Masculinidades

Reflexión sobre hombres como agente de cambio

¿Cómo reconocer una película erótica?

 

  

 

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Foto: studiouniversal.com

Supongamos que alguna vez en su vida ha tenido usted la experiencia de ver una película pornográfica, una de esas de título inequívoco al estilo de Secretarias ninfómanas, La reina del vicio o Brigada anal . Sin lugar a dudas usted no esperó ver en ellas “un sutil análisis sicológico de la ninfomanía digno de Bergman”, ni una “áspera denuncia de la depravación existente en el mundo occidental alla maniera de Fellini”; mucho menos “una recreación descarnada y sin remilgos de la sexualidad contra natura que Bigas Luna no hubiera temido suscribir”.

No. Lo que usted esperó, y sin dudas le brindaron esos filmes, fue una ristra de secuencias innombrables (obsceno, según la etimología, califica lo que no debe mostrarse en escena; impúdico, indecente, indecoroso, no precisan el pudor, la decencia y el decoro puestos en entredicho) en las que el sexo se prodigaba en actos solitarios, diálogos de cuerpos y escenas de masas. Es muy fácil, entonces, clasificar este tipo de cine. La pornografía sólo busca exacerbar el deseo, y en este sentido no es más censurable que el aperitivo de una buena cena.

Ahora bien, cómo reconocer una película erótica, una de esas que si bien no se clasifican como XXX suelen escandalizar a cierto público. No cabe apelar aquí al grado en que te exacerban el deseo. Es un índice tan subjetivo que, de acuerdo a la sexualidad de cada quien, podría incluir filmes que van desde La llegada del tren a la estación de la Ciotat (un fetichista que delire por el vestuario del siglo pasado podría desear desesperadamente a la mujer que pasa frente a la estática cámara de los Lumière) hasta Liberen a Willy (si la zoofilia del espectador no excluye las orcas). El único criterio a seguir parece ser entonces el modo en que te presentan lo sexual.

Desde que alguien tuvo la ocurrencia de enunciar que el arte es una recreación de la realidad (o algo por el estilo), media humanidad anda recreando el mundo con mayor o menor acierto (la otra mitad se dedica a emitir criterios, también con mayor o menor acierto). Y parece haberse impuesto la tesis de que mientras más recreeusted, mientras menos cerca se encuentre de la realidad monda y lironda, más arte existirá en lo que engendre. En el asunto que me ocupa esto se traduce en que mientras menos verista sea la presentación del sexo, más arte habrá sobre la cama. Y si en una película pornográfica, cuyo interés por el arte es similar al de un hambriento por el grado exacto de cocción del bistec que devora, y la gente, sí, de acuerdo, se demora en acciones fútiles, desesperantes para el espectador que quiere verlos echar “un sano polvo”, pero cuando se ponen a ello justifican la espera, en las películas eróticas, aquellas que se valen del sexo para hablarnos además de otros humanos asuntos, éste se nos ofrece, en aras de la “artisticidad” que el eros procura y porneiadesdeña, a través del prisma particular de cada realizador. Abundan, así, las acciones ralentizadas (que otra cosa es tomarse su tiempo para alargar el disfrute); el dar el todo por la parte (la sinécdoque es una muy útil figura retórica, pero uno quiere ver a Megan Fox desnuda y no admirar lo bien arregladas que tiene las manos mientras desarregla los cabellos de la pareja de turno); las mujeres tapadas hasta las cejas en la típica escenapost coitum (al parecer todas las escenas de sexo se filman en invierno); los fugaces desnudos masculinos (nada tengo que objetar, pero las mujeres dirán que si los hombres nos solazamos con las medidas de Sharon Stone en Bajos Instintos, por qué ellas no pueden saber qué número calza Michael Douglas), y los amantes que fuman el sempiterno cigarrillo ( cliché que torna inefectivas todas las campañas contra el tabaquismo).

Así que ya sabe: si un día asiste a ver una película erótica en la que le han dicho que actúa Angelina Jolie, y usted va con la idea de que luego podrá hablar de hombre a hombre con Brad Pitt sobre todos los tatuajes de la actriz, no se sienta estafado si al final tan sólo puede afirmar, y vagamente además, que sí, que todavía se ve buena.

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Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.

Fuente: La Voz de Rusia.

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octubre 2nd, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

Quiero trabajar con gente que no respire pornografía

Erika Lust es directora de cine X y feminista. En sus películas, la mujer no es objeto, sino centro de la acción. Historias que no olvidan la estética y quieren desterrar la etiqueta de ‘rodado para hombres’

13 AGO 2013 – 00:00 CET3

Erika Lust, directora de cine X. / NACHO ALEGRE

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Usted puede ser el protagonista del próximo proyecto de Erika Lust. Y sin necesidad de quitarse la ropa. La mecánica es tan sencilla como innovadora: cualquiera con un poco de chispa y una conexión a Internet puede dejar sus confesiones, vivencias o fantasías eróticas en una página web llamada XConfessions. Cada mes, la directora de porno feminista escogerá las que más le gusten y las rodará en el estilo natural, estético y desenfadado que ya es marca de la casa.

Conversaciones frescas en compañía de personajes singulares. Tras Ada Colau y Jesús Carrasco, Erika Lust. La realizadora rompe moldes en películas con sexo explícito, pero menos artificial.

“Todo el mundo me pide siempre que cuente su historia, y me pareció una manera divertida y democrática de hacerlo”, explica la realizadora en las oficinas de su productora, Lust Films & Publications, en el barrio barcelonés de Poble Nou. Si algo define a esta sueca de 36 años, cuyo verdadero nombre es Erika Hallqvist (lust significa “deseo”), es su incapacidad para no estar trabajando en mil ideas a la vez. Su primer corto, The good girl (2004), fue descargado más de dos millones de veces en apenas un par de meses. Desde entonces, su empresa familiar no ha parado de producir piezas de “cine adulto independiente”, como le gusta definir a ella su obra.

PREGUNTA: ¿En qué se diferencian sus películas del porno convencional?

RESPUESTA: Mis actores tienen sexo explícito, esto es básicamente lo que tienen en común mis películas con la pornografía al uso. El resto, nada que ver.

P: ¿Podría concretar un poco más?

R: Podemos entrar en las tres grandes áreas de diferencia: la primera es que en mis películas la mujer está en el centro de la acción, son historias contadas desde su perspectiva. La segunda está en la estética, que en mis películas tiene mucho más que ver con el cine erótico y el cine independiente que con la pornografía. El porno no era así cuando empezó, en los setenta. Pero a partir de los ochenta se volvió cada vez más un producto, perdiendo el criterio estético. Y la última diferencia son las condiciones de producción: en Lust yo estoy detrás del proceso tomando decisiones y comprobando que todo se hace correctamente, contratando a actores que realmente quieren estar en el sitio donde están, que tienen todos los papeles en regla y que han pasado los test de enfermedades. Cuando nosotros rodamos hay un ambiente muy bonito de grabación, no es esa típica sensación –por lo que me han contado muchas actrices– de un mundo de hombres, donde productores y directores incluso invitan a sus amigos para ver a las chicas, o se promueve el uso de fármacos para asegurar la erección o potenciar la eyaculación.

Mis películas son historias contadas desde la perspectiva de la mujer”

P: ¿Es tan sórdido el mundo del porno convencional como se cuenta?

R: En los años sesenta y setenta había un ambiente de liberación sexual, una reacción contra una sociedad conservadora, con muchos alumnos liberales de universidades tipo Stanford que estudiaban cine y que querían experimentar un poco con el cine erótico adulto. Había una visión detrás de las películas, pero después, con la democratización de la tecnología, cualquier persona podía coger una cámara barata, y ahí es donde se generó el efecto fábrica. Se apuntó al carro de la producción mucha gente sin ninguna intención cinematográfica, que no quería dar su visión del mundo, sino ganar dinero fácil. Y eso se multiplicó por mil con la aparición de Internet.

P: Si los setenta fueron la era dorada del porno, ¿cómo calificaría la época actual?

R: Es curioso, porque los mismos vídeos que en Internet masificaron el porno han hecho también que el perfil independiente haya vuelto, así que no sé cómo llamarlo. Hay gente muy diferente ahora que dice: “Oye, que la pornografía que hay ahí fuera no me representa ni a mí, ni a mis valores y mi manera de vivir el sexo”, con lo que, además de la masificación, tengo la esperanza de que se esté generando una diversificación.

P: Tal vez es difícil identificarse con el cine pornográfico porque las personas que aparecen en él son, en general, muy poco naturales: mujeres totalmente operadas que hacen cosas muy raras, como estar con tacones desnudas en una cama.

R: Y los hombres tampoco es que sean muy representativos. Ahí es donde me enfrento con el primer gran problema, porque cuando trabajo con actores del sector, tengo que luchar precisamente por sacarles de él. Por ejemplo, llevan las uñas larguísimas, nada realistas, y si quiero un poco de vello púbico, ¡tengo que encargar pelucas!

P: ¿Existe eso? ¡Existe!

R: Por suerte, para que yo pueda tener actores y actrices que más o menos se parezcan a personas normales. Quiero trabajar con gente que no respire pornografía.

P: ¿Siempre trabaja con actores del sector o hay algunos del circuito convencional que también se atreven con su cine?

El porno en los ochenta se volvió producto y perdió el criterio estético”

R: Los actores convencionales no se atreven a hacer escenas de sexo ni en las películas convencionales: usan dobles de cuerpo. Actores del sector más independiente o de teatro sí hay algunos que se han acercado: en ese momento, lo más importante es conseguir que haya confianza, y que sepan y entiendan que cuando ruedo una película voy a mostrar también la parte sexual.

P: ¿Hay algo de este trabajo que al principio le intimidase y que ya haya normalizado?

R: Sí, acercarme a ellos desnudos. Al principio yo no me atrevía a tocarles; ahora me atrevo a sentarme en la cama con ellos y moverles los brazos, las piernas o el cabello.

P: ¿Cómo era el ambiente en el que creció?

R: Vengo de una familia bastante normal… Bueno, ¿qué es normal? Qué palabra, ¿no? Mi padre es informático y economista, tiene 68 años y todavía trabaja. Mi madre era enfermera hasta hace un año y medio, cuando se jubiló después de trabajar como jefa de enfermería durante 20 años. Es una mujer muy potente, muy organizadora: una feminista en estado puro, que igual nunca se ha identificado de esa manera, pero lo es.

P: ¿Los definiría como personas liberales a nivel sexual?

R: No. Los definiría como una familia al estilo sueco, porque en los noventa se separaron, pero nunca se divorciaron. Viven desde hace muchos años en diferentes apartamentos, pero las vacaciones las hacemos todos juntos. En eso sí que hay un liberalismo nórdico, pero, por ejemplo, nunca han tenido otras parejas conocidas. No hay transparencia de su vida personal a nivel familiar; algo que también es muy nórdico, lo de mantener una fachada.

P: ¿Cómo recuerda los momentos en los que despertó su interés por el sexo?

Una buena chica nada pasiva

NACHO ALEGRE

Si tiene usted ideas preconcebidas sobre los directores de porno y se dispone a entrar en el universo de Erika Lust, es mejor que se deshaga de ellas antes de que esta sueca risueña y con aspecto de buena chica se las arranque con un manotazo de sentido común. Tras estudiar Ciencias Políticas, especialidad en Feminismo y Derechos Humanos, Lust se interesó por la producción audiovisual, se mudó a Barcelona y emprendió un negocio que conectaba con una de sus preocupaciones: el papel pasivo de la mujer como instrumento de placer al servicio del hombre en el imaginario del cine erótico. El sector fue –por decirlo amablemente– algo escéptico con su propuesta de porno feminista, pero Erika no es de las que se dejan amedrentar: ha producido, escrito y dirigido cinco premiados largometrajes, y ha publicado cuatro ensayos traducidos a diferentes idiomas y una novela titulada La canción de Nora.

R: Sobre todo recuerdo el gran impacto que tuvo en mí la educación sexual en la escuela. Mis padres siempre han tratado el sexo con mucha naturalidad, pero sin dar grandes explicaciones. Sin embargo, en el colegio, desde una edad muy temprana, teníamos sexólogas o sexólogos –porque también había hombres–, nos poníamos en pequeños grupos –chicos y chicas separados– y hablábamos de sexo. Eso es algo que me ha ayudado mucho a tener una sensación positiva, a no tener tanto miedo. Además de lo puramente biológico, hablábamos de sentimientos, de sensaciones… También había centros donde podíamos ir los jóvenes a hablar con psicólogos y sexólogos. Me podían dar una receta para tomar píldoras si las necesitaba, había condones para coger y una pequeña biblioteca. Eso fue muy importante para mí.

P: ¿Cómo ve la educación sexual en España?

