Una apuesta crucial por el siglo XXI

Alan García, para implementar su plan de gobierno, solicitó al Congreso facultades legislativas y en las últimas semanas, y a última hora descargó una “transformación jurídica”, una ráfaga legal contra los perros del hortelano. Ahora, empieza la transformación del estado, el crecimiento e inversión sostenida, el mejoramiento de la calidad educativa con competitividad técnica, la generación de empleo docente formalizando el trabajo y la agilización de la acción pública; ha subtitulado, el presidente, en su artículo de divulgación el domingo.

Ayer, en Barranca, a las 2 p.m. se detuvo el bus Horna que iba de Lima a Trujillo, para almorzar. Luego llegaron dos buses, uno que se dirigía y otro que venía de Huaraz. El restaurante ofertaba platos de 6 a 10 soles y afuera junto a la acequia de regadío una señora haciendo competencia “desleal” al restaurante llamaba ofreciendo un menú de 4 soles (sopa de verdura y menudencia de pollo, arroz con cebollas y un pescado pequeño frito y un vaso pequeño de agua de manzana hervida) que se debía degustar rodeado de cuatro esteras, piso de arena, techo también de estera y música de los cantos de los pajarillos que atentos a cualquier desperdicio se lanzaban ágiles a picar. Los varones chatos y las mujeres también, era la gente que habìan descendido de los ómnibus. Los chatos(as) gordos(as) se dirigieron al restaurante y los flacos(as) al ambiente de esteras. Los pasajeros vestidos a lo andino (atuendos de colores vistosos), sacaron su pequeño fiambre y se acomodaron a degustarlo a escondidas, de pie o sentados en unas bancas destartaladas, a las sombra de las huabas.

Había terminado de leer el artículo de Alan García y me preguntaba ¿una apuesta crucial después de 23 años que asumió por primera vez la presidencia? Si demoró tanto tiempo en hacer la apuesta, y ¿si la pierde? Prácticamente está en la partida. Las generaciones de peruanos, son cada vez más chatas y flacos. Los chatos y gordos son un indicador que pasaron una niñez de desnutrición. Pero lo altos de 1.75 metros de talla para arriba y gordos son un indicador que tuvieron una alimentación en exceso. Pero, el presidente se molesta si le dicen que antes era flaco y ahora es gordo alto (creo que más de 1.90 metros de talla). Si vienen militares de Estados Unidos y le dicen que hay una base militar en el país, se molesta, porque no tienen armas, dice, y se dedican a hacer construcciones. Pero, si afirma que unos son lentos y el es rápido para suscribir acuerdos comerciales, que unos siguen políticas trasnochadas, que unos son perros del hortelano y otras frases, en su opinión son gestos democráticos de modernidad. Que curiosa manera de hacer política: con apuestas y con falacias. Si los militares de EEUU vienen a hacer obras de infraestructura ¿por qué EEUU no envió a técnicos e ingenieros de verdad? Debe saber el presidente, que para hacer espionaje no se requiere armas, solo una coartada, es decir lo que estaría él pensando de los técnicos para las obras que hace el presidente Chávez en el Perú. Por hacerse el ofendido, no dejará de ser alto y gordo. En un debate, el hacerse el ofendido u ofender al otro no es argumento, es una falacia.

Reza el dicho “gallina que come huevos aunque le corten el pico”, yo agregaría, se la debe hacer caldo. En las elecciones, Alan García, palabreo a los electores haciéndose el arrepentido, que de los errores se aprende, juró que no volvería a repetir el desastre del primer gobierno. Van dos años de su segundo gobierno y recién hace una apuesta y crucial todavía. Dos años que se dedicó a mantener las políticas de Toledo, pero con un rasgo nuevo: la negación del ser como realidad, esa filosofía del burro hechor, que nace de un asno, pero, se alimenta y crece entre caballos, por tanto se cree caballo, desprecia a los de su especie y se aparea solo con yeguas. Esa filosofía del mediocre peruano, del hombre de campo que va a la capital de provincia, de éste que va a Lima y de este último que se va a EEUU o Europa.

Esa postura política, impide ver la realidad, esa que se observa en la gente: chatos flacos, chatos gordos, que reciben una educación pésima y andan acuestas con enfermedades, con una pobrísima calidad de vida. ¿Dónde están las instituciones que crean nuevos conocimientos? ¿dónde están las empresas que generaron los peruanos con esos nuevos conocimientos? ¿dónde están los peruanos robustos, saludables y educados? Se cree que los millones de dólares de los bancos extranjeros y que manejan los inversionistas extranjeros, ya son nuestros; que los nuevos conocimientos se descubren con solo llamarse universitario y que las empresas surgen porque se sirve a gerentes de empresas extranjeras.

No se requieren 99 Decretos Legislativos, que van parchando un pantalón legal lleno de roturas, que ya no se sabe cuál es la tela original del mendigo sentado en el banco de oro. Basta un solo D.L. que vaya a la mente del mendigo. Para ello se requiere despercudirse de la filosofía del burro hechor. No somos lo que decimos ser, somos lo que realmente podemos hacer. Un decreto, que permita, que los peruanos creativos, investigadores que han hecho aportes al nuevo conocimiento y que en casi todos se fueron del país, retornen para volver a fundar LA UNIVERSIDAD PERUANA; un decreto, que permita el acceso a la formación técnica según las necesidades del desarrollo de las comunidades a todos los adolescentes y jóvenes y; un decreto que restablezca los dos turnos de estudios de 8 a 12 m y de 2 a 6 p.m. en primaria y secundaria. El desarrollo deben planificarla las UNIVERSIDADES, de allí deben surgir los proyectos, las propuestas de leyes, las innovaciones. Nada de esto ocurre hoy día, porque los INVERSIONISTAS CORRUPTIVOS, para obtener sus grandes ganancias y ser los que crecen hoy, tuvieron que destruir la educación y a la universidad a costa de convertir a los millones de peruanos en chatos flacos y chatos gordos.

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Comentarios

  1. keyser escribió:

    es donde hay apuestas de caballo es trujillo

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