Day: 8 julio, 2009

11 de marzo de 2004 en Madrid: ¿fue realmente un atentado islamista?

por Mathieu Miquel

Una serie de atentados enlutó Madrid hace cinco años. La justicia española concluyó que aquella operación, atribuida sucesivamente a la ETA y después a Al Qaeda, fue de inspiración islamista, aunque no vinculada con redes internacionales.

La prensa española, con el diario El Mundo a la cabeza, está poniendo hoy en entredicho esa conclusión, de evidente carácter político. Como en los casos de los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, o los de Bali, Casablanca y Londres, veamos un análisis sobre la cuestión.

192 muertos y 1 800 heridos. El atentado de Madrid constituye un verdadero trauma para la sociedad española, sobre todo porque la polémica sobre los verdaderos autores del atentado no ha terminado aún. El 11 de marzo de 2004, siendo alrededor de las 7 horas y 40 minutos de la mañana, diez bombas estallan en cuatro trenes en el espacio de unos pocos minutos. La fecha parece haber sido escogida cuidadosamente ya que los hechos se producen a sólo tres días de las elecciones generales a las que el Partido Popular (de derecha) del presidente saliente José María Aznar se presenta como favorito. Las sospechas de la prensa y de la mayoría de los españoles se dirigen de inmediato hacia la ETA, el grupo nacionalista vasco, hacia el cual el presidente del gobierno saliente ha predicado una política de fuerza. Pero al producirse el arresto de un grupo de sospechosos marroquíes, la víspera de las elecciones, las sospechas de la opinión pública van a reorientarse hacia Al Qaeda. El ataque pudiera ser una represalia por la participación de España en la guerra contra Irak, aunque las autopsias demuestran que no hubo ningún kamikaze. El posterior empecinamiento del gobierno de Aznar en condenar a la ETA es interpretado como el resultado de un cálculo electoral y la votación del 14 de marzo da la victoria al Partido Socialista de José Luís Zapatero. Tres semanas más tarde, el 3 de abril, 7 sospechosos magrebíes «se suicidan» al hacer estallar el apartamento en que se encontraban rodeados por la policía. La instrucción de la investigación durará más de dos años hasta que se abre el juicio por el atentado, en febrero de 2007. La justicia confirma la tesis del atentado islamista pero los supuestos organizadores del atentado resultan absueltos. Sólo uno de los acusados es encontrado culpable de haber puesto bombas en los trenes y la mayoría de los 29 inculpados son condenados por ser miembros de grupos yihadistas, no por estar implicados en el atentado. El proceso de apelación confirma esa sentencia en julio de 2008.

En España, una intensa polémica se desarrolla aún sobre ese atentado, designado como «11-M». La prensa extranjera prácticamente se ha abstenido de reportar la polarización de los medios españoles en cuanto al tema [1]. Los dos principales diarios de España se oponen, en efecto, con rudeza al abordar los atentados del 11 de marzo. Según El País (diario atlantista de centro izquierda), no existen dudas válidas sobre la tesis islamista, mientras que para El Mundo (periódico soberanista de centro derecha) la tesis islamista no es más que un montaje policial. El periodista más emblemático entre los defensores de esa opinión es sin dudas Luís del Pino, que trabaja para Libertad Digital, el primer diario numérico de España, y es además el autor de varios libros y documentales de TeleMadrid [2] sobre el tema. Otros medios, más dispuestos a tratar de desacreditar que a emprender un debate argumentado, califican la posición de Luís del Pino de teoría de la conspiración o de «consparanoia». La división existe incluso entre los escépticos que se oponen a la tesis del atentado islamista. Algunos incriminan a la ETA mientras que otros sospechan de los servicios secretos, tanto de los españoles como de los extranjeros. Nuestro artículo no abordará el tema de los verdaderos autores del atentado sino que se limitará a demostrar que la versión oficial es falsa.

Como la justicia española ha avalado la tesis del atentado islamista, es esencial comenzar por la exposición de esa tesis. Por increíble que pueda parecer, las pruebas que supuestamente la confirman no resisten sin embargo el rigor de un análisis. Y el comportamiento sospechoso de ciertos elementos del aparato policial indica claramente la existencia de una voluntad de sabotear la investigación. Todas las informaciones expuestas en este artículo provienen de los medios españoles anteriormente citados y de los documentos judiciales oficiales, como el acta de inculpación, las audiencias del proceso y el veredicto.
La piste islamista

La tesis del atentado islamista es la conclusión final de una investigación que se desarrolló a partir de dos pistas. Expondremos aquí la marcha de esa investigación, poniendo énfasis en las pruebas aceptadas por la justicia española [3]. La primera pista de la investigación parte de una bomba que no estalló. Tres de las bombas depositadas en los trenes tenían un defecto y no estallaron. Se supo así rápidamente que las bombas estaban en bolsos de mano o en mochilas. En la mañana del 11 de marzo, los especialistas en explosivos neutralizaron dos de ellas mediante explosiones controladas. Pero nadie reparó en la tercera mochila y ésta fue depositada junto a los objetos abandonados de las víctimas. Fue en el momento de inventariar dichos objetos que se descubrió la mochila que contenía la bomba, en la comisaría del barrio de Vallecas, durante la noche del 11 al 12 de marzo. Aquella bomba, conocida como «la mochila de Vallecas», se componía de 10 kilogramos de dinamita del tipo «Goma 2 Eco», metralla, un detonador y un teléfono celular (o móvil) que debía desencadenar la explosión a través de la función de despertador. El teléfono contenía una tarjeta SIM que, al ser rastreada a través de la red de venta, permitió determinar dónde se había comercializado. El rastreo condujo a un establecimiento de Madrid especializado en la venta de artículos telefónicos, perteneciente a un marroquí, Jamal Zougam. Basándose en esos elementos, la policía arresta a Zougam, a dos de sus empleados y a dos indios que supuestamente habían vendido el teléfono. Estos arrestos tienen el 13 de marzo, víspera de las elecciones. Los medios anuncian los arrestos y dan amplia divulgación a las fotos de los sospechosos. En los días posteriores varios pasajeros del metro dicen haber visto a los detenidos en los trenes atacados. Finalmente, al cabo de varias semanas, la inconsistencia de los testimonios da lugar a la liberación de 4 de los 5 sospechosos. Zougam se mantiene en prisión ya que los testimonios en su contra parecen más sólidos.

La otra pista que sirve de punto de partida a la investigación son las revelaciones de Rafa Zouhier, un narcotraficante marroquí de poca monta, confidente de la Guardia Civil (la segunda fuerza policial de España [4]). A los pocos días del atentado este individuo dijo a la policía, en una conversación telefónica grabada, que abrigaba fuertes sospechas sobre un tal Jamal Ahmidan, alias El Chino. El Chino es otro traficante marroquí de poca monta y Zouhier lo había puesto en contacto con una banda de Asturias (región del norte de España) sospechosa de traficar, entre otras cosas, con explosivos originalmente destinados a la actividad minera. Un miembro de aquella banda, Emilio Trashorras, confirma a la policía haber proporcionado al Chino explosivos del tipo Goma 2 Eco, afirmación corroborada por un joven gitano que participó en la transacción. Por otro lado, las comunicaciones entre varios miembros de la banda del Chino estaban siendo interceptadas en el marco de una investigación sobre tráfico de drogas, y las grabaciones confirman que aquellas personas habían viajado a Asturias.

Las dos pistas de la investigación conducen a personajes completamente diferentes. Por un lado, a Zougam, y por el otro, al Chino y su banda. No se descubre ningún vínculo personal entre ambos. La única conexión viene de 7 tarjetas SIM cuyos números aparecen durante el rastreo a través de la red de comercialización de teléfonos. Y vinculan al Chino porque el operador telefónico Amena declara que las tarjetas fueron puestas en funcionamiento por vez primera el día anterior al atentado y en la zona de cobertura de una antena que cubre la casa del Chino. Al parecer, los explosivos se encontraban en aquella casa y la elaboración de las bombas se desarrolló en ese mismo lugar. Después de su activación, no se registró más actividad de las 7 tarjetas SIM, lo cual parece indicar que fueron utilizadas para hacer estallar las bombas. Se establece así el vínculo entre Zougam y la banda del Chino.

Cerca del mediodía del 3 de abril, o sea tres semanas después del atentado, la policía localiza finalmente la banda del Chino en un apartamento de Leganés, en las afueras de Madrid. Al descubrir la presencia de la policía, los sospechosos se niegan a rendirse y llegan a abrir fuego. Al caer el día, el GEO (Grupo Especial de Operaciones de la policía española) lanza un asalto para tratar de capturar a los miembros del comando terrorista. Los servicios de inteligencia advierten a la policía que los sospechosos rodeados han realizado varias llamadas telefónicas en las que anuncian que tienen intenciones de suicidarse. La policía fuerza la puerta del apartamento y se produce una explosión en la que mueren los 7 sospechosos y un policía del GEO. Entre los escombros del apartamento aparecen explosivos del tipo Goma 2 Eco, algunos textos y un video reclamando la autoría del atentado, pero las personas que aparecen en el video no son identificables ya que portan máscaras. Al igual que El Chino, la mayoría de los 7 muertos son narcotraficantes de poca monta. Los demás son miembros de círculos islamistas radicales. La sentencia del juicio establece como conclusión que estas personas depositaron las bombas, con la participación de Zougam, y que planeaban cometer otros atentados en la región de Granada, donde habían alquilado un apartamento.

