Las acciones para mejorar la educación, en concepción del MINEDU son los exámenes que deben rendir los profesores para acceder a una plaza de contrato o para ascender a un nivel mayor en la carrera. Obtener una buena nota en el examen es considerado como un mérito que se premia aumentando los ingresos económicos. Veamos cómo esta concepción está destruyendo aún más la educación, aunque en apariencia parecería que iba a mejorarla. Una falacia muy finamente construida que va destruyendo instituciones educativas como los colegios Fe y Alegría.
Comparemos con lo que se viene discutiendo respecto a los méritos en las universidades. El profesor Modesto Montoya, para las Universidades plantea una ley del Investigador teniendo como mérito las publicaciones en revistas internacionales acreditadas y arbitradas (principal 20, asociado 12 y auxiliar 5). La ley Universitaria 23733 prescribe que el docente que ocupa el cargo de Profesor Principal deberá haber hecho investigación, es decir deberá contar con publicaciones. Si dan un vistazo a los profesores principales, reuniendo a todos aquellos que han hecho publicaciones, solo se tendría profesores quizá sólo para una universidad en el país con la exigencia de 20 publicaciones. Reduciendo la exigencia, digamos a una publicación en los últimos siete años (periodo por el cual es nombrado un docente como profesor principal), se tendría para un par de universidades. La mayoría, son sólo caricatura de universidades.
Por el otro lado, los profesores que han ingresado a la carrera magisterial, tienen un ingreso de 800 soles más que aquellos que no lo han logrado. Ambos, que tienen a su cargo cada uno dos aulas del mismo grado, quien gana menos, ahora se encuentra desmotivado, porque hace el mismo trabajo que el otro profesor que gana más. ¿Dónde está la diferencia? La respuesta sería que el profesor que está en la carrera magisterial, al haber demostrado mayor capacidad que el otro al aprobar un examen, los beneficiados serán los escolares de las dos aulas a su cargo, y las otras dos aulas a cargo del profesor que está fuera de la carrera serían las perjudicadas. Siguiendo la lógica, si se aplicara la misma evaluación a los alumnos de las aulas de ambos profesores, quienes obtendrán el mayor rendimiento deberían ser aquellas a cargo del docente en carrera. Es donde asalta la duda me comentaba un profesor de un Colegio Fe y Alegría.
El resultado es, en colegios donde antes había un trabajo más o menos en equipo a nivel de grado o a nivel de institución educativa, como es el caso de los Colegios Fe y Alegría, esa unidad ha sido resquebrajada. El trabajo en equipo que permite un mejor rendimiento institucional, ha sido roto, con ello pierden todos los estudiantes y padres de familia.
Es tan parecido a como ocurre en las Universidades. Todos los profesores principales ganan un aproximado de 5,000 soles, pero solo uno o quizá ninguno de ellos ha realizado investigaciones y quienes los hacen son profesores jóvenes que son auxiliares que reciben 2000 soles. Cuando el cargo no corresponde al mérito, existe una desmoralización de quienes esforzándose y ostentando los méritos ganan menos que los otros que sin poseer los méritos perciben ingresos que hasta triplican al de los otros. Esa corrupción en las universidades debe sancionarse cumpliendo la ley universitaria.
Pero, en el magisterio, el mérito ¿cuál debe ser? ¿Aprobar un examen? o ¿que los alumnos a cargo del profesor aprueben una evaluación externa? O ¿elaborar un texto o manual?
Cuando el mérito no está bien precisado en el reglamento o la ley o no se condice con la situación real, aparecen fuentes de corrupción académica y retrocesos en los procesos educativos.
En el caso de la universidad en esencia es “enseñar lo que se investiga”, entonces el mérito es la investigación, es decir las publicaciones en revistas internacionales arbitradas o el registro de patentes, o la ejecución de proyectos de desarrollo de impacto en la comunidad (es corrupción caricaturizar la investigación organizando publicaciones internas teniendo como “árbitros” a mis amigos). Aquellas instituciones que piensan que el mérito es otorgar la mayor cantidad de diplomas, títulos o grados, no figuran en el ranking universitario.
El magisterio en esencia es transformar a los niños en ciudadanos, quienes al egresar de los colegios deben ostentar un conjunto de capacidades y habilidades evaluables y demostrables. Por eso, los entes rectores de la educación, su preocupación central debe ser, elaborar los instrumentos de evaluación para verificar las capacidades y habilidades que los estudiantes van logrando de grado en grado. Los grupos de alumnos que logren dichas capacidades con rendimiento alto, son porque atrás hay la mano de un buen profesor, que reclama reconocimiento por su mérito, que debe ser reconocido con un ingreso adicional. Esto motivaría para que los otros profesores vean la forma para mejorar la formación de sus estudiantes. El profesor que no logra méritos en tres años seguidos debe dejar el magisterio, similar a la docencia universitaria, que la ley señala, quien no investiga en siete años, no debe ser ratificado como profesor principal.
Al enterarse los alumnos de los resultados de las evaluaciones, ellos querrán, así como sus padres también, les enseñaran los profesores que lograron mayor resultados en las capacidades y habilidades en sus alumnos. La emulación por lograr estudiantes mejores, será el motor para elevar gradualmente el nivel de la educación en el país, tan igual como la investigación de los docentes universitarios será el motor para refundar la universidad peruana. Leer más