Day: 8 julio, 2009

México, secuestro masivo de centroamericanos

Publicado el : 31 Octubre 2009 – 11:29 de la mañana | Por Marta Durán de Huerta
En México, las policías, agentes de migración y traficantes de personas siempre han abusado y robado a los indocumentados.

Ahora, los secuestran y los someten a las peores vejaciones. Si no pagan el rescate son asesinados a machetazos o quemados vivos frente a los demás, para infundir terror.

“¡Somos Los Zetas y éste es un secuestro!”.

Los migrantes centroamericanos más pobres, viajan por su cuenta de polizontes en trenes de carga mexicanos que parten de Chiapas en la frontera sur y llegan a Tamaulipas, en la frontera con los Estados Unidos. En el camino, en zonas lejanas a cualquier ciudad o pueblo, comandos armados en los que participan los Zetas, policías, agentes de migración, Maras salvatruchas y bandas de criminales locales, detienen el tren y capturan a todo el que pueden. Se llevan a los cautivos ranchos escondidos en la selva o casas de seguridad y los obligan a desnudarse. Les quitan todas sus pertenencias, los golpean con tablas de madera, violan masivamente a las mujeres y después exigen el rescate. Cada cautivo debe llamar a su familia y pedir desde trescientos a dos mil dólares por persona.

Quien no quiere llamar a su familia o quin no tiene dinero para pagar, es asesinado frente al grupo de la manera más atroz: a machetazos, mutilando su cuerpo miembro por miembro o quemado vivo. Las mujeres bonitas son vendidas por tres mil dólares y no se vuelve a saber de ellas.

Los Zetas, los zetitas y las policías
Los Zetas es un grupo de soldados de élite del Ejército mexicanos que fueron entrenados en Estados Unidos para combatir al narcotráfico. A su regreso a México, el Cartel del Golfo les ofreció mucho dinero y toda esa unidad antinarcóticos se pasó del lado de los narcos. Los zetas empezaron como sicarios y guardias del capo Osiel Cárdenas, pero ahora, se les considera un cártel en sí que ha logrado infiltrar las instituciones a nivel local, regional y federal.
Pedro Pantoja, director de la casa Belén Posada del Migrante en Reynosa Tamaulipas, responsabilizó a los Zetas de secuestrar y extorsionar a los indocumentados. Este centro de derechos humanos, desde 2004 investiga los abusos que se cometen en contra de los centroamericanos en su tránsito por México.
Los Zetas, los traficantes de indocumentados y las bandas locales de delincuentes comunes, son protegidos por las policías y autoridades a lo largo de la ruta de los migrantes.
“Aquí Los Zetas se enteran de muchos de los operativos antes que las mismas jefaturas militares. Tienen oídos en todas partes”, le contó un policía al periodista salvadoreño Oscar Martínez.
Los zetitas son las bandas de extorsionadores y ladrones locales que fueron sometidas por los Zetas y ahora trabajan para ellos. Los Zetas con ayuda de los Zetitas, dominan toda la ruta.
Oscar Martínez descubrió en sus investigaciones que “Los Zetas le cobran entre 5 mil y 20 mil dólares mensuales a cada banda de zetitas que tienen en esta zona, y aún así a las bandas les queda dinero para ellos y para sobornar autoridades. Ellos sacan dinero del tráfico de drogas, balas y granadas. Los migrantes son su tercer negocio”.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y la iglesia Católica en México, coinciden en que entre Tenosique, Tabasco, y Reynosa, Tamaulipas, el traslado de personas es negocio exclusivo de los Zetas.

El puente minado
México es cada año zona de paso de cerca de 300 mil indocumentados que en su mayor parte cruzan el país hacia Estados Unidos. En lo que va del año, el Ejército ha liberado a más de 550 secuestrados. La mayoría de los casos quedan impunes. Los centroamericanos que escapan a de sus captores o que pagan el rescate quieren salir de México lo antes posible. Los pocos que se atreven a denunciar descubren que los policías a los que acudieron fueron sus secuestradores. En otros casos, no se les toma declaración o se les asesina.
Los migrantes tienen miedo de que en cuanto vayan a declarar, en el mejor de los casos, los atrapen y los deporten. Solo a los grupos de derechos humanos, a las casas de migrantes y a algunos periodistas les cuentan sus penas.

El verdadero amor al prójimo
Algunos migrantes han logrado escapar y se refugiaron en las iglesias o en las llamadas Casas del Migrante que son centros de asistencia legal, médica y jurídica que ofrecen algunos sacerdotes católicos que luchan por el respeto a los derechos humanos.

Las casas del migrante han documentado ampliamente los horrores que sufren casi todos los indocumentados hondureños, guatemaltecos y nicaragüenses. Los religiosos son quienes han dado la voz de alarma, los que han entablado denuncias legales y como era de esperarse, son hostigados y agredidos constantemente.
El coordinador de Movilidad, de la Pastoral Humana, de la Iglesia Católica, Alejandro Solalinde Guerra hizo las denuncias penales correspondientes.

El informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
Entre diciembre de 2008 y junio de este año, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) documentó el secuestro de unos 10 mil centroamericanos; un promedio de 54 al día, sobre todo en el sureste de México. Los datos del informe los proporcionaron las casas de ayuda al migrante.

Peor que el infierno
La periodista Ana Lilia Pérez recogió el testimonio de Elizabeth, una hondureña que sobrevivió al secuestro. Ella fue violada por lo menos una vez al día por cada uno de sus 14 captores durante 15 días en una casa de seguridad en Reynosa.
“Todos los días nos amenazaban, nos decían que nos iban a quemar o a cortar un brazo; afilaban un hacha delante de nosotros y nos la pasaban cerca de un brazo o de la pierna. También nos ponían pistolas. A todos nos daba mucho miedo, pero a pesar de eso, yo creí que no se atreverían a matarnos, hasta que un día sacaron de su lugar a un muchacho y le dijeron que ya tenía más de dos meses ahí, que ni el gobierno mantenía a los “pendejos” como él y que si no pagaba no saldría vivo.

Luego uno de los secuestradores se puso una bata para cocinar, afiló el cuchillo y les dijo a los otros que se lo sujetaran. Lo agarraron de los brazos y las piernas y le dio un machetazo en el brazo; lo corto de uno solo. Luego le cortó una pierna. El muchacho gritaba y lloraba mucho, igual que nosotros que vimos como lo hacían pedazos. Luego le cortó el otro brazo y la otra pierna, pero ya para entonces el muchacho se había muerto de dolor. Entonces fue cuando dio la orden de que trajeran una bolsa de basura y ahí echó los brazos y las piernas del muchacho. Después de ver eso, muchos migrantes dieron los teléfonos”.

El importantísimo papel de la prensa honesta
Ana Lilia Pérez y el fotógrafo David Cilia de la revista Contralínea tienen una de los primeros reportajes de denuncia.
Los periodistas que han ido allá son muy valientes. Han dado voz a quienes nadie escucha.
El periodista salvadoreño Oscar Martínez y el fotógrafo catalán Toni Arnau, hicieron una excelente investigación que se convirtió en un documental titulado, En el Camino.
Otra película que aborda el tema de la inmigración de Centroamérica a Estados Unidos es ‘Sin Nombre’, producida por los actores mexicanos Diego Luna y Gael García Bernal.

El cineasta mexicano Pedro Ulteras trabajó dos años en el documental titulado El viaje de la Bestia, apodo que dan los migrantes al tren que va de la frontera sur a la del norte. Pedro Ulteras siguió el recorrido de los indocumentados, que sin secuestro puede durar tres semanas. Ulteras viajó, convivió, habló con los indocumentados a los largo de muchos meses. Cuando la película estuvo lista, el cineasta declaró: “Se abusa del inmigrante centroamericano a todos los niveles, autoridades locales, policías y militares. Se cometen tremendas infamias, tantas, que me da vergüenza ser mexicano.”

Fuente: Radio Nederland (más…)

La corrupción es la base del capitalismo

Rusia

Leonid Kalashnikov
Politrussia.ru

Traducido del ruso para Rebelión por Josafat S. Comín

El secretario del CC del PCFR Leonid Kalashnikov tomó parte en la “mesa redonda” en la redacción del portal “Prensa libre”, dedicada a la lucha contra la corrupción. En la tertulia, en la que participaron representantes del partido Rusia Justa, de organizaciones sociales y empresariales, Kalashnikov defendió el punto de vista de los comunistas acerca de este candente problema que tanto preocupa a la sociedad.

Mis oponentes en esta mesa redonda, o no ven o no pueden- debido a sus ideas políticas- reconocer lo evidente: bajo el capitalismo la corrupción es por principio invencible. De hecho, la corrupción es una de las bases de la existencia del capitalismo.

Por un lado tenemos al capitalista que puede legalmente obtener unos beneficios que superan en miles de veces los ingresos de la mayoría de los ciudadanos. Y por otro, encontramos al funcionario, cuyo salario es bueno en comparación con los míseros ingresos de los pensionistas y maestros, pero que es muy inferior al del capitalista. Y por cuanto ningún país en el mundo puede hoy renunciar a la regulación de la economía por parte del estado, este funcionario toma decisiones de las que dependen los negocios del capitalista. Con eso es suficiente. Estos dos personajes simplemente no pueden evitar incurrir en conductas corruptas.

Por eso, ya podemos discurrir las leyes anticorrupción que queramos, que luego los diputados vendidos las vaciarán de contenido en el parlamento, mientras los funcionarios corruptos terminarán de anular su cumplimiento de la forma más efectiva. Podemos crear nuevos órganos de control anticorrupción. Y por encima, nuevos órganos para controlar a los controladores. Pero en el capitalismo, todo esto no hará sino incrementar el número de funcionarios que aceptan sobornos.