Cierto número de indicios secundarios corroboran las conclusiones de esa investigación. Entre ellos se menciona una furgoneta Renault Kangoo ya que se trató del primer elemento importante encontrado durante la investigación y su hallazgo provocó numerosas polémicas. Este vehículo se hallaba en el parqueo de la estación del metro de Alcalá, por donde pasaron todos los trenes que estallaron el 11 de marzo. Un conserje del barrio declaró que en la mañana del 11 de marzo había visto tres individuos sospechosos merodeando alrededor de la Kangoo. Estaban prácticamente enmascarados con bufandas y gorros y uno de ellos se dirigió hacia la estación del metro con un bolso. Hacia el final de la mañana, la policía abre la furgoneta y la inspecciona. Dos perros entrenados en detección de explosivos verifican la Kangoo sin encontrar nada sospechoso. Al encontrarse en la lista de vehículos robados, la furgoneta es trasladada a una dependencia de la policía. Allí, después de una nueva inspección, aparecen en la furgoneta 7 detonadores, un fragmento de explosivo del tipo Goma 2 Eco envuelto debajo de un asiento y, lo más importante, un casete de audio con una grabación del Corán, que tendrá un impacto decisivo en la opinión público española. El veredicto del juicio concluye que el objetivo del comando terrorista era imponer la ley islámica en Europa mediante la fuerza y que el grupo se inspira en el ejemplo de Al Qaeda, sin estar por ello vinculado a esa organización [5].
Las grietas del veredicto

Acabamos de exponer aquí todas las pruebas importantes que sirvieron de basamento a la tesis del atentado islamista. Todas, sin embargo, están plagadas de elementos sospechosos, como veremos a reanalizarlas una por una. La prueba material fundamental es una de las bombas que no explotó el 11 de marzo: la que apareció en la mochila de Vallecas. Graves sospechas de falsificación existen, sin embargo, en cuanto a su composición así como en lo tocante a las circunstancias en que se produjo el hallazgo. En primer lugar, la bomba no explotó porque había un cable que simplemente no estaba conectado. El especialista en explosivos encargado de desactivarla declaró en el juicio que aquella «chapuza» no se correspondía con la complejidad del resto del dispositivo [6]. Existe, además, una diferencia esencial entre la composición de la bomba encontrada y las que sí estallaron. La mochila de Vallecas contenía 640 gramos de tornillos y clavos que debían servir de metralla. Sin embargo, las autopsias revelaron que ninguna de las víctimas había sido alcanzada por proyectiles metálicos [7]. Y, según los policías que las manipularon, las dos bombas desactivadas en la mañana del 11 de marzo tampoco contenían ese tipo de proyectiles. ¿Qué motivó a los terroristas a poner metralla en una sola bomba? Y, finalmente, las circunstancias del hallazgo de la mochila de Vallecas son confusas. Durante el juicio, los especialistas en explosivos explicaron que ellos habían registrado 4 veces todos los objetos abandonados en los vagones y certificaron que era imposible que la bomba encontrada estuviese entre ellos [8]. Su origen resulta más dudoso todavía debido a que los objetos abandonados entre los que fue encontrada aquella bomba fueron transportados 3 veces a lo largo de la jornada del 11 de marzo, no siempre bajo la mejor vigilancia [9] y acabaron en la comisaría de Vallecas, contrariamente a lo que había ordenado el juez. Si se agrega a esto los testimonios contradictorios sobre el momento en que fue descubierta [10], el hecho que no se menciona la bomba en los inventarios de objetos abandonados [11]] y el hecho que no hay fotos de la bomba anteriores al momento en que fue desmantelada, la inconsistencia de dicha prueba resulta evidente. A pesar de lo anterior, el tribunal la utilizó como elemento clave al rendir su veredicto.

La investigación a través de la red de comercialización de teléfonos concluyó que la tarjeta SIM encontrada en la mochila de Vallecas había estado en venta en el establecimiento de Zougam. ¿En qué se basa la investigación para llegar a esa conclusión? Antes de su venta al consumidor en un establecimiento, las tarjetas SIM pasan generalmente por las manos de 3 o 4 intermediarios. Pero sólo los primeros intermediarios mencionan en sus facturas el número de identificación de cada tarjeta SIM vendida. Los siguientes sólo anotan la cantidad total de tarjetas SIM. En este caso, no existe una factura que pruebe que la tarjeta SIM incriminada fue vendida a Zougam [12]. Lo único que permite llegar a esa conclusión es el testimonio de su proveedor, que dice recordar específicamente la venta de esa tarjeta SIM entre cientos de otras tarjetas. Aceptemos, sin embargo, ese elemento como prueba suficiente y sigamos examinando el curso de la investigación.

El hecho de haber vendido una tarjeta SIM no hace al vendedor responsable del posible uso delictivo que el comprador pueda darle a dicha tarjeta. Pero Zougam había aparecido como testigo en una investigación anterior sobre terroristas islamistas. Al parecer fue ése el único argumento que motivó su arresto el 13 de marzo, ya que ningún testigo lo había descrito ni lo había identificado antes de aquella fecha. Un reanálisis del comportamiento de Zougam hasta el momento de su arresto permite comprobar que al parecer cometió una serie de imprudencias realmente increíbles. Primeramente, utilizó una tarjeta SIM en venta en su propio establecimiento para confeccionar la bomba de Vallecas. En segundo lugar, dejó esa tarjeta SIM en el teléfono a pesar de que ésta no era necesaria para el uso de la función de despertador. Y, en tercer lugar, prosiguió su actividad normal hasta el día de su arresto, en la tarde del 13 de marzo, a pesar de que toda España sabía desde el 12 de marzo por la mañana que la policía había desmantelado una de las bombas. A partir de aquel momento, Zougam tenía que saber que los investigadores tenían en su poder una tarjeta SIM que los conduciría hasta él. Pero no trató de esconderse ni huir. La incoherencia de ese comportamiento lleva a dudar de su culpabilidad.

Los medios dan amplia difusión a los arrestos del 13 de marzo y a las fotos de los sospechosos. Pasajeros de los trenes atacados se presentan espontáneamente para prestar testimonio sobre los sospechosos vistos en los trenes el 11 de marzo. Algunos de esos testimonios implican a Zougam y constituyen la única prueba de su implicación en el atentado. También se trata en este caso de una prueba increíblemente inconsistente, en relación con la gravedad de los hechos. El primer problema reside en la difusión de la foto de Zougam a través de los medios, hecho que impide que los testimonios cumplan una regla fundamental: el recuerdo no debe estar influenciado por otras imágenes vistas después de los hechos. Por otro lado, algunos testimonios no concuerdan en cuanto al recorrido que supuestamente hizo Zougam en los trenes, se contradicen en lo tocante a su descripción, a cómo estaba vestido o afirman que depositó un bolso en un lugar donde no explotó ninguna bomba [13].

Finalmente el veredicto de octubre de 2007 sólo tiene en cuenta 3 testimonios que incriminan a Zougam [14]. En el juicio de apelación, en julio de 2008, la corte invalida uno de esos 3 testimonios ya que el testigo había prestado su declaración ante el juez de instrucción en vez de hacerlo ante el tribunal, al que ni siquiera fue convocado, lo cual impidió que la defensa de Zougam pudiera interrogarlo a pesar de las dudas existentes sobre su declaración. Por ejemplo, según ese testigo el sospechoso se bajó del tren, saliendo al andén, y después volvió al mismo vagón pasando por la puerta que comunicaba con el otro vagón, comportamiento extrañamente indiscreto tratándose de alguien que está poniendo bombas. Sólo quedan, por lo tanto, dos testimonios que acusan a Zougam y los dos provienen de dos amigas rumanas que viajaban juntas. La primera se presentó como testigo tres semanas después del atentado. En aquel momento su descripción del sospechoso es muy somera: un individuo de 1 metro 80 de estatura, de complexión física media, que llevaba un bolso. Sin más detalles. Pero esa misma descripción se va precisando días después, cuando la policía le muestra una serie de fotos entre las que ella reconoce a Zougam: cabello hasta los hombros, nariz más bien gruesa, barba de chivo, labio inferior más grueso que el superior, etc. Es lícito preguntarse entonces si lo que está describiendo esta testigo no es más bien lo que ve en la foto en vez de lo que recuerda. También van cambiando sus declaraciones sobre otros detalles, como la posición del vagón en el tren. Al cabo de un año, la testigo recuerda que el sospechoso la empujó, justificando así por qué recordaba su rostro, y dice entonces por vez primera que ella misma viajaba con una amiga, que se convierte así en el segundo testigo acusatorio contra Zougam. ¿Por qué pasó todo ano sin que mencionara a la amiga que viajaba con ella? ¿Por qué esa otra testigo esperó un año antes de manifestarse? ¿Qué podía recordar aún esa nueva testigo al cabo de todo ese tiempo? ¿Puede considerarse su testimonio como independiente del de su amiga? Y es precisamente sobre la base de esos dos dudosos testimonios que se pronuncia la única condena por la ejecución material del atentado del 11 de marzo. Por su parte, Zougam negó siempre toda implicación en el atentado.

