Ya llegan al final, un periodo de campañas electorales. Solamente se escuchan las frases huecas de “educación de calidad, inclusiva, multicultural, etc., etc.” Los candidatos no explican cómo conciben la educación y cómo realmente la mejorarán. Por algo grave, la educación peruana en los rankings iternacionales es última o penúltima. ¿Cómo defeneder un modelo de crecimiento económico o de desarrollo que predomina en el país, si ese es el resultado? ¿Con qué autoridad podemos decir que los países vecinos, sea el modelo económico que tengan, son deficientes?
No contamos con universidades. Quiza de las más de cien que se denominan universidades, un par logren una acreditación internacional. Todavía no tenemos ninguna universidad acreditada. Las que tiene el país, en su gran mayoría, alcanzan a un nivel, equivalente a una escuela de formación técnica de mando medio. La realidad que taxistas, ambulantes, talleres informales, servicios tercerizados y otros, sea conducidos por licenciados, ingenieros, u otros, oficios que en su mayoría no está de acuerdo a lo que dice el cartón otorgado por la universidad, nos confirma esta situación.
Las inversiones que llegan al país, no son inversiones productivas, es decir, no son de aquellas que traen el desarrollo a una comunidad. Por eso, no existe el indicador del fortalecimiento institucional, como aquellas instituciones dedicadas a la educación (universidades, escuelas técnicas, colegios) y a la salud (espacios deportivos, hospitales, postas, asistencia nutricional). Estas instituciones son de la peor eficiencia y en muchos casos solo una careta, un disimulo para hacer creer a los electores que algo se hace. Por tanto, el modelo actual de ivnersiones, obedece a un esquema de inversiones corruptivas, que benefician sólo economicamente, mayormente al dueño del capital y no a los dueños de los recursos naturales y a las comunidades. No hay de que vanagloriarse por estas inversiones corruptivas, por el crecimiento de unos poquisisimos y el desarrollo microscópico en general.
Estas inversiones corruptivas, solo son posible, si se violan principios universales del desarrollo humano. Así, la libertad de expresión ha sido violada por los mismos medios de comunicación y por los “periodistas” a su servicio. Quiza, el internet algo de freno ha impuesto, pues permite, a aquellos que tienen acceso, expresar sus opiniones con libertad en igualdad de condiciones. Pero, en radio (rpp, ..), televisión (atv, america, …), y prensa escrita (comercio, peru21, …), solamente la información fluye unidereccionalmente, y mientras los dueños no lo permitan, porque peligran las inversiones corruptivas, esos espacios se han parcializado por una opción electoral, situación que tratan de disimular, confundiendo derecho a la información con la difusión de la defensa de intereses particulares a como de lugar. ¿Cómo lo hacen? Mediante la difusión de falacias. Gana el que tiene más “boquilla”, el que presenta el titular mas demoledor, resultado de sesudas elucubraciones del impacto sicológico y de poder manipulativo y no el que tiene mejores argumentos y de apego a la verdad y al razonamiento limpio. Esto se facilita, porque los lectores, el público objetivo, los bolsones poblacionales, como resultado de la deficitaria educación que han recibido, tienen poca capacidad de discernimiento, y es fácil manipularlos, recurriendo al manejo emocional, obnubilando la capacidad de razonamiento con las falacias muy sutilmente construidas.
Mientras los dueños de los medios de comunicación, piensen que ellos pueden decidir que difundir, a que periodistas contratar para reproducir sus libretos, la libertad de expresión está violada. Pero, como en un mundo al revés, ante la exigencia que sean democráticos y permitan que se difundan las diversas opiniones equilibradamente, de las disputas electorales en contienda, ellos aducen que les “estan violando su libertad de expresión”. Tamaña concepción primitiva y de barbarie que predomina en el país, encubierta con falacias, defienden ardorosamente los medios que han monopolizado su propia verdad “ellos deciden lo que se debe difundir y se consideran que son los interlocutores del pensamiento de los demás ciudadanos”.
Entonces, tratan de tapar el problema de fondo, manteniendo el círculo vicioso de igonarancia y miseria humana. A estos poderes fácticos, que viven de las inversiones corruptivas, por nada del mundo les interesará una educación eficiente, de calidad, inclusiva; vasta aquella, suficiente como para que el ciudadano pueda endeudarse, consumir, con escaza capacidad de razomaniento, para no poder controlarse emocionalmente ante las ofertas de diversión y no se de cuenta cuando está siendo manipulado.
Tomará tiempo para que la sociedad, vaya construyendo instituciones como partidos políticos, universidades, colegios y otros, que efectivamente, superen esta concepción de las inversiones corruptivas y se ingrese a una etapa del florecer del desarrollo, mediante el impulso de las inversiones productivas.