Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) se han convertido en un catalizador del crecimiento de las instituciones que quieren diferenciarse y ser competitivas, en la medida en que su uso trascienda la búsqueda de la eficiencia administrativa y se destine prioritariamente a adicionar valor a sus objetivos o productos finales. Las universidades tendrán en estas tecnologías, un factor estratégico de innovación y desarrollo, en tanto las utilicen para favorecer sus procesos de enseñanza y aprendizaje.Con el vertiginoso desarrollo de la Internet y el abaratamiento del hardware y el software, las TIC han permeado nuestra sociedad, convirtiéndola en una sociedad de la información o, aun mejor descrita, del conocimiento. Las universidades se han venido adecuando, formal o informalmente, a la coyuntura actual y están propiciando entre sus alumnos, el uso de software de productividad como el MS-Word, el MS-PowerPoint, el VISIO, etc.; y fomentando la aplicación académica de productos informáticos especializados como pueden ser el CorelDraw, el SPSS, el AutoCad o el IDRISI. En una actitud más agresiva, algunas de ellas han realizado notables esfuerzos a fin de constituirse en lo que se ha optado por definir como “Ubiquitous Campus” o “U-Campus”. Estas últimas utilizan tecnologías como la computación móvil y las conexiones inalámbricas, para que sus alumnos, independientemente del momento y el lugar en que se encuentren, puedan acceder con facilidad e inmediatez, a través de aplicaciones como los wikis, blogs y mesas virtuales de trabajo, a todos los servicios y repositorios de contenidos académicos provistos por la institución. Es importante referir que la colaboración y la exposición al mundo de la producción intelectual a través de las redes electrónicas, se está constituyendo como un nuevo paradigma de la era del conocimiento (Informe Mundial: Hacia la Sociedad del Conocimiento, Ediciones UNESCO, 2005).
Esta es una época en la que los jóvenes, llamados ahora “Nativos Digitales”, en contraste con los denominados “Inmigrantes Digitales”, – quienes no crecieron bajo la sombra de las TIC -(Prensky, 2001), hablan de iPods y podcasts; se comunican electrónicamente y se desenvuelven con soltura al trabajar con medios digitales como audio, video o texto. Al ingresar a la universidad, los alumnos en su mayoría, conocen y utilizan con agilidad las TIC. La universidad tendrá entonces, como una de las tareas de su proceso educativo, que orientar e incrementar estos conocimientos, a fin de entregar a una sociedad en la que lo único que no cambia es la dinámica del cambio continuo promovido por las TIC, egresados que haciendo uso de estas tecnologías, cuenten con capacidades que les permitan trabajar en pos de hacer al país más competitivo en el campo de su especialidad profesional; gente con habilidades para discriminar y hacer un uso crítico de un entorno de información cada vez más complejo por lo variado, voluminoso y muchas veces plagado de inexactitudes. Pero, al margen de ello, nos encontramos frente a una paradoja: ¿bajo las condiciones expuestas, cómo puede un docente – inmigrante digital -, transferir conocimiento a un alumno – nativo digital -, en la forma en que éste está más preparado para recibirlo y experimentarlo?.
Más allá de lo imperativo de revisar los procesos de enseñanza y aprendizaje actuales, queda en los docentes la necesidad de incrementar sus habilidades y conocimientos sobre las TIC, a fin de incorporarlas eficazmente en la curricula y contenidos; en su proceso didáctico; y en la evaluación de los resultados de su enseñanza y, sobre todo ello, para estar en sintonía con sus alumnos, quienes sin duda aceptarán de buen grado utilizar las TIC en cada una de las diversas fases de su proceso de aprendizaje: conocer, hacer, aprender a convivir y colaborar, y ser (Delors, UNESCO, 1996).
La globalización, consecuencia del desarrollo de las TIC, nos ha permitido conocer otras formas de ser y de pensar, llevándonos a modificar muchos de nuestros usos, costumbres y estrategias sociales. Corresponde a los docentes generar formas más eficaces de transmitir conocimientos a sus alumnos, en medio de una cultura que privilegia la innovación, la reflexión y la colaboración.
Muchos profesores no estan en sintonía con sus alumnos, porque no conocen las TICs, por lo que se hace necesario un replanteamiento en la estructura curricular, y en en la obligatoriedad de la actualizacion de los docentes.