Ciencia y fé. Los diálogos

Escuché hoy el Coloquio conducido por Lenin Vásquez Soplopuco P.E.S. (Pro Ecclesia Sancta) del CAPU, en el Auditorio de Física. He visto un intercambio de ideas, que por momentos, como en toda acción humana dirigida por el pensamiento dual que prima hoy, chispazos de manifestaciones de “yo tengo la verdad”, aunque se acompañe del comodín “yo no trato de imponer de ninguna manera”. De eso se trata, dialogar es la esencia de la universidad. Esto supera el pensamiento dual de “yo tengo la verdad” que engendra su opuesto “tú tienes la mentira”, o tratando de aparentar ausencia de dualismo se dice que “cada uno con su verdad” expresión que conduce a una incapacidad de cualquier entendimiento humano.

La ciencia es entendida que se aboca del conocimiento de un objeto, mediante un método. De esto se desprende que hay varias ciencias. La primera dificultad aparece cuando un método de una ciencia, se utiliza para conocer el objeto de otra ciencia. Algo grueso, por ejemplo, el método de la matemática es utilizado para el objeto de la historia, suena forzado. Es conveniente hacerse la pregunta ¿será posible alcanzar un solo objeto y un solo método valido para una ciencia unificada?

La respuesta es obvia, es de sentido común, darse cuenta que la realidad, que sería el objeto del estudio de una ciencia unificada, no está fragmentada, en ella todo está entrelazado, por tanto es posible que se logre un solo método, y que los que hoy se tiene como métodos separados y aparentemente condradictorios, no son más que piezas del método único que se va construyendo, y parece ser que los esfuerzos de utilizar un método de una ciencia en otra, con pequeñas modificaciones son parte de esos esfuerzos por la unificación.

El otro aspecto es que la ciencia en general logra los conocimientos utilizando información captada por los órganos de los sentidos y sus prolongaciones (los instrumentos de medición). Lo que es medido y puede asignársele un número o una tendencia es ciencia. Un microscopio electrónico, por ejemplo no es sinó la prolongación del sentido de la vista. Esto plantea la situación, de la posibilidad de acceder a información más allá de los sentidos y de los instrumentos.

Nos preguntamos ¿es posible obtener conocimientos sin ciencia? Desde tiempos inmemoriales los hombres tienen conocimientos, se dirá que no existían los instrumentos de medición, pero, perdamos de vista, que todos los hombres ya estaban equipados con sus cinco sentidos. Sin embargo, a lo largo de los milenios, cuando se han obtenido conocimientos “con el sexto sentido”, provenientes de la meditación (la oración), y que abarcaban una totalidad, y no las particularidades “fragmentadas” de una ciencia específica, se ha denominado filosofía o teología, de allí es común afirmar que la filosófía y la teología está más alla de la ciencia.

El filósofo, da el rumbo a la ciencia, siempre que se haya dedicado a filosofar teniendo un dominio de una ciencia específica o de varias ciencias. Pero, ¿es posible filosofar sin conocer ninguna ciencia? Todo en su momento, debemos hacer las comparaciones en los mismos tiempos, los filósofos de la antigüedad estabán mas allá de la ciencia de la antigüedad, es decir primero eran grandes científicos, y ya satisfechos de tanta ciencia, se ponían a meditar a ver si lograban “ver” con el sexto sentido, se atrevía a ir más allá de la información obtenida por los sentidos.

Sin embargo, los grandes interrogantes existenciales, cómo el origen y fin del universo, el origen y fin de la vida, el origen y fin de la conciencia, desde tiempos inmemoriales ha sido un permanente afan humano por encontrar una respuesta. Resulta, que de niños, no nos preocupa estos asuntos, pero de adolescentes ya tomamos conciencia de ellas, y que para seguir tranquilos, necesitamos una repuesta. Es alli, ante estas respuestas que, también desde tiempos inmemoriales se han respondido teologicamente. Diversas explicaciones se han dado, que también definen objetos y métodos y, situaciones como que un método de una teología (religión) es utilizada en otra, por tanto los resultados no son válidos, son un permanente debate entre religiones.

