Day: 8 julio, 2009

Imágenes muy chocantes

Tal vez hayan visto estas imagénes, pues data desde el año 2006, pero hay que verlas siempre para no olvidar, el abuso de poder por parte de un hombre egoista, intolerante, ambicioso, no por la paza o la libertad, sino en el fondo es obtener más poder sobre otros y someterlos, en el fondo son los intereses económicos de grupos de poder. creo que los estados son simples serviles de las transnacionales, y éstas condicionan a los gobernantes genuflexos a obedecerlos sin quieren mantenerse en el poder, de lo contrario golpe de estado, golpe militar o golpe blando.

——>Esas imágenes que los Estados Unidos no quieren ver

PULSE AQUÍ>——>Genocidio del pueblo iraquí

Fuente: www.voltairenet.org (más…)

1era parte: Solidaridad activa con Santo Tomás de Pata

Fuente: trasnochandomuyseguido-rosa.blogspot.com (más…)

Carta abierta de un varón a otro varón

? Carta abierta de un varón a otro varón

EXTRACTO DEL LIBRO ‘ LA MASCULINIDAD TÓXICA’ DE SERGIO SINAY. EDICIONES B, ARGENTINA, 2006

‘Querido congénere:

Esta carta no podía tener otro destinatario que no fueras vos. Nadie podría entender mejor de qué hablo, qué quiero decir. Querido congénere, vos y yo, varones ambos, estamos en peligro de extinción. Así como nos mandaron a vivir nuestras vidas de hombres, así como nos mandaron relacionarnos con las mujeres, con nuestros hijos, con las cosas, con los seres, con el mundo, así no va más.

Te quiero contar cosas que escucho, que siento, que pienso, que vivo y que veo, cosas que nos involucran y que, quizás, no ignoras y te preocupan tanto como a mí. Veo mujeres tristes, desalentadas, resignadas a no encontrarse emocionalmente con nosotros, a no contarnos como compañeros de vida, digo como verdaderos compañeros de vida, como hombres dispuestos a explorar con ellas los espacios desconocidos del afecto, a confiar en que nuestras diferencias nos enriquecerán, dispuestos a mirarlas con cariño, con ternura, con humor, además de con deseo. Veo mujeres que no nos entienden ni se sienten entendidas por nosotros, mujeres que han hecho hasta lo imposible por comunicarse (y debo decirte querido congénere, que a menudo hacen de más, se ponen demasiado ansiosas, sofocan, se adelantan a nuestros tiempos). Han hecho hasta lo imposible guiadas por la mejor, la más amorosa de las intenciones. Y hoy a muchas las veo y escucho resignadas a convivir con hombres que siempre serán extraños y lejanos o, directamente, a prescindir de ellos. Muchas mujeres prefieren compartir su tiempo con otra u otras mujeres: reciben más afecto, más comprensión, más compañía (aunque le falte el tipo de compañía, comprensión y afecto masculinos que tienen otra energía, otra vibración, no opuesta sino complementaria) . Hay mujeres a las cuales empezamos (sólo empezamos) a resultarles prescindibles. Y si prescinden de nosotros, ellas estarán sin hombres, pero los que estaremos verdaderamente solos seremos nosotros, te lo aseguro. Nosotros, los varones sabemos muy poco, o nada, de estar solos, salvo en las trincheras o arriba de un ring. Y aún así, nos damos el dudoso lujo de aislarnos.

Por las dudas, te lo aclaro: cuando digo que las mujeres acabarán prefiriendo estar con mujeres, no hablo de sexo. Lo aclaro porque sé que los varones sabemos poco de intimidad, simplificamos y nos confundimos. Estarán juntas de un modo que nosotros no sabemos estar entre nosotros. Espero que entiendas. Y si no, hermano, espero que empieces a aprender a entender.

