“Llevo acá más de 1 semana, aún estoy esperando a que me llamen, no tengo feria y, si no me traen nada… tendré que buscar algo de trabajo. Lo malo es que dicen que acá ya no hay trabajo”, platica, con nerviosismo, Francisco. El migrante mexicano, de 44 años de edad, fue deportado de Estados Unidos a Tijuana, y lleva 5 días en la Casa del Migrante.
Vivir consciente
© Collage: La Voz de Rusia
La percepción superficial de la información que se cultiva dentro de la sociedad contemporánea elimina totalmente la visión individualizada de la realidad, convirtiendo a la persona en una especie de robot al servicio del sistema. La educación, todo el sistema de valores que nos imponen la sociedad, la televisión y la familia, tienen el mismo objetivo: hacer que pensemos lo menos posible.
Hoy en día, la formación adecuada y las prácticas de autodesarrollo son más asequibles gracias a los medios de comunicación social. En La Voz de Rusia nos hemos preguntado si es hay forma para hacer que las personas vuelvan a reflexionar sobre su propia vida y las vidas ajenas.
El psicólogo británico Ken Robinson, autor del libro The Element: How Finding Your Passion Changes Everything, echa toda la culpa al entorno que agota rápidamente los bien escasos recursos psicológicos de la persona haciéndola percibir de manera continua los flujos informativos sin poder analizarlos debidamente. Una de las opciones sería desconectarse temporalmente de los medios de comunicación, el teléfono e Internet para tratar de recobrar energías. Pero tenemos dependencia informativa parecida a la drogadicción. Estamos pendientes de tantas minucias, sin hacer caso a cosas realmente importantes, como, por ejemplo, los descubrimientos científicos capaces de voltear nuestra conciencia.
Se suele pensar que algunas personas son creativas y otras no. Pero esto no es del todo cierto. La creatividad es algo inherente a la naturaleza humana. Pero el sistema la oprime a través de las guarderías infantiles y escuelas. El pensamiento divergente es la capacidad de pensar de manera distinta a los clichés aprobados, lo que justamente constituye la variable creativa de la mentalidad humana. Según estudios científicos, el nivel de divergencia en los niños de edad preescolar alcanza el 98 %, pero disminuye hasta el 10 % en los egresados de la secundaria y sigue bajando. Para los veinticinco años, la persona apenas si tiene el 2 % del nivel de divergencia. Un ejemplo muy simple. Frente a cualquier circunstancia inesperada, como un apagón eléctrico o cosas por el estilo, la población de las grandes ciudades se da al pánico. La dependencia de las altas tecnologías puede llegar a extremos críticos, cuando la persona se siente despistada e incapaz de hallar soluciones frescas. Nuestro experto Evgueni Tatárintsev, del Instituto de Psicología, Sociología y Relaciones Sociales, aclara:
–Las tecnologías modernas nos facilitan mucho el logro del resultado, por lo que acabamos delegando parte de las funciones a los equipos mecánicos o electrónicos para nunca más volver a pensar en ellas. Así, los niños contemporáneos ya no son tan ágiles para contar mentalmente, prefieren andar con una calculadora. Por un lago, esto les permite liberar energías, mas por otro, simplemente dejan de hacer esfuerzo. Algunos psicólogos aseveran que por esta misma razón puede disminuir la capacidad imaginativa del niño, porque si antes le bastaba un palito para imaginarse montando a caballo, ahora hay formas concretas, visualizada del animal, lo que debilita su potencial imaginativo.
El sistema de enseñanza parece estar concebido para matar la capacidad de reflexionar. El experto agrego que las clases de informática a nivel de primaria tienen efecto negativo, porque son demasiado profundas. En vez de dibujar y esculpir, los niños preparan presentaciones según esquemas estándar. Teóricamente, la escuela puede crear condiciones adecuadas para el desarrollo de la creatividad infantil, pero es la familia la que debe tener el papel central en este asunto. Nuestro experto recomienda:
–En términos generales, aconsejaría dos cosas. Primero, motivar al niño para que haga cierta tarea, y segundo, ponerle obstáculos. Pero deben ser unos obstáculos que no se pueda superar de manera habitual, estándar. Cualquiera que desee llegar a una meta, pero no lo pueda hacer de manera tradicional, se pondrá a pensar en soluciones insólitas. Tove Janssen tiene una historia sobre los mumins, cuando éstos se acercan a una tienda y encuentran allí dos sendas, una directa y la otra llena de curvas. Y alguien dice que quién sabe, de repente caminar por la de las curvas resultará más divertido e interesante. No es que debiéramos confundir deliberadamente a los niños. Pero los rompecabezas infantiles son un ejercicio muy bueno incluso para los adultos.
