Emilio Adolfo Westphalen

Una cabeza humana viene lenta desde el olvido Tenso se detiene el aire Vienen lentas sus miradas Un lirio trae la noche a cuestas Cómo pesa el olvido La noche es extensa El lirio una cabeza humana que sabe el amor Más débil no es sino la sombra Los ojos no niegan El lirio es

Jorge Eduardo Eielson

Campidoglio      Usted no sabe cuánto pesa un corazón solitario hay noches en que la lana oscura la lana tibia que me protege llega hasta el cielo y mientras duermo mientras respiro mientras sollozo se me derrama la leche hirviendo sobre la cara y entonces una máscara magnífica con la sonrisa del rey de espadas cubre

Jaime Sabines

Sitio de amor, lugar en que he vivido de lejos, tú, ignorada, amada que he callado, mirada que no he visto, mentira que me dije y no he creído: en esta hora en que los dos, sin ambos, a llanto y odio y muerte nos quisimos, estoy, no sé si estoy, ¡si yo estuviera!, queriéndote,