Veo y oigo, también, a muchos hijos desalentados. Ya no hacen más esfuerzo por acercarse a sus padres, ya no esperan que sus padres se acerquen a ellos, quiten el candado de la distancia emocional, compartan sentimientos, sensaciones. Ya no esperan que sus padres se interesen de verdad por lo que a ellos o ellas (hijo, hija) les pasa, ya no aspiran a ser revalidados por la amorosa y firme mirada paterna. No sé si te ocurre, no sé si te ha tocado, pero he sido testigo u oyente de muchas palabras de hijos desalentados. Dicen cosas como ‘A mi viejo no vale la pena pedirle nada, nunca tiene tiempo, siempre está ocupado’. O dicen: ‘Me hubiera gustado verlo en la entrega de diplomas, me hubiese gustado que estuviera allí (y no en una reunión o jugando al tenis o llevando el coche al taller) el día que traje a mi novia por primera vez a casa’. O dicen: ‘Me gustaría no sentir este silencio incómodo cuando nos quedamos solos. Me gustaría que me mire a los ojos cuando me habla. Me gustaría que no opine sobre todo lo que digo. Me gustaría que me escuche sin juzgarme. Me gustaría que alguna vez me prohíba algo y me lo explique, así puedo aprender. Me gustaría que no me trate como a un amigo, que no se haga el pendejo, que no me robe mi manera de hablar; necesito sentir que es mayor que yo, que tiene otra experiencia, que sabe cosas que no sé, que podré confiar en él si me pierdo. Y así, con un padre pendejo, no puedo. Y paso vergüenza ante mis amigos, porque encima no funciona como pendejo’.

Muchos de esos hijos, hermano varón, ya no buscan a sus papás, se han resignado a perderlos emocionalmente o a tenerlos sólo como proveedores. Y eligen como confidente a mamá. Ella, que nunca fue varón, que no se siente como varón, que carece de experiencia de varón, tiene que explicarles desde qué hacer con una chica (¡yo tampoco lo creía hasta que fui testigo varias veces!), hasta como enfrentar una situación temida. Para esos hijos pronto seremos prescindibles. Ellos se quedarán, funcionalmente, sin padre, les será doloroso pero seguirán adelante con su vida, aprenderán a ser hombres de alguna manera, acaso sean buenos hombres. Los que nos vamos a quedar de veras solos somos nosotros.

No sé si te pasa, no sé si lo sientes, observo cada vez más hombres que desconfían de otros hombres, que los ven como enemigos, como obstáculos, o a lo sumo los ven como instrumentos, como medios. ‘Este tipo me sirve o no me sirve, lo tengo que cuidar o lo tengo que cagar’. Escucho eso, lo escucho con una frecuencia que me alarma. Pasa en las empresas, en la política, en la vida social, en los clubes, en las agrupaciones profesionales. Veo cada vez más hombres enceguecidos por la ambición, a los que no les importa qué precio (moral, en salud, en dinero, o reputación) hay que pagar para tener. Tener, ésa es la palabra, hermano varón. Tener poder, mujeres, plata, casa, cosas (no importa qué cosas: cosas). Cuando hay tan poca solidaridad, tan poca empatía, tan poca camaradería entre los varones estamos mal, hermano varón. Nos quedaremos solos, solos entre nosotros, solos y en guardia, solos y enfermos.

Cada vez veo más hombres deprimidos, hombres que no duermen, hombres que parecen pastilleros ambulantes (viagra, alopidol, alplax, clorazepán, ansiolíticos, sedantes, antiácidos, antiinflamatorios, analgésicos, farmacias que caminan), hombres que desoyen todos los síntomas con que sus cuerpos les hablan, hombres con dolores, con malestares físicos o emocionales a los que prefieren no atender. Morimos antes de tiempo o llegamos estropeados a nuestra vejez. Necesitamos, para nosotros y para otros, llegar vivos a la hora de nuestro final, con capacidad para convertir nuestras experiencias en sabiduría y para hacer de nuestra sabiduría una herramienta al servicio de nuestros afectos y nuestro mundo. Pero la gran mayoría de nosotros estamos llegando vacíos, sin nada para transmitir, habiendo acumulado vivencias como quien junta fotos, pero sin haberlas transformado en algo trascendente.

Así no va más, hermano varón, querido congénere. Con nuestra violencia, con nuestra ausencia de perdón, de comprensión, de flexibilidad, estamos destruyendo el mundo. Digo nosotros, digo los varones, no es un ‘nosotros’ abstracto. Digo los hombres (no digo ‘la humanidad’), los que tenemos pito y voces gruesas y pelos en todas las partes (a veces no en la cabeza). ¿Se entiende, muchacho? Digo que los varones, con nuestro maldito mandato machista, ya hemos hecho mucho daño y ya nos hemos hecho mucho daño a nosotros. Así, no va.