El niño, desde que nace, comienza a estudiar el mundo que lo rodea. Es inteligente, activo y aprehensivo porque aprovecha sus tres herramientas básicas a la vez: la inteligencia, el cuerpo y las emociones. La armonía de estas tres funciones asegura su desarrollo equilibrado a partir de la curiosidad y el interés. La psicóloga Anfisa Kalistrátova formuló de manera muy clara cómo la persona pierde a sí misma, separándose intelectualmente de su cuerpo:
–La mayoría de las personas no siente su cuerpo, ni sus emociones. No los analiza, ni es consciente de ellos. Es esto lo que nos convierte en robots. Los niños, en cambio, tiene muy bien desarrollada esta “inteligencia corporal”. Sienten muy bien su cuerpo y sus emociones, así como las emociones de otras personas. La crueldad del proceso educativo hace que el niño vaya perdiendo contacto con su cuerpo, y al separarse del mismo, se llene de estereotipos impuestos y obligaciones de todo tipo.
¿Cómo podemos recuperar este contacto con nosotros mismos en el mundo que nos rodea y entender adónde vamos y por qué? Nuestra interlocutora sostiene que nunca es tarde para pensar en ello:
–La recuperación de la identidad comienza por las prácticas corporales, emotivas y aquellas que estimulan el sentimiento. Son las terapias Gestalt, de arte y correctivas. El yoga es muy bueno. Cuando la persona comienza a redescubrir a sí misma, su pensamiento también cambia. Recupera su creatividad que originalmente existe en todas las personas.
Los psicólogos destacan dos enfermedades del siglo XXI, o mejor dicho, dos formas de neurosis que atormentan la conciencia de la mayoría de las personas. La escasez de dinero y la falta de tiempo. Las dos cosas son fantasía pura, un autoengaño que remplaza las necesidades auténticas que solo podemos ver si nos detenemos un instante para escudriñar en el interior de nuestra mente. ¿Qué es lo que realmente necesitamos? ¿Qué queremos? ¿A dónde vamos?
nv/sk
Nota: Las opiniones expresadas por el autor no necesariamente coinciden con los puntos de vista de la redacción de La Voz de Rusia.
Perú: ronderos cajamarquinos irrumpió en un night club
Para ver el video ingrese al siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=wESefG5kH38
¿Qué sensación les genera la actitud de los ronderos?, no creen que deberìan haber enfocado también la cara de los visitantes o parroquianos?. Pero como saben la violencia no soluciona problema, al contrario genera más violencia. Acaso los administradores del night club se van a quedar con los brazos cruzados?, porque son mafias muy bien organizadas que se dedican a la trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual.
Sexo, poder y justicia estadounidense
ESCÁNDOLO SEXUAL DEL PATRÓN DEL FMI
La historia del patrón del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Dominique Strauss-Kahn, arrestado esta semana por la policía por ser un presunto violador de mujeres en New York ha desatado una bomba mediática en el mundo. Más allá del escándalo de esta noticia, esta historia nos permite de desvelar las verdaderas facetas, modos de vida e ideales políticos de estos importantes administradores mundiales. Nuestro colega Pepe Escobar describe con bastante ironía una realidad escondida.
Despertando del “sueño americano”
SOCIOS
El Centro Scalabrini o Casa del Migrante lleva más de 25 años dando atención y albergue a más de 100 migrantes por semana en Tijuana, Baja California. Ha estado presente desde que Tijuana era el punto de más fácil acceso a Estados Unidos y hasta ahora, que es el punto de deportación más importante.
Ubicado a tan sólo unos minutos de la frontera, en uno de los barrios más peligrosos de la ciudad, la Casa del Migrante ha sido testigo de las violaciones más viles a los derechos humanos, tanto de funcionarios estadunidenses como de servidores públicos mexicanos. Con ahínco y con una red de apoyo tanto en México como en Estados Unidos, es como esta asociación ha salido adelante. Procura ofrecer buen trato, estadía y comida para todo aquel que “fracasa” en el intento de acceder al sueño americano.
Desde su origen en 1987 y hasta ahora, esta institución ha albergado a más de 200 mil migrantes de diferentes partes del mundo. Desde 2004, la institución cuenta con un módulo de atención al migrante ubicado a unos metros del sitio de deportación. Dicho módulo se instaló desde que la disminución de flujo migratorio en Tijuana hiciera del estado un lugar sólo de deportación masiva.
