El año pasado el Banco Mundial lanzó un proceso que dura dos años de revisión de sus políticas operacionales y procedimientos de compras públicas. Este proceso tendrá consecuencias significativas para los países en desarrollo.

El proceso de revisión lanzado por el Banco Mundial (BM) de sus políticas y procedimientos de compras públicas impactará sin duda a los países en desarrollo (incluido PERÚ) ya que se refiere a las directrices que EL Banco estipula para el uso de sus fondos en los países prestatarios al momento de comprar bienes y contratar servicios.

Se trata de la revisión más grande de la política de compras del BM desde la década del ochenta y prevé un proceso consultivo con múltiples actores interesados en todo el mundo, incluyendo gobiernos, asociaciones empresariales y sociedad civil.

VER RESUMEN DEL PROCESO DE REVISIÓN DE LAS POLÍTICAS DEL BANCO MUNDIAL

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La fase de consultas se cerró el 31 de octubre de 2012. Entre marzo y abril del 2013, el Banco Mundial procurará recoger opiniones sobre el modo más adecuado de traducir el marco normativo y los principios rectores en modificaciones específicas. La consulta se realizará por Internet a través del sitio correspondiente, así como mediante algunas reuniones presenciales. En esta fase de consultas, se utilizarán como base los comentarios recibidos durante la primera etapa.

Para ver el resumen de toda la información recibida durante las consultas, los resúmenes de retroalimentación disponibles por región, los comentarios enviados en línea y declaraciones escritas enviadas por correo electrónico, visite este ENLACE DEL BANCO MUNDIAL.

REFORMA NECESARIA

La revisión es sumamente oportuna, ya que la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) señala que el actual sistema que rige las compras públicas limita seriamente el uso efectivo de las donaciones y los préstamos para el desarrollo.
Por su lado, el director del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), Brian Atwood, afirmó frente al IV Foro de Alto Nivel sobre la Efectividad de la Ayuda, que tuvo lugar en Busan a fines de 2011, que “las compras públicas son el principal tema a tratar desde el lado de los donantes (para hacer más efectiva la ayuda)”.

Más de diez años después de los acuerdos iniciales para desvincular la ayuda de las condiciones de los donantes, el CAD de la OCDE descubrió que el problema está lejos de estar solucionado.

EVIDENCIA A LA VISTA

La investigación “Desatar la ayuda. ¿Funciona?”, comisionada por la OCDE en 2010 para evaluar la implementación de la Declaración de París, descubrió que dos tercios de los contratos adjudicados por donantes bilaterales aún van a empresas de los propios países de la OCDE, y la razón para ello son las prácticas de compras públicas de los países donantes, en especial, licitaciones opacas, licitaciones en grandes lotes y criterios de elegibilidad restrictivos que dificultan la competencia de las micro, pequeñas y medianas empresas (Mpymes) de los países en desarrollo.

El uso de sistemas de compras de los donantes conduce efectivamente a una cadena de suministros compleja que tiene consecuencias en la implementación de políticas sectoriales esenciales en los países en desarrollo, tales como la salud, la educación y la alimentación.

De otro lado, la investigación de Eurodad confirmó que, en particular, estos dos últimos aspectos figuran en las compras financiadas por el Banco Mundial. El uso de sistemas de compras de los donantes conduce efectivamente a una cadena de suministros compleja que tiene consecuencias en la implementación de políticas sectoriales esenciales en los países en desarrollo, tales como la salud, la educación y la alimentación.

IMPORTANCIA DE COMPRAS PÚBLICAS

Las compras públicas son una de las piedras fundamentales del financiamiento al desarrollo. Representan más de 17 por ciento del PIB mundial y en algunos países en desarrollo pueden llegar a significar más de 70 por ciento del gasto público.

Eurodad estima que anualmente se gastan US$ 69 mil millones en la compra de bienes y servicios, tanto a través de países donantes como de países receptores, lo que representa más del 50 por ciento del total de la ayuda. Las prácticas de compras orientadas al desarrollo equitativo y sostenible son clave para garantizar que los recursos destinados al desarrollo tengan el mayor y mejor impacto.

A partir de una buena orientación, la compra pública inteligente puede lograr un “doble dividendo”, donde además del resultado final de los propios proyectos de desarrollo, por ejemplo una nueva carretera o una escuela, se beneficie también al sector privado local en los países en desarrollo a través de la compra de bienes y servicios producidos en el ámbito local, lo que genera nuevas oportunidades de empleo e ingresos.

