¿Cómo es posible brindar una educación de calidad a los estudiantes sin conocerlos lo mejor que podemos?
No, no es posible. Desde la teoría, en todos los temas de planificación educativa y pedagógica es vital el conocimiento de los estudiantes; por tanto, es fundamental enmendar este error por omisión.
Si conocemos a nuestros estudiantes, recogiendo información previa sobre ellos, indagando, pues, podremos planificar experiencias de aprendizaje significativas, lograr que construyan por sí mismos los nuevos conocimientos.
Si educo, sea a niños, adolescentes, jóvenes o adultos, debo conocer sus gustos en distintos aspectos, sus intereses y sus formas de ver el mundo en general, así como, la manera en que ven su propio entorno, su familia y a sí mismos.
Otro elemento importante, es brindar la confianza y afecto necesarios para establecer una comunicación que asegure el éxito de la intervención didáctica. Ya he escrito y seguiré haciéndolo, sobre la importancia de tener presente el objetivo de la educación: brindar herramientas para que los estudiantes logren la felicidad en sus vidas, los valores universales y educativos que anhelamos para construir una sociedad feliz.
Seguimos aprendiendo!