La primera cfrisis paradigmática, ha ocurrido cuando la humanidad tuvo que reconocer la aparición de la ciencia, que fue dolorosa al aparentemente contraponerse a la teología, pues la ciencia empezaba a hurgar en las preguntas existenciales. Se resolvió transitoriamente el conflicto, afirmando que una es producto de la razón y la otra es producto de la fé, que vendrían a ser los grandes métodos, el primero de la ciencia y el segundo de la teología.

La segunda crisis paradigmática, ha sido en la epoca de la dualidad materialista-idealista, que dividió el mundo en los “seguidores del método científico y los seguidores del método acientífico”, con los grandes debates filosóficos que la materia genera conciencia o la conciencia genera materia, una suerte de energía fluyente de ella y que regresando a ella la transforma, debates que adquieren su pico cuando se anuncia la teoría de la relatividad, que la materia y la energía, son un mismo ente (Einstein), que aparentemente llevó a tranquilizar las aguas, porque ya era plausible estar satisfecho con decir que la conciencia es una suerte de energía o campo electromagnético que produce el cerebro. Sin embargo, estas aseveraciones del primer paradigma y de este segundo, se mantuvieron intocables en muchos sectores de las teologías (religiones), quienes han mantenido siempre el concepto que la conciencia y el “orden” de las cosas, provienen de una inteligencia superior, de una sabiduría, que se lo ha imaginado con formas antropomórficas algunos y otros como el equivalente a una sabiduría flotante y que dicta el orden en chispazos en las mentes de algunos hombres y estos los trasmiten a los demás.

Sin embargo, el creciente acceso de las nuevas generaciones en el mundo, a los conocimientos de las ciencias, ha ido cada vez más, resolviendo las preguntas existenciales, sin necesidad de recurrir a las respuestas teológicas. Entonces, aparentemente, las grandes teologías perciben que la humanidad se dirige a la deriva, pues la juventud se “vuelve materialista y se acientifica” y tienen grandes dificultades para captar adeptos y se ven tentados a recurrir ha hacerlo con presión.

Actualmente, la humanidad, ha ingresado a una tercera crisis de paradigma histórico. A diferencia de las anteriores crisis, que signficaron grandes conflictos que llegaron a la violencia extrema de las guerras, resultado del pensamiento dual, encuentra a la humanidad “más madura”. En casi todas las teologías, se han anunciado que están dispuestas para que la fé vaya al encuentro de la ciencia y ocurran esos “agradables encuentros” de los que habló Lenin Vásquez. Y es muy alentador que la frase “poca ciencia aleja de Dios y mucha ciencia nos acerca” sea el faro que ilumine estos dialogos en este tercer momento de crisis paradigmática de la humanidad. El problema está planteado ¿son los conocimientos, los significados, la conciencia, la fé o el alma; es decir, aquello que flota, esa sabiduría oculta que se muestra por chispazos; el otro componente de la unidad materia-energía? Algunos físicos, como David Bhom, se ha respondido que efectivamente es así. Es la materia-energía-significado una unidad, una dinámica, ha afirmado.

El postulado mecánico cuántico, que para conocer completamente un objeto material, este debe ser destruido completamente, es chocante; porque nos lleva aceptar que el objeto se ha transformado completamente en conocimiento, en información; y en consecuencia, es razonablemente posible que la información pueda devolverse a su estado material o de energía. Los físicos le han denominado teleportación. Tendríamos que el Padre (materia) el Hijo (energía) y el Espíritu Santo (significados); es decir la divina trinidad, es una unidad. Como lo concibieron los pensandores de la antigüedad, que meditando llegaron a este conocimiento. Entonces son posibles, la resurrección, la reencarnación, la divinidad. Esta trinidad, si alguien se toma el trabajo de indagar, deben estar presentes en todas las teologías, seguramente.

Que bien, los teólogos, se acercan a resolver la tercera crisis paradigmática, pero empatando con las ciencias, dentro de ellas las ideas del físico David Bohm. Ya no se hablará de Ciencia y Fé por separado, de un enfrentamiento dual, sino de una nueva multidimensionalidad conceptual, que eliminará la dualidad del bien y del mal, y se llegará a comprender que todos somos una totalidad indivisible, de lo cual emergerá un nuevo mundo de paz y libertad.

Ver las conversaciones de David Bohm con Krishnamurti

Puntuación: 1.00 / Votos: 1

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *