La diferencia de edades es un factor positivo en la relación de pareja. Ahora que está de moda que la mujer sea mayor que el hombre, un estudio demuestra que la clave de la felicidad es justamente al revés: ellas deben ser menores.

Aunque conforman la “pareja perfecta” de Hollywood, Demi Moore y Ashton Kutcher están condenados a divorciarse tarde o temprano. Y la causa sería justamente aquello que los hace tan especiales: el hecho de que ella sea mayor que él.

Es que, a pesar del aumento de las relaciones de mujeres mayores con hombres jóvenes, una investigación realizada por expertos de la Universidad de Bath, Estados Unidos, reporta que, para la felicidad de un matrimonio, sigue siendo mejor que el hombre sea mayor que la mujer.

Y si, además, la mujer tiene una educación superior que la del marido –o, simplemente, es más inteligente– se puede asegurar que esa relación de pareja durará hasta que la muerte los separe.

Para el estudio, publicado en la revista European Journal of Operational Research, se analizaron las entrevistas con cerca de 1.500 parejas, casadas o en una relación comprometida, y se hizo el seguimiento de, al menos, mil durante cinco años, para ver cuáles habían sobrevivido.

Los investigadores descubrieron que si la esposa es cinco o más años mayor que el marido, hay tres veces más probabilidad de que el matrimonio acabe en divorcio que si tienen la misma edad. ¡Con razón Laura Bozzo y Cristian Zuárez terminaron! Su relación estuvo destinada al fracaso desde el principio.

Por el contrario, si él es mayor que ella, las posibilidades de felicidad marital se incrementan.

El divorcio: mala estrella

De otro lado, aquellos que jamás se han divorciado tienen mejores perspectivas, pero las parejas en las que sólo una de las partes se ha divorciado son menos estables que aquellas en las que ambos son divorciados.

El doctor Emmanuel Fragniere, quien encabezó el estudio, dice que hombres y mujeres escogen pareja en base “al amor, la atracción física, la similitud de gustos, creencias y actitudes y valores compartidos”.

Según Fragniere, valerse de “datos objetivos” como la edad, el nivel educativo y el origen cultural, “podría reducir el número de divorcios”.

Por cierto, no se trata de incentivar la proliferación de “viejos verdes”, aquellos caballeros sesentones que dejan a su pareja de años para ir detrás de alguna veinteañera que calme sus ímpetus hormonales. Fragniere y compañía se refieren a parejas donde la diferencia de edad no es excesiva, para que puedan compartir intereses y pasatiempos.

En cuanto a la diferencia cultural, no se ha dado una explicación. Probablemente, se trata de que una mujer mejor formada intelectualmente podrá conducir apropiadamente la relación.

Fuente: La República

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