El Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), una reunión de líderes en inversiones y negocios, se presenta como una oportunidad de primer orden para vender al mundo los atractivos que el Perú posee. Da ventaja respecto a otras naciones de América del Sur. La gran afluencia de delegados a las reuniones de APEC, es un reto organizativo y ocasión propicia para la promoción de oportunidades de negocios y de inversión.

A este caramelazo que Cuzco ha perdido, porque Alan García y sus Ministros consideran a la ciudad capital histórica del Perú como insegura e indigna del foro APEC; se añade otro, que por cada dia de paro, pierde 20 millones de soles. Los cuzqueños se hacen el harikiri, titula el diario Perú 21. El coro oficial de noticieros, diarios y revistas, repiten las declaraciones del Presidente, que acusa a una “minoría” que promueve paros, de majaderos y enemigos del Perú y el Ministro de Defensa Antero Flores Araoz, por el hecho que votó por Machu Picchu para maravilla mundial, está resentido y reniega “que se queden con su Machu Picchu. No irán los demás a verlo”, lanza su perjuro.

La inversión y los negocios, obviamente lo hacen las personas. Las inversiones en el Cuzco, que tanto se pregona ahora, no serán para los cuzqueños. Serán para los grandes inversionistas limeños o foráneos. Creo que ni Alan García, ni algun Ministro o Ministra, va a invertir un millón de dólares, de sus ahorros, en Cuzco, sin ser los grandes beneficiados. La pregunta es ¿cuál es el interés de ellos en promover las inversiones en tierras en las que ni siquiera ellos serían capaces de invertir sus propios dineros?

Hay que distinguir los dos tipos de inversion: INVERSION PRODUCTIVA, es la que reclama asimismo el Cuzco; INVERSION CORRUPTIVA, es la que reclaman los inversionistas limeños y fóraneos, también asimismos. Algunos, se han escandalizado, porque los líderes regionales, estarían defendiendo a los pequeños artesanos y productores que ofrecen sus productos a los turistas, pues, ellos son dueños de algunos de esos negocios. Por tanto no pueden promover paros defendiendo esos intereses y perjudicando al Cuzco, se ha dicho. Pienso, que ni al Presidente, ni a ningun Ministro o Ministra le gustaría que delante su casa, siquiera alguien estacione su vehículo, peor que coloque un negocio, sin su autorización, por que eso es propiedad privada, argumentarán. Pero, en los “alrededores” a los restos arqueológicos, como son propiedad de todos (falacia), alli si cualquiera que tenga millones puede construir hoteles y restaurantes.

Es una falacia afirmar, que los restos arqueológicos son de propiedad de todos los peruanos y las inversiones beneficiarán a todos. Los grandes inversionistas de Lima o del extranjero, por lo que demuestra la historia, promueven inversiones corruptivas, donde los grandes beneficiados son ellos. Esa es la razón del rechazo de la población cuzqueña a una ley que aparentemente los beneficia. En una inversión productiva, los primeros en hablar de ley de inversión en zonas arquelógicas y en zonas de recursos naturales, deben ser los descendientes directos que viven en los espacios naturales y aledaños, no personas ajenas a estos espacios, que lo único que les interesa es el negocio, llevarse las ganancias a Lima o fuera del pais, contaminando la cultura y el ambiente de la comunidad.

No es democrático, desde Lima, imponer leyes en asuntos propios de cada Región. La descentralización, parece lo entendieron los varones de las inversiones, como repartirse el Perú para invertir. En su confusión, no pueden convencer a la población y se lamentan “mejor no debió darse la regionalización”. Por eso, han parido una ley de inversiones turísticas que dice, si quieren lo aplican o si quieren no. Esto, demuestra la total carencia de argumentos y desnuda las verdaderas intenciones. La democracia es diálogo, pero fundamentalmente es respeto a la dignidad de las personas y a las comunidades. La democracia es verdadera descentralización.

Pienso, que los cuzqueños sabrán cuidar y poner en valor sus restos arqueológicos y sus recursos naturales. Agradecerán los consejos que les den los limeños. Pero, el Presidente Alan García, con esta forma impositiva de entender la democracia, da el mensaje a la nación, que su educación recibida careció de valores de respeto, tolerancia y dignidad. Fue una educación a la europea colonialista. No fué una educación productiva de beneficio a la comunidad. No se puede construir una democracia aplastando al otro, sustentada en falacias.