Aprendamos del BAMBÚ

bambu

Para tener bambú, siembras la semilla, la abonas, y te esfuerzas para regarla cada tercer día. Durante los primeros meses no sucede nada notable. Los meses de tu esfuerzo se vuelvan años y aun no sucede nada apreciable. De hecho, no verás nada durante siete años. Una persona ignorante estaría convencida de no poder cultivar el bambú. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas, la planta de bambú brota de la tierra y crece ¡más de 30 metros!

Un ignorante viendo el bambú brotar y crecer podría pensar que le llevó sólo seis semanas. Pero la verdad es que toma siete años y seis semanas. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, el bambú genera un complejo sistema de raíces que le permitirá sostener el crecimiento que tendrá al fin de esos siete años.

En la vida cotidiana el ser humano trata de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados. No entiende que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno lo que es un proceso lento que requiere tiempo y esfuerzo constante. Por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, con frecuencia abandonan sus metas justo cuando están a punto de lograrlas. No entienden que uno de los Secretos del Éxito es La Persistencia al Propósito.

También lo es la Paciencia. En muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que parece que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En tales momentos, es de sabios recordar el bambú.
Mientras no abandonemos nuestro desarrollo y nuestras metas por no ver los resultados que esperamos, debemos recordar que algo siempre está sucediendo dentro de nuestro SER. Estamos creciendo, madurando y preparándonos. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple, estrechando los raíces, que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.

El triunfo es un proceso que lleva tiempo y dedicación. Es un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros; un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

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