Por eso toda la campaña actual del gobierno de lucha contra la corrupción no deja de ser mera propaganda, palabrería hueca.

En la Rusia de hoy día, la mayor parte del beneficio capitalista tiene su origen en la corrupción. La fundación “INDEM” calculó el volumen de sobornos que los funcionarios reciben de los empresarios en 318 mil millones de dólares al año. Y no es una cifra que se hayan sacado de la manga; la han obtenido entrevistando a un gran número de hombres de negocios. Pero estoy convencido que una cifra similar la podemos encontrar en el mercado de la corrupción dentro del mundo de los negocios. Allí cualquier acuerdo va acompañado muy a menudo de sobornos y “agradecimientos”. Por ejemplo, nadie me negará, que la mayoría de los proveedores de productos de alimentación tiene que pagar sobornos para que sus productos terminen en los mostradores de las cadenas de supermercados. Luego vendrán los “pagos en agradecimiento” por haber abonado la mercancía en el plazo acordado. Y todos estos sobornos y agradecimientos, se acaban cargando en el precio final, claro está. Y es el consumidor el que a fin de cuentas acaba pagando. Así vemos como un litro de leche, comprado al productor por 8-10 rublos, acaba costando 30-50 en la tienda.

A modo de comparación, pensemos que en el año más boyante previo a la crisis, el 2007, el beneficio de todas las empresas rusas ascendía a 200 mil millones de dólares. Es decir que la cifra de ganancia oficial capitalista es varias veces inferior a la del mercado de la corrupción. ¿Alguien puede pensar que se puede vencer la corrupción en el capitalismo?

La señora Panfílova (directora del centro Transparency International Russia) asegura, sin inmutarse, que a lo largo de la historia de Rusia nunca se ha luchado contra la corrupción. Debemos concluir entonces, que hemos de ponernos los pantalones y salir corriendo a aprender a luchar contra la corrupción en los comúnmente conocidos como países “civilizados”. Aportan mis contertulios índices de corrupción confeccionados por organizaciones internacionales supuestamente independientes. Vean las tablas: la primera veintena son casi todo países integrantes de la OTAN. Mientras que los países sobre los que Occidente presiona, aparecen en los puestos vergonzantes. Como diciendo: los que están hasta el cuello de corruptos son ellos. ¿Alguien puede pretender que creamos en esas estadísticas?

¡Pero fíjense a quién nos ponen de ejemplo!, ni más ni menos que a los EEUU, donde el hasta hace poco número dos, Richard Cheney vendía a través de su compañía Halliburton combustible para las tropas destinadas en Iraq, a precios por encima de mercado. Y se libró como si nada. Cierto que a gente menos importante si la pueden meter en la cárcel. O por ejemplo John Cockerham funcionario del Pentágono implicado en sobornos multimillonarios. Pero en los EEUU los miembros de la élite gobernante pasan con total naturalidad de ocupar cargos en la administración a sentarse al frente de importantes corporaciones. ¿Y es ese un ejemplo para todo el mundo de lucha contra la corrupción?

No es ahí señores donde han de buscar la medicina contra la corrupción. El PCFR en su programa con el que se presentó a las elecciones locales de Moscú, proponía la creación de una Inspección social anticorrupción con todas las competencias, que funcionase de modo rotativo a imagen de los tribunales populares. Es decir, una Inspección compuesta por gente de a pie, en lugar de funcionarios, a los que mientras realicen la función de inspectores se les compensaría su salario en su lugar habitual de trabajo. Se podrá decir que sería una inspección no profesional. Pero lo importante aquí es que no sea gente que pertenezca a la nómina de funcionarios. Tendrían el sentido común necesario para destapar los casos evidentes de corrupción. Seguiremos insistiendo en esta idea. ¿De dónde la hemos sacado? Bueno, no deja de ser un “Rabkrin”-Inspección de obreros y campesinos, creada por iniciativa de los comunistas en 1920- actualizado. Durante toda la época soviética funcionaron organismos similares. Desde 1934 en el trabajo de control estatal participaron decenas de miles de diputados de los soviets locales, representando a todas las capas de población.

Por supuesto que no se puede decir que en la URSS no hubiese corrupción. La había, sobre todo en las repúblicas que integraban la unión. Pero en comparación con el desmadre actual, es como la noche y el día. Debemos comprender algo muy sencillo: para el socialismo, la corrupción es como una enfermedad infantil, mientras que para el capitalismo, la corrupción es como el esqueleto. Y a un organismo vivo no le puedes arrancar el esqueleto.

De manera que el único modo de vencer a la corrupción es recuperando el socialismo. Pero mientras, hay que implicar al máximo a los ciudadanos en la lucha contra la corrupción.

Fuente: http://www.politrussia.ru/life/56948.html

Fuente: Rebelión.org (más…)