El Colegio Mayor Presidente y el equipamiento de las grandes Unidades Escolares, es la manifestación del concepto equivocado, sobre calidad educativa, que tiene el gobierno actual. El estándar internacional de calidad educativa, exige cumplir con el principio de equidad, es decir, los escolares deben tener derecho a la educación básica hasta los 17 años (terminar la secundaria) en las mismas condiciones de equidad, tanto en un colegio de una comunidad rural como en una ciudad. Con la política del gobierno, de elitizar, con el argumento, de separar a los “estudiantes buenos de los malos” va a generar un retroceso en la autoestima de los pueblos, muy perniciosa para su desarrollo. En la práctica, es una política demagógica, manipulativa, que condena a la mediocridad a las comunidades. Aunque, se piense que haciendo una selección nacional, para que los mejores accedan a estos colegios de élite, no se estaría marginando, es claro, que quienes viven en las ciudades tienen una ventaja, en las condiciones actuales de inequidad en la oferta educativa. En el fondo, también, es una política, producto de la concepción centralista que prima en el pensamiento del gobierno, aunque de palabra pareciera que no.

Por otro lado, el anuncio del Presidente a través del Ejecutivo, de interrumpir la creación de universidades, es un reconocimiento que las creadas no califican como tales. En el nivel universitario, si es plenamente válido el concepto de seleccionar a los mejores, pero, no para tener una sola universidad de elite, en Lima, sino que debería de contarse con una universidad de élite por lo menos, una por cada zona territorial del país.

Ya el Presidente Toledo, intentó cualificar las universidades nacionales, evaluando a las actuales, definiendo criterios de meritocracia (DS 033) y en función de ello homologar las remuneraciones de los catedráticos a las del poder judicial. Pero, la reacción de los “catedráticos” agrupados en la FENDUP, ha sido, demandar primero la homologación y después la meritocracia. Para ello, han hecho huelgas “interminables” y sendas demandas en el poder judicial, para que se haga prevalecer la ley universitaria que define una sola categoría de Profesor Asociado y Principal y no diferencia de quienes poseen grado de maestro o doctor. Por otro lado, como consecuencia de este decreto supremo 033, en el país han proliferado Escuelas de Postgrado, repartiendo grados de maestro y doctor (para la homologación), hasta a distancia. Pero, lo que no se ha verificado, es que para acceder a la categoría de Profesor Asociado y de Principal, no solo se exige postgrado, sino el catedrático deberá exhibir trabajos originales y esto ya no se cumple. El resultado es la corrupción académica que ha invadido a universidades nacionales y privadas. El gobierno, está malversando los fondos del tesoro, al pagar a profesores que no ostentan trabajos de investigación originales y que vienen ocupando las plazas de Profesor Asociado y Principal.

Trabajo original, es un consenso, significa que el profesor ostenta publicaciones en revistas arbitradas e indexadas, ha registrado patentes, o haber ejecutado proyectos de desarrollo de impacto en la comunidad. En este caso, deberá ser al menos uno de los productos señalados, los mismos que deben ser con una antigüedad no mayor a cinco y siete años que es el periodo de tiempo por el cual se nombra un Profesor Asociado y Principal y luego se hace su ratificación. Esto, es posible de establecer, a través de un Decreto Supremo, implementando un mecanismo de verificación pública de los méritos indicados, conducido por un Consejo de líderes comunales independiente de la Universidad y del Gobierno. De ocurrir tal medida política, las plazas de Profesores Asociados y Principales que resulten vacantes, deberán sacarse a concurso público internacional, como una política que permita el retorno de peruanos altamente calificados que están en universidades del exterior, y que hoy, debido a las “argollas” que se han establecido en las universidades nacionales, están impedidos.

Por otro lado, es imperativo un Decreto Supremo que precise lo estipulado en la Ley Universitaria, que para crear una Universidad se requieren tres Facultades, y para crear una Facultad se requiere un mínimo de profesores principales. Considerando que la Facultad agrupa a varias especialidadades (mínimo tres), el requisito debe ser de tres profesores Principales por especialidad, es decir se requieren 9 profesores Principales para el funcionamiento de una Facultad. Asimismo, se deberá mejorar la ratio (estudiantes de pre mas pos grado/profesores principales mas asociados) máxima de 12 que estableció el DS 033, bajándola a 10. Bajo estas condiciones, deben hacerse funcionar las universidades que reúnan estos requisitos, al menos una por cada zona territorial: Lima, Sur, Oriente, Centro y Norte. Los profesores que no reúnan los requisitos para continuar en la Universidad, deberán dar paso a la creación de Escuelas de Formación Técnica, que deben funcionar como un paso previo (preparatoria para el trabajo) de los estudiantes que han terminado la secundaria, y luego los más destacados continúen su formación académica en las Universidades.

Finalmente, modernizar los registros de personal tanto en profesores como personal de apoyo, estableciendo un único registro a nivel nacional, para todo el sistema universitario (nacional y privado). Esto permitirá, corregir, la distorsión que existe hoy en la dedicación de los catedráticos y que se ha convertido en una fuente de corrupción. Por tanto, existen las condiciones y los elementos, que nos permitirán reorganizar y refundar la Universidad, falta solamente la desición política del gobierno, ahora, o quizá el próximo, pero el país reclama urgente este cambio.

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Discutir como crear una universidad de élite

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