Publicado el : 25 Enero 2010 – 5:50 de la tarde | Por Alejandro Pintamalli

Linda Flores vive en el barrio La Providencia de ciudad León, en Nicaragua. Antes de obtener su primer microcrédito vivía en una pobreza extrema.

Desde entonces y con su negocio de tortillas, construye su casa, tiene planes de ampliarla y se entusiasma con la posibilidad de comprar un puesto de venta de repuestos de bicicletas.
La institución de microfinanzas que le concedió ese primer préstamo, a los que le siguieron otros, es Pro Mujer, reconocida internacionalmente por su presencia en Bolivia, Argentina, México, Perú y Nicaragua. Su visión de las prestatarias es integral y no se centra sólo en el desembolso del préstamo. Ese modelo permite involucrar a Linda en reuniones informativas sobre salud y desarrollo social.

Esta mujer de 29 años, casada y con tres hijos, vive al día con lo que recauda de la venta de tortillas. Desconoce cuánto gana mensualmente, pero es conciente de su progreso. El último crédito que solicitó fue de 20 mil córdobas (960 dólares o 640 euros), del cual devuelve 3100 córdobas (150 dólares o 100 euros) cada 14 días. Su plan para el futuro es el puesto de repuestos de bicicleta para trabajar menos con las tortillas y que dos de sus hijos regresen a la escuela.

Fuente: radio Nederland

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