Publicado el : 18 Febrero 2012 – 7:00 de la mañana | Por Maike Winters (Foto: Paqman)

Holanda flexibilizará las normativas para el reconocimiento de hijos de las llamadas madres de alquiler extranjeras. Sin embargo, algunas personas rechazan lo que califican de ‘prostitución reproductiva’.

“Buscamos una madre de alquiler que ya tenga hijos propios y quiera volver a dar a luz,” reza el anuncio que, en un foro especial de Internet, publicó Joyce*, quien no puede tener hijos propios. Sin embargo, la legislación holandesa dificulta hallar una madre portadora, ya que sólo lo permite si ésta pertenece a la familia. Además, la mujer en cuestión ya debe tener hijos y no anhelar más descendencia. Por último, está totalmente prohibido pagar por ese servicio.

Joyce no puede recurrir a su hermana, ya que ella aún no tiene hijos, y, por tal razón, ha publicado un anuncio en el foro de la red mundial. Otra posibilidad es India, país que sí permite la maternidad de alquiler, y donde existen clínicas especiales para la fecundación mediante el implante de óvulos fecundados in vitro. Los costos de la operación ascienden a 10 mil dólares, de los cuales la mitad corresponde a la madre portadora, quien la utiliza para pagar el estudio de sus otros hijos o para comprar una casa.

Flexibilización
El vice ministro holandés de Justicia, Fred Teeven, está al tanto del aumento de la cantidad de mujeres holandesas que buscan una solución en el extranjero, y que están dispuestas a pagar por ello, y, por tanto, tiene la intención de flexibilizar las normas para, bajo ciertas circunstancias, facilitar el reconocimiento de los bebés en Holanda.

De tal modo, la fecundación debe haberse realizado con un óvulo o espermatozoides de uno de los aspirantes a padres, y se debe conocer la identidad de la madre portadora. En consecuencia, en breve las madres de alquiler extranjeras podrán recibir una remuneración al portar un niño para un matrimonio holandés, lo cual está terminantemente prohibido en Holanda.

Prostitución reproductiva
René Hoksbergen, catedrático en materia de Adopción, no aprueba la medida, y advierte que la prohibición vigente en Holanda es fundamentada, ya que toma al niño como punto de partida. A su juicio, un niño nacido de una madre portadora se planteará inevitablemente interrogantes y dudará de sí mismo, lo cual no le permitirá ser feliz. “Nací de una madre india que vivía en pobreza y me vendió por mil dólares, “ será el razonamiento del niño, según el experto, quien califica de ridícula la flexibilización de las normativas.

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Además, “la comercialización de la maternidad de alquiler no es otra cosa que prostitución reproductiva,” puntualiza el catedrático holandés. Se emplean las funciones fisiológicas de una mujer para satisfacer necesidades y anhelos personales. Esto también sucede en la prostitución. En definitiva, se pierde de vista el bienestar del niño. Hoksbergen agrega que la comercialización de la maternidad de alquiler en India tiene un volumen aproximado de más de mil millones y medio de euros.
Anticuado
Por su parte, Joyce considera obsoletas las ideas del catedrático. “Datan de 1918, pero en realidad debemos adaptarnos a nuestro tiempo, pues ahora contamos con nuevas tecnologías y posibilidades. El profesor no tiene la menor idea de lo que significa vivir con un anhelo paternal,” puntualiza Joyce.

Los argumentos del catedrático holandés también son rechazados por el galeno indio Nayna Patel, quien ha abierto una clínica de fertilidad en Ananda. El médico enfatiza que ambas partes se benefician del tratamiento, los padres porque realizan su anhelo paternal, y la madre portadora porque recibe un dinero que le permite ejecutar sueños inalcanzables. “Si los detractores del método pueden aportar otra forma para hacer felices a todas estas personas, pues que no vacilen y lo hagan. En caso contrario, no tienen ningún derecho a expresar este tipo de crítica,” fulmina el facultativo indio.

En el futuro próximo, Joyce y su esposo estudiarán las posibilidades. La adopción queda descartada, pues por haber sufrido ella cáncer, tiene pocas probabilidades de que se les asigne un niño. Las clínicas norteamericanas también permiten la maternidad de alquiler, pero sus costos son mucho mayores (aproximadamente 100 mil dólares). “Si es necesario vender el automóvil, pues lo hare,” dice Joyce sonriendo.

(* Joyce es un nombre ficticio)

Fuente: radio nederland

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