R: ¿Aquí? Por lo que tengo entendido, falta mucho por hacer: más información y, sobre todo, que quien te la proporcione no sea tu profesora de biología. Hablar de sexo siempre da un poco de vergüenza, y más cuando eres joven.

P: ¿Recuerda su primera película erótica como espectadora?

R: Tenía unos doce años, y una amiga me llamó para decirme que había encontrado algo muy divertido. Era un VHS de su padre; nos juntamos un grupo de cinco o seis chicas a verlo y nos pareció la cosa más tonta del mundo. No volví a pensar demasiado en eso hasta que, cuando ya tenía 17 o 18 años, apareció un novio una noche con un DVD y lo miramos juntos. Ahí es un poco donde se empezaban a despertar esas sensaciones: mi cuerpo reaccionaba con lo que veía, me ponía, pero no me gustaba: había un conflicto entre mi cabeza y [en voz baja] mi coño. Supongo que ahí nació una idea de que se podía hacer algo diferente.

P: En ese sentido, ¿cree que en sus películas hay algo de política?

R: Cuando uno elige hacer algo contracorriente, siempre hay algo de política. En mis películas, yo quiero sacar estos típicos valores que vemos en el porno y los míos, que son muy diferentes. Por ejemplo, yo soy feminista, y para mí el feminismo es un movimiento muy importante que puede dar mucha riqueza al mundo, no un grupo de mujeres amazonas locas que dicen: “Vamos a matar a todos los hombres de este planeta y vamos a tomar el poder”. No es un movimiento extremista.

P: ¿Le han llamado ‘feminazi’ alguna vez?

R: Desde el grupito de Nacho Vidal y los chicos duros pornomachistas, por supuesto. Para mí, el porno es solo un medio, una manera de ver películas explícitas; el problema es que son ellos los que están representando todo el género.

P: ¿Cuál fue la reacción de este núcleo duro cuando supieron de su existencia?

Hay un grupo de feministas radicales que dicen preferir a nacho vidal”

R: En general, les molestó mucho. Porque soy mujer, porque he conseguido bastante espacio en los medios (y eso les ha fastidiado terriblemente), porque consideran que soy un fraude total, que soy ridícula, que lo que hago ni siquiera es porno o, al contrario, que no tiene ninguna diferencia con lo suyo. Aunque, paradójicamente, también hay un grupo de posfeministas o feministas radicales, no sé cómo llamarles, que se quejan de mí y que dicen que prefieren a Nacho Vidal.

P: ¿Está hablando de mujeres que critican su porno por ser un poco light?

R: Y por ser demasiado femenino, por cuidar los valores emocionales, sentimentales, íntimos… que es justo lo que a mí me hace falta. Mi pregunta es: ¿por qué no podemos coexistir? Yo entiendo que hay gente a la que le gusta lo que hacen ellos, y me parece bien. Lo que yo ofrezco es simplemente una alternativa.

P: ¿Cómo es el espectador medio, o la espectadora media, de sus películas?

R: Aunque mi intención es hacer algo para una mujer muy parecida a mí misma, al final el público resulta ser más o menos 60% masculino y 40% femenino. También veo una tendencia en la tienda online: hombres que compran vídeos a las mujeres para verlos juntos.

P: Cuando apareció el porno que no estaba destinado únicamente a hombres, se planteó como “porno para parejas”. ¿Qué tuvo que pasar para que se le reconociera finalmente a la mujer el derecho a tener un porno propio?

R: Creo que va un poco en la línea de la liberación sexual femenina. Con los años hemos conseguido afianzar la idea de que las mujeres podemos tener sexo por nuestro propio placer, y no para el del hombre. Detrás del porno para parejas sigue estando la sensación de que es para el placer de él; pero cuando es para mujeres, aparece el concepto del placer femenino. Solo hay que ver cómo han cambiado el discurso revistas como Cosmopolitan: hace años todo era “cómo satisfacer a tu pareja”, mientras que ahora es “qué vibrador funciona mejor para estimular el punto G”. Evidentemente, esto tiene que ver con que más mujeres trabajamos, ganamos nuestro propio dinero y tenemos acceso a la tecnología.

P: ¿Y no cree que la desaparición de tabúes, de límites, está haciendo que el sexo pierda un poco parte de su misterio?

R: Quizá sí, pero también pienso que no en todos los casos en la vida real tenemos lo que queríamos o lo que buscábamos.

P: Claro, el sexo es, en parte, aspiracional. Pero eso puede ser bueno o malo…

R: Desde que tengo hijas, seguramente quisiera tener más sexo del que la vida me ofrece. Por razones prácticas, a la hora que se supone que toca, después de todo un día de trabajo y familia, estoy agotada. El sexo necesita espacio mental: yo necesito inspirarme, sentirme bien conmigo misma, estar relajada, haber dormido, no sé, cosas que como madre de dos niñas pequeñas me cuesta conseguir. A veces siento que para volver a encontrarme con ese ser erótico que –en parte– soy, necesito apartarme de mi vida habitual.

P: ¿Cómo les va a explicar a sus hijas el tipo de películas que hace?

R: No me supondrá ningún problema, porque no siento ningún tipo de vergüenza. Creo que lo voy a enfrentar de una manera muy natural: sexo es algo que tenemos los adultos, que nos gusta y que nos proporciona placer. Es más bien ese lado el que quiero contarles; después, por supuesto, tienen que saber que el sexo puede acarrear unas consecuencias que hay que valorar. Pero me gustaría poder dar una visión positiva, no sé si lo voy a hacer bien, espero que sí. Igual voy a tener que ir a mirar si hay libros que hablen sobre el tema, y si no, voy a tener que escribir uno…

P: Hablando de libros, ¿qué le parece el boom de esta literatura erótica femenina que ha surgido a raíz de 50 sombras de Grey? ¿Cómo se explica el enorme éxito que ha tenido?

R: Eso son dos preguntas diferentes. El éxito del libro tiene básicamente que ver con el marketing, el clásico efecto bola de nieve. Los medios han ayudado mucho en el proceso, pero también el hambre de erotismo que sienten muchas mujeres. En realidad, este género siempre ha existido, en los libros de Danielle Steel o en otros en los que todo es como Falcon Crest, pero en versión sexy. Supongo que de este libro lo que se busca es el cuero, lo prohibido, porque la historia es muy básica, de princesa Disney, y bastante aburrida.

El sexo necesita espacio mental. yo necesito inspirarme, estar relajada”

P: ¿Cree que en el cine convencional ha habido una mejoría a la hora de tratar los temas de sexualidad femenina?