Seremos prescindibles para las mujeres. ¿Quien nos hizo creer que estarán siempre a nuestros pies, muertas por nuestros pitos? Seremos prescindibles para nuestros hijos. La paternidad biológica es solo un dato, un accidente, hay que darle sentido, llenarla de contenido. Prescindimos entre nosotros el uno del otro, apenas nos usamos. Así no se construyen vínculos fraternales y fecundos. Ya hay mujeres (narcisistas si querés, egoístas si te parece, estoy de acuerdo) que nos usan de padrillos, a veces sin que los sepamos, para tener hijos y librarse de tener maridos. Ya hay fecundación in vitro. Y si la clonación avanza (Dios no permita que esos locos omnipotentes lleguen a cumplir, invocando a la ciencia, sus sueños demenciales) bastará con una célula materna para crear un hijo. Y no seremos necesarios ni como sementales. Será el ominoso final de un modelo que nos hizo creer invulnerables, poderosos y ganadores. ¿Qué ganábamos, querido congénere?

¿De veras no estás un poco harto de tener que demostrar todo el tiempo que tenés huevos? ¿Qué quiere decir tener huevos? No es algo que elegiste, no es algo que se logra con esfuerzo, con aplicación, con creatividad. Terminémosla con los huevos. La mayoría de nosotros (la penosa inmensa mayoría) ni siquiera sabe qué función cumplen los testículos en nuestro organismo.

¿De veras no estás harto de demostrar tu aguante, de bancártela solo? También los burros tienen mucho aguante. Y los bueyes. ¿Hay algo más por lo que destaques? ¿Algo propio, generado desde tu corazón?

¿De veras no estás harto de tener que demostrar a las mujeres el largo y el grosor de tu pene, de tratar de batir récords cuando estás con ellas? ¿No estás harto de ir a la cama con pavor de que tu arma tenga la pólvora mojada? ¿No estás harto de negarlo, lo vas a negar ahora una vez más? Yo soy como vos, de manera que aquí podés ahorrártelo. Y, de paso, ¿no te gustaría saber un poco más acerca de cómo sienten sexualmente las mujeres, de qué les gusta, de qué esperan de vos antes de que empieces con tu exhibición y las dejes afuera? ¿No crees que podés llevarte alguna grata sorpresa al averiguarlo? ¿O para vos no hay nada que aprender? ¿Dónde aprendiste tanto? ¿Te lo enseñó tu papá, o algún hombre mayor sabio, cariñoso, afectuoso y comprensivo? ¿O lo aprendiste de oídas? ¿O pagando a una mujer de la cual no recordás el rostro? ¿De veras no estás harto?

¿De veras no estás harto de mirar de reojo el auto del tipo del lado, y si es más nuevo o potente que el tuyo, salir corriendo a cambiar tu coche para que no crean que sos pobre o que tenés menos poder, o que la tenés más corta?

¿De veras no estás harto de hablar sólo de lo bien que te va, de callarte los dolores, las dudas, las vergüenzas ? Digo, ¿no estás harto de aparentar, de competir aún de palabra, de tapar, de disimular?

¿De veras no estás harto de tanto chiste machista, de tanto infantilismo acumulado, de tanta simpleza intelectual, de tanto desprecio por las mujeres, por los homosexuales, por los que apuestan a otra vida y a otros vínculos sin que pierdan por eso ni una gota de testosterona? ¿No estás harto, eso quiero decir, de vivir con el culo apretado por el miedo, por el pánico a lo diferente?

¿No estás harto de justificar guerras, matanzas y destrucciones en nombre de la política? ¿No estás harto de callar, por miedo a que te llamen tonto, ingenuo o maricón, tu oposición a la muerte de quien sea, de un palestino, de un libanés, de un judío, de un afgano, de un iraquí, de un serbio, de un croata, de un ruso, de un indio, de un paquistaní, de una mujer, de un chico (de miles y miles de chicos), no estás harto de tu propio silencio e inacción?

¿No estás harto de tener sólo cuatro o cinco temas de conversación (mujeres, política, fútbol, economía, tecnología) temas seguros, donde nunca arriesgarás nada personal, temas protegidos, temas que, a fuerza de ser los único, te alejan de otros temas, de otra gente, del corazón de otra gente (mujeres, hijos, amigos, nuevos seres a conocer) y de tu propio corazón?

¿No estás harto de ser un eterno adolescente, alguien que se niega a entrar en las etapas evolutivas de la vida, alguien que se convierte, mientras pasan los años, en la patética caricatura de un púber y que , por muy macho que se diga, no tiene coraje (o huevos, como te gusta decir) para emprender la aventura espiritual, emocional y cósmica de convertirse en un hombre de verdad, un hombre de los que el mundo, y las mujeres, y nuestros hijos, y los otros amigos, necesitan?

