Day: 8 julio, 2009

David Bekcham fue sorprendido por una presentadora que le tocó los genitales

La Di Cioccio ¿para qué quería comprobar?, se puede decir que Bekcham ¿sufrió una violación?. Cómo se nota que al hombre le cuesta reaccionar cuando es atacado, tocado, manoseado su intimidad más aún por una mujer. En cambio una mujer puede reaccionar ya sea verbalmente o físicamente.
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Deportes

Elena Di Cioccio quería comprobar si los atributos que el jugador muestra en las campañas de Armani eran ciertos o producto del photoshop.


La presentadora italiana de televisión Elena Di Cioccio quería comprobar si los atributos físicos que David Beckham muestra en las campañas de Armani, y de los que su esposa, Victoria, alardea públicamente, son reales o producto de la magia del photoshop.

Y para ello se coló en una rueda de prensa en la que ‘Becks’ conversaba con la prensa deportiva de Italia sobre su momento en el Milan. Di Cioccio, ‘armada’ con unos guantes de plástico amarillos se acercó de forma sigilosa al jugador y, mientras este respondía a una rubia periodista, le agarró los genitales. Beckham quedó perplejo, y de inmediato su seguridad lo retiró del lugar.

El inglés, mientras se retiraba, miraba con cara de desconcierto a la atrevida conductora, quien trató de alcanzar al jugador para explicarle lo sucedido, pero no lo logró. Di Cioccio, ya en su programa, dio su veredicto final: “Al parecer las fotografías fueron retocadas”.

Fuente: Perú21
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Plan de choque a futuros maltratadores

Escrito por A. G. /Granada Hoy/13.1.2010
Lunes, 18 de Enero de 2010 19:57

El Instituto Andaluz de la Mujer ofrecerá atención psicológica a los hijos de mujeres víctimas de malos tratos con la intención de evitar que desarrollen los mismos comportamientos que vieron en sus padres.

Crecer en un entorno hostil rodeado de violencia no solo convierte en un infierno la vida de una madre sino que es un perfecto caldo de cultivo para que los hijos reproduzcan en el futuro los mismos comportamientos que vieron en su padre. Es decir que, si no se actúa a tiempo, esos niños tienen muchas papeletas para ser de mayores futuros maltratadores en la relación diaria con sus hermanas sus esposas o su madre.

Esta situación ha traído de cabeza durante los últimos años a los integrantes del Instituto Andaluz de la Mujer, que finalmente este año han conseguido poner en marcha un programa de atención psicológica gratuita para los hijos de las mujeres víctimas de malos tratos entre 6 y 17 años. Eso sí, el programa sólo exige un requisito: que las mujeres no estén conviviendo con el maltratador o que al menos estén en proceso de separación, de lo contrario el trabajo quedaría en papel mojado.

El servicio de atención psicológica para hijos de mujeres víctimas de violencia de género estará gestionado por la asociación Amuvi, y se ofrecerá en los centros provinciales del IAM. El propio Ministerio de Igualdad ha entregado una subvención de 170.000 euros a Granada para que haga realidad el proyecto.

De momento los técnicos de la asociación están trabajando en Granada con seis menores con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años. No hay una estimación de cuántos niños de la provincia pueden beneficiarse de esta medida aunque en Andalucía se ha calculado que unos 500 menores pasarán por las consultas psicológicas.

“La idea es mejorar el bienestar psicosocial de los menores. Llegan con mucho estrés, trastornos de ánimo, bajo rendimiento escolar y pocas habilidades sociales”, explica la coordinadora del IAM, Carmen Solera.

En principio son los propios equipos de psicólogos que atienden a las mujeres víctimas de malos tratos los que gestionarán la atención a los menores. Están en contacto permanente con las mujeres así que conocen al detalle cada uno de los casos.

Fuente: AHIGE (más…)

Nuevas masculinidades: El Metrotexual

Una nueva investigación de la compañía T-Mobile dice que el 22 porciento de los hombres regularmente incluye un beso en sus mensajes de textos enviados a sus amigos hombres.

