Señal de Alerta

por Oscar Llerena Recoba

En la quincena de noviembre del 2007, el empresario dominicano Fortunato Canaán envió instrucciones precisas a Rómulo León Alegría para que le preparara un cronograma de reuniones con los principales funcionarios públicos relacionados con el sector petrolero. Como se recuerda (ver primera entrega), Canaán acababa de reunirse en Madrid con el mexicano Mario Díaz Lugo, por entonces representante para Latinoamérica de las compañías noruegas Discover Petroleum International (DPI) y Petromarker, así como de otras empresas relacionadas con el negocio de los hidrocarburos. León Alegría, en tanto, trabajaba representando los intereses del dominicano en el Perú.

Canaán comprobó rápidamente la efectividad del ex ministro de Pesquería, pues para el 10 de diciembre éste ya le había agendado citas con César Gutiérrez y Juan Valdivia, quienes entonces ejercían los cargos de presidente de Petroperú y ministro de Energía y Minas, respectivamente. Como ha constatado tanto la Comisión Investigadora del Congreso de la República como el Ministerio Público, ambas reuniones se efectuaron. En ellas, Canaán hizo una presentación en la cual explicaba las bondades de las tecnologías que quería vender localmente: Kurata y Geoprobe.

El método Kurata había sido patentado por una compañía japonesa a la que representaba Díaz Lugo, y ofrecía convertir el petróleo pesado en ligero. A su vez, Geoprobe era una tecnología noruega de análisis electromagnético –de propiedad de Petromarker– que permitía ubicar con un importante grado de certeza los yacimientos petroleros en el fondo marino.

Luego de estas demostraciones, el 11 de diciembre León Alegría le mandó un correo electrónico a Gutiérrez en el cual le señalaba: “Tal como te comenté, el Ing. Fortunato Canaán se permite enviarte estas líneas, para que si lo crees conveniente las consideres en la Carta de Intención que le entregarás el día de mañana (…)” (ver documento).

El texto que León Alegría somete a consideración de Gutiérrez decía lo siguiente: “Por la presente les expresamos nuestro interés de obtener la información referente a exploración electromagnética y de perforación en aguas profundas, que ustedes han desarrollado, para la exploración y explotación de hidrocarburos. Con tal propósito nos gustaría celebrar con ustedes algunas reuniones en nuestra sede en Lima, para que nos muestren en detalle las bondades de su importante y novedosa tecnología, con el propósito de obtener la exclusividad para su uso y promoción en el Perú”.

Queda claro, por tanto, que el objetivo de Canaán y León Alegría era hacer que Petroperú comprara la tecnología Geoprobe. Esto, en el marco del proceso de fortalecimiento y modernización de la estatal peruana (iniciado por la Ley Nº 28244 aprobada durante el gobierno de Alejandro Toledo), que era entendido por ésta como una oportunidad para volver a la actividad exploratoria (Petroperú dejó de hacer exploración petrolera como consecuencia del proceso de preparación para su privatización en el que se vio inmersa desde inicios de los noventa).

Tres días después de recibir la comunicación de León Alegría, Gutiérrez le remitió a Fortunato Canaán y a Mario Díaz Lugo una carta en la que no cambió ni una coma de la redacción que le propusiera el ex ministro aprista; sólo la imprimió en papel membretado con el logo de Petroperú y la firmó (compare las cartas).

En respuesta a la carta de Gutiérrez, entre el 21 y 25 de enero arribó a Lima Díaz Lugo, acompañado del ingeniero mexicano Manuel Hurtado y de Canaán (ver registros migratorios de Canaán y Díaz Lugo). Los tres se alojaron en el Country Club Lima Hotel y la suite presidencial 357 se convirtió nuevamente en escenario de las visitas de los entonces ministros Jorge del Castillo, Juan Valdivia, Hernán Garrido Lecca (ver segunda entrega). Durante su estadía, los representantes de las empresas noruegas volvieron a entrevistarse en el despacho del presidente de Petroperú.

