Dos jefas de Estado y una reconciliación
Por: María Antonia Sánchez Vallejo
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Cien años y unos cuantos conflictos después, anfitriona y huésped son mujeres, y a ellas corresponde la simbólica tarea de sellar la reconciliación: durante su visita oficial, Isabel II ha honrado la contribución de los 49.000 soldados irlandeses del Ejército británico que murieron en la I Guerra Mundial y visitado el escenario de la matanza del llamado Domingo Sangriento de 1920, en plena guerra de la Independencia. Ni pidió perdón ni se disculpó por los excesos cometidos por los británicos durante su presencia en Irlanda, pero las reglas tácitas del juego siempre colocan a los reyes au-dessus de la mêlée, en un territorio que no conoce ni el bien ni el mal.
Mandatarias la una por herencia, por sufragio universal la otra, ambas ostentan sendos récords: Isabel II es la reina más veterana del mundo, con 59 años largos de reinado; Mary McAleese, la primera mujer que releva a otra mujer (Mary Robinson) al frente de la jefatura de un Estado y que además está a punto de concluir su segundo mandato consecutivo. Sus detractores arguyen que el papel de la presidenta irlandesa es meramente simbólico, y lo es, en efecto, pero no por el hecho de que esa función la desempeñe una mujer, sino por las escasas atribuciones del puesto. Un hombre habría resultado tan decorativo como McAleese. Y un rey, tan protocolario -es decir, solemne y neutro- como Isabel II.
Fuente: elmundo.es