Day: 8 julio, 2009

25 N: No más violencia contra la mujer

Publicado el : 25 de noviembre 2009 – 11:54 de la mañana
| Por Beatriz Díez Hernando

Como cada año desde hace décadas, este 25 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Un día para recordar que el problema de la violencia sobre la mujer incumbe a toda la sociedad. La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró en 1999 el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. Con esta resolución, el organismo internacional invitaba a los gobiernos, las organizaciones internacionales y las organizaciones no gubernamentales a realizar en ese día actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto al problema de la violencia contra la mujer. Sin embargo, desde años antes, 1981 para ser exactos, las militantes en favor del derecho de la mujer ya observaban el 25 de noviembre como el día contra la violencia. La fecha fue elegida como conmemoración del brutal asesinato en 1960 de las tres hermanas Mirabal, activistas políticas de la República Dominicana, por orden del entonces gobernante dominicano Rafael Trujillo.

Una sociedad enferma
La violencia contra las mujeres afecta a toda la sociedad, y en ello coinciden todos aquellos que trabajan por su erradicación. Son muchas las iniciativas que existen en este sentido, y muchos los implicados, mujeres y hombres que creen en una sociedad más igualitaria y libre de violencia. En este caso destacamos el trabajo de la Fundación Assistència i Gestió Integral (Asistencia y Gestión Integral, AGI), con sede en Barcelona.

Dicha fundación, creada en 1994, se dedica a la atención a mujeres maltratadas, a niñas y a niños, y también ofrece atención a los maltratadores. Como dice su directora, Rosa Mª Garriga, preferirían no tener que seguir haciendo este trabajo, porque ello significaría que se ha dejado de maltratar a las mujeres.

Diálogo en lugar de violencia
Cada año se celebra este Día de Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y cada año se siguen produciendo cifras alarmantes de mujeres que son víctimas de maltrato, muchas de las cuales pierden la vida a manos del hombre. El caso de España es especialmente llamativo, donde el número de víctimas mortales supera las varias decenas año tras año, a pesar de los esfuerzos realizados por las autoridades en cooperación con las organizaciones de la sociedad civil para atajar el problema.

Hay quien se pregunta cómo puede explicarse esto, ante lo que Rosa Mª Garriga, directora de la Fundación AGI hace una importante observación: “no debería de explicarse de ninguna manera, pero intentamos hacemos una reflexión y ver por qué pasa todo esto”.

Garriga expone que son muchos años de historia de preponderancia del patriarcado, el cual otorga a las mujeres un rol y a los hombres otro. A ellos el rol de la fuerza y el poder, y a las mujeres, el rol de la sumisión. No obstante, esta diferencia de roles no sirve como único fundamento para analizar el origen de la violencia de género, puesto que, como subraya Rosa Mª Garriga, “el rol del patriarcado es para todos, hombres y mujeres, y no todos los hombres maltratan a sus parejas, o a sus hijos o sus hijas”. Dentro de este marco general del patriarcado, hay hombres proclives al maltrato por diversas razones. Puede ser que lo hayan vivido en su medio habitual, en sus familias, en su proceso de socialización, en el que se han desarrollado pautas educativas tendentes al maltrato. También puede ser, dice Garriga, porque algunos tienen serias disfunciones psicológicas.

Garriga sostiene que los servicios de ayuda y recuperación para las mujeres maltratadas están cada vez mejor, con mejores profesionales y más redes de protección a las mujeres, pero el problema persiste. Es necesario un cambio de mentalidad que no se va a producir de un día para otro, sino que requiere un trabajo constante de prevención e información. “Esto ha de empezar en la propia casa, en la cuna, cuando los niños son pequeñitos, en la escuela, en la universidad, para formar a hombres y mujeres que respeten los derechos de unos y de otros y que diriman sus conflictos a través del diálogo”, subraya Garriga.

Tratamiento a los maltratadores
Desde hace unos años, se han emprendido algunas iniciativas para desarrollar programas de rehabilitación de maltratadores. Este trabajo encontró una seria oposición al comienzo, porque las organizaciones de mujeres entendían que cualquier recurso que existiera tenía que ponerse a disposición de las mujeres víctima de maltrato, y no invertirlo en tratar a sus victimarios.

La Fundación AGI fue casi la primera entidad que puso en marcha un programa de rehabilitación de maltratadores, siguiendo la estela del profesor Enrique Echuburúa, quien en el ámbito de la Universidad del País Vasco empezó a investigar y a ver que era posible una rehabilitación. “Cuando hay un conflicto, se ha de intervenir en las dos partes, una protegiéndola y otra poniendo los puntos sobre las íes”, defiende Garriga. En su opinión, se ha de enseñar a los maltratadores a descodificar lo que aprendieron.