Para Canaán, la alianza con la estatal peruana era clave, como él mismo se encargó de explicitar en el documento conocido como la “Ruta Crítica” o “Proyecto Perú”. Éste contenía indicaciones expresas para León Alegría sobre cómo proceder en el Perú con miras a que DPI pudiera adjudicarse lotes de exploración petrolera. En última instancia, la asociación con Petroperú se asumió como un requisito ineludible para participar en la licitación internacional de lotes que Perupetro preparaba en ese entonces, pues, como se verá en la entrega de mañana, la empresa noruega no estaba en condiciones de hacerlo por sí sola.

Cabe indicar que también se barajó inicialmente la posibilidad de suscribir una alianza con Petro-Tech Peruana (la compañía con la mayor área concesionada para exploración petrolera en el zócalo continental peruano), pero las negociaciones no prosperaron debido a que dicha empresa venía negociando en aquel momento su venta a la colombiana Ecopetrol y la coreana KNOC.

El lote Kugarakori-Nahua-Nanti

En un principio, lo que buscaba Discover era adjudicarse lotes exploratorios en el Perú bajo la modalidad de convenios de evaluación técnica. En particular, a la compañía noruega le interesaba el lote Kugarakori-Nahua-Nanti (lote 157), al cual se le estimaban reservas de gas cercanas a los 2 trillones de pies cúbicos (TCF), es decir, 0.5 TCF más de las que el gobierno le acaba de atribuir jubilosamente al lote 58 de Petrobras.

Véase, en ese sentido, el correo que el 24 de mayo del 2008 León Alegría le envió a Ronald Egúsquiza, entonces gerente general de Perupetro:

“Sentí muy positiva nuestra reunión del pasado jueves. Ahora estoy a la espera de la carta respuesta por la cual nos hacen conocer el acuerdo del Directorio que concedió algunos lotes por la modalidad Convenio de Evaluación Técnica, a Discover Petroleum International. Los noruegos tienen especial interés en explotar de forma conjunta con Petroperú el lote Kugarakori-Nahua-Nanti”.

El 29 de mayo, León Alegría le escribió a Miguel Atala, vicepresidente de Petroperú, para solicitarle que lo ayudara a convencer a la estatal para llegar a un acuerdo que les permita explorar conjuntamente dicho lote:

“El Directorio de Perupetro aprobó darle a Discover Petroleum ese lote, por Convenio de Evaluación Técnica, pero Petroperú lo tenía solicitado para explotarlo en alianza con Petrobras, pero según César Gutierrez los brasileños no tendrían mucho interés y él considera que una alianza con los noruegos es más eficaz. En efecto, de firmarse un acuerdo entre Petroperú y Discover, ellos asumirán los riesgos financieros y técnicos y Petroperú podrá acceder a algún beneficio por la explotación conjunta. El beneficio para el país es indudable y AG [Alan García] lo celebrará” (ver documento).

Como se aprecia, León Alegría se aprovechaba hábilmente del renovado interés exploratorio de Petroperú para ensalzar los beneficios que le traería a ésta la alianza con los noruegos. De hecho, el ahínco de León Alegría responde también a que en su contrato con DPI se estipuló expresamente que una de sus obligaciones era gestionar que la compañía noruega se hiciere de este lote.

DPI finalmente no pudo adjudicarse de manera directa el lote en cuestión, por cuanto éste pasó a formar parte de una licitación internacional que venía organizando Perupetro, que fue lanzada en mayo y cuyos resultados se conocerían el 10 de setiembre del 2008. En vista de ello, el presidente de DPI, Jostein K. Kjerstad, decidió venir al Perú a comienzos de junio junto con otros representantes de la empresa (ver Ficha Migratoria y Agenda) y, tras reunirse con César Gutiérrez; Miguel Atala; Daniel Saba, presidente de Perupetro; Alberto Quimper, vicepresidente de Perupetro; y de visitar el Ministerio de Energía Minas, regresó a su pa&iacu te;s seguro de que todo estaba encaminado.

