Ignacio Rodríguez Reyna
Otramérica

Quizá ya lo sabes, pero quizá no. Si quieres conocer al nuevo presidente de los mexicanos disfruta este resumen del perfil de Enrique Peña Nieto elaborado por el periodista Ignacio Rodríguez Reyna, director de la revista emeequis, para el libro “Los suspirantes 2012”, coordinado por Jorge Zepeda Patterson.

1 / Formación académica

Cursó del primero al cuarto año de primaria en el Colegio Plancarte de Atlacomulco, Estado de México, escuela católica atendida por las monjas de la orden Hijas de María Inmaculada de Guadalupe, congregación que forma líderes cristianos “para la transformación evangélica de la sociedad”.

Cuando la familia de Enrique se trasladó a vivir Toluca, el niño fue inscrito en la Primaria Anexa a la Normal, donde cursó quinto y sexto grados. Al terminar la educación elemental, sus padres decidieron enviarlo al extranjero, así que Enrique tomó sus maletas y viajó a Alfred, Maine, en Estados Unidos, para cursar el primer año de secundaria en la Denis Hall School, un internado privado dirigido por sacerdotes y exclusivo para varones.

En 1979, cuando contaba con 13 años de edad, Enrique volvió a México, donde continuó su formación académica en el Colegio Argos, en Metepec. Tres años después ingresó al Instituto Paideia de Toluca, donde concluyó el bachillerato.

Cursó estudios superiores de derecho entre 1985 y 1988 en la Universidad Panamericana, la institución educativa del Opus Dei. El ex gobernador del Estado de México cuenta con grado de maestría en Administración de Empresas por el Tecnológico de Monterrey.

2/ Orígenes políticos

En el Estado de México existen nombres que definen la idea del cacicazgo político. Uno de ellos es el de Severiano Peña, un hombre impulsivo que gobernó cinco veces el municipio de Acambay. Este habitante del México inmediatamente posrevolucionario es el bisabuelo paterno de Peña Nieto.

De Acambay salieron los Peña hacia el vecino Atlacomulco, donde el abuelo Arturo Peña Arcos se casó con Dolores del Mazo Vélez, hermana de Alfredo, cabeza de una de las familias que integran las venas del “grupo Atlacomulco” y padre de Alfredo del Mazo González, quien también ocupó el despacho de gobernador y es tío de Peña Nieto.

Otro tío del presidente electo, hermano de su padre, es Arturo Peña del Mazo, quien preside la Fundación Isidro, nombre de un cacique mexiquense al que se atribuye, precisamente, la fundación del ambicioso y bien consolidado grupo político de Atlacomulco. Del lado materno, el linaje del ex gobernador mexiquense también está relacionado con el poder.

Su abuelo Enrique Nieto Montiel fue un hombre sin recursos económicos pero con el buen tino de matrimoniarse con Ofelia Sánchez Colín, hermana de Salvador, entonces gobernador del estado y marcado por el signo de Atlacomulco. A los años, su cuñado convirtió a Salvador en alcalde de Atlacomulco, cargo que abandonó perseguido por acusaciones de desvío de recursos. Fue el segundo apellido de Enrique Peña Montiel el que terminaría de definir la estirpe política de la que desciende Peña Nieto.

Su tío Arturo Montiel Rojas lo precedió e impulsó de varias formas, dos de éstas fundamentales: como gobernador del Estado de México y como aspirante mexiquense a la Presidencia de la República.

Cuenta la leyenda —repetida una y otra vez por los propios políticos mexiquenses— que en los años cuarenta una agorera atlacomulquense predijo, como si ese destino fuera inevitable, que uno nacido en Atlacomulco habría de gobernar la nación.

3/ Su maestro, sus amigos

Enrique Peña Nieto no sólo dedicó la tesis de licenciatura a sus padres. Aparece, de manera destacada, Arturo Montiel “por su ejemplo, tenacidad y trabajo”.

Montiel convirtió a su joven sobrino y paisano Enrique en su preferido. Décadas atrás, lo hizo responsable de cargar con su maletín y sus secretos. De aprender de sus tácticas y estrategias. Fuera de un estrecho círculo, nadie sabe en qué momento y cómo fue que las trayectorias políticas de estos dos personajes se engarzaron de manera que, a partir de ahí, estarían enlazadas al menos durante los siguientes 20 años.