Esto son extractos de lo que ha escrito Mark Simpson –creador de la palabra metrosexual- en su blog.

La “metrotextualidad” se extiende mayormente entre hombres de 18-24 años, con tres cuartos de ellos regularmente sellando sus besos con un beso y un 48 porciento admitiendo que la práctica se ha transformado en algo común entre su grupo de amigos.

Gracias a la tecnología y al consumismo, el comportamiento masculino está cambiando extremadamente rápido, a pesar de lo que algunos puedan pensar como características inmutables del género.

Pero no es sólo la manera en que los hombres están usando besos para terminar los mensajes de texto que envían a otros hombres lo que es un despegue de las expectativas innatas del comportamiento masculino, es también el hecho de que estén mandando mensajes.

En los 90 los comediantes hacían muchos chistes sobre como el uso del teléfono marcaba diferencias entre hombres y mujeres: los primeros eran monosilábicos y las segundas lo usaban como un fin en ellas mismas.

Ahora una generación de hombres jóvenes ha crecido usando estos bonitos accesorios sin ser visto nunca sin ellos y siempre chateando inútilmente en estos.

Generalmente en el gimnasio, mirándose en el espejo o sentándose en algún tipo de equipamiento que este mariquita quiera usar.”

Fuente: http://www.gorilablog.com/nuevas-masculinidades-el-metrotexual/ (más…)

CINE PARA CHICOS: “Adventureland”: Los conflictos de la madurez

lunes 7 de diciembre de 2009

Fuente: http://opinion.labutaca.net/2009/12/01/adventureland-los-conflictos-de-la-madurez/

Excelente fábula sobre el paso a la madurez y sus conflictos en el verano del 87. Greg Mottola vuelve a demostrar su extrema sensibilidad, dotándoles de complejidad y dirigiéndose al público como su cómplice y no como receptor pasivo.

Las felices coincidencias que favorece el imaginario disparado en un parque de atracciones permite comparar a un aislado experimento de vanguardia del cine español de los 30 con la última y excelente cinta de Greg Mottola: En “Esencia de verbena” (Ernesto Giménez Caballero, 1930) veíamos a un juguetón Ramón Gómez de la Serna colocarse entre muñecotes de tiro al blanco en una atracción de feria; en“Adventureland” es Joel (Martin Starr), ese nihilista pragmático, ese existencialista pagano que lee a Nikolái Gógol, quien aparca momentáneamente su convencido desencanto (estudiar lenguas eslavas y luego subsistir de trabajos basura) para colocarse entre los maniquíes de una atracción idéntica como mero divertimento con el que combatir el tedio. La mención del paralelismo nada tiene que ver con vocaciones vanguardistas de Mottola, sino más bien con la consciencia (e importancia, suma) del contexto que también existe en “Adventureland”: el parque de atracciones puede ser un lugar tan propicio para mosaicos sociales como para viajes iniciáticos, traducibles en probables exorcismos personales del propio autor. Si en “Supersalidos” (2007) ese viaje acontecía en una noche itinerante hacia la consciencia del final de la adolescencia, en el título que aquí nos ocupa es un verano el espacio de tiempo que requiere la transición hacia la adultez.

Despegada del compromiso con el humor Apatow, “Adventureland” resulta un admirable retrato de esa transición. Como en su anterior película, Mottola demuestra que quizá sea el director que mejor sabe capturar las coordenadas de dicho momento vital, las esencias y las auras que entiende y expone con lucidez de autobiografiado: la frustración ante la imposibilidad de llevar a cabo el presupuesto viaje iniciático por Europa, la desesperanza y el desengaño amoroso, el rechazo y la reconciliación, el colocón y el magreo en los asientos de un coche… todo goza de la extrema sensibilidad de un director que diseña con profundo amor a sus personajes, que narra como nadie estupendas fábulas locales de significados inapelablemente universales, en este caso partiendo de la Pittsburgh de la era Reagan. Cualquiera que haya pasado por un trabajo de condiciones similares al de James (Jesse Eisenberg) puede sentir complicidad en su hastío ante la repetición indiscriminada del Rock me Amadeus de Falco por la megafonía del parque; cualquiera puede entender, sin que medie la palabra, el cruce de miradas entre el protagonista y su padre después de que la madre haya encontrado la botella en el coche. Mottola habla al espectador como un cómplice, no como un miembro del ganado de multisalas.