Todas las demás personas que supuestamente pusieron bombas perecieron el 3 de abril en la explosión del apartamento de Leganés, tres semanas después del atentado. Una importante consecuencia de la muerte de esas personas es que la investigación no reconstruyó el papel exacto de cada una de esas personas en la realización del atentado, concentrando entonces la atención en los inculpados. La justicia reconoce en su veredicto que se ignora cuáles de entre esas 7 personas se dedicaron a poner las bombas y dónde lo hicieron [15]. Lo anterior contrasta con el caso de Zougam, claramente acusado de haber puesto las bombas en el tren que explotó en la estación Santa Eugenia. Después de haber visto el trabajo que costó mantener el expediente de la acusación contra Zougam, se puede pensar que la ausencia de información [sobre las personas muertas en Leganés] resultó paradójicamente beneficiosa para los encargados de demostrar la culpabilidad de esos 7 sospechosos ya que evitó toda confrontación con la realidad. La investigación se enfocó entonces en demostrar que la muerte de aquellas personas en el apartamento de Leganés fue un suicidio, suicidio que fue utilizado como prueba del fanatismo de los sospechosos mientras que el descubrimiento de documentos que reclamaban la autoría del atentado entre las ruinas del apartamento era interpretado como una confesión póstuma.

Las circunstancias en que se descubre aquel apartamento, en momentos en que los 7 sospechosos se encontraban allí, siguen siendo confusas. Durante mucho tiempo, la policía habló de un tiroteo callejero entre varios de sus agentes y una banda de magrebíes. El incidente supuestamente desembocó en una persecución que llevó a la banda a refugiarse en el apartamento de Leganés [16]. Pero este episodio desaparece posteriormente del discurso oficial para dar paso a otra explicación. Según ésta, la policía pasó revista a la lista de llamadas de un teléfono sospechoso de pertenecer al comando terrorista. Al llamar a uno de los números de esa lista, la policía entró en contacto con un propietario que afirmaba haberle alquilado un apartamento en Leganés a un grupo de árabes desde hacía un mes. Esa es la versión del descubrimiento del apartamento que se menciona en el veredicto, en el que se ignora totalmente el episodio de la persecución.

La policía rodea entonces el apartamento, en la tarde del 3 de abril. Hacia las 21 horas, el GEO emprende el asalto, de forma precipitada según los miembros de esa brigada [17]. Pero antes de lograr entrar, estalla el apartamento, causando la muerte de sus 7 ocupantes y de un miembro del GEO. Debido al estado de los cadáveres, se hace necesario recurrir a las huellas digitales o al ADN durante el proceso de identificación. La investigación concluye que se trata de un suicidio colectivo, pero el carácter suicida de la explosión no está tan claramente establecido como se afirma en el veredicto. Antes del asalto del GEO y la explosión, los vecinos habían oído disparos, gritos e incluso cánticos en árabe provenientes del apartamento. Pero nadie pudo ver claramente a los sospechosos. Y no existen huellas ni registro alguno de los impactos de bala que deberían existir en en el lugar después del intercambio de disparos [18]. El argumento decisivo para sostener la tesis del suicidio es que los sospechosos supuestamente se comunicaron por teléfono con sus familias durante el asedio para despedirse de ellas. Durante el juicio, el único familiar citado como testigo de esas llamadas fue el hermano de uno de los 7 sospechosos, Abdenabi Kounjaa. Este testigo declaró que no pudo reconocer la voz de su hermano durante la llamada, y que pensó que no era él [19], razón por la cual avisó de inmediato a la policía y no devolvió la llamada a su hermano para convencerlo de no suicidarse. Ese testimonio pone seriamente en duda la autenticidad de las llamadas, sobre si se tiene en cuenta que ningún otro familiar fue citado al juicio como testigo. El expediente de la instrucción contiene 3 informes sucesivos sobre esas llamadas, pero no aporta mayores aclaraciones sobre el asunto. Cada informe contradice el anterior en numerosos aspectos: los teléfonos utilizados, la identidad de algunos destinatarios de las llamadas y la cantidad de llamadas realizadas a algunos destinatarios [20]. Tantas divergencias justifican las dudas en cuanto a la confiabilidad de tales datos.

¿Realmente se suicidaron los sospechosos? ¿Qué circunstancias determinaron la presencia de estos en aquel apartamento? El 3 de abril hacía ya 4 días que los medios venían anunciando que estaban siendo buscados y que sus fotos habían sido divulgadas. En ese contexto, reunirse todos en un apartamento de las afueras de Madrid, en vez de escapar cada uno por su lado, resultaba una gran imprudencia. Y ¿por qué esperarían aquellos criminales, que acababan de cometer un crimen masivo, a que la policía evacuara toda la vecindad antes de volar el apartamento? Las incoherencias no se terminan ahí. Quien se interese en los movimientos de los sospechosos entre el atentado y el momento del suicidio se enterará, por ejemplo, de que El Chino estuvo de fiesta con la familia de su mujer 8 días después del atentado, en la misma casa donde supuestamente confeccionó las bombas. El propio perfil de la mayoría de los miembros del comando no se corresponde con el islamismo radical que supuestamente los llevó a perpetrar la masacre y, posteriormente, al suicidio. Cuatro de ellos eran delincuentes de poca monta vinculados al medio del narcotráfico, poco compatible con el islamismo. El Chino vivía con una española “de sangre”, que se vestía con ropa ligera, y el hijo de ambos iba a una escuela católica [21]. La muerte de aquellos 7 sospechosos permitió, en todo caso, reconstituir un escenario sin entrar demasiado en los detalles, y sin que los acusados pudieran contradecirlo. Por otra parte, periodistas que han tenido acceso al expediente de instrucción [22] ponen en duda el vínculo anteriormente mencionado entre los 7 suicidas y Zougam. Según esos periodistas, no hay en los documentos que proporcionó el operador telefónico Amena nada que indique que las 7 tarjetas SIM en cuestión hayan sido puestas en funcionamiento en la casa del Chino. La defensa mencionó ese problema durante el juicio sin que los empleados de Amena invitados a declarar como expertos pudieran responder a ello [23].

El último elemento importante a favor de la tesis del atentado islamista es la furgoneta Renault Kangoo. El veredicto establece que varios miembros del comando terrorista, sin precisar quiénes [24], utilizaron esa furgoneta para llegar con sus bombas hasta la estación del metro. Por lo tanto, el tribunal no tomó en cuenta el testimonio que prestara –durante el propio juicio– el instructor canino que participó en la inspección de ese vehículo. Efectivamente, aunque el instructor canino reconoce que es posible que se haya pasado por alto el pequeño fragmento de explosivo, ese mismo especialista declara que la manipulación de bolsos con decenas de kilogramos de explosivos tendría que haber dejado un rastro de olor dentro del vehículo, rastro que su perro habría detectado [25]. Por otro lado, el conserje que llamó la atención de la policía hacia la furgoneta Kangoo declara que le pareció que los individuos eran europeos del este, y la empleada de la estación del metro que le vendió un billete a uno de los individuos afirma que éste hablaba sin acento extranjero [26]. En este punto, resulta nuevamente sorprendente el comportamiento de los sospechosos. ¿Por qué llamar la atención dirigiéndose a la vendedora con el rostro casi enmascarado en vez de comprar el billete en un expendedor automático? ¿Por qué correr riesgos utilizando un vehículo robado sin cambiarle las placas? ¿Y por qué abandonaron los terroristas ese vehículo, sobre todo dejando en él detonadores, explosivos y ropa? Según el acta de inculpación esa ropa contenía muestras del ADN de los sospechosos, pero el veredicto no tuvo esa prueba en cuenta. Tantos aspectos no aclarados en las pruebas que la sostienen, hacen que la tesis del atentado islamista pierda toda credibilidad. Sobre todo si se tiene en cuenta que este artículo no los menciona todos. En su libro Les Dessous du Terrorisme [27], Gerhard Wisnewski demuestra por ejemplo la incoherencia de los diferentes reclamos islamistas de autoría del atentado. Al aceptar la tesis de la culpabilidad islamista, la justicia española estima de forma sorprendente que esas contradicciones no eran significativas.
La sombra la policía

¿Existen otros elementos que permitan confirmar la tesis del atentado islamista u orientar la investigación en otra dirección? El problema es que los elementos fundamentales de la investigación han sido objeto de negligencias que resultan cuando menos inquietantes. Primeramente, los vagones donde explotaron las bombas fueron destruidos sólo dos días después del atentado [28]. ¿Qué necesidad había de deshacerse tan rápidamente de la «escena del crimen»? En 2006, un tren del metro que había sufrido un accidente en Valencia fue conservado 2 años debido a las necesidades de la investigación. La justicia reconoce en su veredicto que muchas dudas hubieran encontrado respuesta si los vagones se hubiesen conservado por más tiempo [29].