Los maltratadores que se acogen al programa de rehabilitación de la Fundación AGI proceden de medidas penales alternativas, que surgieron como consecuencia de una modificación del Código Penal en el año 2003 en España, y otros son voluntarios, hombres que intuyen o a quien alguien ha dicho que como sigan maltratando a su esposa o compañera es posible que la pierdan e incluso que pierdan a los niños.

Lógicamente, el índice de éxito del tratamiento a los maltratadores es mayor en el caso de los voluntarios, ya que ellos mismos reconocen que tienen un problema, no son enviados por un juez.

Reacción de las mujeres
El rechazo a estos programas de reinserción que encontraron en un principio se ha ido disipando con el tiempo y, según dice Rosa Mª Garriga, ahora no hay prácticamente ninguna organización que se oponga a estas iniciativas.

Eso no es óbice para que la directora de la Fundación AGI enfatice que la mujer sigue siendo la prioridad en este trabajo. Es la primera a quien hay que atender y dar todo el apoyo y todo el recurso.

Actividades en todo el mundo
Más allá de este ejemplo, son muchas las organizaciones y las personas implicadas en la lucha contra la violencia de género. Desde América Latina llegan innumerables propuestas de iniciativas para solidarizarse con esta causa.

Amnistía Internacional, por ejemplo, teñirá de violeta edificios emblemáticos y plazas de Buenos Aires para llamar la atención sobre la alarmante situación de violencia de género en Argentina y en el mundo.

En Colombia, se ha puesto en marcha el programa Ciudades sin Violencias hacia las Mujeres, por el que se demanda que las ciudades sean seguras para todas y todos.

La lista de todas las actividades, concentraciones, marchas de protesta o actos de recuerdo es prácticamente interminable. Pero infórmese, es muy probable que en su lugar de residencia haya alguna iniciativa con la que podrá unirse al llamado de eliminación de cualquier tipo de violencia contra la mujer.

Fuente: radio Nederland (más…)

Larry Madrigal

Por Mirta Rodríguez Calderón

Larry Madrigalmm

Santo Domingo, noviembre (Especial de SEMlac).- El joven miró la hoja en blanco intensamente. Se decidió y comenzó a dibujar. Debía representar cómo es un hombre. De soslayo, miraba a la derecha, donde tenía a otro varón: o a la izquierda, donde se había sentado una mujer académica, también joven.

El grupo todo avanzaba en su “creación”. El ejercicio se realizaba en uno de los grupos de trabajo que formaron parte del Seminario Masculinidad y Violencia de Género, en la universidad INTEC de la capital dominicana, donde existe un Centro de Estudios de Género que se está convirtiendo en paradigmático.

El experto salvadoreño Larry Madrigal conducía la práctica, que ha realizado antes en varios países de todo el continente, lo que le ha permitido coleccionar cientos de dibujos.

El propósito es colocar a los varones en la situación de aceptarse o darse cuenta de que él, en particular, no es ese hombre que ha dibujado, con frecuencia desnudo, con voluminosos bíceps, una cabeza robusta, un pene grande, fumador, bebedor y mujeriego, que presume de guerrero, de castigador, pero también de respetable y soberano, entre otras cosas.

Por ese camino, “cuando quien dibuja reconoce que ese no es él, que no responde a ese modelo que la sociedad le inculca, tenemos un candidato al cambio suyo y, tal vez, a acompañar el de otros”, explicó a SEMlac Madrigal, quien llegó desde El Salvador a Santo Domingo para conducir parte del seminario.

Madrigal es autor de varios libros, psicoterapeuta e investigador, facilitador internacional del Programa de Masculinidades de la Escuela Equinoccio.

En varios salones del encuentro, más de un centenar de hombres y mujeres trabajó para identificar los mitos y estereotipos de esa masculinidad construida desde la sociedad y la cultura, y que se refleja en múltiples singularidades, casi todas urgidas de cambio, en los espacios de la educación, la salud, la justicia y la sociedad civil, entre otras.

Las intervenciones magistrales de Madrigal, y del también doctor dominicano Ángel Pichardo, llenaron el seminario de saberes, revelaciones, razonamientos? y de una suerte de descubrimiento colectivo de que este asunto de las masculinidades necesita mucho más estudio ?no importa cuánto se sepa ya?, como lo remarcó la académica Lourdes Contreras, directora del centro, en sus palabras inaugurales.

