Publicado el : 25 de noviembre 2009 – 11:54 de la mañana
| Por Beatriz Díez Hernando

Como cada año desde hace décadas, este 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Un día para recordar que el problema de la violencia sobre la mujer incumbe a toda la sociedad. La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1999 el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Con esta resolución, el organismo internacional invitaba a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a realizar en ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer. Sin embargo, desde años antes, 1981 para ser exactos, las militantes en favor del derecho de la mujer ya observaban el 25 de noviembre como el día contra la violencia. La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del entonces gobernante dominicano Rafael Trujillo.

Una sociedad enferma
La violencia contra las mujeres afecta a toda la sociedad, y en ello coinciden todos aquellos que trabajan por su erradicación. Son muchas las iniciativas que existen en este sentido, y muchos los implicados, mujeres y hombres que creen en una sociedad más igualitaria y libre de violencia. En este caso destacamos el trabajo de la Fundación Assistència i Gestió Integral (Asistencia y Gestión Integral, AGI), con sede en Barcelona.

Dicha fundación, creada en 1994, se dedica a la atención a mujeres maltratadas, a niñas y a niños, y también ofrece atención a los maltratadores. Como dice su directora, Rosa Mª Garriga, preferirían no tener que seguir haciendo este trabajo, porque ello significaría que se ha dejado de maltratar a las mujeres.

Diálogo en lugar de violencia
Cada año se celebra este Día de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y cada año se siguen produciendo cifras alarmantes de mujeres que son víctimas de maltrato, muchas de las cuales pierden la vida a manos del hombre. El caso de España es especialmente llamativo, donde el número de víctimas mortales supera las varias decenas año tras año, a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades en cooperación con las organizaciones de la sociedad civil para atajar el problema.

Hay quien se pregunta cómo puede explicarse esto, ante lo que Rosa Mª Garriga, directora de la Fundación AGI hace una importante observación: “no debería de explicarse de ninguna manera, pero intentamos hacemos una reflexión y ver por qué pasa todo esto”.

Garriga expone que son muchos años de historia de preponderancia del patriarcado, el cual otorga a las mujeres un rol y a los hombres otro. A ellos el rol de la fuerza y el poder, y a las mujeres, el rol de la sumisión. No obstante, esta diferencia de roles no sirve como único fundamento para analizar el origen de la violencia de género, puesto que, como subraya Rosa Mª Garriga, “el rol del patriarcado es para todos, hombres y mujeres, y no todos los hombres maltratan a sus parejas, o a sus hijos o sus hijas”. Dentro de este marco general del patriarcado, hay hombres proclives al maltrato por diversas razones. Puede ser que lo hayan vivido en su medio habitual, en sus familias, en su proceso de socialización, en el que se han desarrollado pautas educativas tendentes al maltrato. También puede ser, dice Garriga, porque algunos tienen serias disfunciones psicológicas.

Garriga sostiene que los servicios de ayuda y recuperación para las mujeres maltratadas están cada vez mejor, con mejores profesionales y más redes de protección a las mujeres, pero el problema persiste. Es necesario un cambio de mentalidad que no se va a producir de un día para otro, sino que requiere un trabajo constante de prevención e información. “Esto ha de empezar en la propia casa, en la cuna, cuando los niños son pequeñitos, en la escuela, en la universidad, para formar a hombres y mujeres que respeten los derechos de unos y de otros y que diriman sus conflictos a través del diálogo”, subraya Garriga.

Tratamiento a los maltratadores
Desde hace unos años, se han emprendido algunas iniciativas para desarrollar programas de rehabilitación de maltratadores. Este trabajo encontró una seria oposición al comienzo, porque las organizaciones de mujeres entendían que cualquier recurso que existiera tenía que ponerse a disposición de las mujeres víctima de maltrato, y no invertirlo en tratar a sus victimarios.

La Fundación AGI fue casi la primera entidad que puso en marcha un programa de rehabilitación de maltratadores, siguiendo la estela del profesor Enrique Echuburúa, quien en el ámbito de la Universidad del País Vasco empezó a investigar y a ver que era posible una rehabilitación. “Cuando hay un conflicto, se ha de intervenir en las dos partes, una protegiéndola y otra poniendo los puntos sobre las íes”, defiende Garriga. En su opinión, se ha de enseñar a los maltratadores a descodificar lo que aprendieron.

Los maltratadores que se acogen al programa de rehabilitación de la Fundación AGI proceden de medidas penales alternativas, que surgieron como consecuencia de una modificación del Código Penal en el año 2003 en España, y otros son voluntarios, hombres que intuyen o a quien alguien ha dicho que como sigan maltratando a su esposa o compañera es posible que la pierdan e incluso que pierdan a los niños.

Lógicamente, el índice de éxito del tratamiento a los maltratadores es mayor en el caso de los voluntarios, ya que ellos mismos reconocen que tienen un problema, no son enviados por un juez.

Reacción de las mujeres
El rechazo a estos programas de reinserción que encontraron en un principio se ha ido disipando con el tiempo y, según dice Rosa Mª Garriga, ahora no hay prácticamente ninguna organización que se oponga a estas iniciativas.

Eso no es óbice para que la directora de la Fundación AGI enfatice que la mujer sigue siendo la prioridad en este trabajo. Es la primera a quien hay que atender y dar todo el apoyo y todo el recurso.

Actividades en todo el mundo
Más allá de este ejemplo, son muchas las organizaciones y las personas implicadas en la lucha contra la violencia de género. Desde América Latina llegan innumerables propuestas de iniciativas para solidarizarse con esta causa.

Amnistía Internacional, por ejemplo, teñirá de violeta edificios emblemáticos y plazas de Buenos Aires para llamar la atención sobre la alarmante situación de violencia de género en Argentina y en el mundo.

En Colombia, se ha puesto en marcha el programa Ciudades sin Violencias hacia las Mujeres, por el que se demanda que las ciudades sean seguras para todas y todos.

La lista de todas las actividades, concentraciones, marchas de protesta o actos de recuerdo es prácticamente interminable. Pero infórmese, es muy probable que en su lugar de residencia haya alguna iniciativa con la que podrá unirse al llamado de eliminación de cualquier tipo de violencia contra la mujer.

Fuente: radio Nederland

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