Publicado el : 1 de noviembre 2010 – 3:28 de la tarde | Por Marcel Decraene (Foto: Marcel030NL & Lodovic Vertron)

En Holanda las agresiones contra homosexuales siguen ocupando titulares de prensa. En la ciudad de Utrecht este tipo de situaciones va en aumento. Se han dado varios casos de personas que han debido mudarse a causa del acoso: primero una pareja de lesbianas, luego una pareja de homosexuales y recientemente un transexual. Hasta ahora no existen cifras fiables sobre el aumento de la violencia contra los homosexuales.

A pesar de estas alarmantes noticias, René Tigges, homosexual de 40 años, decidió hace poco irse a vivir a Utrecht. Su casa está en un barrio en el que viven muchos extranjeros y René no está dispuesto a adaptar su comportamiento.

‘Seguiré siendo el mismo’ dice Tigges: ‘si por ejemplo voy por la calle con un amigo homosexual o lo acompaño a la estación, me despediré de él como siempre, como haría cualquiera. No voy a estar mirando para todos lados con la idea de “oh, quién nos está mirando, mejor no lo hago para evitar comentarios”. No’.

Besos
René Tigges sigue dando besos a sus amigos, incluso en la calle. Esto a muchos jóvenes de origen marroquí les parece horroroso. Son ellos quienes a menudo agreden a los homosexuales. En Utrecht los jóvenes marroquíes suelen decir que son los homosexuales quienes provocan las agresiones.

‘Se lo buscan ellos mismo con su comportamiento un poco llamativo, un poquito sucio. Eso no puede ser, ¿eh? Cuando están haciendo la compra comienzan a besarse. Eso es una falta de respeto, no puede ser, ¿eh? Eso despierta la agresión. Hombre y mujer, okay, pero tendrían que mostrar un poco más de respeto’, opina un joven marroquí.

Respuesta a Wilders
Según otro marroquí, veinteañero, los que molestan son generalmente púberes que no reciben información sobre la homosexualidad ni en la escuela ni en la casa, donde además está estrictamente prohibida. Además, agrega, está Geert Wilders, que mete leña al fuego con su política anti musulmana.

‘Esto tiene mucho que ver con Wilders. Éste lucha contra el Islam, por lo tanto hay que encontrar algo para pelear de vuelta. Y ahí aparecen los homosexuales, que cuentan con la aceptación de Wilders. Esto es lo que veo en muchos jóvenes del barrio’.

René Tigges es un visitante regular de Body Talk, el único bar gay de Utrecht. Junto a otros visitantes de este bar ha recibido más de una vez gritos agresivos de jóvenes marroquíes: ‘maricas asquerosos, maricones, ese tipo de insultos, sí’.

Teléfono especial
La policía estuvo presente en uno de estos incidentes, pero no hizo nada, asegura Tigges. Por su parte la municipalidad de Utrecht anunció que dentro de poco abrirá un número de teléfono especial para las denuncias de violencia anti homosexual.

Fuente: Radio nederland

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