R: Esto tiene que ver con la clasificación de las películas en Estados Unidos. Los productores no se atreven a poner mucho sexo, y sobre todo no desde una perspectiva de una mujer, porque entonces las películas no pueden ir a todos los cines comerciales. Sin embargo, siempre hay algunos; por ejemplo, ahora Lars von Trier va a estrenar Ninfómana, que han dicho que tendrá sexo explícito. Vamos a ver cuánto hay al final, y si está mezclado con violencia o retratado como algo placentero y positivo.

P: ¿De qué directora le gustaría ver un filme porno?

R: Sofia Coppola. Aunque ya hay mujeres que se han atrevido bastante, como Kimberly Peirce, que hizo Boys don’t cry. Ahí, por ejemplo, tuvo problemas con una escena en la que Chloë Sevigny tiene un orgasmo: al final la cortaron, no le dejaron mostrar casi nada.

P: ¿Hay directores, productoras, actrices, actores con los que sienta una cierta afinidad?

R: Los hay, pero no es suficiente. Soy una persona competitiva, y me gustaría que hubiera mucha más gente trabajando este género. Yo gané –y todavía gano– dinero con mi primera película, y eso creo que también es un aspecto interesante. La gente del cine no quiere que los demás piensen que hay un monstruo empresario detrás. A ver, tener una empresa no es algo feo, es algo bonito, simplemente tú haces algo por lo cual la gente quiere pagar un dinero. Además esto es una pequeña empresa familiar que hemos hecho juntos Pablo [su pareja y socio] y yo con nuestro dinero, financiamos nuestras pelícu­las y hemos crecido poco a poco, orgánicamente.

P: ¿Tiene algún consejo para alguien que quiera empezar a ver porno y no se lance?

R: Como en todo, consume responsablemente. Asegúrate de que lo que vas a ver está bien hecho, cuidado, de que tiene alguien detrás de quien sientes que te puedes fiar. Para mí, eso es importante.

 

Fuente: elpais.com

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agosto 10th, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

Brad Pitt: ‘La mujer es el reflejo de su hombre’

Brad Pitt confiesa su secreto para salvar su relación

Viernes 09 de agosto del 2013 | 15:27

Actor contó lo que hizo cuando Angelina Jolie entró en crisis por sus problemas personales y profesionales.

Brat Pitt le dio ánimos de vivir a Angelina Jolie. (AP)

Brat Pitt le dio ánimos de vivir a Angelina Jolie. (AP)

Brad Pitt confesó haber pasado por duros momentos en su relación con Angelina Jolie, pero lo superó, dedicándose a recuperar su relación, así lo confesó el actor en un reciente artículo titulado A Secret Love, publicado por la revista Identidad.

“Mi esposa se enfermó. Estaba nerviosa por sus problemas en el trabajo, la vida personal y sus fracasos… Perdió cerca de 13 kilos y pesaba poco más de 40 kilos a los 35 años. No era feliz”, escribió el actor de Hollywood.

“Nuestra relación estaba al borde del colapso… Su belleza empezaba a abandonarla… Y tenía el pensamiento que nos divorciaríamos pronto”, añadió.

“Así que me decidí a tomar alguna acción. Después de todo, ella es la mujer más bella del mundo, la ideal para la mitad de los hombres y mujeres del planeta y yo era el único que tiene el privilegio de dormir al lado de ella y abrazarla.”

Pese a la difícil situación, el actor optó por dedicarse a reconquistarla.

“Empecé a mimarla con flores, besos y elogios. Le sorprendió e intenté complacerla en todo momento. La llené de regalos y comencé a vivir sólo para ella. Sólo hablo en público de ello y todo lo relacionado con ella de alguna manera. La alabé a solas y frente a todos nuestros amigos. No puedo creerlo, pero ella comenzó a revivir, a florecer. Se puso aún mejor de lo que era antes. Ganó peso, dejó de caminar nerviosamente y me ama aún más que antes. Yo no sabía que ella podía amar con tanta intensidad. Y entonces me di cuenta: La mujer es el reflejo de su hombre”, detalló.

Fuente: perú21

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agosto 9th, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

¿Siempre debemos estar listos para una aventura sexual?

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¿Coincidencia o realidad para muchos hombres?, entonces ¿qué sentimientos experimenta?

“Aquel ariete, fuerte, impactante
Ahora ya no sirve en piltrafa quedó”.

 

Tomado de: Alvaro Campos. ASI APRENDIMOS A SER HOMBRES

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julio 4th, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

No contó con apoyo familiar

Al Pacino cayó en el alcohol tras grabar ‘El Padrino’

Martes 02 de julio del 2013 | 08:20

No contó con apoyo familiar. (Internet)

No contó con apoyo familiar. (Internet)

El actor estadounidense confesó que no tener una familia a su lado cuando su carrera despegó lo afectó personalmente.

El actor estadounidense Al Pacino reveló que se volvió alcóholico por no tener una familia a su lado cuando su carrera despegó luego de rodar la película El Padrino.

“Comencé a beber cada vez más. Al principio era algo propio de la cultura de los actores. Es como un patrón de consumo que te puede llevar a otras cosas, como a caer en una espiral. Estuve yendo a Alcohólicos Anónimos por un tiempo”, recordó.

Fuente: peru21

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julio 2nd, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

El pueblo de los niños proxenetas

En Tenancingo, un pequeño municipio mexicano, cuatro de cada cinco adolescentes quiere dedicarse a la trata de personas, el negocio local

Tenancingo 30 JUN 2013 – 06:33 CET431

Una alumna del colegio de Tenancingo. / PRADIP J. PHANSE

Noé Quetzal Méndez tiene 38 años, la cara redonda y un lunar cerca del ojo izquierdo. En la fotografía anexa a su ficha policial parece un cantante venido a menos. La cirugía estética con la que intentó burlar al FBI le ha acartonado el rostro. Quienes lo conocen bien dicen que no se parece en nada a aquel adolescente regordete que desde muy pronto, casi siendo un niño, comenzó a prostituir mujeres en Tenancingo, un pueblo de campesinos situado a 100 kilómetros del Distrito Federal. Expandió su negocio por Estados Unidos y cruzó en la frontera a más de cien menores de edad. Cada cierto tiempo volvía a su tierra como el hijo pródigo.

En la entrada de su municipio, de 11.700 habitantes, se suceden mansiones ostentosas y horteras junto a casitas humildes acabadas con retales. Los adolescentes del pueblo saben que las primeras construcciones pertenecen a los proxenetas, los mismos que llenan cada año de dólares el manto del arcángel San Miguel cuando sale en procesión. Las segundas son propiedades de campesinos, unos don nadie a ojos de los jóvenes. El oficio de tratante de personas en este lugar es hereditario. Familiar. Pasa de padres a hijos, de generación en generación.