La más importante de esas dudas tiene que ver con la naturaleza del explosivo utilizado. El análisis de las sustancias químicas que se depositaron sobre los objetos que se encontraban cerca de las explosiones hubiera aportado la información fundamental de la investigación. Sin embargo, no se sabe aún con precisión qué fue lo que explotó en los trenes, como se reconoce en el veredicto [30]. Veamos por qué no fue posible determinar el tipo de explosivo utilizado. La primera negligencia está en la selección del servicio que realizó el análisis de las muestras. La responsabilidad de ese análisis fue puesta en manos de los especialistas en desactivación de bombas, cuyos laboratorios disponen solamente de medios rudimentarios para el análisis de sustancias explosivas. Según el procedimiento habitual es la policía científica la que hubiese tenido que garantizar esos análisis, precisamente porque dispone de medios mucho más avanzados. Los resultados del análisis pericial son también muy imprecisos. El informe entregado al juez de instrucción señala la presencia de «componentes genéricos de dinamita» en las muestras. Pero no determina el tipo de dinamita, ¿Titadyne, Goma 2 Eco, Goma 2 EC? Más sorprendente aún, ni siquiera incluye la lista de los componentes químicos encontrados. Ante tanta imprecisión, el tribunal acabó ordenando un nuevo análisis pericial en el momento de la apertura del proceso, en 2007. Desgraciadamente, en el nuevo análisis pericial hubo que utilizar las muestras ya analizadas, al no poder recogerse nuevas muestras debido a la destrucción de los trenes, anteriormente mencionada. Los expertos se quejaron de la poca cantidad de muestras que había conservado la policía y de las graves negligencias que contaminaron aquellas muestras en el transcurso de los análisis anteriores [31]. Finalmente, sus conclusiones no arrojan más luz sobre el tipo de explosivo utilizado ya que en ellas aparece una lista de productos que no corresponde a ningún compuesto de dinamita [32]. Al final de todo ese proceso, se esperaba con especial interés el testimonio de la directora del laboratorio de los especialistas en desmantelamiento de bombas para que contestara a las preguntas sobre el trabajo que había entregado en marzo de 2004. Pero declaró que ella no disponía de los soportes de cromatografía en los que aparecen los elementos químicos [33], ni siquiera disponía de los documentos donde los había anotado durante la realización de su análisis [34]. Provocó sin embargo la sorpresa del tribunal al citar por vez primera el listado preciso de los compuestos químicos hallados explicando que nunca había entregado aquel listado porque nadie se lo había explícitamente [35]. La imprecisión del informe sobre el análisis había dado lugar a una polémica tan grande en toda España durante los 3 años transcurridos entre el atentado y el testimonio de la directora del laboratorio que su explicación es grotesca. ¿Qué crédito puede concederse a esa lista, mencionada únicamente al cabo de 3 años y que corresponde a la composición de la dinamita del tipo Goma 2 Eco?

Sobre la cuestión del explosivo, hay que agregar las dudas que provocó la declaración del jefe de los especialistas en desmantelamiento de bombas que supervisó las operaciones el 11 de marzo. Al ver los daños que habían provocado las bombas, este jefe de especialistas declaró que el visible desgarramiento de las estructuras de los vagones era característico de explosivos de alto poder, de tipo militar, y no de dinamita [36]. Hay que recordar que ciertos explosivos militares no dejan rastros químicos en el lugar de la explosión, lo cual los hace muy difíciles de detectar. Otra fuente de duda es el emplazamiento de las bombas reconstituido en el acta de inculpación [37]. Según ese documento, la mayoría de los bolsos –que contenían 10 kilogramos de explosivo– no estaban escondidos sino que, por ejemplo, habían sido dejados entre dos asientos situados frente a frente cerca de la ventanilla, o en el portaequipaje, o al lado del cesto de basura, o debajo de un asiento plegable (que debería estar cerrado). Sólo una bomba estaba escondida debajo de un asiento no plegable. ¿Por qué los terroristas no trataron de esconder mejor los bolsos? ¿Y cómo es posible que bolsos tan pesados, abandonados en lugares tan visibles, no llamaran la atención de los pasajeros? Para dar respuesta a esas preguntas varios periodistas emitieron la hipótesis de que las bombas fueran de mucho menor tamaño confeccionadas no con dinamita sino con explosivos de alto poder [38]. La dinamita del tipo Goma 2 Eco encontrada en la furgoneta Kangoo, en la mochila de Vallecas y en el apartamento de Leganés no prueba que ese mismo explosivo fuese utilizado para hacer estrellar los trenes. Las sospechas que pesan sobre esas pruebas hacen pensar que se trataba de elementos destinados a desviar la atención de la escena del crimen, o sea de los trenes. Un último ejemplo de negligencia: las grabaciones de las conversaciones entre las patrullas de la policía hubieran permitido aclarar el asunto de la persecución que supuestamente tuvo lugar en Leganés. Pero cuando el juez de instrucción pidió esas grabaciones, la policía respondió que no habían sido conservadas [39].

Más grave que las negligencias es la existencia de fuertes sospechas de falsificación de diferentes elementos de la investigación. Ya mencionamos la mochila de Vallecas, la furgoneta Kangoo y las llamadas telefónicas de adiós de los suicidados de Leganés. Pero existen otros elementos cuya falsificación es tan evidente que el veredicto ni siquiera los tuvo en cuenta, como por ejemplo las conversaciones telefónicas de Rabei Osman, un egipcio que residía en Italia. La policía italiana grabó y tradujo sus conversaciones en 2004, y en una de ellas este individuo supuestamente se atribuía la organización del atentado. Durante el juicio, nuevas traducidas solicitadas por la defensa mostraron que las frases en las que Osman se atribuía el atentado fueron simplemente inventadas por los traductores italianos [40]. La justicia española se vio por lo tanto obligada a absolverlo de todo vínculo con el atentado, cuando este hombre había sido presentado como el cerebro del grupo islamista. En el veredicto no se designa por lo tanto el organizador del atentado, lo cual provocó la indignación de las asociaciones de víctimas, que presentaron una apelación.

Pero la más notoria falsificación de la investigación es un vehículo Skoda Fabia que la policía encontró cerca de la estación del metro de Alcalá, a 20 metros del lugar donde se encontraba la furgoneta Kangoo. Ese descubrimiento se produjo el 13 de junio de 2004, o sea 3 meses después del atentado. Este segundo vehículo permite reforzar la tesis de que los 7 u 8 terroristas llegaron a Alcalá en auto y también presenta rastros del ADN de uno de los muertos de Leganés. Sin embargo, numerosos observadores dudan que un vehículo estacionado tan cerca de la furgoneta Kangoo haya podido pasar inadvertido durante 3 meses, más aún teniendo en cuenta que su número de inmatriculación ni siquiera figura en los registros recogidos el 11 de marzo. Esa prueba se mantiene por lo tanto en el limbo hasta junio de 2005, cuando la policía entrega al juez de instrucción el testimonio de un preso chileno. Este individuo dice haber robado el Skoda y haberlo vendido posteriormente a uno de los muertos de Leganés, en octubre de 2003. Pero esta prueba se ve desacreditada nuevamente en marzo de 2006, cuando un periodista del diario El Mundo da a conocer el testimonio de un vigilante de un barrio de Madrid donde el Skoda fue abandonado en noviembre de 2003. Según este nuevo testigo, el vehículo estuvo durante 3 semanas en estacionamiento indebido y recibió numerosas contravenciones, hasta que desapareció. Al verificar ese testimonio a través de los registros de contravenciones, se pudo comprobar que aquel vehículo estaba implicado en varios delitos, como robos callejeros. Esos delitos habían sido cometidos entre septiembre y octubre de 2003, periodo durante el cual se suponía que estaba en posesión del chileno. Pero hasta entonces la policía, al igual que el chileno, había ocultado totalmente aquellos hechos al juez de instrucción. Cuando quiso interrogar nuevamente al preso sudamericano, el juez se enteró de que éste había sido extraditado a Chile sin que nadie se lo comunicara. A todas estas contradicciones hay que agregar la incoherencia del comportamiento de los terroristas. Para ir a cometer uno de los peores atentados que nunca se hayan visto en Europa no se les ocurrió nada mejor que utilizar un auto robado, implicado en toda una serie de delitos, que había permanecido abandonado en la calle durante un tiempo, que tenía varias contravenciones, y ni siquiera se les ocurrió cambiarle las placas de inmatriculación. El tribunal no tuvo por lo tanto más remedio que descartar el Skoda de la lista de elementos de prueba del veredicto [41]. Por otra parte, el ADN encontrado en aquella prueba probablemente falsificada hace surgir dudas en cuanto a los rastros de ADN encontrados en la ropa tan «oportunamente» abandonada por los sospechosos en este caso.

Citemos, para terminar, algunos ejemplos de sospechas de falsificación de testimonios. Emilio Trashorras afirmó que la policía le había pedido que inventara el episodio según el cual fue él quien proporcionó los explosivos al Chino [42]. Este testigo pensaba que gozaría de la condición de testigo protegido y que no tendría más problemas con la justicia. Por su parte, el testigo Hassan Serroukh declaró ante el juez de instrucción que su declaración ante la policía había sido falsificada. Aquel testimonio describía a Zougam como un fanático religioso, cosa que Serroukh dice no haber mencionado nunca [43].

Negligencias, sospechas de falsificación, son numerosas las actuaciones sospechosas de parte de elementos policiales que aparecen en la investigación posterior al atentado. Pero las sospechas se acentúan todavía más al examinar la preparación del atentado presentada en el veredicto. Dos actores claves del atentado son confidentes de las fuerzas de seguridad [44]. El primero, Zouhier, puso al comando terrorista en contacto con un traficante de explosivos. La investigación reveló que la Guardia Civil, que controlaba a este confidente, lo llamó los dos días antes del atentado. El segundo, Trashorras, es nada menos que el propio traficante de explosivos. Este sostuvo varias conversaciones telefónicas con su contacto en la policía el día antes, el día después y dos días después de haber puesto los explosivos en manos del Chino. Pero el policía asegura que Trashorras no le dijo nada de aquello. Por otro lado, los teléfonos móviles utilizados en la confección de las bombas fueron desbloqueados en un establecimiento perteneciente a un policía de origen sirio, Maussili Kalaji [45].

