Publicado el 11 Diciembre 2010 – 5:33 de la tarde

Arraigada a la Pacha Mama y los derechos indígenas, Bolivia se opuso frontalmente a los acuerdos aprobados el sábado en la cumbre de la ONU sobre el clima, en Cancún (México), pero fue ignorada por los otros países en su defensa de mayores esfuerzos por defender a la tierra.

“Nosotros somos representantes de un país pequeño pero un país que tiene principios, que no vende su soberanía, que habla por los pueblos del mundo, y por eso no estamos de acuerdo con esta decisión”, declaró el negociador boliviano, Pablo Solón, alegando que los acuerdos de Cancún no responden a las necesidades de la lucha contra el calentamiento global.

La conferencia adoptó pese a todo los documentos logrados tras dos semanas de arduas negociaciones. Aplausos y ovaciones siguieron a cada votación, mostrando la emoción de los 193 negociadores por alcanzar un acuerdo que superaba al fantasma de Copenhague, a expensas de aceptar compromisos que muchos reconocieron “insuficientes”.

Bolivia anunció más tarde su intención de recurrir esta decisión ante “todas las instancias internacionales”, incluida la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya. Considera que la forma en que fue aprobado el acuerdo constituye una violación de las reglas de Naciones Unidas, y rechaza el texto por que no recoge las propuestas de un acuerdo climático alternativo organizado por este país.

Precisamente el presidente Evo Morales, indígena aymara que defiende los derechos de la madre tierra, había llevado el jueves a los negociadores del clima de Cancún las 15 conclusiones de la “Conferencia de los Pueblos y los Derechos de la Pacha Mama” celebrada en abril en Cochabamba, que reunió a organizaciones sociales e indígenas.

El llamado “Acuerdo de los Pueblos” pide el compromiso de los países para recortar en 50% las emisiones de carbono y limitar el aumento de la temperatura del planeta a 1º C en el siglo, ambiciosísimas metas que están muy lejos de las aprobadas en Cancún.

Bolivia tampoco consiguió ver aprobadas las propuestas de crear un Tribunal Internacional de Justicia Climática para juzgar a los países desarrollados que incumplan sus compromisos contra el cambio climático, ni una carta de los derechos de la tierra.

“Tenemos que entender que la naturaleza es nuestro hogar, que la tierra es nuestra vida. Por tanto, tenemos la obligación de asumir la defensa de la madre tierra, que tiene sus derechos”, entre estos, a una “vida limpia sin contaminación y a regenerar su biodiversidad”, explicó Morales.

“Muere el capitalismo o muere la madre tierra”, aseveró Morales en Cancún.

A pedido de Bolivia, los acuerdos aprobados por la conferencia de la ONU añaden un capítulo que llama a los países a respetar los derechos humanos en todas las acciones de gobierno relacionadas al cambio climático, y también se acoge el respeto y consulta a los indígenas para acciones en sus territorios.

Los acuerdos aprobados establecen la creación de un multimillonario fondo verde que ayudará a los países pobres a enfrentar el calentamiento global, en tanto se mantuvo la expectativa de renovar el Protocolo de Kioto que obliga a los países ricos a recortar sus emisiones, y lanzó un mecanismo para apoyar financieramente a los países que combatan la deforestación.

Bolivia, con Cuba y Venezuela, entre otros países, rechazaron en 2009 el acuerdo de Copenhague porque fue negociado por un grupo de países poderosos.

© ANP/AFP

Fuente: Radio Nederland

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