De hecho, el pequeño road show realizado por los directivos de DPI tuvo efecto. El 14 de junio, Gutiérrez mandó un oficio a Kjerstad en el que le explicitaba el interés de Petroperú de asociarse con DPI para iniciar actividades exploratorias. “En las próximas semanas tendrán novedades cuando se vea este asunto en el directorio de la empresa”, señaló el entonces presidente de la petrolera estatal.

En pos de la alianza

El 25 de julio del 2008, DPI fue considerada apta para postular a la licitación internacional de Perupetro. Tanto León Alegría como Quimper, quien para ese entonces ya venía trabajando en coordinación con el primero para allanar el camino de la petrolera noruega, movieron cielo y tierra para obtener que Petroperú se asociara con DPI.

Así, el 30 de julio, León Alegría le escribió un correo electrónico a Miguel Celi, entonces gerente general de Petroperú y con quien tenía una enorme familiaridad, en el que le indicaba: “Con la finalidad que puedas tratar el asunto en el Directorio de mañana, te envío la carta de DPI suscrita por el Dr. [Ernesto] Arias Schreiber [representante visible de DPI –ver primera entrega–], que en unos minutos llegará formalmente a Petroperú. Es importante proceder al acuerdo para participar juntos en el Proceso de Selección 2008, también para la exploración – explotación del famoso lote Kugarakori-Nahua-Nanti. Es conveniente que mañana logren una definición de [Daniel] Saba [presidente de Perupetro y director de Petroperú] al respecto, en su Directorio también le demandarán dicha definición. Como podrás ver, COMESA [una empresa de exploración petrolera 60% de propiedad de la estatal mexicana Pemex] está acordando una participación conjunta con DPI” (Link al documento). En efecto, la filial de P emex le envió a DPI una carta con dicho tenor, pero en la cual sólo mostraba su interés por iniciar conversaciones.

La carta suscrita por Ernesto Arias Schreiber es un extenso documento en el que DPI señalaba que, habiendo sido calificada como postor para la licitación internacional de Perupetro, estaba en condiciones de asociarse con Petroperú. La comunicación hace alusión a la supuesta solvencia financiera y tecnológica de DPI y al apoyo que tendría de Comesa (aun cuando éste nunca fuera confirmado).

Unos días después, Quimper intervino a favor de los noruegos. El 7 de agosto le remitió un correo electrónico a Saba, en el cual adjuntó un escrito que tenía como única finalidad que Petroperú fuera calificado como postor en el concurso de lotes del 10 de setiembre. Solicitó que el tema fuera visto en el directorio de Perupetro, donde se discutiría sobre la conveniencia de que Petroperú regresara a la actividad exploratoria. Hacía 16 años que la petrolera estatal no exploraba y, por este motivo, no existía un convencimiento real sobre el asunto. Si bien la Ley Nº 28244 facultaba a la estatal a efectuar tareas de exploración y explotación, esto último no estaba exento de cuestionamientos (ver documento).

Ahora, Quimper fue más allá y no sólo argumentó que Petroperú debía postular, sino que se le debía calificar con el máximo puntaje (20) por ser una empresa “epónima” del Estado peruano. Da la casualidad que ésta es, justamente, la razón por la que los noruegos deseaban asociarse con Petroperú (ver documento). Al ser DPI una empresa pequeña con un escaso nivel de facturación y con pocos años de experiencia (fue fundada recién en el 2005, por lo cual no tenía ningún pozo en explotación), precisaba de un aliado que le ayudara a obtener un puntaje alto al momento de ser calificada.