¡Qué coincidencia que todos estos colaboradores de los terroristas hayan estado vinculados a la policía! Y sobre todo, qué «suerte» que ninguno de ellos los denunciara antes de que cometieran el crimen. Al parecer, los terroristas también tuvieron suerte en lo tocante a la vigilancia de que eran objeto por parte de la policía. Según consta en documentos policiales, desde enero del año 2003 la policía venía vigilando estrechamente un grupo islamista del que formaban parte varios de los terroristas que morirían en Leganés. En suma, aquel grupo estuvo bajo seguimiento durante 81 jornadas regularmente distribuidas entre enero de 2003 y febrero de 2004. Esa vigilancia parece haberse intensificado durante la primera quincena de febrero de 2004, pero cesa bruscamente el día 17 de febrero, o sea 11 días antes de la operación de entrega de los explosivos, y 24 días antes del atentado [46]. La misma buena suerte acompañará a los dos cómplices del comando terrorista cuyas conversaciones telefónicas estaban siendo interceptadas en el marco de una investigación sobre tráfico de drogas. Las escuchas se suspenden bruscamente el 12 de marzo, el día siguiente del atentado [47]. Veamos un primer ejemplo en el que la silueta de la policía se dibuja detrás de los terroristas. Después de la explosión del apartamento de Leganés, varios documentos sobre la ETA aparecen entre las ruinas. Se supo posteriormente que esos documentos provenían del apartamento vecino, parcialmente destruido. Aquel otro apartamento estaba ocupado por un policía que, otra coincidencia más, se dedicaba a la lucha antiterrorista [48].

Todos estos comportamientos sospechosos, antes y después del atentado, vinculados a la evidente inconsistencia de la pista islamista, hacen pensar que los verdaderos culpables se encuentran bajo la protección del aparato del Estado. Hay que resaltar, sin embargo, que únicamente una reapertura de la investigación permitirá saber si esas sospechas tienen fundamento. Al revelar testimonios que echan por tierra la versión oficial y al absolver a los presuntos organizadores, el juicio no ha hecho más que confirmar la extrema fragilidad de la tesis del atentado islamista.

En todo caso, en el contexto político, el tribunal no trató de establecer con precisión los hechos. Tenía que confirmar que las acusaciones de José María Aznar contra la ETA eran infundadas, como ya había decidido el más amplio de los jurados populares, los electores. El tribunal tenía además que confirmar que las acusaciones de los neoconservadores en contra de Al Qaeda eran también infundadas, cosa que ya había decidido el nuevo gobierno de José Luís Zapatero. El tribunal señaló que los primeros indicios habían sido falsificados para acusar calumniosamente a la organización vasca ETA, pero no quiso ir más allá en cuanto a las manipulaciones a las que dedicaron ciertos elementos de la policía. Prefirió, de forma nada sorprendente, contentarse con la hipótesis que le era presentada y que era la única que podía restablecer la calma en la sociedad: la hipótesis de la responsabilidad islamista sin vínculo con Al Qaeda.

Otros documentos
– Auto de procesamiento del 11-M (Pdf en cuatro partes de unos 50 Mgb cada una)
Parte I
Parte II
Parte III
Parte IV
– Grabaciones de video de las audiencias
– Retranscripciones de las audiencias
– Los 192 editoriales que el diario El Mundo dedicó al atentado.

[1] Ver uno de los pocos artículos en francés que menciona la posición del diario español El Mundo: «Espagne – attentats de Madrid: enjeu politique du procès», Latinreporters.com, 13 de febrero de 2007. Este artículo no aborda, sin embargo, la discusión de las pruebas.

[2] Ambos comentarios (Las Sombras del 11-M y 11-M: 1000 Días Después), muy interesantes para un primer acercamiento rápido al trabajo de Luís del Pino, aparecen en esta página del sitio del colectivo por la reapertura de la investigación.

[3] La presentación de las pruebas en el veredicto (2007) se desarrolla en las partes Hechos Probados (página 172 hasta la 228) y Fundamentos Juridicos (página 423 hasta la 722). Esta argumentación está disponible, en francés, en el blog de Jean Chalvidant, autor de La Manipulation: Madrid, 11 mars, el principal libro publicado en francés sobre ese atentado.

[4] A pesar de su reciente incorporación al ministerio del Interior, la Guardia Civil es esencialmente militar.

[5] Veredicto de apelación, páginas 581-582: «La dependencia ideológica respecto de los postulados defendidos por Al Qaeda resulta asimismo del contenido de las reivindicaciones de la autoría de los actos terroristas y del resto del material incautado. Sin embargo no aparece relación alguna de carácter jerárquico con otros grupos o con otros dirigentes de esa organización, lo que permite establecer que la célula que operaba en Madrid, en la medida en que ha sido identificada, no dependía jerárquicamente de otra y por lo tanto puede considerarse a los efectos penales como un grupo u organización terrorista diferente e independiente.»

[6] Testimonio del especialista en desmantelamiento de artefactos explosivos, testigo protegido 64501, 19 de marzo de 2007. «no cuadra la concepción del teléfono móvil, porque, aunque es sencilla es muy ingeniosa, (…) y eso no cuadra con la pequeña chapuza entre comillas de no encintar los cables, ¿no?, porque no es lógico.»

[7] Entrevista con Carmen Baladia, jefa de los médicos legales del 11 de marzo, por Luís del Pino para Libertad Digital TV, 23 de enero de 2008. Título de la entrevista: «Pero ni clavos, ni tuercas, ni tornillos. No había metralla entre nuestros 191 muertos.»

[8] Testimonio del jefe de los especialistas en desmantelamiento de artefactos explosivos de Madrid, testigo protegido 28296, 14 de marzo de 2007. «Lo que sí estoy totalmente convencido es de que después de la revisión de los TEDAX que trabajaron allí, no había ni una sola mochila que contuviese un artefacto explosivo. Y eso se lo puedo asegurar.»

[9] «La fiscal prescinde del testigo clave de la custodia de la mochila de Vallecas», El Mundo, 21 de marzo de 2007.

[10] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 24 « Llámame».

[11] Veredicto (2007), página 517: «Lo cierto es que, como pusieron de manifiesto varias partes, en esa relación no aparece la bolsa de deportes que contenía el explosivo.»

[12] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 17 «Los intocables».

[13] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 21 «Déjà vu» [En francés en el texto].

[14] «La Sentencia del 11M. La autoría material (II)», por Lucía Velasco, Asturias Liberal, 1º de septiembre de 2008.

[15] Veredicto de apelación (2008), página 7: «tres miembros de la célula terrorista descrita, sin que se tenga la certeza absoluta de sus identidades, se desplazaron hasta la localidad de Alcalá de Henares en una furgoneta blanca (…) Al tiempo, otros miembros del grupo hacían lo mismo subiendo a los trenes en lugares no determinados.»

[16] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 20 «La busca», párrafo «¿Cómo llegó la Policía al piso de Leganés?».

[17] «Nos llaman héroes (…) y somos tontos por ir donde fuimos», Cadena SER.com, 7 de abril de 2004 (la Cadena SER es la estación de radio de mayor audiencia en España) «Algunos de los agentes de operaciones especiales que participaron en el asalto del piso de Leganés el pasado sábado cuestionan la forma en la que se ordenó el asalto al inmueble. Este es el testimonio íntegro recogido por la Cadena SER.»

[18] «Las piedras de Pulgarcito», por Fernando Mugica, El Mundo, 11 de marzo de 2005: «Trescientas por minuto es la cadencia de disparo de esas armas. Pero en la relación exhaustiva de los Tedax y de la Policía Científica no existen las vainas de los cartuchos presuntamente disparados por esas ametralladoras. ¿Y dónde están los impactos de esas balas? ¿Y la marcación exacta de sus trayectorias, como se hace siempre en cualquier investigación policial?)

[19] Testimonio de Abdelkader Kounjaa, 9 de abril de 2007. El testigo declara 3 veces que no reconoce la voz de su hermano. Veamos: «la voz que tenía… que tenía duda como no si fuera mi hermano. Y le digo: ¿quién es ? Y me dice: Soy Abdulá. Y le digo: ¿quién es Abdulá? Tu hermano.» Es importante señalar que, al ignorar totalmente las dudas expresadas en este testimonio, el veredicto lleva la incoherencia al extremo de citarlo como prueba de la autenticidad de las llamadas de adiós (páginas 568-569).

[20] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 6 «Las llamadas de Leganés».

[21] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 2 «El cuento de El Chino», párrafo «Un terrorista hacendoso».

[22] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 39 «Los registros de Amena», párrafo «¿Qué pasa con las 7 tarjetas?»

[23] Testimonio de los expertos en telefonía, 21 de mayo de 2007. Pregunta de la defensa de Zougam: «¿Podrían indicar ustedes exactamente en qué folio de este informe se encuentra el dato que les permite afirmar que se encendieron esas 7 tarjetas en Morata?» Los expertos no logran aportan una respuesta concreta.

[24] Cf. Veredicto de apelación (2008), página 7, Op. cit.

[25] Testimonio del instructor canino, testigo protegido 28226, 19 de marzo de 2007. Pregunta de la defensa de Zougam: «En el caso de que en esa furgoneta se hubieran transportado 50 o 30 Kilos de explosivo ¿El perro habría detectado ese olor?- Sí, lo habría detectado, inmediatamente lo habría, porque quedan residuos del explosivo y el perro lo habría detectado.» Después otro abogado pregunta si el perro hubiera detectado el olor en caso de que el explosivo estuviera particularmente bien empacado. El testigo responde que la manipulación de una cantidad de explosivo tan grande siempre deja un rostro de olor.

[26] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 5 «Las miguitas del pulgarcito», párrafo «La furgoneta de Alcalá».

[27] Les Dessous du Terrorisme, por Gerhard Wisnewski, editorial Demi-lune. (2007), páginas de la 23 a la 28.

[28] Veredicto, página 476: «los trenes que, como consta en el rollo de Sala, fueron desguazados el 13 de marzo de 2004».

[29] Veredicto de apelación, página 652: «A pesar de ello puede resultar sorprendente una tan apresurada destrucción, que impidió un estudio posterior más reposado y en profundidad, e incluso su reiteración de haber sido necesaria, de aspectos que pudieran haber resultado de interés para la investigación.»