 “Quiero ser sicario padrote (proxeneta)”, dijo delante de sus compañeros de clase un chico de 13 años el mes pasado. Se le adivinaba un bigotillo fino sobre la comisura de los labios.

No es el único que lo piensa. Cuatro de cada cinco estudiantes del pueblo dijeron querer dedicarse a la trata de mujeres en una encuesta reciente. El tipo sin expresión por su paso por el quirófano es para ellos un espejo en el que mirarse. Los hombres de este municipio del Estado de Tlaxcala, en el centro de México, suelen casarse por primera vez a los 14 o 15 años y a lo largo de su vida van acumulando noviazgos y matrimonios con mujeres a las que poco a poco introducen en la prostitución. El núcleo familiar –padres, madres, abuelos, tíos- se encargan de la empresa y cuidan de los niños que van naciendo, padrotes en potencia.

La primera impresión al llegar al colegio del Tenancingo es que se trata de un internado suizo. El director de la escuela Jaime Torres Bodet, un hombre de pelo cano, organiza la visita con gesto severo. Su institución es muy respetada, como si fuera una isla de moralidad en medio de la depravación general. Los pasillos del centro están impecables, las plantas parecen podadas por un hábil jardinero. Los alumnos saludan a coro a los visitantes y pasan ordenadamente a una clase. A continuación se sientan alrededor de tres mesas. Son parte de esos estudiantes que querían dedicarse a la trata. Rondan los 13 años.

Entre ellos hay varios cuyos familiares están en el negocio. La asociación Cauce Ciudadano, que trabaja para prevenir la violencia de los jóvenes mexicanos, lleva unas semanas impartiendo talleres para tratar de inculcarles valores. Se encontraron con niños que veían el asunto con naturalidad, que consideraban que la mujer podía ser moneda de cambio. Es lo que han visto toda la vida. Al acabar el curso la mayoría parece haber cambiado de parecer. Escribieron en unos carteles: “Mi sueño es que se acabe la trata de personas, que haya más respeto y cines”, “Que no haya padrotes ni policías corruptos”, “Problemáticas: la trata de blancas, vandalismo, graffity, falta de agua, los vagos, borrachos drogadictos…”. Erika Llanos, directora operativa de la asociación, resalta la importancia de trabajar en el desarrollo humano de los niños. “Tienen que aprender a vivir, a respetarse a ellos mismo y a los demás”, señala.

En una hora y 20 minutos de charla hablarán de violencia, discriminación, de la falta de la autoestima con la que crecen. En ningún momento dirán la palabra padrote pero el asunto sobrevuela todas las conversaciones. Es tabú hablarlo con alguien de fuera. Una de las chicas del grupo ve a su madre solo de vez en cuando. Trabaja como prostituta en Tijuana. Ella está al cuidado de unos tíos. Ha protagonizado algunos problemas de conducta. “No estoy loca”, advierte por si a alguien se le ocurre colgarle algún estereotipo. Su sueño, junto con el de otra compañera, es abrir un restaurante elegante en el pueblo donde poder ir a celebrar en las grandes ocasiones. “Los hombres serán meseros y las mujeres cocineras pero todos limpiarán lo mismo porque son iguales. Unos no valen más que otros”, muestra lo aprendido. Los niños han pasado de decir que quieren dedicarse a la prostitución a anhelar convertirse en médicos, abogados o arquitectos.

Otra adolescente reclama mayor respeto a otras confesiones religiones que se practican en Tenancingo. ¿Cómo cuáles? “La Santa Muerte… tiene muchos seguidores”.

Oriundos de este lugar y los alrededores controlan La Merced, el mayor centro de prostitución de la Ciudad de México. Entre las calles y hoteles de la zona se cuentan miles de prostitutas. “El 90% de los detenidos por trata son originarios del Estado de Tlaxcala. La mayoría provienen de familias enteras que se dedican a esto”, resalta Juana Camila Bautista, fiscal de delitos sexuales del DF. En el último año han conseguido sacar de la prostitución a 200 mujeres, entre ellas 92 menores. La mayoría también de esta zona del país. Uno de los trabajos más arduos de la fiscalía consiste en convencer a las chicas de que están siendo explotadas sexualmente. “Muchas siguen enamoradas y no es fácil hacerles ver que eso no está bien, que eso no es querer a nadie”, ahonda la fiscal en su despacho. Los últimos proxenetas encarcelados han recibido sentencias de 60 años sin posibilidad de reducción de pena. Considera un logro que en la última reforma de la ley se considere un agravante el parentesco en el delito de explotación.

 El amor es uno de las artimañas que utilizan los explotadores para mantenerlas indefinidamente en el negocio. Los proxenetas llegan a tener más de media docena de esposas, concubinas o novias, como se las quiera llamar, trabajando en el mundo de la prostitución. Con sus coches de gran cilindrada, ropa y joyas caras impresionan a niñas que provienen de un entorno marginal. Los hombres se han ganado la fama de seductores. “Usan el verbo, te enamoran”, sostiene una vecina que repudia la fama que se ha ganado su pueblo.

Marcela, una joven guapa del sur de México, creyó encontrar en ese muchacho que la pretendía el amor que nunca tuvo en su casa, abandonada por el padre y malquerida por la madre. El chico parecía un exitoso comerciante de ropa que viajaba por todo el país colocando mercancía. Se conocieron en un parque y estuvieron viéndose a escondidas hasta que él fue a pedirle la mano a los padres de ella. La pareja se mudó a Tenancingo y se hospedó en casa de la familia del muchacho. La primera propuesta extraña que recibió Marcela fue la de trabajar como “chica de compañía” en un table, unos locales nocturnos donde las mujeres bailan en un escenario y donde se ejerce la prostitución, aunque de eso no se hable abiertamente. En ese momento era menor de edad. “Me dijo que necesitábamos dinero para pagar nuestra boda”, recuerda. Se negó y la tensión con su familia política fue en aumento.