Jesse Eisenberg se demuestra una promesa más firme que en la venidera“Bienvenidos a Zombieland” (Ruben Fleischer, 2009), mientras que Kristen Stewartsorprende con una demostración de registros que felizmente desmiente la pobreza expresiva con la que desfilaba en “Crepúsculo” (Catherine Hardwicke, 2008). Su composición se corresponde con la riqueza de unos personajes cuyo creador nunca permitiría acotar en dos líneas: precisamos para alcanzar la comunión con ellos de Lou Reed, Neil Young o los Judas Priest. Incluso el personaje de Connell (Ryan Reynolds), a priori el más fácil de demonizar con simplismos habituales, goza de una complejidad envidiable, y sólo Bill Hader parece desaprovechado para la ocasión. Como guinda, y como en “Supersalidos”, la conclusión de “Adventureland” camina hacia un bellísimo mensaje que nunca debiera pasar desapercibido: la pasión como fórmula de enfrentamiento a los conflictos que llegan con la madurez sentimental, a través de Herman Melville y su “Moby Dick”.

Publicado por ENRIQUE JIMENO en 13:46 0 comentarios
Etiquetas: adolesecencia, transicón a la adultez

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En el nombre del Padre, del hijo y del esposo…

En el nombre del Padre, del hijo y del esposo…
en turno: resignificaciones teóricas de la paternidad y de la triada de género masculina que la acompañan1

Fernando Huerta Rojas

Dice Victoria Sau que, en el lenguaje familiar, el padre es el individuo del sexo masculino que se supone es el progenitor de uno o más hijos e hijas de una o más mujeres que así lo hayan querido afirmar. En este sentido, es un acto de fe, el primero de la humanidad. Sólo por la fe, el hombre cree que es el PADRE del que la mujer le presenta como suyo o suya. Es en cierta medida una verdad revelada en la que el hombre necesita creer para su propia autoafirmación.

Plantea que conocida, con el tiempo –aunque mal conocida hasta nuestros días–, la aportación biológica del hombre en la procreación, y ensoberbecido por ella, decidió no seguir siendo el PADRE al azar, sino producir a conciencia las hijas y los hijos que quisiera y que el esfuerzo económico y el choque –defensa y/o ataque– entre grupos requería.

Sobre esta base, considera que biológicamente no hay equivalencia –ni simetría- entre PADRE y madre. La mujer concibe, gesta y pare. El hombre contribuye a la concepción. El gameto masculino es necesario, pero no suficiente para que ésta se produzca. Mientras una mujer dedica nueve meses de su vida a la formación de un hijo o una hija, un hombre puede contribuir a la formación de mucho más (poligamia masculina procreativa). En la actualidad, el fenómeno va más lejos todavía: el semen separado de su medio natural –el cuerpo del hombre– puede ser conservado y distribuido entre múltiples mujeres que concebirán por medio de un gameto de aquel, sin que medie el acto sexual.

Sau apunta que, en el psiquismo, las diferencias vuelven a ser importantes. La mujer siente que va a ser madre y, como ser humana que es, reflexiona sobre ello. El padre sabe que va a serlo sólo si la mujer quiere comunicárselo, pues de otro modo ningún síntoma, signo o señal van a indicárselo: el hombre puede reflexionar sobre su paternidad sólo a través y por medio de la palabra de la mujer.