[30] Veredicto página 538: «No se sabe con absoluta certeza la marca de la dinamita que explotó en los trenes».

[31] «La nitroglicerina no ha venido volando», El Mundo, 4 de junio de 2007, entrevista de uno de los expertos con Antonio Rubio. El experto: «Cuando un químico analiza cualquier asunto, hace una disolución que pasa por unos equipos de medidas y lo que procede es reservarla. Pues aquí no estaban reservadas.»

[32] Veredicto, página 541: «El Tribunal, (…) da por probado que en todos los casos aparecen componentes de la GOMA 2 ECO, lo que indica que ésta dinamita estuvo presente en todos los focos de los trenes, si bien no se puede descartar la presencia de otra u otras marcas de dinamita.»

[33] Testimonio de la directora del laboratorio de los especialistas en desactivación de bombas, experto 17632, 28 de mayo de 2007. Abogado de Zougam: «¿Esas placas las conservan ? – Evidentemente no.»

[34] Ibid. El juez: «O sea, las del 11 de marzo, la del análisis que hace usted el mismo 11 de marzo no las conserva? – Esas mismas no.»

[35] Ibid. El abogado de la asociación de víctimas: «¿Por qué ha esperado hasta hoy para concretarlos y en estos tres años se refería únicamente a « componentes genéricos de dinamita» ? (…) – Perdone, a mí me hablaron de qué componentes había, y digo estuvimos hablando eh, sin que me dijeran detálleme los que le salen a usted en el análisis, a mí eso nunca se me produjo. (…) y yo no recuerdo que se me dijera en ningún caso en estos cuatro años que escribiera los componentes.»

[36] Acta de inculpación, página 53: declaración del jefe de los especialistas en desactivación de explosivos de Madrid: «tenían claro que no era Titadine porque este tipo de explosivo muerde, es decir, que no tiene corte limpio, en cambio un alto explosivo corta totalmente y una vez visto los resultados de las explosiones podía tratarse de un C3 o un C4.»

[37] Acta de inculpación, a partir de la página 78

[38] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 10 «El tiempo debe detenerse», párrafo «Tirando del hilo».

[39] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 20 «La busca»: Respuesta de la policía, 20 de mayo de 2005: «Dando cumplimiento a lo solicitado por ese Juzgado… respecto a los hechos ocurridos en la localidad de Leganés los días 3 y 4 de abril del pasado año, se participa que, dado el tiempo transcurrido, ya no se conservan las cintas de grabación de dicho suceso.»

[40] Veredicto, página 634: «las conversaciones de Rabei Osman EL SAYED AHMED en las que, según las acusaciones, se atribuye la autoría intelectual de los atentados al decir que «el hilo de lo de Madrid fue mio… era mi proyecto más querido, etc.», son claramente equívocas.» Y veredicto, página 720: «DEBEMOS ABSOLVER Y ABSOLVEMOS A (…) Rabei Osman EL SAYED AHMED (…) de todos los delitos de que venía acusado.»

[41] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 29 «El Chileno».

[42] «Trashorras: ’La Policía me ofreció dinero para incriminar a Zougam y ’El Tunecino’», El Mundo, 5 de septiembre de 2006, entrevista de Trashorras con Fernando Mugica. «Yo le dije al juez que Jamal Ahmidan a quien conocía como ’Mowgli’, llevaba los explosivos porque así me lo pidió la Policía […]; fui amenazado y coaccionado para que declarase en ese sentido).»

[43] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 7 «Jamal Zougham, cabeza de turco».

[44] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 9 «Visperas de sangre», párrafo «Quinto enigma: llamadas de cortesía».

[45] Veredicto, página 529: «otros seis [teléfonos] fueron encargados (…) al establecimiento Test Ayman, S.L. por el empleado Cuenca Medina, según las declaraciones coincidentes de (…) y de Ayman Maussili Kalaji, dueño de Test Ayman, S.L.»

[46] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 15 «Un ejercicio de escapismo», párrafos «Con la Policía en los talones» y «El escape».

[47] Los enigmas del 11M, por Luís del Pino, (Libroslibres, 2006), capítulo 9 «Visperas de sangre», párrafo «Cuarto enigma: el tiempo invertido».

[48] Veredicto, página 563: «Consta a los folios 73357 y 73358 una comparencia del funcionario del Cuerpo Nacional de Policía con número 73.158 en la que, tras explicar que hasta julio de 2003 estuvo destinado en el área especial de seguimientos de la comisaría general de información y que vivía en el calle Martín Gaite número 40 de Leganés, reconoce una carpeta con documentos con su nombre y número profesional.»

Fuente: voltairenet.org

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Perverso machismo de PVEM, PRI, PRD y PT

por Álvaro Cepeda Neri*

Mientras muchos políticos no quieren salir del clóset para de una vez por todas poner al descubierto sus inclinaciones sexuales, a consecuencia de sus adicciones o supuestas “equivocaciones de la naturaleza” –otros más esconden su alcoholismo, ponen en secreto sus divorcios y hasta nombran en cargos a sus exesposas–, se da vuelo en la Cámara de Diputados el machismo perverso que anularía la obligación jurídica-electoral de integrar con no menos del 40 por ciento de candidatos propietarios de un mismo género e incluso lograr la paridad entre mujeres y hombres (nuestra legislación todavía no especifica la inclusión de la gran pluralidad sexual que contemple hermafroditas, etcétera).
Se trata del caso de 10 diputadas: seis del Partido Verde (el mismo que propone la pena de muerte, protege la devastación de manglares y es una empresa familiar conectada en complicidades con Televisa, la familia Del Mazo y otros intereses), dos del Partido Revolucionario Institucional, una del Partido de la Revolución Democrática y una del Partido del Trabajo.

Esos cuatro partidos se presentaron ante sus electores y a espaldas de ellos impusieron a esas 10 mujeres, que se presentarían a la competencia por una representación legislativa federal, únicamente para acreditar la integración del 40 por ciento de un mismo género.

En cuanto tomaran posesión, como lo hicieron, presentarían ante el órgano colegiado, del que forman parte, licencia para separarse de sus cargos, en contra de lo dispuesto en el artículo 63 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, de que “incurrirán en responsabilidades… los partidos políticos nacionales que habiendo postulado candidatos en una elección para diputados o senadores, acuerden que sus miembros que resultasen electos no se presenten a desempeñar sus funciones”.

Con ello violan, incluso, la fracción IV, del artículo 36 de la citada Constitución, donde se establece que es, entre otras de las obligaciones del ciudadano de la república: “Desempeñar los cargos de elección popular de la Federación o de los Estados”.

Además, los legisladores federales y es éste el caso, “antes de tomar posesión de su encargo” prestarán “la protesta de guardar la Constitución y las leyes que de ella emanen” (artículo 128 de la Ley Fundamental de la Unión). Con arreglo a esos tres artículos constitucionales, no proceden las solicitudes de licencia, tramposa manera de renunciar, salvo por causa grave que ha de calificar la Cámara de Diputados del Congreso General.

El camuflaje de la licencia de estas legisladoras, que obtuvieron mayoría de votos para representar a la nación, es eso: una treta, una tramposa acción que, de dársele curso aprobatorio, sentaría un precedente de gravísimas consecuencias para la república y la democracia indirecta, juanitizándose la política electoral, al presentar a un candidato y luego sustituirlo por otro ciudadano, nada más porque existe el “pacto” para legitimar y legalizar el “quítate tú, para ponerme yo”, en un juego pervertidor y machista.

Esos cuatro partidos buscan sacarle la vuelta a la necesaria equidad de género en los órganos legislativos para continuar sometiendo a las mujeres a un patriarcado que está causando mucho daño a las funciones de las instituciones, al no contar con una representación al menos equilibrada de sexos.

Desde hace un tiempo, la población mexicana acusa mayoría de mujeres y éstas carecen de representación y participación en las decisiones individuales y colegiadas de los órganos de nuestra de por sí elitista y masculina democracia indirecta o de representación, que requiere de la asistencia de mujeres y hombres para mezclar con ambos criterios los contenidos de las decisiones administrativas, judiciales y, en el caso, legislativas.

Las mujeres están siendo usadas como medios por los partidos, en complicidad con el género masculino de la Cámara de Diputados, cuando ellas son fines del resultado en las urnas, donde los ciudadanos resolvieron que ellas fueran diputadas y representantes de la nación.

Al pedir licencia para separarse de sus cargos, apenas habían tomado posesión, ellas, las 10 legisladoras. Los partidos que las postularon y los integrantes de la LXI Legislatura, por el sólo trámite, ahora suspendido, han incurrido en graves incumplimientos a la Constitución.

Sería una burla que ellas se fueran para que sus curules sean ocupadas por sus suplentes varones, en lo que no es más que una premeditada maniobra para favorecer los intereses masculinos, donde está claro que, además de ese machismo, se ocultan compromisos de los partidos con facciones o grupos de presión que contrataron a mujeres para que dieran la cara por cobardes que se esconden tras las faldas de quienes triunfaron, ganando los sufragios que ellos, con sus pantalones sin cinturones, no habrían podido ganar.

Lo que ha pasado en la LXI Legislatura, como intentona abortada, es una manifestación más del matrimonio patriarcal-machista en todos los órdenes de la vida pública y privada que denuncia la subcultura política que hace las veces de ancla del republicanismo-democrático en el contexto de la sociable-insociabilidad, que debemos ir resolviendo para reducir las tensiones de la sociedad civil. Y los partidos han de empezar por autoeducarse en respetar la igualdad de los sexos ante la ley, y las conquistas de éstos para la salida del clóset de sus demás manifestaciones.

