Publicado el : 8 de noviembre 2011 – 2:08 de la tarde | Por Marta Garrido (Foto: Colros)

De los casi 500 millones de obesos que hay en el mundo, 53 millones viven en Latinoamérica. Parece que cuanto más crecen las economías de la región, más engruesan sus habitantes aunque, paradójicamente, son los pobres los que registran los mayores índices de sobrepeso.

Los países latinoamericanos han experimentado fuertes cambios demográficos, epidemiológicos y socioeconómicos en las últimas dos décadas, alcanzando niveles de vida cada vez más cercanos a las sociedades desarrolladas.

La obesidad en el mundo
– 1200 millones de personas en el mundo padecen desnutrición y casi 1900 millones, sobrepeso.

– 500 millones de ciudadanos en el mundo son obesos, 53 millones de ellos viven en Latinoamérica.

– México, Venezuela y Guatemala son las naciones latinas con mayores índices de obesidad en la población mayor de quince años, según una lista de la consultora Euromonitor en 2009. Chile tiene el mayor número de personas con sobrepeso en la región.

– México es el país que, en proporción, tiene el mayor índice de obesidad adulta e infantil del mundo. 70 millones de mexicanos sufren obesidad o sobrepeso y 1 de cada tres adolescentes del país excede en más del 20% su peso ideal, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

– Cada año mueren por obesidad tres millones de personas en el mundo. En México la diabetes es la primera causa de muerte y en el 90% de los casos está provocada por sobrepeso u obesidad.

Ahora, los latinos se acercan un poco más a sus vecinos del norte en otra cosa: la talla. “La mayoría de los Estados ha mejorado la situación socioeconómica y los indicadores de desarrollo humano, pero además ha habido una urbanización en aumento que ha cambiado los estilos de vida de nuestras sociedades, especialmente nuestros hábitos de dieta y de actividad física, que se ha traducido en un aumento de la obesidad”, explica Cecilia Albala, profesora de nutrición del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad Chile.

La urbanización ha sido uno de los elementos clave en el feroz aumento de esta enfermedad en la región. “El crecimiento económico ha hecho que en los países latinoamericanos se produzca una tremenda centralización, con grandes urbes. Las personas ocupan mucho tiempo en llegar al trabajo y comen cerca de las oficinas, donde la oferta de productos es más barata, pero son alimentos procesados con alto contenido calórico”, cuenta Albala a Radio Nederland.

El otro factor ha sido la debilidad del hombre para escapar de las garras de la comida rápida o comida chatarra y ahora empiezan a asomar (bajo la ropa) las consecuencias. “Nuestras dietas, que originalmente contenían productos naturales, granos y alimentos no elaborados, en la actualidad se han transformado en una comida rápida que es más barata y al alcance de cualquiera”, dice Albala.

Pobreza y obesidad
Precisamente, el bajo precio de estos alimentos hace que sean más consumidos entre las personas de menos ingresos y menor nivel educacional. “Cuando empieza a aumentar la riqueza, la gente en lo primero que gasta es en comida”, comenta Albala. “Y aquellos que no tienen educación tampoco tienen conciencia sobre el deber de mantener una dieta balanceada”, añade la nutricionista costarricense Karla Barrenechea, pues “ tienen otras prioridades de subsistencia y consumir frutas, vegetales y proteínas magras les sale más caro”. Otra paradoja de la nueva Latinoamérica donde, en general, los alimentos comercializados masivamente son cada vez más baratos (especialmente en las ciudades) y los alimentos frescos son cada vez más caros.

El ejemplo más claro de esta relación entre pobreza y obesidad lo vemos en México. El país azteca ocupa el índice de pobreza más alto de toda la región y uno de los mayores del mundo, alcanzando el 50%, según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo. Además, los mexicanos son los más ´pesados´ del mundo, por encima incluso de los norteamericanos, según las últimas cifras publicadas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Sin embargo, en Latinoamérica la situación no es pareja, pues depende de la velocidad con la que se han producido los cambios socioeconómicos. “Los países del cono sur, que hicieron primero esta transición, tienen mayores niveles de obesidad. En cambio hay otros países como Perú o Bolivia, que están en etapas de menor desarrollo, donde coexisten problemas de desnutrición junto con la obesidad”, explica Cecilia Albala.

Obesidad infantil
“Cuando hay padres obesos y con malos hábitos alimentarios, lo más normal es que los niños vayan por el mismo camino”, dice Karla Barrenechea. Así, la obesidad infantil se ha convertido en un problema de salud pública en la región, donde ha cambiado el paradigma de ´niño gordito igual a niño sano´, como se pensaba antes.

“En México los niños ya no salen a jugar a la calle como antes, debido a la gran inseguridad que hay en el país. Además muchas madres trabajan y ponen al cuidado de sus hijos a la consola o la televisión y así el niño no quema todas las calorías que consume. Esto nos convierte en el país número uno en obesidad en niños de entre 5 y 12 años”, dice Cristina Ahedo, Directora Ejecutiva de la Federación Mexicana de Diabetes. Teniendo en cuenta que al menos el 30% de los niños obesos lo siguen siendo de adultos, según Albala, estamos ante una pescadilla que se muerde la cola.

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Baja autoestima y diabetes
Un estudio científico de la revista británica The Lancet asegura que este exceso de peso corporal está causando tres millones de muertes cada año, pues puede provocar enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos, cáncer y diabetes. “Cada vez es más común ver diabetes tipo dos en los niños, y esta es una diabetes de adulto que antes no se veía jamás en infantes”, dicen desde la Federación Mexicana de Diabetes.

Así, las consecuencias de la que algunos llaman ´epidemia del siglo XXI´ se traducen en enfermedades crónicas pero también en problemas psicológicos. “Ser obeso suele generar pérdida de autoestima, inseguridad personal y menor rendimiento en el estudio, ya que, sobre todo los niños, suelen ser discriminados por los demás compañeros”, apunta Barrenechea.

Y lo peor es que el problema no hace más que aumentar. La Organización Mundial de la Salud estima que, si sigue la tendencia actual, en cinco años habrá aproximadamente 2,300 millones de adultos con sobrepeso en el planeta.

Soluciones
Por ello, tanto Barrenechea como Albala coinciden en que lo principal para superar este problema es la educación y el compromiso. Para detener la obesidad adulta es importante erradicar, primero, la obesidad infantil y para ello “la responsabilidad de los padres es fundamental, pues la educación alimentaria es un proceso que se debe inculcar desde que nacen”, dice Barrenechea.

“La lucha es difícil y requiere necesariamente un compromiso conjunto de las políticas públicas, la academia, la empresa privada y la sociedad”, dice la nutricionista chilena, “porque si tú estás diciendo todo esto pero a la vez le están ofreciendo a la gente comida chatarra que le cuesta la cuarta parte de lo que le costaría una comida saludable, y que además es muy rica, no sirve de nada.”

Fuente: radio Nederland (más…)