miércoles 13 de enero de 2010

CERIGUA

La compraventa de niñas y adolescentes como parte de las costumbres ancestrales de algunas comunidades y el relegar a la mujer a un segundo plano, son acciones que demuestran la marginación y la vulnerabilidad que vive la población femenina en Guatemala, sólo por su condición de género, indicó Carolina Vásquez Araya.

Vásquez dijo, en su columna “La justicia ausente”, que pese a que las Constitución Política de la República de Guatemala establece igualdad de derechos y condena la discriminación por cualquier causa, en el país se apela aún a una costumbre que perpetúa la violación de niñas y adolescentes ante la vista y el conocimiento de autoridades locales, nacionales e internacionales.

El que varias comunidades regalen o vendan a adolescentes de 12 años a hombres adultos es un hecho lamentable que se considera lícito pues forma parte de las tradiciones de Guatemala, sin tomar en cuenta que se compromete la integridad, la vida y el futuro de las niñas, anotó.

La columnista indicó que esta compraventa de menores tiene la complicidad de madres y padres, contradiciendo el absurdo estereotipo de que la familia es, de por sí y por naturaleza, un refugio seguro para la niñez y la adolescencia, pues estas niñas son privadas de la educación, condenadas a la esclavitud sexual y al servicio doméstico, tratadas como inferiores.

Finalmente, Vásquez dijo que la responsabilidad de las instituciones públicas y privadas en esta deformación del concepto de tradición es un hecho incontestable, por lo que hizo un llamado a las entidades de justicia y de derechos humanos a defender los derechos de la niñez.

Fuente: http://humor.argenpress.info/2008/12/urbi-et-orbi.html

Puntuación: 0 / Votos: 0