Si en la Cámara de Diputados su mayoría acepta la licencia de las 10 legisladoras, entonces la nación perderá a igual número de representantes, y el machismo, con sus perversos pactos, habrá triunfado en deterioro de las ya de por sí marchitas instituciones de la democracia representativa o indirecta.

Con ello, el pueblo, en respuesta, buscaría radicalizar las manifestaciones republicanas (consultar los ensayos de Sergio Ortiz Leroux, “Sociedad civil y republicanismo”; y de María Isabel Wences Simon, “Republicanismo cívico y sociedad civil”; en el libro, Lecturas de la sociedad civil. Un mapa contemporáneo de sus teorías, editorial Trotta) a través de la democracia directa que hace a un lado las representaciones.
Álvaro Cepeda Neri

Columnista Revista Contralínea (México)

Fuente: voltairenet.org (más…)

Categorías sexuales en disputa

Brasil

A pedofilia está frequentemente retratada nos meios de comunicação. O juízo de valor imediato que ela traz é categórico: a relação com uma criança ou adolescente é vista como uma monstruosidade inaceitável, ideia não apenas traduzida pelo jornalismo como também reforçada pela literatura médica, psicológica, religiosa e por questões culturais. No dia-a-dia, pode soar pouco plausível que existam indivíduos que aspiram legitimar ou conseguir algum reconhecimento para seus desejos em relação às crianças. Mas há, mesmo que de maneira pontual, alguns movimentos de auto-afirmação e de busca por aceitação social da relação sexual com menores que são identificados, sobretudo na internet.

O fenômeno, antes mesmo de aparecer na rede virtual, já chamava a atenção de Alessandro José de Oliveira, doutorando em Ciências Sociais da Unicamp. Enquanto trabalhou em um programa de combate à exploração sexual, observou que, para alguns dos adolescentes (na faixa dos 12 aos 14), a imagem que tinham dos seus “abusadores” nem sempre era de total repulsa.

Ato contínuo, ele se mobilizou para estudar o tema e escreveu o artigo “De ‘pedófilo’ à ‘boylover’: ilusão ou uma nova categoria sexual que se anuncia?”, presente no livro “Prazeres Dissidentes”, (CLAM/Editora Garamond), organizado por María Elvira Díaz-Benítez e Carlos Figari, lançado no dia 21 de outubro, em São Paulo.

Em entrevista ao CLAM, Alessandro José de Oliveira fala sobre suas impressões a respeito dessas categorias sexuais, seu discurso predominante e como elas operam com tal designação dentro de contextos legais e médicos.

O título de seu artigo “De ‘pedófilo’ à ‘boylover’: ilusão ou uma nova categoria sexual que se anuncia?” termina com uma pergunta. Achou uma resposta? Em caso afirmativo, como se dá a criação dessa nova categoria sexual?

Esse artigo é uma tentativa de demonstrar que há uma instabilidade nas categorias que, frequentemente, a maioria das pessoas considera fixa. Nesse sentido, sim, posso afirmar que está (como sempre esteve) em curso a criação de uma ou mais categorias sexuais. Contudo, não se pode desconsiderar a presença de uma tradição que permite conservar e reforçar os sentidos conhecidos. Ou seja, respondendo a pergunta, eu diria que sim e que não: sim porque é perceptível uma tentativa de criação de uma nova categoria, inserida, como outras, no marco de disputas de sentidos, como parte considerável da história da sexualidade nos revela. Mas, eu também diria que não, porque não há como apagar o efeito daquilo que está tradicionalmente consolidado. Não podemos nos esquecer que essa categoria, além de ser altamente estigmatizada, tem que lidar com o fato de estar inserida dentro daquilo que consideramos um crime.

Assim, ao mesmo tempo em que se abrem brechas no discurso tradicional, concomitantemente não é possível desprezá-lo, ignorá-lo ou apagá-lo. Nesse sentido, o que faço nesse artigo é discutir o processo pelo qual essas categorias sexuais são disputadas e negociadas em nossa sociedade. Isso significa dizer que busco acompanhar as dinâmicas sociais pelos quais se confere os sentidos ao termo “pedofilia” e são elas que poderão dizer se novas categorias sexuais se anunciam ou se são ilusões.

Hoje em dia, em diferentes países do mundo, o ambiente virtual é usado como cenário de uma militância cujo objetivo é tirar a pedofilia do rótulo da perversão e da patologia. Quais os discursos empregados com esse intuito?

Fora do Brasil, os principais argumentos utilizados pelos militantes pedófilos operam como um eco dos movimentos das minorias sexuais. Eles manifestam um desejo de despatologização da pedofilia. Num outro viés, apoiados na concepção de um sujeito de direitos, eles reivindicam o direito de liberdade no uso do corpo e da sexualidade inclusive pelas crianças.

Porém, no caso específico do Brasil não há um ativismo pedófilo, o que existe são discussões que chegam aos “pedófilos” sobre esse ativismo. Aqui, o que se observa com muito mais frequência é uma tentativa de se afastar do estigma de monstro através da identificação com uma patologia. Assim, segundo o que tenho observado, enquanto que lá fora, sobretudo na Holanda, os “pedófilos” reivindicam seu interesse sexual fora do crime e da doença, os “pedófilos” aqui se identificam mais com a doença como estratégia para fugir do estigma da monstruosidade.

O sexo intergeracional era aceito em algumas sociedades antigas, como a Grécia. Historicamente, como se deu a passagem do espectro da normalidade para o da anormalidade e condenação?

Podemos dizer que na própria sociedade antiga existiram formas diferentes de tratar essas relações, tanto de um local para outro como de um período para outro. Contudo, grosso modo, e como afirma Hoyston Lambert quando se refere ao amor do Imperador Adriano, as relações sexuais entre adultos e pré-púberes eram consideradas constitutivas daquelas sociedades e isso permaneceu mais ou menos assim durante um longo período.

É preciso considerar que, à medida que surge uma maior sensibilidade à violência de forma geral e à violência sexual em específico, um aparato de controle foi gradativamente sendo criado. Mas a condição principal que levou as relações sexuais entre adultos e crianças para o campo da anormalidade se deu na constituição dos valores da sociedade contemporânea seguindo duas vias. De um lado, ocorreu um afastamento dos preceitos religiosos e, com isso, uma busca cada vez maior às explicações racionais e “científicas”. Tal fato permitiu que os médicos, entre outros, ganhassem um estatuto de maior prestígio social, principalmente no final do século XVIII ao responderem à demanda de salvar a vida das pessoas e, sobretudo, através de uma enorme intervenção na reorganização das cidades, com as chamadas reformas sanitárias. Tal prestígio, por sua vez, autorizou que eles interviessem de forma a determinar inclusive o que deveria ou não ser permitido em termos das sexualidades das pessoas.

Como a base normativa do discurso médico era dada por um consenso de que o intercurso sexual era ligado à reprodução, sendo essa a única função a ser considerada normal/natural, todas as outras formas de sexualidade foram consideradas anormais: entre elas, a pedofilia. Assim surge o sujeito pedófilo como um anormal.

Já uma segunda via que nos permite compreender como ocorreu a passagem para a anormalidade e condenação pode ser explorada quando consideramos uma mudança de mentalidade que levou a sociedade a rejeitar mais as violências, incluindo o intercurso sexual entre adulto e criança. Ocorre um processo civilizador, como denomina Norbert Elias.

Tal processo implicou ainda no desenvolvimento de uma noção de vergonha que levou a uma maior diferenciação entre adultos e crianças. Dessa forma, não se podia ficar nu em qualquer lugar, nem tampouco falar de qualquer coisa em qualquer lugar. Os relatos de conteúdo sexual passaram a ser mais policiados e as crianças foram poupadas ou proibidas de se meter nos assuntos dos adultos. Gradativamente separa-se aquilo que corresponderia ao mundo do adulto e aquilo que correspondia ao mundo da criança. Para o historiador Vigarello, uma nova visão da infância começa a emergir a partir de 1750-60. Contudo, como discute Ian Hacking, é somente por volta de 1964 quando a percepção dos maus-tratos infantis no bojo da pediatria norte-americana desdobrou-se em campanhas contra esses abusos, foi quando os abusos sexuais contra criança ganharam expressividade suficiente para ampliar nossa sensibilidade. E isso marcou mais definitivamente o intercurso sexual entre adultos e crianças no lugar da proibição como o conhecemos.

Você aponta em seu artigo que no mundo contemporâneo existem ambigüidades na lei e uma necessidade de garantir mais proteção às crianças e aos adolescentes dadas essas falhas. O artigo diz que “os critérios legais nunca parecem ser suficientes para disciplinar as dinâmicas sexuais”. Um exemplo é a idade de iniciação sexual masculina e feminina em países como o Brasil, por exemplo, onde pesquisas apontam que essa iniciação se dá abaixo dos 18 anos. Que arranjos estão sendo criados para dar conta de tais ambigüidades?

Não falo enquanto um profissional que trabalha especificamente com as leis. Contudo, vejo que recentemente há uma vontade política de inscrever correções nas leis. Podemos inferir através da obra “Corpos, Prazeres e Paixões”, de Richard Parker, que no caso do Brasil, a assimetria de gênero é dada historicamente em nossa cultura, sobretudo por uma concepção machista.