El mismo documento fue enviado al entonces ministro de Energía y Minas, Juan Valdivia, y a Gutiérrez. Más tarde, con algunas modificaciones, sería remitido a la congresista aprista Luciana León, hija de León Alegría, para que lo hiciere aprobar en la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República. Esta gestión finalmente no se realizó, puesto que la comisión evaluadora de la licitación internacional de Perupetro accedió al pedido de calificar a Petroperú.

Mientras tanto, León Alegría le escribió a Gutiérrez el 8 de agosto para solicitarle que aceptara la asociación exploratoria con DPI, especialmente en lo relativo al lote Kugarakori-Nahua-Nanti (lote 157). Le dijo que tomara en consideración los argumentos de Quimper y que elevara al directorio de la estatal el pedido. En ese sentido, le adjuntó el informe legal que Quimper preparó para la ocasión.

Tras insistir arduamente, León Alegría finalmente consiguió que Miguel Atala, vicepresidente de Petroperú, organizara un desayuno en su casa e invitara a César Gutiérrez (ver documento), para que pudieren profundizar más sobre los alcances de la asociación. Luego de ello, León Alegría le escribió una nueva carta al presidente de Petroperú, en la cual expuso los beneficios de lograr un acuerdo con DPI. El ex ministro aprista aprovechó la ocasión para hablarle también de otros temas que quería trabajar con la petrolera estatal, como la licitación para modernizar la refinería de Talara (en la que abogaba por un consorcio venezolano-estadounidense), el transporte de gas de cabotaje, la venta de asfalto , entre otros.

Sin política de asociaciones

Cuando se lanzó originalmente la licitación internacional de Perupetro en mayo, César Gutiérrez declaró a la agencia Andina que Petroperú no se presentaría. “Gutiérrez descartó que Petroperú vaya a participar en la nueva licitación de lotes con potencial de hidrocarburos que llevará a cabo Perupetro. ‘Con el proyecto de exploración de los lotes de selva tenemos bastante copada la cartera de exploración de proyectos de Petroperú’”, citó la agencia estatal. Es decir, a la petrolera nacional no le interesaba o no estaba en condiciones de presentarse a este concurso. Curiosamente, tan sólo tres meses después firmaría un acuerdo con DPI y con Pluspetrol para participar en el mencionado concurso. Aparentemente, Gutiérrez cambió de parecer entre mayo y agosto del 2008.

Cabe indicar que, al analizar la política de asociaciones que guió el accionar de Petroperú en su relación con DPI, la Contraloría General de la República determinó que la estatal peruana no había aprobado ninguna en particular, por lo cual este tipo de asociaciones se realizaba de manera discrecional. Los exámenes efectuados por el órgano de control mostraron que, luego de que en el 2004 se excluyera a Petroperú de los procesos de privatización y el 2006 se promulgaran las normas para su fortalecimiento institucional, no se produjo ningún cambio estructural al interior de esta empresa encaminado a asumir los nuevos roles que se le otorgaron (como, por ejemplo, la posibilidad de asociarse para explorar, como ocurrió en este caso).

A la fecha no existe una unidad orgánica responsable de estos procedimientos, ni tampoco se ha definido cuáles son los parámetros que deben cumplirse antes de cerrar una asociación de este tipo. Así, en los últimos años Petroperú se ha venido aliando con una serie de compañías (como estaciones de gas natural vehicular, además de firmar seis convenios de evaluación técnica en las que participa con Petrobras y Ecopetrol) sin un marco legal que regulara tales vínculos.

De acuerdo con un funcionario de la Controlaría que accedió a hablar con SE.com bajo la regla del anonimato: “Falta una unidad orgánica responsable, faltan procedimientos claros para asociarse y, sobre todo, falta planificación que determine en dónde, para qué y con quién debe y puede Petroperú consorciarse”.

Tal situación explica por qué en mayo del 2008 Gutiérrez podía indicar que la empresa que dirigía no estaba interesada en participar del concurso que realizaba Perupetro, y luego, tres meses después, apareciera a lado de Jostein K. Kjerstad celebrando la obtención de cinco lotes para la exploración.

