EL ESCAPE DE LA BANDA

[Visto: 947 veces]


Este cuento ganó mensión honrosa en el concurso de las 2007 palabras el año 2007, concurso nacional hecho por la editorial Mesa Redonda en la que concursaron 1,687 cuentos recibidos de todo el Perú. El jurado estuvo conformado por los escritores: Antonio Gálvez Ronceros, Jorge Eslava y Miguel Ildefonso. Se publicó una edición de 2,000 ejemplares con los cuentos ganadores y las mensiones honrosas. Agotado.

EL ESCAPE DE LA BANDA

Un instante más y habrás olvidado todo;
Otro, y serás tú el olvidado.
Marco Aurelio

John nunca tocó en la banda, pero nosotros lo tenemos siempre presente como líder. Estoy parado en el mismo lugar, segundo piso del pabellón B de mi ex-colegio, donde John me propuso ir al concierto de SANTANA. Era 1971. Ha pasado mucho tiempo. Que pase el Rey. A veces creo que el tiempo juega con nosotros y nos engaña como a simples muchachos. Tiempo, nosotros, humanos, sólo jugamos a atraparte. Hay que saber donde buscarte.
Hoy he venido hasta aquí, solo, para recordar…
Estábamos tirados en el césped del campo de fútbol, eso era un relajo, mientras esperábamos que los demás cantaran el himno nacional y escucharan una charla de algún profesor, nunca entendí de qué hablaban, era un aburrimiento rotundo, era poner la mente en blanco y estar parado escuchando una voz que se esforzaba por ser interesante, pero estoy seguro que ni el alumno más atento entendía algo. No había sentido estar allí, eso sucedía los lunes y los viernes. Preferíamos ir al césped del campo de fútbol y descansar un rato, era nuestro STRAWBERRY FIELDS FOREVER.
-oye, que nos toca a la primera hora
-Dibujo, no voy a esa clase, total no pasa nada
-Son dos horas
Nos disponíamos a vagar, robar dos horas al tiempo, ausentarnos, eludir el deber, no estar, no ser. Buscando, quizás, otros caminos.
-Sí, además alguien nos presta el cuaderno y ya esta
-Sí ese profe hace huevadas, y al final no jala a nadie
-Puta, mira allí viene un auxiliar
Venía corriendo y ya había atrapado a algunos. Que hacer, escapar era inútil. Hicimos un amago de escape, pero tuvimos que entregarnos. Nos dieron una papeleta para que al día siguiente viniéramos con nuestros padres o apoderados de lo contrario seríamos expulsados del plantel, tal era la amenaza. Mi papá no esta, mi hermano mayor, no tiene autoridad sobre mí, mi tío igual o peor. El temor de la expulsión fue menguando con el paso de las horas, al día siguiente, fui sin apoderado. No expulsaron a nadie.
Estaba en segundo año de secundaria, habíamos formado un grupo de cinco muchachos, éramos como un grupo de rock, nos comprendíamos y nos complementábamos muy bien. John era el líder, algo mayor y sabía algo más, nos llevaba hasta dos años, era el más alto y algo subido de peso, de hablar suave, tenía más cancha, Llevaba una radio portátil al colegio, escuchaba a LED ZEPELIN, otros grupos de rock y baladas en inglés. Tenía una rebeldía contenida en sus actos, en su voz temerosa. Nunca supimos algo más sobre él, era muy discreto y ocurrente. Al año siguiente ya no lo volvimos a ver. Sin duda, fue talvez el que más nos enseñó, al menos a mí. Recuerdo su seriedad fingida, tenía miedo de algo, parecía, ahora imagino, sabía talvez, que ese era su último año escolar. Sólo nos dijo que al año siguiente estaría en otro colegio y así fue.
-estoy en el Guadalupe

