Trabajo decente para todos

En el DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO, “El objetivo primordial de la OIT es promover oportunidades para que mujeres y hombres puedan obtener un trabajo decente y productivo en condiciones de libertad, igualdad, seguridad y dignidad humana”. Juan Somavia, Director General de la OIT.

El trabajo decente resume las aspiraciones de las personas en su vida laboral, aspiraciones en relación a oportunidades e ingresos; derechos, voz y reconocimiento; estabilidad familiar y desarrollo personal; justicia e igualdad de género. Las diversas dimensiones del trabajo decente son pilares de la paz en las comunidades y en la sociedad. El trabajo decente refleja las preocupaciones de gobiernos, trabajadores y empleadores, que dan a la OIT su singular identidad tripartita.

El trabajo decente puede ser sintetizado en cuatro objetivos estratégicos:

• principios y derechos fundamentales en el trabajo y normas laborales internacionales;
• oportunidades de empleo e ingresos;
• protección y seguridad social; y
• diálogo social y tripartismo.

Estos objetivos tienen validez para todos los trabajadores, mujeres y hombres, en la economía formal e informal, en trabajos asalariados o autónomos; en el campo, industria y oficina; en sus casas o en la comunidad.

El trabajo decente es fundamental en el esfuerzo por reducir la pobreza, y es un medio para lograr un desarrollo equitativo, inclusivo y sostenible. La OIT trabaja en el desarrollo de enfoques orientados hacia el Trabajo Decente en las políticas sociales y económicas, en colaboración con las principales instituciones y representantes del sistema multilateral y la economía global.

¿QUÉ ES UN DÉFICIT DE TRABAJO DECENTE?

En todo el mundo las personas enfrentan déficit, brechas y exclusiones como consecuencia del desempleo y subempleo, de trabajos de poca calidad e improductivos, de trabajo peligroso e ingresos inseguros, de derechos negados, desigualdad de género, de la explotación en el caso de trabajadores migrantes, de falta de representación y voz, protección y solidaridad inadecuadas para enfrentar enfermedades, discapacidad o vejez.

Hay cerca de 200 millones de desempleados, más que nunca antes en la historia. La mitad de los trabajadores del mundo viven con menos de dos dólares al día. De los desempleados, la OIT estima que 86 millones, cerca de la mitad del total, son jóvenes entre 15 y 24 años. Uno de cada siete niños en el mundo continúa involucrado con algún tipo de trabajo infantil. Accidentes y enfermedades en el trabajo causan dos millones de muertes al año, un promedio de 6.000 al día, sólo por citar algunos ejemplos.

¿CUÁLES SON LOS RIESGOS DE UN “DÉFICIT” DE TRABAJO DECENTE?

La crisis mundial del trabajo es uno de los mayores riesgos que enfrentamos en la actualidad. Si decidimos continuar por este camino, el mundo corre el riesgo de ser cada vez más fragmentado, proteccionista y conflictivo. Una escasez prolongada de oportunidades de trabajo decente, inversiones insuficientes y bajo consumo causan una erosión del contrato social que caracteriza a las sociedades democráticas, según el cual todos debemos compartir el progreso.

Las experiencias en muchos países sugieren que los riesgos de desórdenes son mayores donde la necesidad de oportunidades de trabajo decente es ignorada. Y que la superación de las crisis es más veloz donde las comunidades pueden trabajar juntas para la reconstrucción. El trabajo decente es una parte importante de la agenda que permitirá alcanzar la paz mundial.

¿CÓMO PODEMOS ALCANZAR EL OBJETIVO DE TRABAJO DECENTE?

A través del compromiso y la participación de sus mandantes tripartitos, la OIT desempeña un papel fundamental en la integración del Programa de Trabajo Decente a las estrategias para la reducción de la pobreza y una globalización justa e incluyente.

El trabajo decente requiere de la integración de los objetivos económicos y sociales y de una combinación de medidas bien coordinadas que converjan en cuatro objetivos estratégicos: derechos laborales, empleo, protección social y diálogo social.

Este enfoque integrado se ha demostrado relevante para una amplia agenda política, que abarca desde la dimensión social de la globalización a las estrategias de la reducción de la pobreza.

Crecimiento, inversiones y desarrollo empresarial son claramente necesarios. La promoción de un ambiente favorable y competitivo para la iniciativa privada, que abarca desde la ayuda a las personas a organizarse para salir de manera progresiva de la economía informal hasta la mejor manera de coordinar los intereses nacionales con las inversiones extranjeras, es clave para el futuro del trabajo. ■

Síntesis de algunos artículos sobre la «Visión de la OIT sobre el trabajo decente» publicados en el portal web de la ©Organización Internacional del Trabajo (OIT).

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