De hecho, el ex presidente de la estatal se defiende afirmando que la ley no le fijaba un plazo para efectuar las modificaciones estructurales que Contraloría reclama que no se hicieron. Gutiérrez agrega que era necesario llevar a Petroperú nuevamente al terreno exploratorio y que lamentablemente no había muchas empresas interesadas en asociarse con ella.

Se cierra el trato

Desde diciembre del 2007, César Gutiérrez, presidente de Petroperú, se reunió repetidas veces con Fortunato Canaán, los ejecutivos de DPI y Rómulo León Alegría (quien fue 19 veces a las oficinas de la petrolera estatal entre enero y setiembre del 2008, sobre todo a buscar al gerente general, Miguel Celi). Gutiérrez mantuvo amplia correspondencia con ellos y, dada la libertad que tenía para decidir con quién se asociaba la petrolera estatal, fue quien selló la alianza entre ésta y la empresa noruega.

El paso decisivo lo dio el 20 de agosto. Ese día, el directorio de Petroperú tuvo en su agenda un punto vital: Pluspetrol acababa de confirmar que sólo tenía interés en explorar junto a la petrolera estatal un lote en la cuenca del Titicaca. Petrobras, en tanto, había decidido meses atrás no participar en la licitación internacional. Esta información se le había comunicado a Petroperú el 18 de agosto, pero la confirmó el 20. Dadas las circunstancias, las opciones de DPI crecieron enormemente. Gutiérrez decidió no esperar más y le dirigió una carta a Ernesto Arias Schreiber, el representante formal de DPI en el Perú, para decirle que aceptaba la asociación con la petrolera noruega. Líneas abajo, le enumeró las condiciones del acuerdo, la principal de las cuales consistía en distribuir la participación en la asociación de la siguiente forma: 35% para Petroperú y 65% para DPI. Además, esta última debía asumir todos los gastos exploratorios.

A las 10:23 am de ese mismo día, llegaron a Petroperú León Alegría, Arias-Schreiber y Quimper para entrevistarse con Miguel Celi. La reunión está descrita en un correo que el ex ministro aprista le envió al día siguiente a Gutiérrez:

“Ayer [20/08] tuvimos la reunión con Miguel Celi, el Ing. Luis Suárez y una abogada [Tatiana Urrunaga]. Por nuestra parte asistimos Alberto Quimper [es decir no fue en su calidad de vicepresidente de Perupetro, sino como abogado de Discover], Ernesto Arias Schreiber y yo. Nos pusimos de acuerdo rápidamente, se envió a Perupetro la Carta de Participación Conjunta, cuya copia adjunto y se establecieron algunas pautas generales para el contrato que firmaremos la primera semana de setiembre, que estarán en Lima los noruegos. Como ya sabes, los lotes en que tenemos mutuo interés son: dos off shore uno frente a Lima y otro frente a Pisco, uno en la cuenca de Madre de Dios y otro en la cuenca del Marañón (entre el lote 116, 144 y 64). Ten la seguridad de que nuestra participación será un éxito para el país y un gran logro para tu gestión. Si Petroperú toda vía no ha instituido un Reconocimiento al Mérito, espero que lo hagas pronto para que me puedas conceder la medalla”.

Efectivamente, se pusieron de acuerdo rápidamente, pues la carta de participación conjunta ingresó a Perupetro a las 12:17 pm del mismo 20 de agosto, según el sello de recepción. Aun cuando habían transcurrido un año y nueve meses desde la primera reunión entre Gutiérrez, Canaán y León Alegría, llama poderosamente la atención que la formalización del negocio entre Petroperú y DPI se haya dado en cuestión de un día.