En este sentido, la figura del PADRE se constituye como una reacción del hombre al conocimiento de su capacidad generadora y al reconocimiento de su relativa o poca importancia, que como tal reconoce y ubica en la cultura y la sociedad. Desde este orden cultural de género, surge el PADRE social, que ni se reduce al PADRE biológico ni se queda en el padre proveedor que trabaja para las hijas y los hijos de las mujeres, sin que ello comprenda, a corto plazo, reembolsarse el producto, en su forma de ganancia, derivado de la inversión significada en el acto de proveer. La palabra PADRE empieza su existencia cuando los hombres dejan de tener descendencia al azar y empiezan a regular en beneficio suyo el tabú del incesto, con el invento del matrimonio como primera estructura masculina de la urdimbre de una sociedad nueva, basada en la distribución de mujeres y la apropiación de las hijas y los hijos.

Éstas y éstos, son una invención histórica en la que el PADRE, como en todo negocio, se supone que ha de salir ganando siempre. Pero, las ganancias del hombre, en tanto PADRE, han ido disminuyendo a través de los tiempos. De ser dueño de la vida de su descendencia, de su destino absoluto que podía utilizar como quería, ha tenido que enfrentar un desplazamiento a otras figuras paternas, como son algunas instituciones y personas, emanadas de la actuación del propio PADRE, pero que acabaron haciéndose superiores a él, subsumiéndolo u otorgándole un simple papel delgado. A este orden de cosas se le llama PATERNIDAD.

De ahí que la PATERNIDAD sea considerada una institución masculina que emana del pacto social entre los hombres y en virtud de la cual todos y cada un de ellos pueden, teóricamente, hacerse con los hijos y las hijas de las mujeres –simultáneas o sucesivas– que hayan adquirido por matrimonio, y también con los de las mujeres no casadas que, habiendo señalado a un hombre como genitor, éste crea y/o quiera aceptar su palabra y reconocer como suya a la criatura.

Victoria Sau resalta que la PATERNIDAD es una institución que cubre a todas y todos los seres humanos, socialmente hablando, ya que nadie que no tenga padre que le reconozca como hija o hijo puede ser aceptado por la sociedad. La descendencia que no cae bajo el ámbito de la PATERNIDAD, en cualquiera de sus formas, es eliminada de manera real y simbólica, y políticamente no es sujeta de derechos jurídicos.

Por ello, la PATERNIDAD, en tanto institución, representa a la totalidad de los padres, defiende sus derechos y alivia, a veces, sus cargas creando nuevas instituciones que asumen tareas, en principio, propias de los padres reales: hospitales, escuelas, reformatorios, clubes deportivos.

PATERNIDAD es, pues, la ley de los padres, la que dice en cada sociedad y en cada momento cómo van a ser reguladas las relaciones de estos con sus hijas, hijos y parejas: decide sus destinos, proyectos, rumbos, acciones, actividades, relaciones, espacios.

Desde este enfoque, marco y contextualizo, el libro Ser padres, esposos e hijos: prácticas y valoraciones de varones mexicanos, coordinado por Juan Guillermo Figueroa, Lucero Jiménez y Olivia Tena, quienes abordan uno de los ejes centrales de la condición genérica de los hombres: la paternidad, cuyos fundamentos históricos, ideológicos, morales, míticos, políticos, sociales, cotidianos y simbólicos han servido de base a una de las triadas monolíticas y sólidas de los pactos patriarcales: el padre, el hijo y el espíritu santo.

En este sentido, este libro se propone abordar la complejidad de la paternidad desde la experiencia de vida de un grupo de hombres constituidos en la triada de padres, hijos y esposos, lo cual es desarrollado, de forma amplia y diversa, en los trabajos de diez investigadoras e investigadores que documentan detalladamente la experiencia de hombres de diferentes clases sociales, condiciones conyugales, familias y hogares, escolaridades, profesiones, trabajos, posiciones políticas, religiones y lugares de origen en proceso de vivirse como padres en la institución de la paternidad.