“Acá me he sentido tranquilo; muchos están pasando lo mismo que yo; y eso, pues te hace sentirte más relax”, asegura Alex, migrante proveniente de la delegación Azcapotzalco, en la Ciudad de México. Espera regresar pronto con su pequeña hija que estudia la primaria.
En su mayoría, los migrantes fueron deportados por faltas administrativas: muy pocos tienen un registro delictivo en Estados Unidos. Los deportados que llegan a la Casa del Migrante tenían una vida establecida en los diferentes estados, mayoritariamente en California. La deportación por un parking ticket o por estar consumiendo bebidas alcohólicas en la calle son temas recurrentes entre ellos.
“Mira, acá son pacientes, son tranquilos, pero afuera está lo pelado; afuera si no te roban los narcos, te roba la policía”, dice, preocupado, Asencio, de 34 años. Espera regresar a Estados Unidos para volver a encontrarse con su esposa.
Justo en uno de los tantos límites entre Tijuana y Estados Unidos se encuentra la “otra” frontera. Se estima que viven más de 200 migrantes que no pudieron resolver su situación migratoria. La hostilidad de Tijuana los ha marginado aún más: su situación ahora es de calle. Muchos caen por primera vez en la drogadicción; otros vuelven. Su desolación empieza con la falta de papeles que los identifiquen y la desatención de un gobierno estatal al que se le complica el tema de la deportación.
Y es que se estima que, cada semana, cerca de 100 migrantes son deportados y “dejados” a su suerte en Tijuana. Esto dificulta muchísimo tanto la situación laboral como la social en Baja California. Aunado a ello, los migrantes se enfrentan al crimen: al llegar a México primero son robados por las autoridades migratorias de Estados Unidos; después, por las autoridades nacionales, que han hecho del migrante un nuevo mercado negro. Finalmente, se enfrentan al crimen organizado, a las pandillas y al delincuente común.
“Sólo estoy esperando la feria para volverme a cruzar pa’tras. Es que ya sale muy caro, y cruzar de acá ya es imposible. Si no llego en 1 semana me quedo sin chamba allá”, comenta Jorge, con preocupación, quien trabaja como staff para un cine en Los Ángeles. Ésta es la segunda vez que lo deportan. La primera ocasión sucedió hace más de 15 años. Ahora, en un barrio a las afueras de Hollywood, vive con su familia; irónicamente su hija, de 23 años, nacida y educada en Estados Unidos, es policía de tránsito en California.
Sin embargo, para muchos regresar a Estados Unidos no es una opción próxima. Ellos se quedan en Tijuana para trabajar con el riesgo de volver a ser violentados por las autoridades locales que, con cinismo, les roban sus pertenencias y violentan sus derechos humanos.
“Creo que fue lo mejor que pudo pasar… Allá sólo me estaba dedicando a la maldad; ahora sólo quiero regresar con mi madrecita y conseguirme una buena morra para empezar de nuevo…”. Con ilusión y optimismo, Onésimo, de 26 años, espera regresar pronto a su comunidad indígena en Oaxaca para volver a encaminar su vida después de intentar el sueño americano por 8 años. Durante su estancia en Estados Unidos ejerció diversos empleos. Antes de dedicarse al narcomenudeo fue jardinero y albañil.
El sueño americano se ha vuelto una pesadilla. La caída del mercado laboral en Estados Unidos, una creciente y voraz politización de la migración, la introducción de leyes antiinmigrantes en los estados más próximos a México y la cacería de mojados dentro del territorio estadunidense han abierto una guerra silenciosa en contra del latinoamericano.
“Estoy más lejos de donde empecé… Acá no hay dinero ni oportunidades, y regresar a mi casa sale más caro que volverlo a intentar. No puedo dejar la vida que tenía allá, no me puedo quedar más tiempo acá, me molestan por ser como soy, ¿sabes?… Yo no puedo llegar a mi pueblo sin nada”, comenta Charlie, migrante cubano, que como muchos es originario de otras latitudes en Latinoamérica. Su pueblo queda a más de 3 mil kilómetros de Tijuana.
Esto es el sueño americano, así se vive todos los días de este lado debido a la fuerte afluencia migratoria en Tijuana. En la Casa del Migrante sólo se les permite una estancia de máximo 15 días. En ese breve lapso de tiempo ellos tienen que resolver su situación, ya sea al regresar a casa o al volver a intentar cruzar la frontera: allá donde muchos tienen una vida, una familia, un empleo, una oportunidad.
Fuente
Contralínea (Mexico)
Tomado de Red Vltaire