Comicidad, patriotismo y una producción artística reciente

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El CIMP nació como una propuesta de largo aliento sobre el destino del Perú. El objetivo que nos inspiró e inspira es realizar el concepto de patriotismo. Entre las tantas posibilidades para realizar este patriotismo escogimos la investigación y la práctica en temas orientados a revelar la implícita vinculación entre civiles y militares. En el devenir de esta relación, entre otras diferentes y todas muy importantes variables, se ha constituido nuestra historia como Estado.

Creemos que el pensamiento sobre la sustancia ética peruana no puede sustraerse de considerar que las relaciones entre militares y civiles es constitutiva de la individualidad de cada peruano, y en tanto ello, de los propósitos y destinos particulares que cada persona se impone. No importa por ello que estas relaciones aparezcan evidentes en la nuestras vidas cotidianas, pues la historia rebasa nuestras opiniones particulares respecto de quienes somos. Por eso es que la historia, como constitutiva de nuestros destinos, aparece más bien distante: porque aunque no lo queramos o no lo notemos, es lo más inmediato y por eso mismo, por su propia inmediatez, es lo más distante.

De aquí que miremos con extrañeza, mas no con indignación, como algunas manifestaciones artísticas simplemente se decanten por sucumbirse en el mero antojo de la opinión desarraigada.

Esta opinión, sin embargo, tiene su propia legitimidad y sus propios motivos, los cuales respetamos en tanto motivos orientadores de la vida que cualquier ciudadano está en derecho de tener. Aún cuando sea para ganarse la vida con alguna producción de comedia de calidad pobre pues incluso ni le interesa respetar algunos hechos históricos básicos que cualquier persona mediantemente enterada de la historia de su país debería conocer.

La comicidad es una labor que requiere de una sutileza y tacto especial para que tomando hechos que son ciertos para cualquiera, sabe destacar y tocar aquellas fibras que por la cotidianidad de la vida pasan inadvertidas. De este modo, nos interpela a través de la risa: las sonrisas y las carcajada, sirven para distender el ánimo, alejarnos por un momento del estar inmersos, sucumbidos y perdidos en la rutina del día a día que solo busca que reproduzcamos inercial e inconscientemente creencias en las que depositamos nuestra fe para poder seguir viviendo nuestra, a veces, alienante vida que casi banaliza nuestro trabajo y estrecha nuestra perspectiva y en vez de ampliar nuestro horizonte nos hace agachar la cabeza en el mero detalle perdido de sentido que nos consume la vida. Casi como seres autómatas ni siquiera entendemos, y ya ni siquiera nos preguntamos, por el sentido de nuestras vidas.

Cuestionar el romanticismo de nuestros héroes es una buena estrategia, pues, al final ellos no son sino una proyección nuestra sobre lo que es el bienestar común. Por tanto, burlarnos de nosotros mismos a través de la comicidad es un modo de cuestionarnos, de lanzarnos dardos con el afán de inducirnos a la sospecha respecto de lo que tanto admiramos y que nos deja tan embelesados. En suma, cuestionar nuestros valores y en tanto ello, a nosotros mismos.

Pero qué gracia, qué virtud existe, nos preguntamos, en una comicidad vacua, entregada al antojo de la mera opinión, que no recoge más que impresiones arraigadas en el mero arbitrio. “¿En qué se sostiene?” Nos preguntamos, la única respuesta que escuchamos es en su quererse a sí misma como transgresora. ¿Transgresión?, ¿irreverencia?,  ¿ya la historia no importa porque, total, es tan solo el producto de unas cuantas cabezas de historiadores y por ello no hay verdad histórica a la cual ceñirse?, en suma ¿una comprensión pobre de ‘la muerte del autor’?”. Solo un entendimiento paupérrimo del devenir histórico puede concebir algo así. “La historia deviene y la construyen los vivos, no los muertos”. ¿Pero es que acaso esto justifica la inopia de una producción artística encubierta en un supuesto nihilismo cuyo único afán es capturar la atención hacía sí misma. ¿No hay aquí más bien una pobreza de espíritu tan grande que clama por atención a cualquier precio?. Este nihilismo es tan poco productivo como el humo que sale de la mente adormecida de una comediante cuyo deseo de auditorio hacen que la sátira ácida de Gogol y Kafka volteen la cabeza ya ni siquiera con desprecio, sino con indiferencia.

Creemos que son necesarias buenas producciones teatrales en el medio. Felizmente ya contamos con buenos ejemplos de este esfuerzo. Pero en este caso nos preguntamos: ¿es este el tipo de teatro ‘transgresor’ que se quiere que el público ‘consuma’?, ¿así se piensa elevar la calidad del teatro nacional? Qué mal apuntados los dardos hacia tan necesario y digno objetivo.

Bah! Pero para que gastar más palabras en tamaña pobreza de espíritu que ni siquiera quedará como triste recuerdo en su género artístico.

 

Referencia : LaRepublica.pe/Entrevistas Sociedad

Puntuación: 4.67 / Votos: 9

2 pensamientos en “Comicidad, patriotismo y una producción artística reciente

  1. miguel de althaus

    Estoy de acuerdo con este texto;y hago los siguientes comentarios:loa autores de ese teatro que falsea la historia de Peru,so jóvenes que NUNCA han tenido un solo curso de Historia del Peru en el colegio,al revés de lo que ocurria hace varios años.Tan es asi que en un programa de TV el prestigioso historiador Dr Jose Agustin de la Puente Cnadamo dio una clase sobre Grau a alumnos recién ingresados a la PUCP y luego pregunto a un alumno que pensaba sobre Angamos:el alumno respondio: "Angamos es la prolongación de la Av.Primavera" Asi estamos!

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  2. miguel de althaus

    En la línea de lo que mencione anteriormente, por Fiestas Patria entrevistaron a dos muchachos jóvenes acerca de los símbolos de nuestro Escudo Nacional, especificmente sobre que árbol es el que aparece en el Escudo.Uno contesto "es un bonsái", el otro contesto;"es el árbol de la felicidad".Creo que ni los maestros de colegio saben del árbol de la quina, de cuya corteza se extrae la quinina, contar las fiebres intermitentes del paludidmo,y que fuera aplicada a la Condesa de Chinchon, esposa del Virrey.La quinina, es el primer especifico que conocio la medicina europea.Ha sido nuestra contribuciona la medicina mundial, aunque ahora la quinina es elaborada sintéticamente.

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