De ahí que el libro haya sido estructurado en tres partes, en las cuales se abordan y desarrollan las formas como los hombres de las investigaciones asumen, por condición de género, los mandatos y los atributos que los constituyen como padres en la práctica de la paternidad. La primera se refiere a lo que es ser padre y las valoraciones cambiantes de sus concepciones, creencias y prácticas, que experimentan estos hombres. La segunda trata los aspectos relacionados con la sexualidad y la reproducción intra y extramarital que viven los hombres con los cuales se ha trabajado. La tercera comprende las experiencias de la paternidad en entornos particulares, con relación a la valoración prospectiva y retrospectiva de la paternidad, las vivencias en torno a las diferencias de crianza de las hijas y los hijos y la práctica de la paternidad experimentada con hijas e hijos que viven con algún problema de discapacidad.

Si bien, en algunos libros el orden de los capítulos sí afecta la lectura final, en este, por la forma de ser concebido y desarrollada la problemática de la paternidad y de los padres, me parece que brinda la posibilidad de iniciarlo de acuerdo a los intereses diversos de quienes lo leerán. Desde mi lectura y mirada, la segunda parte brinda un horizonte cultural de la sexualidad masculina desde el cual es posible aprehender las concepciones, las creencias, las prácticas, las experiencias, las actuaciones, los imaginarios, el sentido y las significaciones que tienen los hombres con relación a la asunción genérica de los mandatos masculinos que delinean, hegemónicamente, la condición genérica de los hombres. Esto, desde mi perspectiva, permite una articulación con las otras dos partes del libro.

En la segunda parte, Liliana Bellato Gil, Daniel Hernández Rosete, Lucero Jiménez Guzmán y Juan Manuel Contreras Urbina describen y analizan las prácticas, concepciones, creencias, significados, representaciones y simbolizaciones de la sexualidad de hombres y mujeres pertenecientes a grupos sociales indígenas (San Miguel del Progreso, Edomex) y urbanos (ciudad de México), viviendo en diferentes tipos de unión o en desunión, con hijas e hijos, y edades, escolaridades, profesiones, trabajos, religiones, lugares de origen diversos.

De forma antropológicamente amena, nos llevan por las desigualdades y diferencias genéricas y socioculturales de las experiencias de las y los sujetos sociales con respecto a la iniciación sexual. Puntualizan, cómo, en el caso de las mujeres mazahuas, la actividad sexual y, en la mayoría de los casos, el inevitable paso al matrimonio, comprende una pérdida de libertades, acotado por la llegada de la descendencia y la correspondiente maternidad. Aunado a ello, y como parte del signo dominante de género en la vida matrimonial, está el constante temor a ser abandonadas y violentadas. Por ello, señalan que, desde las concepciones, creencias y prácticas de la cultura e ideología dominantes de género, la virginidad, como icono, virtud, pureza y castidad de la sexualidad femenina, es el sello de garantía que permite a las mujeres, social y culturalmente, ser y estar bien con el logro de un buen matrimonio. De esta forma, el deseo sexual de ellas se diluye en función de uno de los mandatos de género, impuestos, a cumplir: la procreación y su respectiva maternidad.

Nos detallan cómo el poder de dominio masculino es empleado como privilegio para que los hombres gocen de una práctica sexual prematrimonial, la cual se realiza masculinamente, es decir, bajo el desafío del imaginario y la subjetividad de la certeza de la aventura que, desde las mentalidades de los hombres, no requiere el uso de ningún método de protección anticonceptivo (como el condón, por ejemplo). Esta práctica de la obviedad sexual aventurera implicó, para varios de los hombres de las investigaciones, lo que personalmente denomino los matrimonios sietemesinos: llenos de deseo sexual, pero ausentes de afectos sólidos, productos de relaciones afectivas sólidas y más estructuradas. Eso les hace sentirse atados, por lo que la sexualidad aparece como liminar con la paternidad: el sentido procreativo, sustituye al deseo erótico, lo cual genera responsabilidades que no están tan dispuestos a asumir.