Si no estás harto, acaso cuando lo estés ya sea tarde, ya estarás definitivamente solo, ya serás absoluta e irreversiblemente prescindible. Si no estás harto, formás parte de una especie en extinción. También los dinosaurios lo eran, aunque no lo supieran, cuando parecían enormes y poderosos. Formás parte de una especie en extinción y no habrá una ONG que esté dispuesta a rescatarte. Otras especies serán prioritarias. Especies que no depredan, que no discriminan, que no asesinan masivamente entre sí, que equilibran el universo.

Si estás harto, el momento de cambiar es ahora. No hay excusas, no hay peros.

Así no va más. Me dirás que sí va, mire quienes gobiernan los países, quienes están al frente de las empresas, quienes rigen el deporte, quienes manejan las finanzas, quienes son los economistas que ven números pero no personas, quienes inventan cada día una guerra para seguir vendiendo armas y robando petróleo mientras invocan causa inexistentes, quienes mandan a morir a los hijos de los otros, quienes intoxican a nuestros hijos con la comida chatarra, televisión chatarra, juguetes chatarra, ideas chatarra, quienes nos hacen creer que moriremos si no tenemos un auto, un plasma, una computadora de ultimísima generación, que seremos poca cosa sin una zapatilla que hasta marca nuestras pulsaciones, quienes manipulan nuestra salud desde las corporaciones farmacéuticas. Miro y los veo. Son hombres insalubres, inoculados e inoculadores de un paradigma tóxico. Y son mayoría. Es cierto. Pero te repito. También los dinosaurios parecían invulnerables, cuando, aunque ellos no lo supieran, ya estaban en extinción. Y, de paso, pido perdón a los dinosaurios por la comparación. Estos hombres no son inocentes como eran ellos. Son imputables. A esta altura de la historia, de las comunicaciones, de la sociología, de la psicología, de la información y del conocimiento, son imputables. No podrán decir que no sabían. En todo caso que digan que les gustaba y les creeremos. No podrán decir que cumplían mandatos. La civilización ha vivido cosas que impiden aceptar esa excusa.

Por eso digo, hermano varón, que si estás harto sólo te queda el camino de empezar a cambiar tus conductas. No tus palabras, no basta con que cambies de discurso. Hay que transformar las acciones, las actitudes, los hechos. Y también las palabras. Quedarte en el discurso te hará imputable. El tiempo es ahora. El lugar es tu casa, tu trabajo, el espacio que compartes con tu mujer (o con las mujeres), con tus hijos, con otros hombres. Es aquí y ahora, cada día en cada lugar. Ya. No te dejes engañar por esa mayoría de hombres que ves. Los varones somos, con el paradigma masculino hegemónico hoy vigente, una especie en peligro de extinción. Y esos tipos son los responsables. ¿Querés ser como ellos? Yo no.

Me preguntarás desde dónde hablo, qué derechos me arrogo. Cuál es mi púlpito. Me identifico. Soy un varón de este mundo, de este tiempo. Un marido, un padre, un profesional. Un hombre que ha vivido ya más de la mitad de su vida y ha experimentado todos los mandatos del paradigma. Que hace tiempo ya no quiere más de eso.

Soy un hombre harto de estos hombres. Un hombre que tiene con ellos una cuestión personal, porque degradan mi sexo. Soy un hombre al que le duelen los tiempos que vive. Un hombre que tiene la visión de un mundo compasivo y fraternal, inclusivo, enriquecido por la diversidad, fecundo. Un hombre harto que sospecha no ser el único hombre harto.

Si también estás harto, nos encontraremos en el camino.

Hasta entonces, un abrazo fraterno.

Sergio Sinay

EXTRACTO DEL LIBRO ‘ LA MASCULINIDAD TÓXICA’ DE SERGIO SINAY. EDICIONES B, ARGENTINA, 2006

ENviado por: John Bayron ochoa Holguin (más…)

El Perú Avanza: ¿Con quiénes?

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La realidad de los adolescentes en el Perú

Salud. Más de un millón cien mil no van al colegio, es decir, La quinta parte. 63 de cada mil jóvenes ya son madres. Esta cifra supera el promedio mundial. A los 13 años algunos ya conviven (en zonas rurales y urbanas).

Consuelo Alonzo C.

¿Cuál es el futuro que le espera a la juventud peruana? Difícil saberlo si la quinta parte de los adolescentes, más de un millón cien mil, no acuden al colegio, según los resultados del “Análisis de situación de salud de los adolescentes”, estudio presentado ayer por el Ministerio de Salud (Minsa).