La pareja se mudó al DF y ahí directamente fue enviada a trabajar como prostituta en un hotel de La Merced. Su cuñada fue quien la inició en el negocio. La encerró en una habitación de un hotel de mala muerte, El Universia, y le enseñó a poner un preservativo, a masturbar a un hombre, a maquillarse y vestirse para atraer clientes. Mientras trabajaba, su novio y el hermano iban al cine y comían en restaurantes del centro. Al finalizar la jornada pasaban por la recaudación. El encierro de Marcela solo duró seis días. Al séptimo, la policía entró en el edificio y detuvo a todos los proxenetas que andaban por allí. Era febrero de este año. Fue el primer golpe del alcalde de la ciudad, Miguel Ángel Mancera, contra la trata de personas. Llevaba pocos meses en el cargo.

 El negocio de los tratantes de Tlaxcala trasciende las fronteras de México. Las chicas son enviadas a ciudades de Estados Unidos. En Nueva York, Chicago, Atlanta o Los Ángeles se han documentado casos de explotación a mujeres mexicanas. Hay clubes completos donde la mayoría de las prostitutas tienen algún tipo de vínculo con Tenancingo. El negocio más próspero para los padrotes, de todos modos, se encuentra en el sur de ese país, en la misma frontera mexicana. Los tratantes las cruzan a través de la frontera y las dejan en manos de los delibreros (traducción fonética de delivers, repartidores), unos tipos que reparten publicidad y concretan citas sexuales con los inmigrantes centroamericanos y mexicanos que trabajan en el campo. “Hacen todo ese viaje para sufrir el abuso de los propios latinoamericanos”, lamenta Rosi Orozco, presidenta de la organización Comisión Unidos vs Trata y exdiputada por el PAN especializada en la lucha contra la explotación de mujeres. Orozco ha comandado algunas campañas contra los anuncios clasificados de prostitución en prensa o los comerciales de televisión que le han valido algunas enemistades.

 El joven párroco de Tenancingo llamado José Alfredo ha aprendido a esquivar el tema. La experta Orozco calcula, según sus indagaciones, que un 30% de los vecinos se dedica a la trata. Un lunes, una secretaria agenda las misas de muertos de los vecinos que se acercan por esta bonita iglesia llena de imágenes clásicas. Dice el padre que no quiere “hablar de eso”, que la Iglesia es una institución vertebral de la ciudadanía que tiene que estar para todos los problemas. Reconoce que el patrón pasea por las calles bañado en billetes pero asegura que no es su institución la que se queda con el dinero, sino que va a parar a los mayorales que custodian las tallas durante el año. Su trabajo es el de mantener la fe de los habitantes del pueblo y guiarles, en la medida de lo posible, por el buen camino. Eso incluye apartarlos de la Santa Muerte, adorada por policías y sicarios a la vez. “Algunas mañanas me encuentro en la parroquia objetos de culto hacia ella e inmediatamente las saco. Este es un lugar sagrado”, dice.

A ella seguramente se tuvo que encomendar más de una vez el hombre sin rostro cuando el FBI pisaba sus talones. El que era un modelo a seguir para los jóvenes de Tenancingo llegó a tener una docena de esposas, como si de un sátrapa persa se tratara. Entre ellas una de 13 años. Las chicas han contado que las vestía a todas de sirvientas y las invitaba a besarle los pies. Lo detuvieron en Puebla acusado de trata y homicidio y cuando estaba rodeado por la policía ofreció cinco millones de pesos a un comisario para que lo dejara escapar. Tras recibir una negativa, pidió que se le aplicara la ley fuga: simular su huida y que fuese ultimado por la espalda. Un sistema muy utilizado durante el porfiriato y la revolución mexicana. Quetzal prefería eso a pasar prácticamente lo que le queda de vida en prisión. Acabó siendo detenido. No tenía escapatoria.

El chico que delante de sus compañeros dijo querer imitarle, en cambio, parece tener dónde elegir. En el taller rompió a llorar cuando cada uno de los menores exponía sus problemas. No quiso apenas hablar y cuando lo intentó no le salían las palabras. El día anterior había escrito en un papel: “¡Ayúdanos!”.

 

Fuente: elpais

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julio 1st, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

Conductores de trenes en Suecia usan faldas

 Sábado, 8 de junio de 2013

Conductor de autobús

Hace diez años, algunos conductores de autobús optaron por la misma solución contra el calor.

Algunos conductores de trenes en Estocolmo, Suecia, comenzaron a usar faldas debido a una ola de calor. La compañía que los emplea les prohíbe usar shorts durante el verano.

Los trabajadores aseguran que no tienen otra opción que recurrir al uso de faldas, que describen como “mucho más cómodas que los pantalones”.

Al menos doce conductores de trenes han decidido cambiar sus atuendos. Se trata de trabajadores de la línea Roslagsbanan, que circula en el norte de la capital sueca, y llevan vistiendo las faldas desde hace dos semanas.

La empresa no puede negarles el uso de faldas, porque prohibirles un atuendo permitido para las mujeres sería visto como un caso de discriminación.

Luz verde para la falda

La empresa ferroviaria Arriva prohibió a los conductores vestir pantalones cortos, después de asumir la gestión de la compañía el pasado mes de enero.

Martin AkerstenLos conductores aseguran que es una cuestión de comodidad.

Pero la empresa ha dado luz verde al uso de faldas, según informa el periódico local Mitti.

“Nuestra lógica es que uno debe verse decente y adecuado al representar a Arriva, y los actuales uniformes consiguen este objetivo. Si el hombre quiere vestir una falda, no tenemos ningún problema”, le dijo al diario Tomas Hedenius, director de comunicación de Arriva.

“Decirles que hicieran otra cosa sería discriminación”.

El maquinista Martin Akersten le dijo a la BBC que él y sus colegas tuvieron la idea de vestir faldas cuando fueron informados del código de vestimenta de la empresa en invierno.

“Siempre dijimos que cuando llegara el verano, nos haríamos con unas faldas y las vestiríamos. Hace mucho calor y nos gustaría llevar pantalones cortos pero, si no podemos, tenemos faldas como alternativa cómoda”.

Los conductores masculinos optaron por vestir faldas sólo los días que haga calor, y dejarán los pantalones para las jornadas más frescas.

“Los pasajeros se nos quedan mirando, pero hasta ahora nadie ha dicho nada, al menos no a mí. Y no me importa, por cuanto se trata de una cuestión de comodidad”, añadió Akersten.

 

Fuente: BBC MUndo

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junio 9th, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

Qué pasa cuando tu marido pasa a ser tu esposa

 Jueves, 30 de mayo de 2013
Yadira, Javier y Lucía

“Siempre le he pedido a Dios que me regrese a Javier”. Así le empieza a contar Yadira su historia a Radio Ambulante.