Enrique transitó por cargos menores hasta que Arturo, ya gobernador, lo hizo subsecretario de Gobierno y luego secretario de Administración. Desde ahí, sostienen sus críticos, no había manera de que no se enterara de los desvíos del erario y los negocios ilícitos atribuidos a Montiel y la familia más cercana de éste.

El tío Arturo dispuso que Enrique fuera diputado local e, inmediatamente después, que presidiera la Cámara de Diputados. Finalmente, que lo sucediera en el despacho de gobernador. Montiel Rojas intentó, por supuesto, ser el destinatario de aquella supuesta profecía de la adivina de Atlacomulco, pero las abrumadoras evidencias de enriquecimiento ilícito lo hicieron pedazos, por más que su sucesor, pariente y pupilo hiciera todo para eximirlo de evidentes actos de corrupción.

Desde su gubernatura, Peña Nieto consolidó una poderosa alianza con Televisa y TV Azteca, las dos televisoras que acaparan la señal abierta de televisión en México y a las que, según los detractores del político, se debe en buena medida el regreso del PRI a Los Pinos.

Pero la preferencia por el priista está lejos de ser gratuita. El periodista Jenaro Villamil ha estimado el monto de “3 mil 500 millones de pesos en contratos confidenciales entre el gobierno mexiquense y los consorcios televisivos para aumentar el rating de Peña Nieto”.

Otras figuras que se proyectan en el rápido ascenso de Enrique Peña son el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y la presidenta vitalicia del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo.

4/ Sus héroes nacionales

Peña Nieto obtuvo el grado de licenciatura con la presentación de la tesis titulada “El presidencialismo mexicano y Álvaro Obregón”. En el texto deja ver su admiración por el general de Sonora, a quien llama “el soldado por excelencia de la Revolución”. En buena parte de las 200 páginas de su análisis, destaca las aportaciones de este jefe militar y lo llena de elogios que muestran la fascinación por su personaje histórico favorito: “uno de los estrategas típicos de nuestra historia patria”; “uno de sus estadistas más audaces e inteligentes”, que posee “excepcionales facultades militares” y es, en síntesis, un “general mártir e invicto”.

La tesis del mexiquense hace un repaso pormenorizado de las andanzas políticas y guerreras del general revolucionario, con particular énfasis en su influencia en la Constitución de 1917, proceso en el que Peña Nieto juzga que hizo importantes contribuciones.

5/ Ideas religiosas

Enrique y sus tres hermanos fueron educados en un entorno católico muy conservador, tanto en la casa como en la escuela. La religión era alentada por ambos padres, pero principalmente por don Enrique Peña del Mazo, quien, como hombre fervoroso, acudía cada viernes a la misa matutina de la iglesia de Santa María de Guadalupe, una hermosa parroquia colonial cuya construcción data del siglo XVI.

Ya instalada la familia en la capital mexiquense, Enrique asistía por las tardes al estricto grupo Familia Educada en la Fe, en el que recibía catequesis.

Muchos años después, siendo ya gobernador del Estado de México, viudo de su primera esposa, Mónica Pretelini, y bien apuntalado en su ruta hacia Los Pinos, Peña Nieto o sus representantes cabildearon con suficiente efectividad en El Vaticano —nunca nadie ha explicado a cambio de qué— para que la Iglesia católica anulara el anterior matrimonio de la actriz Angélica Rivera. Así, La Gaviota caminó al altar religioso vestida de blanco, de la mano de su exitoso y galante prometido, tal como hiciera en sus anteriores telenovelas. Las imágenes del enlace fueron profusamente difundidas en las revistas del corazón.

6 / Lecturas y autores favoritos

El próximo presidente de México es autor de un libro y dudoso lector de tres. La pifia que dimensionó su biblioteca particular ocurrió en Guadalajara, durante la presentación de México, la gran esperanza, libro que escribió y presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a principios de diciembre de 2011.

“¿Cuáles son sus tres libros favoritos?”, le cuestionó un corresponsal al entonces precandidato presidencial del PRI, a quien la sonrisa se le desdibujó como si hubiera recibido un gancho al hígado. Sudó. La silla parecía diminuta debajo de él.