Y qué les deparará la vida en unos años si además de los antes citados 70 mil no saben leer ni escribir, según datos del Censo de 2007, recogidos en este documento. ¿Cómo cree que podrán ayudar a mantener una familia desde los 12 años, si eso hasta para un adulto es complicado?

Pero aun así, con complicaciones y todo, en las zonas rurales a esa edad unen sus vidas con la persona que dicen amar. Esto que asombra, en las zonas urbanas no varía mucho, pues desde los 13 algunos ya comparten sus lechos.

Ahora bien, los problemas no terminan ahí, pues de los que deciden “unir” sus vidas un 44% no utiliza ningún método anticonceptivo. Tal vez este sea el motivo por el cual 63 de cada mil adolescentes en nuestro país ya son madres. Esta cifra que supera el promedio mundial implica mayores probabilidades de morbimortalidad infantil, así como de complicaciones obstétricas, está vinculada con la deserción educativa temprana que ya mencionamos.

Estas gestaciones precoces quizás también sean resultado del incremento de los casos de aborto. El año pasado 8,642 mujeres adolescentes abortaron, 1,175 más que el año anterior, y la cifra sigue en ascenso según los registros de la Oficina de Estadística e Informática del Minsa.

¿Dónde abortaron? Pues el mayor número de casos de legrado en jovencitas se registró en Amazonas (53%), Lambayeque (41%), Madre de Dios (25%) y San Martín (24%).

Desconocimiento

Pero además del embarazo temprano, algo que preocupa en demasía es que el 34% de las adolescentes no conoce ninguna forma correcta para evitar la transmisión del VIH- Sida. Un 20% sigue asociando el tener VIH a la promiscuidad y un 23.1% cree que hay una vacuna para evitar contraer este virus.

El estudio también indica que la principal causa de muerte de los adolescentes son los accidentes de tránsito, seguido de las enfermedades cerebro vasculares.

¿Qué hacer? Pues según Lourdes Palomino Gamarra, coordinadora de Etapa de Vida del Minsa, este es el momento en que todos los sectores deben actuar para que los adolescentes lleguen a ser el futuro del país y puedan desarrollar una mejor nación.

“La población adolescente y joven es un tercio de la población, este es el bono demográfico considerado un milagro económico que debemos impulsar”, dijo.
Fuente: Diario La República (más…)

Ellas quieren ser delgadas y esbeltas y ellos?cachas?

Publicado por Meraga
Publicado el 27 Aug 2009 – 1:45pm
Tomado de : Elmundo.es

MADRID.-

La presión que las sociedades occidentales están ejerciendo a través de los medios de comunicación y la publicidad sobre la importancia de tener un ?cuerpo perfecto? y cómo lograrlo nunca ha sido una ?broma?. Pero, comprobar que este ?apremio? lo están sintiendo ya los niños y las niñas de tan sólo 10 años debería ser motivo serio de preocupación para padres, educadores y responsables sanitarios.

Científicos de Canadá y EEUU acaban de constatar en una investigación no sólo la preocupación excesiva de los chavales por su imagen física, sino cómo el peso se relaciona con una mayor o menor satisfacción corporal. ?Cuanto más contentos estén consigo mismos más se cuidan. Lo preocupante es que tanto las niñas y niños con un peso sano se sienten igual de insatisfechos que los que tienen sobrepeso?, declara a elmundo.es Bryn Austin, del Departamento de Adolescentes y Jóvenes del Hospital Infantil de Boston (EEUU) y autor principal de la investigación.

La relación, además, entre una ?baja satisfacción corporal y un incremento de la predisposición a sufrir comportamientos y síntomas de enfermedades relacionadas con el peso [vomitar, usar píldoras dietéticas o laxantes] es un hecho que ha quedado muy bien establecido en las investigaciones previas con población adolescente?, recuerdan los científicos. Incluso más allá de esta asociación, ?el descontento con el cuerpo ha capturado la atención de los investigadores, por su papel potencial para prevenir la obesidad y promover los hábitos alimenticios sanos y la actividad física?, aclaran.

Prueba de ello es un reciente trabajo realizado a raíz del Proyecto de Alimentación, de la Universidad de Minnesota. Este plan tiene como fin indagar en los factores que influyen en los hábitos dietéticos de los adolescentes. El estudio, en el que han participado 2.500 niños y niñas que fueron reclutados mientras cursaban el equivalente a la ESO en España, desvela que una mayor satisfacción con el cuerpo se relaciona con una alimentación más sana y una práctica mayor de deporte cinco años después.