Y es que después de 10 años de vivir casada y formar una famila con Javier, él desapareció. Se marchó a un sitio del que no hay retorno: dejó de ser Javier para transformarse en Lucía.

Esta es la historia de una pareja que supo adaptarse a los cambios. Juntos, compartieron su experiencia con Radio Ambulante.

Radio Ambulante es un programa de radio que cuenta historias latinoamericanas provenientes de todos los países de habla hispana, incluyendo Estados Unidos. Sus creadores buscan llevar la estética de la buena crónica de prensa escrita a la radio.

clic Por qué Radio Ambulante está en BBC Mundo

Fuente: BBC

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mayo 31st, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

Cuando sonreír era mala educación

Dalia Ventura

BBC Mundo

Madame Vingée-LeBrun et sa fille

Madame Vigée LeBrun sonrió y desató un escándalo.

Fue “una extravagancia, que los artistas, amantes del arte y de las personas de buen gusto se han unido condenar y que no encuentra precedentes entre los antiguos”, escribió un autor anónimo en Mémoires secrets, una crónica del acontecer de la época, resumiendo el sentir generalizado.

¿La razón? “Al sonreír muestra sus dientes. Esta afectación es particularmente discorde en una madre”.

Era 1787 y las convenciones que habían regido en el arte de Occidente hasta entonces implicaban que las connotaciones de una boca abierta eran negativas.

En primer lugar, mostraba que la persona era plebeya.

“Una extravagancia que los artistas, amantes del arte y de las personas de buen gusto se han unido condenar y que no encuentra precedentes entre los antiguos”

Comentario que apareció en Memoires Secrets

Además, que no tenía el uso de la razón. Desde la antigüedad, los únicos que aparecían en las artes plásticas con los labios separados eran los locos, aquellos consumidos por la pasión, los niños -que aún no tienen uso de la razón-, los actores representando un papel y las mujeres fáciles.

Louise Élisabeth Vigée LeBrun -considerada por algunos como una la pintora más importante del siglo XVIII y ciertamente una de las más exitosas artistas de una época en la que ser mujer era un obstáculo- no encajaba en ninguna de estas categorías.

“A pesar de ser una mujer poco ortodoxa, era considerada como un respetable miembro de la alta sociedad. Había pintado a la reina Marie Antoniette muchas veces y era su amiga”, le cuenta a BBC Mundo el historiador Colin Jones, de la Universidad de Warwick.

A pesar de ello, apareció en un autorretrato en el Salón de París abrazando a su hija y sonriendo tímidamente; una pose tradicional en la que no se mostraban los dientes, hasta entonces.

“Desde Madame Vigée en adelante, empezaron a aparecer retratos con personas sonriendo… aunque no muchos: seguían rigiendo las reglas de decoro”, señala Jones.

Tanto que más de medio siglo más tarde, en 1843, la reina Victoria le comisionó una pintura a Franz Xaver Winterhalter en la que ella aparece sonriendo, pero se le conoce como “el retrato secreto” pues no era para ser visto en público: sus dientes eran sólo para los ojos de su amado Alberto, no para ser exhibidos al público general.

Sonrisa horizontal

Una nueva y moderna sonrisa había hecho su aparición en el siglo XVIII.

“La gente a menudo está llorando en las representaciones del siglo XVIII pero, de hecho, la sonrisa tiene el mismo valor expresivo”

Colin Jones, historiador

“Tradicionalmente, reír era desdeñoso: alguien se ríe del otro, de su situación, de cuán ridículos es. Pero la sonrisa que llega en los 1700 es una sonrisa horizontal, entre dos personas”, dice Jones.

En las artes plásticas, había estado en boga la idea de que la mejor forma de mostrar la personalidad y el carácter de alguien era en reposo: si estaba sonriendo o gritando, el artista terminaba pintando el gesto, no a la persona. Se pensaba que la esencia del individuo no era fielmente expresada con una emoción pasajera.

“Yo creo que a Madame Vigée LeBrun le entusiasmó otra corriente que en esa época estaba muy presente en la literatura, según la cual los sentimientos son los que muestran el verdadero yo… la gente a menudo está llorando en las representaciones del siglo XVIII pero, de hecho, la sonrisa tiene el mismo valor expresivo”, le explica a BBC Mundo el experto, quien ha estado estudiando la historia de la sonrisa por años.

La profesión para la sonrisa

OdontologiaLos dentistas franceses del siglo XVIII practicaban lo que reconocemos como odontología.

Sin embargo, si lo que se quería mostrar era algo agradable, había que tener dientes blancos.

Y precisamente, en ese momento en Francia, particularmente en París, se pasó de la extracción dental a la odontología. Una palabra nueva en francés aparece en ese siglo: dentistería.

“El cuidado de la boca hasta ese punto era bastante básico: la gente se frotaba los dientes diariamente con un trapo, de pronto usaban un palillo para limpiar las muelas, y eso era todo. Si empezaba a doler, había pociones pero si no se calmaba, la única solución era la extracción”, anota Jones en conversación con BBC Mundo.

Le Grand Thomas

Antes del advenimiento de la odontología, la extracción dental era una forma de entretenimiento público, como las ejecuciones.

Uno de los personajes legendarios del París del siglo XVIII era Le grand Thomas, un sacamuelas de formidable circunferencia que ejercía su oficio desde un carrito instalado en Pont-Neuf (Puente Nuevo).

En su letrero se leía: Dentem sinon maxillam – El diente y si no, la mandíbula.

“A partir de 1720s, un grupo de gente con conocimientos de cirugía se autodenominaron dentistas y ofrecían lo que hoy reconocemos como odontología moderna, que es preventiva -calzas, blanqueadores, ortodoncia- y que de alguna manera considera la extracción de muelas como un fracaso”, agrega.

Y, a finales del siglo, un cirujano parisino, Nicolas Dubois de Chémant, tuvo una experiencia desagradable. Era 1788 y tuvo que pasar una velada con una dama de la alta sociedad con dientes artificiales y una halitosis muy fuerte.

Se le ocurrió entonces que era posible hacer dientes de porcelana para usarlos en vez de las apestosas y perecederas prótesis hechas de dientes humanos o de huesos de animales que se utilizaban hasta entonces en las dentaduras.

Para 1789, tras varios experimentos en los que apeló a la pericia de la prestigiosa fábrica de porcelana Sèvres, los “dientes incorruptibles” eran una realidad.

Y los dientes blancos, cada vez más apreciados.

Entonces, la sonrisa no es made in USA

“A estas alturas, los estadounidenses no hacían parte de la historia pero lo interesante es que en todo caso ellos profesionalizaron la odontología antes que la mayoría de las otras naciones”, señala Jones.