El oficio enviado por Gutiérrez a DPI recién llegó el 26 de agosto (según los cargos en poder de la Contraloría) y fue oficialmente contestado el 27 de ese mes por Arias Schereiber. En la respuesta, el representante de la empresa noruega señaló que ésta estaba de acuerdo con todos los términos, salvo con uno que solicitó reconsiderar: pidió que la distribución de las participaciones en la asociación fuese de 20%-80% y no de 35%-65%, como había pedido originalmente Petroperú. Este cambio se sustentaba en que todos los gastos serían efectuados por la petrolera escandinava. Finalmente, Arias Schreiber indicó que los acuerdos definitivos podrían estar listos la primera semana de setiembre, c uando la plana mayor de DPI estuviera en Lima. “Tenemos agendado para el 4 de setiembre una cita con el señor Miguel Celi para discutir los últimos detalles”, escribió.

Es decir, cuando se envió la carta de participación conjunta a Perupetro no se habían acordado todos los detalles. Recién el 27 de agosto la abogada de Petroperú, Tatiana Urrunaga mandó los términos de la asociación a León Alegría. El apuro tiene una explicación sencilla: el 28 de agosto se cerraba el plazo para presentarse como postores en la licitación internacional de Perupetro.

Sin perjuicio de ello, la Contraloría detectó también que en las negociaciones entre DPI y Petroperú no participó Ernesto Barrera Tamayo, gerente de planeamiento de la petrolera estatal. Barrera estuvo presente a lo largo de todo el proceso de asociación que dicha empresa llevó a cabo con Petrobras, Ecopetrol y Pluspetrol, pero no asistió a ninguna de las reuniones con los directivos de la firma noruega. Quien sí asistió, como quedó registrado en el correo electrónico citado líneas arriba, fue Luis Gregorio Suárez López, miembro de la “unidad de exploración y explotación” de Petroperú. Para la Contraloría es incomprensible que a estas reuniones no haya asistido un gerente de línea como Barrera, sino un funcionario de inferior rango.

De hecho, Suárez se mantuvo en comunicación con León Alegría. En un correo que el ex ministro de Pesquería le dirigió a Gutiérrez el 28 de agosto del 2008, le dijo: “Estoy en contacto con el Ing. Luis Suárez quien generosamente me ha orientado con información profesional”. Aparentemente, Celi había destacado a Suárez para que cumpla con esta tarea. A la Contraloría le llamó la atención igualmente que en los acuerdos a los que llegó Petroperú con otras compañías –como Pluspetrol, por ejemplo– se tomaron ciertas precauciones y hasta se establecieron algunos mecanismos de control (se cuenta con abundante documentación y correspondencia sobre las discusiones y acuerdos a los que se llegaron) antes de firmar los contratos de asociación. Todos estos acuerdos fueron aprobados en el Directorio. En cambio, esta situación no ocurrió con DPI. Hasta la fecha, las razones por las cuales la petrolera estatal decidió asociarse con DPI no están para nada claras.

Recién el 8 de setiembre –el mismo día en que se abrieron los primeros sobres de la licitación internacional– Petroperú anunció esta particular asociación. En el comunicado oficial quedó expuesto claramente lo que para los noruegos significaba el acuerdo: “a Discover Petroleum le interesa asociarse con la empresa estatal por su tamaño empresarial, ya que esto tendrá un peso importante en la calificación para obtener la buena pro. El máximo puntaje se otorgará a la empresa que facture más de US$500 millones y Petroperú factura más de 2,800 millones, entonces nuestra participación aporta mucho y eso nos ayudó en esta negociación”, conforme refirió César Gutiérrez.

¿Qué ganaba en cambio Petroperú? Nadie entiende mucho ese crucial punto, pero los que sí buscaron beneficiarse a todas luces fueron Rómulo León Alegría, Alberto Quimper y Ernesto Arias Schreiber, quienes solicitaron un “honorario de éxito” de US$100,000 para cada uno (escuchar petroaudio). En el caso de León Alegría hubo pedidos de hasta US$300,000 (ver documento de Ernst & Young).

Fuente: /www.voltairenet.org

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