Dom, 24/04/2011 – 14:36

Alrededor de Keiko Fujimori orbitan ahora muchas de las figuras del fujimorismo de los años 90 que avalaron la ruptura del régimen democrático por Alberto Fujimori. Aquí hacemos memoria sobre lo que la hija del ex dictador y su grupo no quieren recordar.

Por Raúl Mendoza

En su mitin de cierre de campaña Keiko Fujimori calificó a su padre como el “mejor presidente de la historia” peruana. Días después, la noche que pasó a segunda vuelta, la concentración convocada frente al Hotel Bolívar nos regresó a lo peor del fujimorismo re-reeleccionista: la gente gritaba “chino, chino, chino” y ella acompañaba mano en alto. Y si no bastó ese ‘dejà vu’ de los 90, solo hay que revisar el entorno de la candidata para comprobar que ahí está una gran cantidad de importantísimas figuras de ese régimen autoritario. Mario Vargas Llosa fue muy claro hace unos días: “El equipo de Keiko es el equipo de cómplices de su padre”.

Veamos. Los candidatos a vicepresidentes Jaime Yoshiyama y Rafael Rey acompañaron en el pasado importantes decisiones de Alberto Fujimori y hoy son –junto al ex presidente– los principales asesores de la campaña. En 1992 Jaime Yoshiyama avaló (era ministro de Energía y Minas) el autogolpe del 5 de abril y la ruptura democrática. No solo eso: presidió el Congreso Constituyente Democrático (CCD) que alumbró la Constitución de 1993. Fue, a decir del abogado Carlos Rivera de IDL, clave en el andamiaje que construyó el fujimorismo para implantar su estilo autocrático.

“Él fue uno de los líderes, junto a otros técnicos, de la corriente que desencadenó el autogolpe y liquidó la Constitución del 79. Luego, en el CCD contribuyó a darle marco de legalidad a esa medida”, explica Rivera. Incluso Yoshiyama fue sentenciado a 4 años de prisión suspendida por el delito de ‘rebelión’ por los hechos del 5 de abril. Luego el Poder Judicial archivaría el caso. Hoy es el hombre por donde pasan algunas de las más importantes decisiones de campaña. “Es incluso el nexo con los empresarios que financian a Fuerza 2011”, dice una fuente.

Rafael Rey Rey, por su parte, fue vicepresidente del CCD y apoyó la Ley de Amnistía para militares, policías y civiles acusados de violación a los derechos humanos. Una medida que liberó temporalmente al grupo Colina. Pero regresemos al presente: con el gobierno aprista fue ministro de Defensa y en ese papel pretendió pasar el decreto 1097, que buscaba que los crímenes contra los derechos humanos se archivaran en 36 meses si no se dictaba sentencia. El caso lo denunció IDL-Reporteros y finalmente no pasó.

No es todo. Desde siempre Rafael Rey se ha enfrentado a las ONG que defienden los derechos humanos: para él todas son ‘caviares’ y todas defienden a terroristas. Como ministro de este gobierno evitó dar información a las autoridades sobre el caso Putis –donde fueron asesinados más de 100 campesinos por el Ejército– y señaló en una entrevista que ese caso no calificaba como delito de lesa humanidad. Y no hablemos de su intolerancia en temas como el estado laico o el aborto. Hoy es uno de los voceros y escudero de la candidata.

La posición de Rey en derechos humanos es secundada, entre los más notorios, por la congresista Martha Chávez y el periodista Víctor Robles. El plan de gobierno no tiene nada sobre el tema. El abogado Carlos Rivera, de IDL, señala que tienen una agenda para promover la impunidad entre miembros de las fuerzas armadas.

Todos vuelven

En esta campaña han reaparecido también varios personajes que mantenían perfil bajo. Por ejemplo, Jorge Trelles, ex ministro de Educación en el primer gobierno de Fujimori y actual vocero de Keiko para la segunda vuelta, o Jorge Morelli, periodista y actual jefe de prensa de la candidata. Los dos avalaron durante los 90 las acciones autocráticas de Fujimori a través del programa Mesa Política, en Cable Canal de Noticias, justificando lo injustificable y atacando a los adversarios políticos de entonces como Alejandro Toledo o Alberto Andrade. A veces se sumaba a ellos Fernán Altuve.

Jorge Trelles es además una persona muy cercana a Alberto Fujimori desde siempre. Mantuvo contacto con él durante su detención en Chile y fue un continuo visitante de la Diroes más recientemente. Junto a Morelli es también un importante estratega de la campaña e ideólogo del fujimorismo más nuevo: ambos han dictado charlas para la militancia en el local de Fuerza 2011.

Trelles, además, es el más ‘pechador’ de los voceros. “Vargas Llosa necesita un siquiatra”, comentó hace unos días cuando el escritor dijo que apoyaría a Ollanta.

Pero si hasta aquí hemos hablado de espíritu autoritario, casi se podría decir que la ‘esencia’ de esta posición la representa la congresista electa Martha Chávez, quien hasta hoy tiene problemas para decir que es justo que los integrantes del grupo Colina estén en la cárcel y que los estudiantes de La Cantuta no eran terroristas. También ha amenazado al presidente del Poder Judicial, César San Martín, porque como todos en el fujimorismo sigue afirmando que Alberto Fujimori es inocente.

A ella se suman los congresistas electos Luz Salgado, Luisa María Cuculiza, Alejandro Aguinaga, otros alfiles del fujimorato en los 90. El tercero es el médico de cabecera de Alberto Fujimori, fue ministro de Salud en los 90 y fue investigado por el caso de las esterilizaciones forzadas a mujeres de la sierra en esa década. ¿Otros personajes del fujimorato que acompañan a Keiko? Hay varios, pero entre los más notorios están el jurista Fernando de Trazegnies, ex canciller del fujimorismo; el abogado Marino Costa Bauer, ex ministro de Salud; el ex congresista Carlos Pando; el abogado César Luna Victoria, y el empresario José Chlimper. ¿Es más democrático el fujimorismo que el rival de la segunda vuelta? “El fujimorismo de los 90 priorizó el modelo económico por encima de las libertades, los derechos humanos y la institucionalidad. Nada hace pensar que han cambiado”, advierte el abogado Carlos Rivera. Muchos de los que acompañan hoy el proyecto de Keiko respaldaron las decisiones dictatoriales de Fujimori padre y lo hubieran acompañado en un tercer gobierno. Como dice Vargas Llosa, fueron cómplices. Que no digan que son la alternativa democrática.

Fuente: larepublica.com.pe

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