Escrito por NÚRIA ESCUR/ LA VANGUARDIA/20/4/2010
Miércoles, 21 de Abril de 2010 17:50

Por nada.
“Los verdaderos jueces de los hombres son los demás hombres; temen lo que crean sus amigos”
Sesenta y dos minutos para entender por qué tantos hombres matan a sus parejas o ex parejas.

Ese era el reto. Por fin, tras una exhaustiva labor de investigación, se estrenaba ayer, en el cine Maldà, ¿No queríais saber por qué las matan? Por nada. “Me tragué unos 700 juicios por maltratos, una barbaridad, pero valía la pena”, explica su directora, Mercedes Fernández-Martorell, recordando que inició este trabajo en el 2001, en su condición de profesora de Antropología Sociocultural en la Universitat de Barcelona. “Me llamaron del Senado para que profundizara en el estudio”. Le ha llevado tres años. El documental, en clave de dramatización – algo excesiva para algunos, ejemplarizante e inmunizadora para otros-,estará en cartel hasta el 29 de abril.

Basada en hechos reales, la película recoge el trabajo de campo realizado por dos antropólogas – Mercedes y su ayudante Candela-sobre la violencia de género. El enfoque incide en el perfil de quien maltrata. En un bar barcelonés entrevistaron a más de treinta hombres – ya declarados culpables-con el objetivo de entender qué mecanismos les llevaron a maltratar y, en algunos casos, matar a sus parejas. Casi siempre, decían, lo cosa había empezado “por nada”.

No es fácil simplificar en apenas sesenta minutos un fenómeno tan complejo. En lo que llevamos de año ya han muerto en España 21 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas y desde el Ministerio de Igualdad se estudia la posibilidad de hacer públicas las listas de maltratadores, como medida necesaria. Algo con lo que no se muestra de acuerdo Fernández-Martorell:

“El maltratador también tiene sus hijos que ya sufren bastante por tener un padre así. Sólo les faltaría, al llegar a la escuela, que les señales como hijos del maltratador. No, no me parece bien que paguen por ello”.

¿Por qué actúan así? “Está relacionado con el significado que entre todos hemos construido, socialmente, de lo que se entiende por ser hombre. Desde pequeño, los adultos te dicen en qué consiste ser hombre o mujer en función del aparato reproductor que te ha tocado en suerte”. Se trataría, pues, de un desajuste monumental en la construcción de la identidad.

La directora, que ya dirigió otros documentales como Ando pensando,cree en la reinserción: “Necesitamos que la sociedad se cierre en banda, que todos manifestemos nuestro desprecio absoluto por la violencia. Y, con mucho tacto, ensalcemos en el hombre virtudes que no tengan nada que ver con el machismo. La complicidad, por ejemplo. ¿Protección? Las mujeres no la necesitan, la mayoría de veces son ellas las que ejercen de protectoras de ellos”.

El peor de los descubrimientos, para Fernández-Martorell y su equipo, fue la enorme vulnerabilidad de esos hombres. “Recuerdo un caso. Era buena gente, no esencialmente malvado, pero incapaz de controlar sus pulsiones. Lo peor es descubrir que alguien es capaz de morir y matar en nombre de la persona a quien amó”. Los verdaderos jueces de los hombres, concluye, son todos los demás hombres. Es lo que más temen, “que incluso sus amigos les consideren ninguneados”. Visto así, la solución está en sus manos. eren entender, como reitera Lorente.

Fuente: AHIGE

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