Le dijo a alguien al año siguiente, lo vió sin uniforme. Lo extrañamos mucho. Nunca nos dijo adiós. No se jactaba de lo que sabía, no de textos escolares, sino de la vida, de lo que se debe saber insoslayablemente, sino estas perdido, de lo que se tarda en aprender, de lo que se aprende con dolor o, a veces, nunca se aprende.
Un día llegué temprano al colegio, nos tocaba geografía, vi a John que también llegaba. El salón de geografía era uno especial, lleno de mapas, estaba abierto, entramos. En las paredes habían colgados centenares de mapas y cuadros estadísticos. Cuantas cosas que aprender, el profesor llevaría en su mente todo esto y que utilidad tiene saber tanto. Miramos la calle desde las enormes ventanas, el nuestro, era realmente un colegio formidable, dicen que fue mandado construir, en los años cincuenta, por el dictador Odría, cuyo lema fue: Hechos y no palabras. La gente pasaba por las veredas incesantemente, los carros en las pistas de igual manera, unos de ida y otros de vuelta, eso mareaba. De donde venían tantos carros y a donde van, no cesaban de pasar todo el día, era un panorama monótono, tonto, sin sentido, surrealista dirían otros. La gente parecía autómata, programada.
Lennon lo tenía claro: Muchos pasan por la vida sin siquiera enterarse de haber estado vivos.
Imaginé la sociedad humana como un mecanismo de reloj, cada uno en su lugar y con una tarea determinada, todo funcionando mecánicamente, lo humano desaparecía. Cómo hemos llegado a esto y porqué. Cómo ESCAPARNOS de esto. Mediante la música, sí, es una manera, algo que rescate la creatividad humana. STRAWBERRY FIELDS FOREVER es una manera de escapar. Lucy in the Sky with Diamonds es otra. Fue así que, con mi camarada John, incubamos EL ESCAPE.
Me faltaba tres años más para terminar la secundaria, después la universidad, ser profesional, trabajar en una institución pública o en una privada, o en forma independiente. Sería una pieza más en el inmenso mecanismo de la sociedad, bueno, ni modo, ese es el camino, el único camino y no me estaba gustando ese camino, no me parecía nada emocionante y de aquí a cien años, digamos, nadie me recordaría por más brillante profesional que sea. Quién recuerda al ingeniero que construyó la línea férrea del Ferrocarril Central con más, no sé, de treinta túneles e igual número, creo, de puentes, allí esta el puente más alto del mundo, creo, o no sé. Asombrosa obra de ingeniería. Lo recuerdan muy pocos. Muy pocos, lo puedo apostar.
Quién recuerda a LENNON, casi todos, y con cariño. ESA ES LA DIFERENCIA. Muchos dicen: Imposible olvidarlo.
John propuso EL ESCAPE al resto del grupo. Todos aceptamos inmediatamente, al cien por ciento. Elegimos el día viernes, teníamos dos horas de educación física, dos de educación cívica y dos horas de literatura, sólo nos preocupaban las dos horas de literatura.
Aquel día caminamos con nuestros cuadernos bajo el brazo, yo no tenía más de dos cuadernos, desgano para el estudio, duda de todo. Caminamos entre bromas.
-fuga de talentos
Dijo John, y todos reímos burlándonos de los demás que, a esa hora, debían estar, aburridos, tratando de entender a algún profesor y eso se repetía en todos los colegios y además, desde hace muchos años, muchos, muchos años, Nosotros estábamos rompiendo esa rutina sin sentido. El ESCAPE creó en nosotros una especie de ansiedad, una necesidad de hacerlo. Por ética, por moralidad, por dignidad. El ESCAPE se sentía en el ambiente, inundó nuestros días, nuestras vidas.
-jo jo jo
Recuerdo esa risa que causaba aún más risa, era del más pequeño. El cielo nos sonreía, la vida nos sonreía. BRISAS DE VERANO, era la canción de moda en ese momento, una balada en inglés, y las brisas de verano abrigaba nuestras almas, perfecto para un escape. Cruzamos la cancha de fútbol, nadie nos seguía, atrás quedaba los pabellones del colegio, con sus salones como capsulas, con sus alumnos como idiotas.
Ser profesional, casarte, tener hijos, educar a tus hijos, imagínate con tus hijos, tu esposa, tu casa, que felicidad. Será todo eso cierto y me entraba una duda y un desgano total. Eso debe ser aburrido, creyeron en el cuento LA BELLA DURMIENTE, se casaron y fueron felices, ese es el final feliz. Y lo demás, fueron felices, eso ya no se cuenta, eso no sabe a nada, como dijeron por allí: Es bonito pero dura mucho. Corrimos hacia unas paredes que nos ocultaban y ya era muy difícil que nos descubrieran.