“Pues he leído varios, desde novelas, que me gustaron en lo particular. Difícilmente me acuerdo del título de los libros. La Biblia es uno. La Biblia en algún momento de mi vida y algunos pasajes bíblicos. No me leí toda la Biblia, pero sí algunas partes. Sin duda, en alguna etapa de (mi) vida, fue importante, sobre todo en la adolescencia”, dijo un vacilante Peña Nieto.

“Leería algo que seguramente mi vocación por la política alentaba este espíritu. La silla del águila, de Krauze (en realidad es obra de Carlos Fuentes). Y hay otro libro de él mismo que quiero recordar el nombre sobre caudillos, (pero) no recuerdo el título exacto”.

7 / Las mujeres

Al otro extremo de las mujeres asesinadas impunemente en el Estado de México, están las que han compartido sentimientos con Enrique Peña Nieto. Su primer matrimonio, con Mónica Pretelini, madre de los tres hijos del político, transcurrió en medio de las infidelidades de él y la participación de ella en la campaña por la gubernatura… en calidad de presidenta del club de fans de su marido.

Tras la pronunciada depresión de Mónica, sobrevino su sorpresiva muerte a comienzos de 2007, en circunstancias tales que se generaron sospechas e insinuaciones sobre la supuesta responsabilidad del gobernador en el deceso.

Lo cierto es que mientras estuvo casado con Mónica, Peña Nieto sostuvo al menos otras dos relaciones, de las cuales resultaron dos hijos más, uno de ellos muerto de cáncer durante su primer año de vida. La madre del otro niño ha acusado al presidente electo de no cumplir con sus responsabilidades paternas.

8 / Los escándalos

• San Salvador Atenco

El 3 de mayo de 2006 la policía acudió tolete en mano a San Salvador Atenco tras una gresca en el vecino municipio de Texcoco, donde se impidió que ocho floristas se reinstalaran. Los comerciantes pidieron auxilio al Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, organización social que frenó la construcción del aeropuerto en tierras expropiadas a los campesinos de Atenco durante el anterior gobierno de Arturo Montiel. Tras el choque con policías federales y estatales, los “macheteros” se atrincheraron en Atenco y, durante la reyerta, golpearon a varios policías.

Peña Nieto ordenó a su fuerza pública romper el sitio a como diera lugar. Los granaderos recuperaron el lugar y detuvieron 211 personas “para el restablecimiento del Estado de derecho”. En el camino, también provocaron la muerte de dos jóvenes.

Y abusaron sexualmente y violaron a mujeres. Y torturaron a varios pobladores y activistas, algunos de ellos menores de edad. Y robaron a decenas de vecinos. Y detuvieron a personas inocentes, a las que catearon sus casas sin la orden de un juez.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación investigó y resolvió que sí hubo graves violaciones a los derechos humanos.

Peña Nieto asumió la responsabilidad en la orden de ingreso a Atenco pero, como en todos los casos de pronunciamientos contra los gobernadores priistas —Ulises Ruiz, de Oaxaca, por ejemplo— ni el mexiquense ni cualquier otro funcionario, siquiera de mediano nivel, enfrentó consecuencia política alguna. En contraparte, el líder del Frente de Pueblos, Ignacio del Valle, fue sentenciado a 60 años de prisión que aún purga.

• La niña Paulette

La justicia mexiquense, incluida la que se imparte en los tribunales, con frecuencia se asemeja a una extraña telenovela de humor negro. Como ocurre con los espectadores de los culebrones televisivos, el ciudadano es tratado como si careciera de una mínima inteligencia.

Ese fue el caso de la niña Paulette Gebara Farah, muerta “accidentalmente”, según la conclusión oficial, en el espacio existente entre el colchón y el borde de madera de su cama, en marzo de 2010, dentro de la recámara que ocupaba en un lujoso departamento situado en la zona de Interlomas, Huixquilucan.

En medio del escándalo político y mediático, la fiscalía del Estado de México envió un equipo de peritos disfrazados con trajes especiales, como si se tratara de zona radiactiva, a una escena del crimen que para entonces ya había sido alterada por una multitud de personajes que ingresaron a la recámara de la menor sin control alguno.

Los propios policías hicieron uso del baño y todas las huellas digitales se mezclaron; varias personas durmieron en la misma cama donde siempre estuvo —según la versión oficial— el cuerpo de la niña, y aun así nadie se percató de que había manchas de orina en las sábanas.