En Francia, hay este interés temprano y una profesión nueva pero todo eso se pierde en la reorganización de la medicina que tiene lugar después de 1800.

Greta GarboHasta la enigmática Greta Garbo mostró sus dientes cuando Hollywood le sonrió al mundo.

Entre tanto en EE.UU. en los 1830 y 1840 empiezan a aparecer asociaciones, escuelas de odontología, certificaciones, etc.

“Pero la contribución crucial de EE.UU. es Hollywood”, afirma el historiador. “Incluso en la primera década del siglo XX pero particularmente en el período de entreguerras, surge la fotografía de estudio, que producen esas clásicas imágenes de las grandes estrellas en las que, sobre todo las mujeres, aparecen con una amplia sonrisa”.

Esa nueva moda se arraigó en los 50s.

“El otro factor que contribuye es la publicidad”, resalta Jones.

Y desde entonces, esa atracción que ejerce la sonrisa, ¿es universal?

“Yo creo que es una de esas cosas en las que realmente hay un relativismo cultural: si uno observa áreas del globo en las que la influencia de EE.UU. no es tan profunda -Japón, por ejemplo-, la sonrisa no es tan común y la gente no anda presumiendo de sus dientes, más bien son tímidos a la hora de sonreír y mostrar los dientes. Y luego están las mujeres musulmanas que se cubren todo el rostro… la sonrisa no juega ningún papel en esa cultura”, responde Jones.

 

Fuente: BBC

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mayo 26th, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca

¿Realmente los calvos son más viriles?

Claudia Hammond

Columnista, BBC Future

Bruce Willis y Dwayne Johnson¿Más viriles por no tener pelo?

 

Bruce Willis, André Agassi y Michael Jordan. Tres hombres fuertes y varoniles, admirados por muchas mujeres. Pero tienen algo más en común: son calvos.

A menudo se dice que los calvos son más viriles. La teoría popular es que tienen niveles más altos de la hormona testosterona, lo que los hace más masculinos y aumenta su potencia sexual, pero también hace que se les caiga el pelo antes que al promedio de los miembros de su género. La verdad, sin embargo, es un poco más compleja.

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Es cierto que la pérdida del cabello depende de la testosterona. En 1960, un doctor de la universidad Yale llamado James B. Hamilton estudió a 21 chicos a los que habían castrado. En ese entonces, era una práctica que se aplicaba a veces cuando los niños eran diagnosticados con problemas de conducta o mentales.

Hamilton les hizo seguimiento, a algunos de ellos hasta los 18 años, y no encontró signos de que estuvieran desarrollando el patrón masculino de la calvicie a medida que crecían.

Por otro lado, los hombres de la misma edad que estaban intactos, y por ende produciendo testosterona, ya tenían entradas.

Vinculado pero no responsable

Hamilton no fue el primero en descubrir el vínculo entre la testosterona y la calvicie; tanto Hipócrates como Aristóteles habían observado lo mismo siglos antes.

Príncipe William y su esposaLa corona se hereda… y la calvicie también.

 

El hallazgo de Hamilton parecía indicar que altos niveles de testosterona pueden resultar en calvicie, pero el hecho es que el nivel es irrelevante, mientras haya alguna cantidad de la hormona presente.

Castrados, con casi nada de testosterona, quizás retengan su pelo, pero hombres con niveles bajos de testosterona pueden perderlo.

Eso es porque no es la cantidad de la hormona circulando en el torrente sanguíneo lo que dicta la calvicie: es la genética.

Se piensa que varios genes están involucrados, con el resultado de que los folículos pilosos se vuelven particularmente sensibles a diminutas cantidades de testosterona.

Aún no se entiende completamente el proceso, pero involucra a una enzima que convierte a la testosterona en una sustancia llamada dihidrotestosterona, que causa que los folículos pilosos de algunas personas se encojan, posiblemente interrumpiendo el suministro de sangre y nutrientes.

A medida que el folículo se encoje, el ciclo de crecimiento se acorta y los nuevos pelos se van volviendo más y más delgados hasta que sólo quedan vellos en el cuero cabelludo.

Eventualmente, el folículo se vuelve inactivo y no se produce más cabello.

Los calvos son genéticamente más predispuestos a ser más sensibles a la dihidrotestosterona.

A los folículos de la barbilla no los afecta ninguna hormona, por ello la barba sigue creciendo.

Esperanza

Algunos de los que no pierden su cabello tienen bajos niveles de la enzima que cambia a la testosterona así que recientemente se ha estado buscando la manera de bloquear esa enzima en otros.

Calvo en parqueA medida que se descubren las causas, se buscan tratamientos.

 

Un tratamiento llamado finasterida funciona sobre la base de este principio, pero es costoso y requiere de uso continuo o el pelo se vuelve a caer.

Entre tanto, los científicos siguen tratando de entender el mecanismo que hace que el cabello deje de crecer.

En 2012, un equipo de investigadores examinó secciones de cuero cabelludo con y sin pelo y halló que había células madre todavía presentes en los folículos de ambas áreas, pero que en la parte calva no estaban progresando a la siguiente fase, en la que normalmente se desarrollarían en las llamadas células progenitoras.

El estudio abre la esperanza de que algún día pueda crecer pelo en las partes calvas de la cabeza, si los científicos encuentran la manera de bloquear lo que sea que lo esté impidiendo el crecimiento o de dispararlo. Y hay investigadores en este momento investigando proteínas particulares que podrían proveer tal disparador.

La calvicie parece más envuelta en mitos que muchas otras condiciones, posiblemente porque su distribución parece ser tan arbitraria que buscamos explicaciones.

Si usted ha perdido el pelo, lo siento pero no puede pretender ser más viril. Pero puede culpar a sus padres. Ellos le pasaron los genes, después de todo.

Descargo de responsabilidad

Todo el contenido de esta columna es para dar información general solamente, y no debe ser entendido como un sustituto del consejo médico de su doctor o cualquier otro profesional de la salud. La BBC no se hace responsable de ningún diagnóstico realizado por un usuario basándose en el contenido de este sitio. La BBC no se hace responsable por el contenido de sitios internet externos citados, ni respalda ningún producto comercial o de servicios mencionados o asesoramiento en cualquiera de los sitios. Siempre consulte a su médico de cabecera si usted está preocupado por su salud.

 

Fuente: BBC

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mayo 25th, 2013 Leave a comment Masculinidades León Huarancca Quichca