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A propósito de este día, y sin querer caer de aguafiestas, me provocó dedicarle unas pequeñas líneas a este acuerdo recíproco que resulta ser la fidelidad mutua, lo cual para miles de personas resulta ser uno de los valores más importantes de una relación afectiva. Una reciente encuesta realizada a nivel nacional indica que un 60.6% de personas ha sido infiel alguna vez, y si vemos los datos desagregados por sexo, resulta que los hombres han sido infieles alguna vez en un 71%, mientras que las mujeres lo han sido en un 50%, lo cual indica que esta situación le ha tocado vivir a una parte importante de las y los peruanos.
La fidelidad es un valor y una aspiración que la mayoría de personas posee cuando se encuentra en una relación de pareja, y más que tratarse de algo natural que viene incorporada a la misma, es un acuerdo, un pacto, entre las dos partes, lo cual siempre resulta en una tarea especial para ambos, ya que los pactos pueden romperse y deben contar con la disposición y compromiso de las partes para su mantenimiento.
Si bien esta encuesta no ahonda en las razones para la infidelidad, sabemos que las hay y muchas. Pero a pesar de su multicausalidad, una de las razones más evocadas es la valoración de tener una vida sexual deficiente, y quien sienta que su relación no le trae satisfacción sexual se coloca en búsqueda de ello, aunque signifique poner en riesgo esa relación.
Pensaremos que es una falta de madurez sacrificar una buena relación por algo tan banal como el sexo, y ello es porque durante siglos no le hemos reconocido su poder e importancia como elemento vital en la humanidad. La sexualidad es un factor motivador en la vida de las personas y en ello radica su relevancia, y su ausencia o deficiencia se considera un golpe adverso para el bienestar.
Y un tema relevante es que esta razón no solo es evocada por los hombres, sino también por las mujeres, quienes en cada vez mayor número están descubriendo y permitiéndose la vivencia de una sexualidad diversa y placentera, sin duda un reto nuevo para los varones de nuestro tiempo.
Lo cierto es que experimentar una situación de infidelidad ocasiona una crisis de pareja que como toda crisis puede resultar en una oportunidad para la relación o en la disolución de la misma. Con ello debemos tomar un respiro y evaluar cuál sería el nuevo compromiso de la pareja en la relación, que implica por supuesto trabajar en ello , o cuáles serían las mejores acciones para tener una separación adulta y pacífica, donde no se genere aún más dolor. Como siempre esta decisión estará solamente en los miembros de la pareja.
* Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos
Por Rossina Guerrero – Psicóloga de Promsex*
Fuente: promsex