Los docentes universitarios les deberían pedir a sus estudiantes crearse una bitácora sobre temas jurídicos a partir de sus propios apuntes, noticias, publicaciones, e incluso comentarios en RRSS.
Un ejercicio académico para que todo lo que se estudia en clase no quede únicamente en el cuaderno (o archivo de texto).
Contar con un blog jurídico durante la época de estudiante, y actualizarlo constantemente, es una recarga que podría para muchos ser innecesaria, aunque para otros muy útil.
Quienes sí la han hecho, es seguro que la recomiendan. Como todo espacio para expresarse, ayuda a ordenar varias ideas que tienes en la cabeza. También es lanzar un cable a tierra en cuanto a qué tan actualizado te encuentras sobre tu realidad cercana o global.
Ahora bien, muchos consideran a las revistas jurídicas como los espacios idóneos para los argumentos y ensayos legales. Las bitácoras, aunque no suelen analizar los temas tan a profundidad, exponen hechos jurídicos en un lenguaje sencillo y sin la presión que genera el presentar un artículo jurídico (incluyendo todas las palabras técnicas o seudotécnicas que a uno se le ocurre).
Sólo para acabar, recordar que la libertad de expresión es un derecho constitucional y nadie puede imponer algún tipo de censura previa a tus contenidos. Esto no significa que tus opiniones no generen implicancias o sanciones legales. Es importante también reconocer e identificar las diferencias entre la calumnia, injuria o menosprecio.
Dicho esto, Welcome to the jungle.