La bomba «Wikileaks»

El pasado 28 de noviembre, Wikileaks sorprendió al mundo con la filtración de los primeros cables “robados” al Departamento de Estado de los Estados Unidos. Se trata de un total de 251,287 documentos de tipo confidencial que verán la luz de modo progresivo en las sucesivas semanas. La plataforma virtual Wikileaks ha logrado un golpe de efecto mediático de gran magnitud al filtrar su hallazgo a cinco medios de comunicación en todo el mundo: The Guardian, The New York Times, El País, Le Monde, y Der Spiegel, que están facilitando el acceso a la información que hay en la web.

La información desvelada hasta ahora en estos cables no es “top secret” pero sin lugar a dudas se trata de datos y hechos que tienen la virtualidad de afectar de modo significativo las relaciones bilaterales entre Estados, principalmente las del principal destinatario de esos cables: Estados Unidos. En ese sentido podemos afirmar que estamos asistiendo a unas jornadas históricas, pues habrá, sin lugar a dudas, un antes y un después del “Cable Gate”.

La Secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton, señaló que esa filtración “Es un ataque para toda la comunidad internacional”. Pero dicho ataque no se configura por la información filtrada en sí misma, sino por el daño que se ha hecho a los mecanismos tradicionales por los que fluyen las relaciones bilaterales de los Estados.

En el mundo diplomático la confianza y el secreto son inseparables compañeros de camino. Los diplomáticos de todo el mundo hacen esto que se refleja en los cables ahora filtrados, informan de datos en apariencia irrelevantes, pero de los que puede depender la firma o no de un importante tratado comercial, la solución de una controversia entre partes o algún otro punto de política internacional.

No es la primera vez que se conocen los entresijos de la política internacional, en muchas ocasiones estos datos ven la luz años más tarde en libros de memorias o en el momento en que se da acceso libre a los archivos que los contienen; pero ahora esto sucede en tiempo casi real, pues algunos de los cables son de hace 30 semanas.

Será necesario observar con calma lo que sucederá más adelante. Habrá que esperar qué tipo de acusación criminal entablarán las autoridades estadounidenses contra Julian Assanger, fundador de Wikileaks. Terrorismo de Estado es un término que se ha presentado en algunos medios. Para determinarlo habrá que observar con calma lo que se presenta en la Wikileaks, pues parece que, a diferencia de lo que están haciendo los cinco medios con acceso a los documentos que están omitiendo o mutilando aquellos documentos que puedan afectar a la seguridad nacional de algún Estado, la web tiene la intención de poner todo el material a la luz.

Se avecinan jornadas de gran significado histórico para el periodismo, que deberá medir bien los límites del ejercicio del derecho a la libertad de información; para los expertos en relaciones internacionales, que tienen por primera vez a su alcance información relevante para la comprensión y solución de controversias internacionales de gran calado; para los sistemas de seguridad informática, que deben revisar sus métodos; pero sobre todo para los diplomáticos de todo el mundo que deberán rehacer y reconstruir esa fina tela basada en la confianza y el respeto entre iguales que debe presidir las relaciones bilaterales entre Estados.

Muchos deberán cambiar de técnicas y muchos deberán cambiar de puesto.■

Texto del artículo «Secretos de Estado al descubierto», escrito por ©SUSANA MOSQUERA MONELOS, experta en Derecho Internacional Público de la Universidad de Piura (UDEP), publicado en El Tiempo el 01/12/2010.

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