Tres categorias: MALTRATADOR-MACHISTA-IGUALITARIO, ¿Dónde te situarías?
Escrito por Rafa Soto
miércoles, 22 de abril de 2009
En Noviembre de 2006 tuvo lugar en Málaga el Congreso sobre Violencia de Género: Nuevo pacto entre mujeres y hombres. En una de las ponencias, Luís Bonino aportó los datos siguientes: Decía que el 2’5% de los hombres ejercían violencia física, el 7’5% violencia psicológica, y sólo el 2% tenía claro, de forma efectiva, el tema de la igualdad entre hombres y mujeres.

Datos
Así pues, nos quedaba un 88% que no entraba en la estadística. ¿Quiénes son esos hombres? De acuerdo con lo anterior, sabemos que son hombres que no cometen delitos que tienen que ver con la Ley Integral contra la Violencia de Género, y que, por el otro extremo, tampoco viven la igualdad.

Reflexionando sobre estos números, se nos ocurrió una dinámica en el grupo de hombres que tratamos: les invitamos a situarse ante los conceptos MALTRATADOR, MACHISTA e IGUALITARIO, y sucedió algo revelador:
Niveles
Pocos se identificaban con la palabra MALTRATADOR, salvo alguno más “narcisista” que no entendía demasiado la pregunta, o aquel cuyos “hechos probados” eran aplastantes.
Menos aún eran los que se situaban en el centro cuando escribimos la palabra MACHISTA, y… ¡casi todos se veían IGUALITARIOS!

Aproximadamente la mitad de ellos formaban parte de ese 88% que no cabía en la estadística de Bonino, habían venido de forma voluntaria y sentían que necesitaban ayuda, aunque ni la ley, ni la sociedad lo consideraran. Éstos se posicionaban de una forma más autocrítica en los círculos concéntricos.

Con cada grupo que iniciamos los resultados son muy similares, sean hombres que acuden voluntariamente o como medida judicial.

La interpretación de esta dinámica grupal puede ser variada y los resultados no pueden ser extrapolados, sin embargo nos ayudan a reflexionar sobre la violencia de género:

* Nos hace sospechar que la palabra “maltratador” tiene un alto contenido legal – consecuencias penales incluidas-, y quizás por ello no es deseable identificarse con ella y es rehuída. Sabiendo esto, entendemos la dificultad que muchos agresores tienen para asumir la responsabilidad de su maltrato. Paradójicamente, es la ley la que ha que ha hecho posible que, al menos, se hagan la pregunta sobre su responsabilidad.
Maltrato es tratar mal, y engloba comportamientos y actitudes que no son delito, que no son denunciables, pero pueden ser sexistas y minar las relaciones de pareja. El mismo L. Bonino nos habla de los Micromachismos.

* También es posible que el término “machista” haya perdido su contenido, que sean muchos todavía los que están anclados en el estereotipo: piensan que machista es el que dice “vete a fregar” a la joven conductora o el del chiste que ridiculiza a las mujeres. Y no lo ven como el motor del desprecio, de los celos o del puño que golpea Actualizar el machismo nos permite ver la violencia como un continuo que se inicia, de forma sutil, en el sexismo en el que la mayoría de las personas hemos sido educadas.

* Parece que la “igualdad” ya ha caído – junto con “libertad”, “paz”, “solidaridad”, “justicia”…- en el saco de las palabras gastadas. “Igualitario”, hombre comprometido con la igualdad, es una realidad por desarrollar y vivir, no sólo por el 10% de varones que está fuera de la ley, sino también por el 88% que les apoya con su falta de compromiso. Conectar la des-igualdad, el machismo y el maltrato nos aporta una visión corresponsable del fenómeno y nos recuerda que la neutralidad no es posible.

Al afrontar la VIOLENCIA de género todos los programas asumimos como objetivo URGENTE conseguir el cese de cualquier tipo de violencia hacia la mujer. Incorporar como IMPORTANTE el objetivo de favorecer el compromiso del hombre con la igualdad, va más allá, pues reconoce en el machismo – en su contenido actualizado – la causa de la VIOLENCIA de GÉNERO.

Fuente: http://boletin.ahige.org/index.php?option=com_content&task=view&id=926&Itemid=1

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