Vie, 11/12/2009 – 23:22

Cuando los problemas financieros provocan la bancarrota sexual. El sexo no ahuyenta los problemas, pero estos pueden ahuyentar el sexo. Por lo menos eso se deriva de estudios sobre la sexualidad en estos tiempos de crisis.

No solo la bolsa se ha caído con la crisis económica. También algunos órganos masculinos de importante función amatoria. Entretanto, el deseo sexual de miles de parejas sufre una fluctuación tan alarmante que bien podría cotizarse en Wall Street.

Claro, en un momento en el que las preocupaciones de hombres y mujeres están enfocadas en el temor al desempleo, las deudas, los gastos domésticos, es natural que se produzca una sobrecarga de estrés que afecta las relaciones sexuales.

De acuerdo con la Asociación Internacional de Medicina Sexual, el estrés provoca insomnio, falta de apetito, cansancio, tristeza, nerviosismo, irritabilidad, pesimismo y ansiedad.

Ante esta situación, tanto hombres como mujeres tienen problemas para dar y recibir una adecuada respuesta sexual con su pareja, y es más probable que las alteraciones en el deseo, sequedad vaginal, dificultades en la excitación, problemas de erección y hasta la temida eyaculación precoz estén haciendo presa de su intimidad.

En el reciente Congreso Mundial de Sexología Médica realizada en Venezuela se calculó que más de 40% de la población sexualmente activa lleva sus preocupaciones económicas a la cama y, como consecuencia, sufre algún tipo de disfunción que le impide ser feliz y hacer feliz a su pareja.

El doctor Jorge Pizarro, psiquiatra de la Clínica Limatambo, explica que el estrés y la ansiedad provocan mayor producción de las hormonas cortisona y noradrenalina, las que impiden una relajación total de los nervios erectores, por lo que el hombre difícilmente podrá mantener una erección rígida y duradera.

Pizarro advierte que así muchos digan que el sexo es un buen recurso para espantar los problemas, lo cierto es que una persona angustiada no disfruta plenamente y no puede hacer disfrutar a su pareja.

Además, “debido al machismo, un gran grupo de hombres decide tener relaciones sexuales con parejas no habituales. Al principio, por la novedad, no experimentarán molestias, pero posteriormente advertirán que sus erecciones disminuirán en intensidad”, agrega el especialista, alertando de un posible riesgo de infidelidad por los mismos motivos.

Tanto la disfunción eréctil orgánica –ocasionadas por diabetes, hipertensión, trastornos cardiovasculares, entre otras enfermedades–, como las disfunciones producidas por exceso de estrés, ansiedad y depresión, tan común en nuestros días, requieren la búsqueda de ayuda especializada, que puede ir desde una terapia para el manejo del estrés hasta el uso de sildenafilo (Viagra) o similares para ayudar a mejorar la erección.

Gracias a la terapia, el estrés se irá manejando poco a poco mientras se goza de una vida sexual. “Lo importante es mantener una buena comunicación con la pareja, la base para cualquier tratamiento”, enfatiza Pizarro y no le falta razón, pues el desempeño sexual es básicamente el reflejo de cómo andan las otras áreas de interacción marital.

El consejo del especialista es no permitir que la crisis económica se cobije bajos sus sábanas, dejar el estrés de lado y prevenir una bancarrota emocional y sexual.

Fuente: Diario La República

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