Las investigadoras y los investigadores plantean que la interiorización cultural de género es un proceso de simulacro en el que asumen, significan y representan sus aproximaciones al modelo hegemónico y dominante de masculinidad. Éste les brinda, desde el eje constitutivo de su sexualidad, la permisibilidad, sancionada y aceptada, de la práctica de la infidelidad. Para un grupo de hombres de clase social media y media alta, con profesiones ligadas a las ciencias sociales y las humanidades, la vida democrática se da en el plano de la paternidad, la familia, la cordialidad de las relaciones de pareja; sin embargo, en el ámbito de la sexualidad de estas relaciones, la misoginia y el sexismo del engaño permanece como lo hegemónico de la condición genérica de los hombres. Para la mayoría de los hombres entrevistados, la infidelidad es el resultado de encuentros casuales que no se desaprovechan, porque llegan sin buscarlos.

En la primera y tercera partes del libro, Alejandra Salguero Velásquez, Olga Lorena Rojas, Ma. Ángeles Haces Velasco, Olivia Tena, Laura Torres Velásquez y Patricia Ortega Silva exponen lo que representa la valoración y experiencia de la paternidad en la vida de los hombres: para estos la paternidad es contrastante, contradictoria, democrática, conservadora, experiencial, negativa, transformadora, afectiva, tanto distante como cercana, procreativa, llena de responsabilidades, gratas y no, de búsqueda de cambios y alternativas a los modelos de paternidad de sus padres.

Para estos hombres el ser padre comprende compromisos laborales intensos, de larga duración, a partir de los cuales obtienen una insuficiente, mediana o adecuada riqueza para proveer a las hijas, los hijos y la familia. Eso es considerado, desde una perspectiva económica, una inversión, cuyos dividendos se esperan recuperar con el crecimiento, maduración y, eso se desea y se apuesta, recompensa de la descendencia.

Desde este escenario, los padres establecen relaciones con sus hijas e hijos desde la lógica de una normalidad física y natural; sin embargo, para otros esto no es así y han enfrentado los avatares, las dificultades, los prejuicios, la tabúes, la solidaridad, el desarrollo de habilidades, la rehabilitación, la generación de afectos con hijas e hijos que tienen alguna discapacidad.

Las resignificaciones teóricas de la divina trinidad genérica del padre, del hijo y del esposo, sus representaciones culturales, los abordajes teórico-metodológicos, así como los planteamientos sobre los caminos políticos que contribuyan a deconstruir y desmontar las concepciones, creencias y prácticas hegemónicas del orden de género masculino de cómo deben ser los hombres, en general, y los de la investigación, en particular, cruzan este libro. Esto nos sitúa en uno de lo temas y problemas centrales de la condición genérica de los hombres: en la atención político-académica que merece la paternidad como institución política que emana de los pactos entre los hombres, para que deje de ser una triada que oprime, subordina, obliga, proyecta imágenes de temor y desconocimiento que cubre con su manto de la ley de los padres. He ahí uno de los retos y compromisos de este libro.

1 Comentario al libro Ser padres, esposos e hijos: prácticas y valoraciones de varones mexicanos. Juan Guillermo Figueroa, Lucero Jiménez y Olivia Tena (Coordinadores). México. El Colegio de México, México 2007.

Fuente: http://www.estudiosmasculinidades.buap.mx/ (más…)

Mujeres y precariedad

Reivindicación del feminismo frente a la crisis

Justa Montero
Diagonal

En esta era de la globalización neoliberal la crisis no podía ser sino una global, crisis económica, de cuidados, ecológica, social y moral, que exacerba todas las desigualdades y relaciones de poder y expulsa a mujeres a la precariedad, a los márgenes, a la negación de los cuerpos, a la expulsión de la ciudadanía.