Segundo ele, nossa história é fortemente marcada por uma idéia de que há mulheres para casar e mulheres para transar. Assim, enquanto que para elas o valor era dado pela sua capacidade de manter-se virgem e destinada ao casamento, para os homens, por outro lado, valorizava-se a busca precoce de relacionamentos sexuais. As modificações desse contexto ainda estão em curso, principalmente pelo conjunto de mudanças que incidem sobre a família, a religião, a mulher, entre outros. Os movimentos feministas, a revolução cultural, o movimento de contra-cultura e o movimento gay, bem como as criações de novas tecnologias reprodutivas, têm sido peças fundamentais para redesenhar esse cenário e alterar as ambigüidades desse tipo de arranjo.

No que diz respeito às leis, é preciso ficar claro que o ponto nodal pelo qual os legisladores debruçam refere-se a um debate sobre o que está sendo protegido. Dessa maneira, conforme Inês Ferreira Leite (assistente em ciências jurídicas de Lisboa, [2004, pp.27-44]), é preciso considerar que legalmente todos têm liberdade sexual independente da idade. A lei só deve intervir contra o aproveitamento de uma situação de desigualdade.

Assim, podemos considerar que não é a descoberta sexual entre adolescentes ou entre crianças que deve ser restringida, mas o abuso que pode ocorrer dentro dessa descoberta. Para a autora, o foco é a restrição da liberdade sexual do menor, que só se justifica quando se demonstrar que um contato sexual coloca em causa outros valores, como o livre desenvolvimento do menor. Do contrário, estaria se legislando uma abstinência sexual obrigatória e, consequentemente, uma “desumanização” dos indivíduos de pouca idade. É a partir desses termos que busco afirmar que os critérios legais nunca são suficientes para disciplinar as dinâmicas sexuais. Porém, somente um profissional que trabalha especificamente com as leis pode responder com propriedade as especificidades dessas contradições entre prática social e restrição legal.

Em que medida o termo “boylover” legitima a atração por crianças?

O termo “boylover” é um termo em disputa. Até onde pude observar, ele é convocado para significar: 1 – uma antinomia com os sentidos tradicionalmente vinculados ao termo “pedofilia”, isto é, doença crime ou uma monstruosidade; assim ser “boylover” é ser um sujeito que não é doente, criminoso ou mostro, mas por ser um termo em disputa, opostamente -2 ser “boylover”, para alguns, é justamente ser a mesma coisa que tradicionalmente se entende como “pedófilo ” isto é, um monstro , um criminoso e um doente; para além disso aparece ainda um outro sentido, assim ser “boylover” é também investir em 3 – uma “pedofilia” politicamente correta em que o sujeito fantasia ou recorda momentos em que esteve com uma criança, mas que não a tocou. Portanto, não é possível afirmar que o termo “boylover” legitima a atração por crianças. Ele indica um conjunto divergente de considerações sobre essas relações.

Em seu artigo você analisa as tensões que existem entre os membros da página de relacionamentos que você pesquisou, em relação à forma de se autodenominar, autolegitimar e às visões diversas que as pessoas que ali participam têm sobre o gosto ou admiração pelas crianças. Poderia explicar como se dão essas tensões, em que consistem? Ou seja, existem hierarquizações com base em juízos morais e na criação de novos “desviantes” dentro dessa rede?

No universo de minha pesquisa há diversas tensões que busco explorar. Assim, por exemplo, há uma tensão entre aqueles que se auto-avaliam como doentes e aqueles que refutam essa idéia, assim como há tensões entre aqueles que buscam associar o termo “boylover” a uma identidade fora do crime e da doença e aqueles que buscam associar esse termo ao sentido tradicional dado ao termo “pedofilia” (doença e crime). Esses primeiros, (os “boylovers” que se afirmam distanciando-se das doenças e dos crimes) às vezes atribuem aos sujeitos que cometem abusos violentos o caráter de patológico e criminoso, considerando-os como “os verdadeiros pedófilos”. Nesse sentido, eles criam uma hierarquia, pois haveria os “boylovers” que gostam de criança, mas não as agridem e os pedófilos (que seriam os monstros, doentes e criminosos). Contudo, no Brasil, há uma diferença a ser considerada; o termo “boylover”, muitas vezes, é acionado para se referir somente aqueles que desejam e fantasiam intercurso sexual com crianças. Assim, os demais, isto é, os pedófilos seriam tanto aqueles que buscam o consentimento das crianças para o intercurso sexual (tais como os ativistas pedófilos), quanto aqueles que realizam tal intercurso de forma violenta. No bojo de minha pesquisa observo que, de fato, uma nova categoria de desviantes pode estar sendo formulada, mas é preciso ressaltar que em locais diferentes, os mesmos enunciadores ora afirmam uma coisa e, em outros lugares de seus enunciados, contraditoriamente, afirmam outra coisa, a respeito do que entendem como pedofilia, “boylover”, entre outras coisas. Nesse sentido, é que prefiro dizer que o que está acontecendo é o aparecimento de sentidos novos que estão em disputas (e que podem criar novas categorias e novas hierarquias).

O artigo chama a atenção para a exagerada atmosfera de pânico que atravessa o atual modelo norte-americano de tratamento de questões relativas à sexualidade intergeracional. Qual a influência deste modelo no Brasil? Acha que estamos de alguma forma importando este modelo ou tentando encontrar um caminho alternativo? De forma geral, vemos que a influência de uma mídia sensacionalista reforça a atmosfera de pânico em relação ao intercurso sexual entre adultos e crianças. Não se passa uma semana sem notícias de escândalo sexual dessa natureza nos meios de comunicação. Entretanto, não é só a mídia sensacionalista que tem contribuído para esse pânico. Outros meios de comunicação menos sensacionalistas, também têm noticiado um conjunto de idéias a respeito. Apesar dessa forte influência, é preciso chamar a atenção aqui que essa questão é bem mais ampla. Congressos de várias áreas médicas, bem como encontros que discutem forma de proteger as crianças, também têm seu peso no sentido de ancorar um discurso muitas vezes exagerado. Além disso, diversos países têm realizado discussões sobre a temática de forma que o tema também ressoa em vários setores da sociedade ocidental. Quero dizer com isso que, se de fato não podemos negar a influência de outros países, por outro lado, o cenário é complexo e ainda é preciso fazer mais estudos. Assim, não tenho condições de afirmar categoricamente que estamos reproduzindo um modelo ou criando um caminho alternativo de tratar a questão. Ao ficarmos atentos à tessitura dos noticiários e congressos podemos observar que eles têm imprimido elementos bem diversificados para se lidar com o tema, no entanto, muitas vezes, os noticiários cotidianos inspiram mais à comoção do que um esclarecimento sobre essa diversidade de elementos.

Fuente: clam.org (más…)

DIPLOMADO EN GENERO Y EDUCACIÓN

Las Dignas y el Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador le invitan a participar en la Tercera Promoción del DIPLOMADO EN GENERO Y EDUCACIÓN.

Dirigido a:

 Docentes de Educación Básica, Media y Educación Superior
 Estudiantes de últimos niveles de Licenciatura de Ciencias de la Educación, profesorado etc.
 Interesadas e interesados en conocer sobre género y educación

Requisitos:

 Ejercer la docencia en los diferentes niveles educativos y/o trabajar en el ámbito educativo
 Tener interés de que la educación tenga equidad de género
 Disponibilidad de tiempo completo, durante dure el diplomado
 Completar ficha de inscripción anexa

Compromisos:

 Divulgación y práctica de lo aprendido en el diplomado
 Cumplir con las exigencias académicas del diplomado

Inversión: $100.00 por los cuatro módulos, incluye materiales y alimentación

Foro de apertura e inicio de clases: Lunes 09 de Octubre
Primera Presencial Del 09 al 13 de noviembre 2009
Segundo Presencial Del 30 de noviembre al 04 de diciembre de 2009

Inscripciones hasta 31 de octubre

Más Información
Las Dignas
Marlene Campos, Alejandra Velásquez
2284-9550, ext. 232 y 235
educacion@lasdignas.org
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LAS OTRAS MUJERES DE CASAPALCA

En noviembre del año pasado un efectivo policial falleció cuando participaba en el desbloqueo de la carretera central protagonizado por los trabajadores de la empresa minera Casapalca. Ante este hecho el Poder Judicial ordenó la detención de Pedro Condori Laurente, secretario general del sindicato de trabajadores de la Minera Casapalca, y otros dos sindicalistas, a quienes sin ninguna prueba, se les acusa de haber arrojado la piedra que acabó con la vida del efectivo policial. Con esta decisión quedó descabezado el sindicato, situación que resultó conveniente para los intereses de la empresa Casapalca

Hace algunas semanas fuimos testigos de cómo el comprensible dolor e indignación de la viuda del efectivo fallecido fueron exhibidos interesadamente por un medio de prensa para respaldar una decisión judicial injusta. Pero hay otras familias destrozadas por culpa de la minera Casapalca y la ineptitud del gobierno por garantizar el respeto a los derechos laborales. Nos referimos a los cinco trabajadores fallecidos dentro de la mina en febrero de este año, a los centenares de humildes mineros que día a día dejan sus pulmones en la mina para generar riqueza para otros, a las esposas de los dos trabajadores muertos por la policía en el 2008 y como no, a las familias del dirigente sindical Pedro Condori Laurente y los otros sindicalistas encarcelados. Por el momento no hay justicia para ninguno de ellos.

Haz click en el video para ver las declaraciones de Elsa Corosma, esposa del dirigente Pedro Condori
CASO 1:

Caso Casapalca 1 @ Yahoo! Video

CASO 2:

Caso Casapalca 2 @ Yahoo! Video

Fuente: http://blog.dhperu.org/ (más…)