Las trabajadoras domésticas habían realizado el tendido de la cama. En la televisión se mostraron fotografías del “antes” y del “después” de que se encontrara el cadáver, se habló de homicidio y hasta se hizo una rueda de prensa con una psicóloga que hablaba de la conducta de la madre de la menor. Los perros entrenados no percibieron la presencia de la niña, algo increíble, pues todos los cadáveres entran en descomposición en un par de días. En la conclusión final se dejó de lado un detalle que se había mencionado antes: que el cuerpo de la menor estaba dentro de una bolsa de plástico. Se habló de asfixia inducida; en un video subido a YouTube, uno de los forenses que halla el cadáver de Paulette exclama: “la madrearon”.

Hubo mil y una pistas que, contra toda lógica, fueron borradas al dictaminar que la muerte había sucedido de forma “accidental”.

9 / El feminicidio

El coro no cesa: “¡Enrique, bombón, te quiero en mi colchón!”. En medio el griterío, sólo para algunas, las más afortunadas, llegan las fotografías en color sepia de Peña Nieto con esa mirada que ignora la cámara, que se pierde en el horizonte. Y ellas caen rendidas.

La escena se ha repetido en cientos de apariciones públicas del priista. Pero existe otra secuencia que se repite en el Estado de México, una y otra vez, sin final feliz: son las mujeres golpeadas, violadas o vejadas hasta la muerte.

Las muertas mexiquenses son más, muchas más, que las de Ciudad Juárez.

No sólo son mayores los números de la tragedia. Cadáver por cadáver, las mujeres de algunos municipios mexiquenses tienen más razones para temer por sus vidas que las de aquel municipio fronterizo del norte, famoso por hospedar a “la ciudad más violenta del continente”.

Ahí están las cifras. En el Estado de México, la Secretaría de Salud federal registró la muerte por agresiones de 2 mil 673 mujeres entre 2000 y 2009.

En ese periodo, no sólo en Juárez sino en todo el estado de Chihuahua se cometieron 843 homicidios de mujeres.

En 107 de los 125 municipios las estadísticas oficiales y federales muestran que la tasa de feminicidio durante la última década está por encima del nivel nacional, que es de 2.4 mujeres por cada 100 mil mujeres residentes en el país. Y en una docena de municipios mexiquenses, el índice es superior al de Juárez, que es de 6.4 asesinatos.

10/ Placeres y gustos mundanos

La imagen que hoy conocemos de Peña Nieto se fue forjando cuidadosamente desde pequeño. De su infancia dejó el recuerdo de ser una persona preocupada por cómo viste, por su peinado, su higiene personal, el cuidado extremo del estado de su ropa. Una mujer que entabló amistad con Socorro Nieto, la madre del presidente electo, describe una escena protagonizada por el niño Enrique: “Yo le decía a Soco que él era su obra de arte. Ella siempre traía como muñequito a Quique. Le ponía pantaloncitos con tirantes, como su papá, y siempre usó el copetito, si acaso más parado en las fiestas”.

Se sabe que le gusta la música del grupo pop ochentero ABBA y las baladas románticas de Celine Dion. Mata por unas quesadillas; usa relojes Victorinox Swiss Army; su ciudad preferida es París; le agrada beber tequila, vodka o whisky; usa loción Carolina Herrera y productos Clinique para el cuidado de la piel, en particular el rostro, y entre sus películas favoritas se encuentra Un ángel enamorado.

Con los años, ha cultivado el buen vestir. La vitrina del 420 de Rodeo Drive, en Beverly Hills, es el escaparate de Casa Bijan, firma muy exclusiva para caballeros y considerada la tienda más cara del mundo en su tipo.

Bijan viste a los príncipes de Gales, Guillermo y Carlos; al rey Juan Carlos de España, y al empresario mexicano Carlos Slim. La frecuencia de con que clientes tan connotados visitan la sede de esta marca en Los Ángeles es celebrada con la exhibición de relojes de pared en que aparecen el nombre de cada uno, su país de origen y la bandera de éste. Y el magnate de las telecomunicaciones no es el único mexicano homenajeado por la boutique: también lo ha sido el nuevo presidente de México.

Fuente: http://otramerica.com/personajes/10-cosas-que-debes-saber-sobre-pena-nieto/2132

Fuente: http://rebelion.org/noticia.php?id=152688

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