“Tenemos que trascender las limitaciones, leer y estudiar sobre esto. Se hace difícil que se entienda el problema como problema social y más difícil que los actores retardatarios en el proceso entiendan cómo actuar. Para comenzar, tienen que aceptar que la violencia no corre por las venas de nadie, pero hay que castigar a quienes la ejercen. Por dificultades en el país, muchas víctimas desisten por lo complicado de los estancos por los que tienen que transitar para las denuncias”, aseveró.

No todos los varones son el panfleto

¿Cuánto nos falta a las mujeres para poder vivir en equidad después de milenios de desigualdad e injusticias?, le objetó SEMlac a Larry Madrigal.

“Seguramente nos va a tomar mucho. Pero no se puede ver ni pensar esta realidad en la medida de los años que ella ha tenido para formarse, sino de la voluntad que existe ya para cambiarlo. Es indiscutible que nos va a tomar más de lo que puedo imaginarme”, respondió reflexivo.

“Yo no lo voy a ver, pero quisiera que mis hijos, hijas y nietos sí. Ya llevamos tiempo tratando de conformar una voluntad por la equidad. Y espero que la siguiente generación, en correspondencia con sus sueños y sus esperanzas, pueda ver parte de lo que queremos alcanzar. Nos esperan muchos años para trabajar por apuntalar la posibilidad de cambios”.

¿Cuántos varones han escuchado sus charlas en los 10 años de su trabajo con ellos? ¿Cuántos rompieron con la masculinidad hegemónica?

“Muchos, muchos? Cientos han comprendido que ellos, individualmente, no responden al modelo que se les ha impuesto. Y también muchos, muchos, inician un camino hacia el cambio”.

¿Cuánto sufren los hombres que creen en lo que usted explica?

“Los varones que creen y razonan sobre lo que yo predico suelen no ser el panfleto de lo que se dice de ellos”.

“No reconocer la diversidad de hombres que somos es una trampa política que nos impide avanzar. En el mundo de la diversidad de hombres, entendiendo el sufrimiento como resultante de un mandato social en el que sienten que no encajan, puede ser una magnífica oportunidad para propiciar el cambio”.

¿Y los que no van a sus conferencias o a encuentros como este?

“Los que vienen a mis conferencias son una rascadita. Entre ellos están los que sufren mucho, los que no sufren nada y otros tantos que no se dan cuenta del sufrimiento que les toca. En esa diversidad de hombres hay muchísimos que creen que ganan mucho y que no están interesados en cambiar”.

“No se puede generalizar. Los hombres tienen mecanismos para cambiar. Por ahora tenemos que enfrentar sufrimientos más cotidianos y cosas que los hombres se están perdiendo: la crianza, la emoción, la vivencia del sentimiento, la solución de los conflictos de este tiempo, la participación política en equidad?”

¿Qué se puede hacer desde la comunicación para contribuir a desmontar esa masculinidad hegemónica?

“Se puede hacer mucho. Un primer aspecto es abonar sistemáticamente, en los espacios donde es posible, la idea de que no porque sea complejo debemos renunciar a transitar el camino hacia ella. Los hombres somos partes del problema, pero también de la solución”.

“Es importante abrir la mayor cantidad de espacios a diferentes voces, hombres y mujeres, para que cuenten cómo están viendo el asunto: hombres y mujeres que ya tienen un compromiso”.

“Otro asunto es colocar el tema de género en la construcción de la opinión pública, en particular con juicios de gente importante, como ya lo están haciendo”.

¿Qué se consigue con el ejercicio de las láminas donde dibujan cómo se ven?

“Se trata de trazar la silueta humana de un varón según el imaginario social del contexto en el que está y escribir cuáles son las características físicas y emocionales que la sociedad quiere de un varón. Cuando ya lo han hecho, se les pide que se coloquen frente a él y se pregunten si caben en ese modelo. Así se puede visibilizar a aquellos que, no cabiendo, son candidatos para mostrar cambios”.

“Tengo cientos de siluetas de toda América, desde México hasta la Argentina, cruzando por Centroamérica y Brasil con la diversidad de etnias y culturas. Tristemente, el modelo construido e impuesto está ahí y se verifica en todas partes”.

FUENTE: http://www.redsemlac.net/noticias/2009/091109mrc.htm

Enviado por Luis galvez Trejo del foro permanente de estudios sobre masculinidades el 11/25/2009 (más…)