-corre, corre
Ahora subir la pared, no había una ESCALERA AL CIELO, Led Zeppelín. John nos llevaba la delantera, escaló primero, montó la pared y rápidamente saltó, ya estaba fuera. Cuando me tocó, fingí ser ya experimentado en estas maniobras, había un poco de temor, era enorme el entusiasmo por la aventura. Monté la pared. Desde allí el mundo se ve diferente, eres Alejandro Magno montado en su corcel o El Quijote en su Rocinante. Salté dándome un pequeño impulso con el pie contra la pared para no caer y darme con la pared, eso nos indicó John. La pared no era baja pero lo logré y no sé porque en aquel instante me pareció estar escapándome de una cárcel. Algo estaba aprendiendo hermano, algo que me va a servir en cualquier momento, uno nunca sabe. Esa sí era una buena lección.
Ya habíamos saltado todos. JUMP, Van Halen y ahora: STRAWBERRY FIELDS FOREVER. Comenzaba nuestra aventura. Nuestro camino. Estábamos excitadísimos, en esos momentos sentí que nos transformábamos para siempre, en no sé que, pero ya no seríamos los mismos.
Caminamos triunfantes por la acera, lo habíamos logrado y nos mirábamos. El aire sopló más fresco que nunca, llegamos a la esquina y de pronto el más pequeño, caminó en dirección a la puerta principal del colegio: El otro camino. Era de esperar, ya varias veces, en otras circunstancias, nos había sorprendido con sus decisiones personales, abruptas e incompatibles con el momento. Ahora estaba haciendo otra de las suyas y nos tenía en vilo porque no sabíamos que haría. Lo vimos ingresar al colegio por la puerta principal.
-Que loco
Fue lo más inesperado, inexplicable y chistoso de aquella tarde. Volvía al aburrimiento, se resignaba, por temor. Temor a qué. Estaba destinado, con seguridad, a ser uno más, OTRO LADRILLO EN LA PARED, Pink Floyd. A nosotros sí nos entusiasmaba la aventura y ella nos ganó.
– Dame un churro de cincuenta que parezca de a sol
John siempre nos sacaba de cuadro, todos compramos nuestro churro, el sol nos abrigaba hasta el alma ya para siempre. Llegamos al Cine Andalucía. Qué daban, nada interesante.
-Vamos a escuchar canciones en la rocola.
John conocía el bar. Puso BORN TO BE WILD de Steppenwolf, definitivamente, este sí sabía. El cantante tenía una voz ronca, agresiva, la guitarra eléctrica, una agresividad acompasada, había melodía, y la batería haciendo lo suyo. John, transformado en algo salido de la canción, con el pelo alborotado, golpeaba la mesa con los puños al ritmo de la canción. Así fue que entre al Rock, para ya nunca dejarlo. Imagínate pues hermano a mí me bautizaron estas canciones, cuando estaban de moda, mi generación fue privilegiada. Me Bautizó LED ZEPPELIN y no sigo. Y digo basta.
A john no lo volvimos a ver, estábamos en quinto de secundaria, por fin esto se acababa. Como es de suponer, no nos interesó postular a la universidad, sólo el más pequeño postuló. Los tres últimos años la pasamos inmersos en el rock, estudiábamos sólo para aprobar los cursos. Éramos fanáticos de THE BEATLES. Logré comprar, poco a poco, con los ahorros ajustados, nueve LPs de ellos. Habíamos ampliado nuestro repertorio: El Blues, El Country, El Folck Americano, toda la música que originó el rock allá en los años cincuentas. Entre los cuatro fácilmente llegábamos a los mil LPs y cinco mil discos simples, todos de música rock o afines, algunos discos de Jazz y ya habíamos formado nuestro grupo THE BLUE BIRDS, posteriormente se transformo en sólo THE BIRDS. El más pequeño, que tocaba la batería nos dejó, ingresó a la Universidad Nacional de Ingeniería, primer puesto. Fue reemplazado por John, otro john, el otro John, le decíamos. A los veintidós años de edad comenzó a sonreírnos el éxito y de allí no paramos hasta hacernos ricos, famosos y estrellas internacionales del rock. Lo hemos logrado, nuestra fama crecerá en el tiempo, no lo sabemos, al menos tenemos un número que puede ser premiado.
Puntuación: 0 / Votos: 0

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *