lograrlo, aparecen las amenazas de la sociedad materialista y entonces siempre es mejor el conocimiento puro, el “cerebro”, antes que la mente, el sentimiento y la espiritualidad. Es un absurdo total, pero así vivimos, en el absurdo de las familias, instituciones, organizaciones enfermas del alma y espíritu.

Se preguntan después, ¿por qué los fracasos escolares, familiares, laborales, nacionales, mundiales? La educación formal e informal, la formación de vida y a lo largo de la vida no están atendiendo la integralidad de espíritu, mente y cuerpo.

Un profesional promedio, con familia y buen empleo, con amigos para el deporte y las fiestas, de pronto cayó en estrés, luego en derrame cerebral. En el proceso de curarse, se dio cuenta que todo el tiempo estuvo pensando en lograr reconocimiento y cosas materiales, pero no en amarse como es, olvidó fortalecerse espiritualmente, fortalecer su hogar – no su casa ni los compromisos sociales de la familia que es algo distinto-. Descuidó cuidar su salud integral y compartir amor con gente que lo necesitaba; dejó de ser un líder a pesar de haberse formado profesionalmente para ello.

Si algunos no lo saben, tuve un grave accidente de tránsito hace casi 7 meses. Aún sigo en rehabilitación y superando lentamente algunas complicaciones. El haberme accidentado tuvo, también, muchas consecuencias positivas, comentaré sólo una de ellas en esta oportunidad. Gracias a las redes sociales, en especial a Facebook, mis ex alumnos del colegio donde me inicié como maestra hace 21 años, se enteraron del accidente y me contactaron, lo cual provocó un movimiento de reencuentros, comunicaciones y acercamientos que cada día nos llena de mucha alegría y fortaleza.

A continuación, cambiando nombres por roles, les comparto la secuencia emotiva de una charla que mantuve con uno de mis ex alumnos, un hombre ahora que hace muchos años fue un niño asustado, poco dedicado a los estudios y confundido con las cosas difíciles que le presentaba la vida. Ha logrado superarse mucho y sobre todo sentirse bien con él y la vida. A todos los maestros y maestras de vocación que me leen (sean o no maestros de formación), los saludo y felicito por la oportunidad de trabajar dando amor.

Fragmento de charla por messenger:
Alumno:yo me acuerdo de usted y no por las clases precisamenete si no por que usted se preocupaba de mí
me hacia sentir extraño

y usted no era nada mío

Profesora:SIEMPRE LOS QUISE MUCHO, MÁS A LOS Q TENIAN ALGUNA DIFICULTAD

Alumno: jajajaj si me lo va a decir a mí
siempre fui muy avergonzado

Profesora: pues, siempre debes saber recibir afecto

Alumno:pero me aprendí mi poesía por usted, me atreví a recitarla, me costó mucho….a la mitad me di cuenta que no lo estaba haciendo bien pero, al final, solo usted me aplaudió
significó mucho para mí

nunca lo olvido
soy igual
con todos mis compañeros
de labores
me reto a que puedo mejorar su forma de ser de pensar
trabajo en ventas

muchos egoístas
egocéntricos
otros que no atinan más que a pasar el tiempo
no tienen sentido su vida

Profesora:gracias Juan, me haces sentir muy feliz con tus palabras

Alumno:es verdad
qué bueno que la encontré después de tiempo y se lo pude decir

Profesora: siiiiiiiiiiiiiiiiií

Alumno:ya ve por eso solo fue un accidente nada mas y usted sigue viva…

Seguramente, todos tenemos estos bellos regalos de la vida!

Seguimos leyéndonos, comunicándonos, queriéndonos como personas

Los maestros debemos adquirir una nueva actitud evaluadora que genere confianza, seguridad y potencie los aprendizajes de los niños y niñas, de los adolescentes. De lo que se trata es de ayudarlos a mejorar, a que aprendan sus fortalezas para superar sus errores, antes que fijarnos y señalarles cuáles son para que no vuelvan a repetirlos.

Existe una multitud de aspectos que conviene considerar para la evaluación y la mayoría de las veces no se dispone de tiempo suficiente para llevar a cabo un registro minucioso de todos ellos. Por esto, la utilización de fichas y registros de autoevaluación y coevaluación, así como la elaboración de cuestionarios, escalas de observación, cuadernos de anécdotas, etc., permiten obtener suficiente información acerca de los aspectos que nos interesa evaluar.

Por ejemplo, la compilación de determinadas fichas de autoevaluación por parte de los alumnos puede ser una forma ágil de consultar en cualquier momento. La utilización de los mapas de ideas permite que los propios alumnos observen lo que saben, lo que han aprendido e incluso cómo lo han aprendido; al tiempo que el profesor en un primer momento pueden comprobar el estado inicial de conocimientos de sus alumnos sobre cualquier tema (evaluación inicial) para iniciar desde ahí los nuevos aprendizajes; finalmente, un segundo mapa puede indicarles si ha habido mejoras en el aprendizaje de conceptos.

Los instrumentos de evaluación de los que nos podemos valer para llevarla a cabo, han de ser seleccionados y adaptados a las distintas necesidades y según las características que valoramos de la perspectiva constructivista.

La corrección a las producciones (orales y escritas) de los niños y niñas de primaria debe ser de manera indirecta, utilizando preguntas antes que órdenes y expresiones sancionadoras, pues éstas que pueden provocar bloqueo y desmotivación por el aprendizaje, además de afectar negativamente la autoestima.

En el caso de la corrección de escritos, es importante acordar previamente con los niños y niñas cuáles serán los códigos de corrección, los criterios de evaluación y el mecanismo que se seguirá, de manera muy clara y sencilla.

Me quedé encantada con la lectura del libro del destacado Joan Ferrés i Prats, de allí el título de esta comunicación que el mismo de su grandiosa obra…Sentía como si él pusiera mis ideas _con mayor maestría y didactismo, claro_ en sus escritos.
Ferrés parte de la revisión de los estilos actuales de comunicación en las aulas, señalando dónde se dan las fallas para que no exista eficacia en la comunicación del docente con los educandos.
Como bien sabemos, el peor enemigo de la comunicación es la rutina. En la comunicación educativa la rutina es aún más peligrosa.

Lamentablemente, se suele justificar esto en la fidelidad a los contenidos curriculares y la tradición docente. Se confunden los contenidos con la manera particular de comunicarlos, sin percatarse que cuando surgieron estas formas de comunicación los destinatarios del proceso de enseñanza eran muy distintos de los actuales. Es triste ver que el estilo comunicativo que impera en el ámbito educativo y cultural está frecuentemente muy alejado de la sensibilidad de las nuevas generaciones.