De nuevo la salida a la crisis se aborda situando en el centro la garantía del máximo beneficio para los bancos y multinacionales, en lugar de la atención a las necesidades de las personas. Se intenta mantener a toda costa las bases del viejo modelo, con inversiones en sectores en crisis o poco sostenibles, mientras se olvidan, cuando no se privatizan, los servicios e infraestructuras sociales.

Sobre las mujeres se proyecta la imagen de un sistema igualitario con pequeñas disfunciones bien por falta de representación en las instancias del poder institucional, bien por manifestaciones de una violencia que se considera como desajuste del sistema. Pero lejos de esa imagen existe una realidad marcada por los efectos de viejas y nuevas exclusiones: las mujeres inmigrantes, las mujeres cuyas condiciones de trabajo asalariado se precarizan, las trabajadoras del sexo, las que no encuentran un trabajo asalariado, las que cuidan y son cuidadas en situaciones límite, las empleadas de hogar, las que tendrán que abortar con inseguridad, las que están excluidas de los recursos que contempla la ley de violencia de género.

Los días 5, 6 y 7 de diciembre, nos reunimos en Granada más de 3.000 mujeres en las Jornadas convocadas por la Coordinadora estatal de Organizaciones Feministas. De todo ello se habló, y se manifestó la diversidad de realidades y situaciones que vivimos las mujeres, las distintas formas en que la subordinación y discriminación se manifiestan y se cruzan con otros ejes de discriminación. Allí reivindicamos un feminismo que se reclama antipatriarcal, anticapitalista, antirracista y antiheterosexista. En ello estamos.

Fuente: Rebelión.org (más…)

Test de eros

Vie, 15/01/2010 – 00:00

Chico Baretto busca un millón. Joaquín Mariátegui, el líder de la banda más popular del momento, le confiesa al inquieto Eros algunos secretos inconfesables.

Joaquín Mariátegui, el líder de la banda más popular del momento, le confiesa al inquieto Eros algunos secretos inconfesables.

1. ¿ Cómo, cuándo y dónde fue tu primera vez?

Mi primera vez fue a los 18 en la playa Cerro Azul con la chica con la que estaba en ese entonces.

2. ¿Qué es lo que te atrae más del cuerpo de tu pareja (o del sexo opuesto)?

Difícil de responder porque soy un goloso y me gusta la mujer enterita sin embargo estoy pasando por la etapa del poto.

3. ¿Una cena romántica, un paseo por la playa o sexo desenfrenado?

Las tres y más de la tercera.

4. Entras a una habitación y hay una pareja haciendo el amor… ¿qué haces?

Si es una pareja de chicas me uno. Sería el día más feliz de mi vida.

5. Tu pareja te dice que el mejor sexo de su vida lo tuvo antes de conocerte.

¡¡¡Mentirosa!!!

6. ¿A partir de cuántas parejas una mujer es promiscua?

Yo creo que el número de relaciones que tengas te dan simplemente más experiencia, lo cual es positivo para ti y tu pareja. El sexo es salud, placer…es vida. La promiscuidad tiene una connotación negativa porque nuestra sociedad es cucufata y machista.

7. ¿A qué personaje, hombre o mujer te gustaría ver desnudo/a en la portada de una revista?

A la hermana de ese pata que me chocó el carro el otro día, sino a Keiko Fujimori.

8. ¿Harías el amor con alguien que no te gusta por un millón?

Sí.

10.Si pudieras armar tu hombre o mujer ideal con estrellas de cine, se parecería a… (pueden ser varios)

Teresita de “Al fondo hay sitio”.

12. ¿Qué preferirías: que tu pareja tenga sexo con otra sin amarla o que la ame sin tener sexo.

La primera.

13. Si te dijeran que mañana se acaba el mundo y que puedes cometer un pecado sin castigo, elegirías…

Me voy con la hermana de mi mejor amigo que es lo que estoy haciendo a puertas del 2012.

Fuente: La Rapública

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