?A esta buena noticia se añade que los programas escolares destinados a elevar la satisfacción corporal de los alumnos ayudan a prevenir la obesidad y los trastornos de la alimentación?, agrega el doctor Austin.

En la nueva investigación, publicada en el ?BMC Public Health?, han participado 4.254 estudiantes canadienses de 10 y 11 años a los que, además de preguntarles ?¿Te gusta tu cuerpo??, se les midió su Índice de Masa Corporal (IMC). También se examinó si la educación y los ingresos de sus padres y la zona de residencia (rural o urbana) influían en cómo estos chavales se ven a sí mismos.
Baja satisfacción corporal

Un 7,3% de las chicas y un 7,8% de los chicos reconocieron su baja satisfacción corporal. ?Un 5% de las niñas con peso normal estaba insatisfecha con su físico, un porcentaje que se elevó al 10% en el caso de las que tenían sobrepeso y a un 13%, si eran obesas?, apuntan los investigadores. En cuanto a los niños, los porcentajes fueron prácticamente similares: 7%, 8,4% y 8,1%, respectivamente.

?El descontento de los chicos con bajos índices de IMC pone claramente en evidencia la presión que ejerce el modelo estético que vende que los varones deben estar musculados?, deducen los autores.

En el caso del sexo opuesto, el estudio apunta que las menores más insatisfechas eran las que tendían a tener padres con un nivel educativo inferior y vivir en zonas rurales. ?Este dato nos sorprendió bastante, pero puede significar bien que la presión es más elevada en las zonas rurales o que simplemente en las urbanas gozan de más programas educativos que fomentan la satisfacción personal?, añade el investigador principal.

El trabajo rememora que ?la asociación descrita entre satisfacción y peso difiere según el género, pero en ambos sexos se relaciona con los trastornos de la alimentación. Se deberían promover iniciativas de salud pública destinadas a la prevención de la obesidad y la anorexia y la bulimia en los niños y niñas. Para ello hay que entender mejor por qué las chicas se sienten contentas con sus cuerpos de una forma distinta que los chicos y cómo influye la familia y la zona de residencia?.

Pero, por encima de todo, ?se debe elevar la autoestima y los niveles de satisfacción corporal de los pequeños?, insiste el científico estadounidense.

FUENTES: elmundo.es y http://meraga.com/?p=106

Tomado de Centro de Estudios de Género y Desarrollo CEGEDES …Espacio en construcción (más…)

CALAVERAS DE DÍA DE MUERTOS (OTRA RONDA)

25 de octubre de 2009

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Ilustración de Jose Guadalupe Posada:
“Gran fandango y francachela de todas las calaveras”, 1913

CALAVERA A LA PARCA

Dicen que la parca nació en México
y murió en el ombligo de la luna.
Dicen que la vieron en el cementerio
comiendo pan de muerto y una tuna.

Tómate este pulque mi reina,
muerde este y aquel otro charal,
calma mi bien aún no me lleves,
mejor degusta de Oaxaca este mezcal.

¿O te gusta la charanda?, huesuda,
flaca, dientona, con mirada hueca,
frías tus falanges y tu risa franca,
búrlate de mí pero no seas chueca.

Duérmete acá, parca, este es tu lugar,
aunque hoy sea tu día yo me quedo,
olvídame un buen rato, lustros quizá,
y mientras roncas yo me pelo y te remedo,
y mientras sueñas yo te espero al final.

Gabriel Otero

CALAVERA A LA SUEGRA

Ella se ahogó en su veneno,
pobre señora ya no respiró.
Del cielo raudo cayó un trueno
y la muerte se la llevó como costal.

Vuele con Dios suegra querida,
córtele a los ángeles sus alas,
porque no creo que el cachudo
la admita en su infierno personal.

No se preocupe señora ya váyase,
yo me quedo con su hija y mi humor,
porque de burlas nacen las sonrisas
y de las risas las dudas de donde estará.

Y ya no vuelva ni en Día de Muertos
porque asustará a los otros y a los demás,
a esos extraviados y lumínicos espectros
que están buscando como regresar.

Gabriel Otero
Publicado por Gabriel Otero en 20:02
Etiquetas: Gabriel Otero (Calaveras de Día de Muertos)
Fuente: http://cegedes.blogspot.com/ (más…)