La Organización Internacional Tributaria (OIT) estima que solo la inversión en infraestructura actualmente financiada por la Unión Europea y el Banco Mundial podría crear un millón adicional de puestos de trabajo en África Subsahariana si los contratistas estuvieran obligados a implementar compras públicas inteligentes.

INFLUENCIA DEL BANCO MUNDIAL

Actualmente las directrices del Banco Mundial consideran la licitación pública internacional como la mejor práctica y la vuelven obligatoria para los contratos que superen determinados umbrales.

Por lo general, las empresas locales en los países en desarrollo no pueden competir en las pujas internacionales debido a que no tienen acceso a los mismos recursos que las grandes multinacionales. Esta visión esencialmente las excluye de los programas de desarrollo de gran escala, lo que va contra el logro de resultados de desarrollo positivos.

La investigación de Eurodad, “¿Cómo gastarlo? Contrataciones inteligentes para una ayuda más eficaz”, descubrió que la mitad del monto de los contratos en proyectos financiados por el Banco Mundial en los casos de estudio nacionales en Ghana, Namibia, Uganda, Bangladesh, Bolivia y Nicaragua fueron a empresas extranjeras y la proporción crece de acuerdo al tamaño del contrato.

De hecho, las mayores beneficiarias de las oportunidades de negocios que ofrece el financiamiento del Banco Mundial son actualmente empresas de las economías industrializadas y emergentes. En 2008, 67 por ciento de los montos de los contratos financiados por el Banco Mundial fueron a empresas de solo diez países: Alemania, Argentina, China, Francia, India, Indonesia, Italia, Reino Unido, Rusia y Turquía.

IMPACTO DE DIRECTRICES

Además, las directrices de compra del Banco Mundial son consideradas como el modelo a seguir para el diseño de los programas de reforma de los sistemas de compras nacionales. Por tanto, las directrices del Banco tienen impactos que van mucho más allá de sus propios proyectos. Éstas influyen también sobre el sistema institucional de los países prestatarios, así como también en los tratados de comercio e inversiones con otros países. El Banco Mundial y otros bancos multilaterales de desarrollo ejercen su influencia a través de:

-Condicionamientos políticos a sus ayudas y préstamos,

-Asistencia técnica sesgada y gestionada por el donante, y

-Elaboración de herramientas de diagnóstico de los sistemas de compra a partir de sus propios criterios de evaluación.

Las directrices de compra del Banco Mundial deben reflejar el mandato de desarrollo del Banco, incluyendo el desarrollo del sector privado, así como la creación de un espacio político para que los países en desarrollo utilicen las compras públicas como una herramienta política.
El Banco Mundial debe optimizar sus pautas de compras públicas, para que éstas:

1.Se conviertan en una herramienta política que promueva el desarrollo de la industria local y su empoderamiento para reducir las asimetrías entre las empresas locales y las extranjeras, a fin de crear reglas de juego verdaderamente justas, en particular para las Mpymes, y contribuya a la erradicación de la pobreza, el desarrollo sustentable y la mitigación del cambio climático.

2.Se transformen en una herramienta de desarrollo, considere los criterios sociales y medioambientales y cree incentivos para que los actores privados se conduzcan de manera responsable desde el punto de vista social, ya sea través del otorgamiento de preferencias o de la exclusión de empresas. La evasión de impuestos y las violaciones a los derechos humanos deben ser criterios adicionales de exclusión.

3.Respeten la integridad, la transparencia y la rendición de cuentas, enfatizando que la rendición de cuentas a los ciudadanos en los países receptores es más importante que a las empresas multinacionales.

4.Aumenten la efectividad y el impacto en el desarrollo de la ayuda y aseguren que la mayor parte de los recursos permanezca en los países receptores.

5.Usen los sistemas nacionales como la opción por defecto, tal como se acordó en la Declaración de París en 2005, en la Agenda de Acción de Accra en 2008 y en el 4to Foro de Alto Nivel de Busan en 2011.

Este proceso representa una importante oportunidad para las organizaciones sociales de Norte y Sur de expresar su visión en relación a las compras públicas y explicar las razones que hacen absolutamente necesario un modelo alternativo a la visión actual del Banco, a fin de promover un desarrollo sustentable y equitativo.

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